Inicio semana con la reseña de una de las últimas novelas que me he leído (sin contar la segunda parte de Cuentos de Bereth) y que me gustó muchísimo: La probabilidad estadística del amor a primera vista de Jennifer E. Smith publicada en España por la editorial Suma. ¿Y de qué trata?
Hadley debe viajar a Londres en avión para asistir a la segunda boda de su padre, quien, tras pasar unos meses trabajando en Oxford, decidió dejar a su esposa y comenzar una nueva vida. Evidentemente, no es lo que más le apetece a Hadley y, encima, todo se le tuerce y llega cuatro minutos tarde. Sólo cuatro minutos tarde, una pausa entre clases, la cantidad de anuncios que ponen en la tele... Normalmente, no hubiera supuesto gran diferencia, pero en esta ocasión la pobre Hadley se queda en tierra.
Sin embargo, lo que parece un problema, al final no lo es pues, mientras espera el siguiente vuelo, conoce a Oliver, con quien no tarda en hacer buenas migas.
La probabilidad estadística del amor a primera vista cuenta lo que le ocurre a Hadley durante veinticuatro horas, un solo día, pero, aún así, interesa hasta el punto de que cuesta dejar la lectura. Es el típico libro que dices "un capítulo más y paro" y, al final, varias horas después descubres que lo has devorado sin darte cuenta. Y, sinceramente, tiene mérito que una novela que no es de misterio, ni de fantasía y que sólo abarca un día en la vida de la protagonista cree tanta expectación con el qué va a pasar.
Aunque pueda parecerlo, no es una novela romántica al uso, no trata exclusivamente de romance, sino de relaciones en general. Y es que está centrada en Hadley, su situación y cómo se desarrollan las cosas con varias personas importantes en su vida, no sólo en Oliver, a quien acaba de conocer y por quien se siente atraída.
Hadley es un gran personaje, resulta imposible no adorarla y comprender todos los dilemas, problemas e ideas que cruzan su mente. Hadley no quiere ir a la boda de su padre, ni siquiera quiere conocer a su futura madrastra y ni siquiera tiene muy claro cómo se siente. Odia a su padre, pero lo echa de menos; adora a su madre, la admira y quiere que sea feliz, pero le enerva que se tomara con tanta filosofía la situación en la que todos se encuentran... Y así con todo. La pobre Hadley está en una posición complicada e intenta salir a flote como puede, quedando tanto sus reacciones como sus acciones muy reales, naturales.
A mí me encantó Hadley, me parece una gran heroína, pese a que no se enfrente a luchas épicas, monstruos y demás.
Por otro lado, también me encantó Oliver. No es tan cercano al lector como Hadley, que es en quien se centra en narrador, al contarnos la historia desde su punto de vista. Sin embargo, logra caer simpático desde el momento en que aparece y, a través de las conversaciones que mantiene con Hadley, se le va conociendo poco a poco.
Una parte muy importante de la novela, de hecho, son los diálogos que, en su mayoría, mantienen Hadley y Oliver y que no tienen desperdicio. Muchas veces me entraban ganas de apuntar varias hojas con las conversaciones que mantienen estos dos. Abarcan todo tipo de temas, pero siempre con humor y bromas constantes, aunque también tienen varias más serias y profundas. De todas maneras, ninguna de ellas tiene desperdicio. Eso sí, comentar que deberían darle un premio a la persona que tradujo la novela, ya que una gran parte de la misma está ocupada por piques y comparaciones entre el inglés británico (el de Oliver y últimamente el del padre de Hadley) y el americano (el de Hadley). No queda igual que en el original, pero sale del paso.
En cuanto al resto de personajes, comentar que, aunque no están tan desarrollados ni la autora profundiza tanto en ellos como en Hadley y en Oliver, tampoco tienen desperdicio. Ninguno es perfecto, pero tampoco es horrible, todos tienen sus cosas buenas y malas y resultan muy reales.
Jennifer E. Smith sabe transmitir, retrata muy bien tanto a la situación como a los personajes, dotándolos de naturalidad y realidad, pese a que la idea de la propia novela es tan romántica que, a priori, no puede parecerlo. Sin embargo, a medida que avanza la historia, que se devoran las páginas, acaba convenciéndote de que es posible que un día pierdas un avión y encuentres a tu propio Oliver.
Quizás no tiene una prosa tan preciosista como otros autores, sino que es más sencilla, expresiva y directa, pero no por ello deja de ser cuidada y bonita. Sus diálogos son absolutamente maravillosos, tiene pasajes casi perfectos en los que retrata el estado de Hadley con precisión y sin resultar cursi o excesiva.
Además, personalmente, me gustó muchísimo como, poco a poco, te va poniendo en antecedentes, como intercala el presente con los recuerdos de Hadley y las anécdotas que, casi con cuentagotas, va soltando Oliver. También me gustó como consigue que ningún personaje resulte un villano, algo que, dada la situación, sería muy fácil con personajes como el padre de Hadley o su prometida Charlotte, pero no, los presenta como humanos.
Vamos, que me parece una novela perfecta. Emotiva sin resultar cursi, entretenida e interesante, pese a contar una historia más bien ordinaria. Todo ello con una narración muy conseguida y unos grandes personajes con Hadley a la cabeza, una de mis protagonistas favoritas. Muy, muy recomendable, de verdad, una de mis favoritas.
PD: Si seguís la serie Merlín, ya os podéis ir a Youtube a ver la promo nueva que han sacado. Se parece bastante a la anterior, pero da igual, mola un montón :3
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