Ya sé que hoy es lunes y que debería subir la reseña de La marca de Atenea, pero lo haré mañana porque hoy quería publicar esta entrada. Y es que Hikari (que es más maja que las pesetas) me habló del Wishlist de Fnac y, claro, entendedme, mirad que pedazo de premio que sortean.
Además, por si no sabéis qué pediros para reyes o qué regalar, Fnac ha puesto a vuestra disposición el Inspirador de regalos que, bueno, es lo que dice su nombre básicamente que, oye, viene súper bien.
Así que, nada, a falta de mi amado Tom, al que le cantaría el All I want for Christmas y al que no creo que me puedan regalar con un lacito, he hecho mi propia lista:
SERIES Y PELÍCULAS
Bones. Octava temporada - 41'99 €
Crónicas vampíricas. Cuarta temporada - 37'99 €
Érase una vez. Segunda temporada - 36'99 €
Nikita. Primera temporada - 37'99 €
Nikita. Segunda temporada - 39'99 €
Nikita. Tercera temporada - 41'99 €
The big bang theory. Temporadas 1 a 6 - 78'99 €
LIBROS
El canto del cuco de Robert Galbraith - 18'90 €
El corredor del laberinto de James Dashner - 16'15 €
El corredor del laberinto 2. Las pruebas de James Dashner - 16'15 €
El corredor del laberinto 3. La cura mortal de James Dashner - 16'15 €
Eleanor & Park de Rainbow Rowell - 14'73 €
Las guerras del mundo emergido 2. Las dos guerreras de Licia Troisi - 16'10 €
The duff de Kody Keplinger - 15'11 €
ELECTRÓNICA
Canon EOS 600D + EF-S 18-55mm IS II Cámara Réflex Digital - 549 €
LG RHT735T DVD Grabador TDT HD 500 GB - 349 €
Samsung UE40F6510 LED 40" 3D Smart TV - 679 €
TOTAL: 2006'22 €
Si tenéis un blog, ya sabéis, animaros a hacer vuestra propia wishlist =D
lunes, 30 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
El hobbit: La desolación de Smaug, Peter Jackson, 2013
Al fin he podido ver La desolación de Smaug, la segunda película de la saga El hobbit, y es que con las fiestas, recados y demás apenas he tenido tiempo libre hasta ahora. Y como me ocurrió con la anterior, Un viaje inesperado, la he disfrutado un montón.
La película arranca con un breve flashback protagonizado por Thorin que nos explica cómo empezó su misión, para regresar a la actualidad donde Bilbo, Gandalf y los enanos continúan con su viaje hacia Erebor para recuperar su antiguo reino. Además, al mismo tiempo, las fuerzas de la oscuridad van cobrando importancia y un nuevo mal se alza, algo que Gandalf debe investigar.
Partiendo de ese punto, la película mete la tercera y nos sumerge en un frenético viaje donde los problemas y las aventuras se siguen los unos a los otros, haciendo que ni Bilbo y cia, ni el espectador tenga un momento de respiro: huir de orcos, de un oso gigante, arañas, elfos, rápidos y un sinfín de aventuras tienen lugar en esta parte donde el ritmo prácticamente no decae. Sí, tiene momentos más pausados, donde se presentan a los nuevos personajes (los elfos del bosque negro, Bardo...) y sus situaciones, así que tampoco son aburridos.
De hecho, ante todo, me ha parecido una película muy entretenida.
También me ha parecido mucho más oscura que su predecesora, tanto al nivel de tramas como de imagen. Se acabaron los colores brillantes de La comarca, tanto el Bosque Negro como la ciudad del lago o Erebor son paisajes tétricos, oscuros y, de paso, tan impresionantes como potentes.
Por otro lado, tanto las aventuras como los personajes también evolucionan y se vuelven más maduros y oscuros, algo que parece la evolución natural y no queda forzado. Hay menos golpes de humor, pero los personajes son mucho más interesantes: desde Thorin que se encuentra a medio camino de la luz y de la oscuridad, que no sabes bien por qué actúa como lo hace, hasta los elfos del Bosque Negro, muy diferentes a los que habíamos conocido hasta ahora y eso que Legolas se pasea por la película zurrando orcos a diestro y siniestro como sólo él lo sabe hacer.
Pero este Legolas es distinto, más joven, con menos bagaje y más marcado por su padre, por lo que su animadversión por los enanos es más fuerte. De hecho, este Legolas es mucho más hostil y más dado a la violencia, que el que conocimos en El señor de los anillos. Sin embargo, no chirría y sigue cumpliendo con las escenas de acción como nadie. Vamos, yo es que es ver a Legolas dar mamporros y volverme una fangirl.
Además, ha sido interesante conocer a su padre, Thranduil, un alto elfo que poco tiene que ver con Galadriel o Celeborn, que es oscuro, que parece un psicópata paranoico y egoísta al que le da igual todo, salvo mantener su reino en paz.
Junto a ellos, los guionistas se han sacado de la manga a un personaje femenino, Tauriel. Y a mí no me parece mal. Las novelas se caracterizan por su falta de personajes femeninos y, mientras que en El señor de los anillos les dieron más papel a los pocos que había (Arwen, Eowyn y Galadriel, básicamente, ya que no hay más), aquí no podían hacer eso y se han inventado a Tauriel, una elfa que pertenece a la corte de Thranduil y que vendría a ser la capitana de su guardia, por lo que también reparte hostias a mansalva. La verdad es que como heroína de acción funciona, aportando la sensatez y la empatía que los otros elfos no tienen y que, me imagino, acabará ablandando a Legolas.
Y con la aportación de Tauriel, los guionistas se han inventado una historia romántica que, quizás, no termina de funcionar del todo bien por precipitada. Sin embargo, he de decir que me sorprendió por donde parece que va encaminada y que es algo que me gustaría ver.
Si los elfos y Thorin aportan el reverso un tanto tenebroso, los matices, y en el caso de Tauriel el factor romántico, Bilbo en esta segunda película ha aportado la madurez. Martin Freeman logra que veas a Bilbo más maduro, más valiente y siendo el héroe de la película. De hecho, ni Gandalf, ni elfos, ni nadie, quien saca de todos los líos a los enanos es Bilbo y sin que se queje ni una sola vez y eso que los enanos, a veces, tienen un morro que se lo pisan. Porque, vamos, lo de "vete tú solito a buscar la piedra custodiada por el dragón, que a ti te la trae el fresco no como a nosotros, mientras nosotros esperamos aquí tan panchos" es de tener un morro del quince.
Porque, encima, menudo dragón. Ostras, como mola Smaug. Estéticamente es una maravilla, los efectos más de lo mismo y es un buen personaje, con presencia, elegancia e inteligencia. En la versión original de la película, lo dobla Benedict Cumberbatch y, aunque aquí han mantenido a su doblador (al menos quien lo dobla en Sherlock), pues... no es lo mismo. Por eso, estoy deseando escucharlo a él de verdad.
Como ya he dicho, La desolación de Smaug es más oscura, más madura y muy, muy entretenida. De hecho, me ha gustado más que la primera parte, ya que no era tan introductoria, aunque, eso sí, no dejo de preguntarme con qué van a hacer la tercera, porque no creo que falte mucho libro que adaptar... muy libremente, por otra parte.
9/10
Y, por cierto, antes de terminar, varios apuntes tontos:
- Muy fan de el momento rápidos de Port Aventura, si es que iban en barriles y todo. Yo ya cuando vuelva a montarme en ellos, me sentiré como Bilbo, no digo más.
- ¡Las arañas no molan nada! ¡Uhg! Encima, ha habido una hija de puta que casi me infarta, tsk. Eso sí, yo ahora quiero un crossover de El hobbit con Harry Potter y que Ron lidie con las arañas. Molaría un huevo.
- Sigo sin asumir que el maromo de Manu Bennet sea el orco feísimo.
- ¡Legolas, tú sí que molas! ¡Kyyyya! Perdonad, mi fangirl interior ha tomado el mando.
- Sigo sin pillar el tono naranjito que le han puesto a Evangeline Lilly, con lo guapa que está ella de morena. Y, por cierto, yo ya shippeo el Tauriel/Kíli a muerte. Soy muy fácil de convencer, lo sé.
- Sale Stephen Fry. Todo un plus. Porque, en primer lugar, es Stephen Fry y sólo por eso mola y porque esto parece una concentración de Sherlock Holmes: tenemos un Watson, un Sherlock y ahora también un Mycroft. Sólo falta Robert Downey Junior para que sea perfecto.
- A Gandalf lo secuestran más que al Esmirriado. Eso es así.
- ¿He sido la única que se ha acordado del tío Gilito al ver el tesoro? El tío Gilito se habría cargado a Smaug con ayuda de McQuack y se habría puesto a nadar que ni La sirenita.
- El detalle de Legolas mofándose de Gimli al ver su foto (le ha llamado "orco mutante", ahí es nada), ha sido lo mejor. Ay, luego se harán súper amiguitos, quién se lo iba a decir.
La película arranca con un breve flashback protagonizado por Thorin que nos explica cómo empezó su misión, para regresar a la actualidad donde Bilbo, Gandalf y los enanos continúan con su viaje hacia Erebor para recuperar su antiguo reino. Además, al mismo tiempo, las fuerzas de la oscuridad van cobrando importancia y un nuevo mal se alza, algo que Gandalf debe investigar.
Partiendo de ese punto, la película mete la tercera y nos sumerge en un frenético viaje donde los problemas y las aventuras se siguen los unos a los otros, haciendo que ni Bilbo y cia, ni el espectador tenga un momento de respiro: huir de orcos, de un oso gigante, arañas, elfos, rápidos y un sinfín de aventuras tienen lugar en esta parte donde el ritmo prácticamente no decae. Sí, tiene momentos más pausados, donde se presentan a los nuevos personajes (los elfos del bosque negro, Bardo...) y sus situaciones, así que tampoco son aburridos.
De hecho, ante todo, me ha parecido una película muy entretenida.
También me ha parecido mucho más oscura que su predecesora, tanto al nivel de tramas como de imagen. Se acabaron los colores brillantes de La comarca, tanto el Bosque Negro como la ciudad del lago o Erebor son paisajes tétricos, oscuros y, de paso, tan impresionantes como potentes.
¿A quién tenemos aquí? ¡Cuánto tiempo, Legolas, sigues tan buenorro as usual!
Por otro lado, tanto las aventuras como los personajes también evolucionan y se vuelven más maduros y oscuros, algo que parece la evolución natural y no queda forzado. Hay menos golpes de humor, pero los personajes son mucho más interesantes: desde Thorin que se encuentra a medio camino de la luz y de la oscuridad, que no sabes bien por qué actúa como lo hace, hasta los elfos del Bosque Negro, muy diferentes a los que habíamos conocido hasta ahora y eso que Legolas se pasea por la película zurrando orcos a diestro y siniestro como sólo él lo sabe hacer.
Pero este Legolas es distinto, más joven, con menos bagaje y más marcado por su padre, por lo que su animadversión por los enanos es más fuerte. De hecho, este Legolas es mucho más hostil y más dado a la violencia, que el que conocimos en El señor de los anillos. Sin embargo, no chirría y sigue cumpliendo con las escenas de acción como nadie. Vamos, yo es que es ver a Legolas dar mamporros y volverme una fangirl.
Además, ha sido interesante conocer a su padre, Thranduil, un alto elfo que poco tiene que ver con Galadriel o Celeborn, que es oscuro, que parece un psicópata paranoico y egoísta al que le da igual todo, salvo mantener su reino en paz.
Junto a ellos, los guionistas se han sacado de la manga a un personaje femenino, Tauriel. Y a mí no me parece mal. Las novelas se caracterizan por su falta de personajes femeninos y, mientras que en El señor de los anillos les dieron más papel a los pocos que había (Arwen, Eowyn y Galadriel, básicamente, ya que no hay más), aquí no podían hacer eso y se han inventado a Tauriel, una elfa que pertenece a la corte de Thranduil y que vendría a ser la capitana de su guardia, por lo que también reparte hostias a mansalva. La verdad es que como heroína de acción funciona, aportando la sensatez y la empatía que los otros elfos no tienen y que, me imagino, acabará ablandando a Legolas.
Y con la aportación de Tauriel, los guionistas se han inventado una historia romántica que, quizás, no termina de funcionar del todo bien por precipitada. Sin embargo, he de decir que me sorprendió por donde parece que va encaminada y que es algo que me gustaría ver.
Si los elfos y Thorin aportan el reverso un tanto tenebroso, los matices, y en el caso de Tauriel el factor romántico, Bilbo en esta segunda película ha aportado la madurez. Martin Freeman logra que veas a Bilbo más maduro, más valiente y siendo el héroe de la película. De hecho, ni Gandalf, ni elfos, ni nadie, quien saca de todos los líos a los enanos es Bilbo y sin que se queje ni una sola vez y eso que los enanos, a veces, tienen un morro que se lo pisan. Porque, vamos, lo de "vete tú solito a buscar la piedra custodiada por el dragón, que a ti te la trae el fresco no como a nosotros, mientras nosotros esperamos aquí tan panchos" es de tener un morro del quince.
Oh, mirad, es Martin Freeman juntoa un montón de oro.
Podría soñar con eso fácilmente.
Porque, encima, menudo dragón. Ostras, como mola Smaug. Estéticamente es una maravilla, los efectos más de lo mismo y es un buen personaje, con presencia, elegancia e inteligencia. En la versión original de la película, lo dobla Benedict Cumberbatch y, aunque aquí han mantenido a su doblador (al menos quien lo dobla en Sherlock), pues... no es lo mismo. Por eso, estoy deseando escucharlo a él de verdad.
Como ya he dicho, La desolación de Smaug es más oscura, más madura y muy, muy entretenida. De hecho, me ha gustado más que la primera parte, ya que no era tan introductoria, aunque, eso sí, no dejo de preguntarme con qué van a hacer la tercera, porque no creo que falte mucho libro que adaptar... muy libremente, por otra parte.
9/10
Y, por cierto, antes de terminar, varios apuntes tontos:
- Muy fan de el momento rápidos de Port Aventura, si es que iban en barriles y todo. Yo ya cuando vuelva a montarme en ellos, me sentiré como Bilbo, no digo más.
- ¡Las arañas no molan nada! ¡Uhg! Encima, ha habido una hija de puta que casi me infarta, tsk. Eso sí, yo ahora quiero un crossover de El hobbit con Harry Potter y que Ron lidie con las arañas. Molaría un huevo.
- Sigo sin asumir que el maromo de Manu Bennet sea el orco feísimo.
- ¡Legolas, tú sí que molas! ¡Kyyyya! Perdonad, mi fangirl interior ha tomado el mando.
- Sigo sin pillar el tono naranjito que le han puesto a Evangeline Lilly, con lo guapa que está ella de morena. Y, por cierto, yo ya shippeo el Tauriel/Kíli a muerte. Soy muy fácil de convencer, lo sé.
- Sale Stephen Fry. Todo un plus. Porque, en primer lugar, es Stephen Fry y sólo por eso mola y porque esto parece una concentración de Sherlock Holmes: tenemos un Watson, un Sherlock y ahora también un Mycroft. Sólo falta Robert Downey Junior para que sea perfecto.
- A Gandalf lo secuestran más que al Esmirriado. Eso es así.
- ¿He sido la única que se ha acordado del tío Gilito al ver el tesoro? El tío Gilito se habría cargado a Smaug con ayuda de McQuack y se habría puesto a nadar que ni La sirenita.
- El detalle de Legolas mofándose de Gimli al ver su foto (le ha llamado "orco mutante", ahí es nada), ha sido lo mejor. Ay, luego se harán súper amiguitos, quién se lo iba a decir.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Insurgente
Hace unos meses leí Divergente y no quise leer su segunda parte, Insurgente, porque temí que me pasara como con la segunda parte de Los juegos del hambre y me dejaran con un cliffhanger de tres pares de narices. Sin embargo, entre el trailer de la peli, la noticia de la publicación de la tercera parte en España, unas cosas y otras, me picó el gusanillo y acabé leyendo Insurgente.
Tras los hechos acontecidos en Divergente, Tris, Cuatro y los otros supervivientes llegan a Cordialidad, donde refugiarse de Erudición y de los planes de Jeanine. Sin embargo, eso sólo es el primer paso del camino y Tris acaba en medio de una guerra entre facciones, intentando descubrir qué está pasando.
Insurgente empieza justo cuando acaba Divergente. No hay un periodo de tiempo para que los protagonistas asuman lo sucedido, no hay calma, ni posibilidad de detenerse a curarse las heridas... y creo que eso ha jugado un poco en su contra.
Ojo, Insurgente me ha gustado. Mucho. Prácticamente me lo leí de un tirón y me pareció que tanto la historia como el ritmo están mejor llevados que en su primera parte, ya que desde el principio hay acción y Veronica Roth te mete de lleno en la trama. Por eso, nos encontramos ante una lectura sencilla y adictiva, tienes que seguir leyendo para saber qué está sucediendo. De hecho, yo apenas podía dejar el libro, puesto que me moría por saber qué narices estaba ocurriendo: qué era lo que ocultaban los líderes de Abnegación.
Además, la trama me gustó mucho. Me pareció muy interesante el conocer cómo funcionan todas las facciones, más allá de Abnegación y Osadía que eran las únicas que conocíamos en Divergente. También me pareció que Veronica Roth aunaba perfectamente todos los géneros que maneja en la novela: el misterio, la acción pura y dura, el drama y el amor.
Porque en Insurgente la relación entre Tris y Cuatro adquiere algo más de importancia, aunque en su justa medida. Porque la relación entre ambos evoluciona, no es idílica, sino que tiene altibajos y es tan entretenida como interesante de leer.
Y ahora viene el "pero".
Como ya he dicho antes, los personajes no tienen tiempo para digerir todo lo que ha pasado, que ha sido mucho y muy duro. Así que el lector pasa por el proceso de asimilación junto a Tris, que vuelve a ejercer de narradora, lo que es lógico... pero también es desesperante. Tris ha tenido que matar a un amigo, ver como sus compañeros actuales masacraban a su facción anterior y como sus padres morían delante de ella sin que pudiera hacer nada. Por lo tanto, es normal que esté más necesitada de un psicólogo que de respirar al estar tan traumada.
De hecho, es lo más creíble. Sería de lo más ilógico e innatural que Tris hubiera salido reforzada de todo eso sin más. Vamos, que yo entiendo la decisión de Veronica Roth de presentarnos a una Tris rota, que pasa por un tormento personal antes de mejorar.
Pero creo que siendo una novela en primera persona, no era la decisión más inteligente, ya que, como ya he dicho, era desesperante leer las divagaciones de Tris y verla actuar. A Tris siempre le había podido el instinto de supervivencia, era algo que me gustaba mucho de ella, pero en Insurgente el sacrificio que realizan sus padres hacen que esté más que dispuesta a ser una mártir para honrarlos, lo que provoca que quieras darle un collejón de los buenos para que comprenda que ser una kamikaze no es la mejor de las ideas.
Sin embargo, sí que me ha gustado que se mantuviera lo suficientemente fría como para ver ciertas cosas con claridad y que no se dejara engañar... como si hace Cuatro.
Porque Cuatro también tiene lo suyo. Ahora bien, como a Cuatro únicamente lo conoces a través de Tris, de sus interactuaciones con ella, todo en él queda ligado a la relación que mantienen. Es curioso que ambos pequen de lo que le critican al otro: ambos van a lo suyo, no confían en el otro, no se cuentan cosas... De hecho, cuando Tris intenta que Cuatro vea las cosas con perspectiva, él sólo se enfada y volvemos a tener bronca.
Vamos, que ambos me desesperaron lo que no está escrito. Por suerte, el resto de personajes sí que ha tenido una evolución interesante: desde giros que te dejan anonadados, a otras situaciones que la autora resuelve muy bien.
Eso sí, todo acaba confluyendo en un final que es lo mejor de la novela, que ya es decir. Porque el final lo cambia todo, tanto en lo que a los personajes concierne (tanto Tris como Cuatro parecen salir de esa etapa de duelo tan errática) como a la historia. No voy a entrar en detalles, porque no quiero estropear nada, pero el final te deja con unas ganas loca de hacerse con la última parte que, por cierto, en España se titulará Leal.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La marca de Atenea de Rick Riordan.
Tras los hechos acontecidos en Divergente, Tris, Cuatro y los otros supervivientes llegan a Cordialidad, donde refugiarse de Erudición y de los planes de Jeanine. Sin embargo, eso sólo es el primer paso del camino y Tris acaba en medio de una guerra entre facciones, intentando descubrir qué está pasando.
Insurgente empieza justo cuando acaba Divergente. No hay un periodo de tiempo para que los protagonistas asuman lo sucedido, no hay calma, ni posibilidad de detenerse a curarse las heridas... y creo que eso ha jugado un poco en su contra.
Ojo, Insurgente me ha gustado. Mucho. Prácticamente me lo leí de un tirón y me pareció que tanto la historia como el ritmo están mejor llevados que en su primera parte, ya que desde el principio hay acción y Veronica Roth te mete de lleno en la trama. Por eso, nos encontramos ante una lectura sencilla y adictiva, tienes que seguir leyendo para saber qué está sucediendo. De hecho, yo apenas podía dejar el libro, puesto que me moría por saber qué narices estaba ocurriendo: qué era lo que ocultaban los líderes de Abnegación.
Además, la trama me gustó mucho. Me pareció muy interesante el conocer cómo funcionan todas las facciones, más allá de Abnegación y Osadía que eran las únicas que conocíamos en Divergente. También me pareció que Veronica Roth aunaba perfectamente todos los géneros que maneja en la novela: el misterio, la acción pura y dura, el drama y el amor.
Porque en Insurgente la relación entre Tris y Cuatro adquiere algo más de importancia, aunque en su justa medida. Porque la relación entre ambos evoluciona, no es idílica, sino que tiene altibajos y es tan entretenida como interesante de leer.
Y ahora viene el "pero".
Como ya he dicho antes, los personajes no tienen tiempo para digerir todo lo que ha pasado, que ha sido mucho y muy duro. Así que el lector pasa por el proceso de asimilación junto a Tris, que vuelve a ejercer de narradora, lo que es lógico... pero también es desesperante. Tris ha tenido que matar a un amigo, ver como sus compañeros actuales masacraban a su facción anterior y como sus padres morían delante de ella sin que pudiera hacer nada. Por lo tanto, es normal que esté más necesitada de un psicólogo que de respirar al estar tan traumada.
De hecho, es lo más creíble. Sería de lo más ilógico e innatural que Tris hubiera salido reforzada de todo eso sin más. Vamos, que yo entiendo la decisión de Veronica Roth de presentarnos a una Tris rota, que pasa por un tormento personal antes de mejorar.
Pero creo que siendo una novela en primera persona, no era la decisión más inteligente, ya que, como ya he dicho, era desesperante leer las divagaciones de Tris y verla actuar. A Tris siempre le había podido el instinto de supervivencia, era algo que me gustaba mucho de ella, pero en Insurgente el sacrificio que realizan sus padres hacen que esté más que dispuesta a ser una mártir para honrarlos, lo que provoca que quieras darle un collejón de los buenos para que comprenda que ser una kamikaze no es la mejor de las ideas.
Sin embargo, sí que me ha gustado que se mantuviera lo suficientemente fría como para ver ciertas cosas con claridad y que no se dejara engañar... como si hace Cuatro.
Porque Cuatro también tiene lo suyo. Ahora bien, como a Cuatro únicamente lo conoces a través de Tris, de sus interactuaciones con ella, todo en él queda ligado a la relación que mantienen. Es curioso que ambos pequen de lo que le critican al otro: ambos van a lo suyo, no confían en el otro, no se cuentan cosas... De hecho, cuando Tris intenta que Cuatro vea las cosas con perspectiva, él sólo se enfada y volvemos a tener bronca.
Vamos, que ambos me desesperaron lo que no está escrito. Por suerte, el resto de personajes sí que ha tenido una evolución interesante: desde giros que te dejan anonadados, a otras situaciones que la autora resuelve muy bien.
Eso sí, todo acaba confluyendo en un final que es lo mejor de la novela, que ya es decir. Porque el final lo cambia todo, tanto en lo que a los personajes concierne (tanto Tris como Cuatro parecen salir de esa etapa de duelo tan errática) como a la historia. No voy a entrar en detalles, porque no quiero estropear nada, pero el final te deja con unas ganas loca de hacerse con la última parte que, por cierto, en España se titulará Leal.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La marca de Atenea de Rick Riordan.
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Veronica Roth
domingo, 22 de diciembre de 2013
Maromo de la semana 159
Esta semana os traigo un maromo muy, muy especial, ya que el fin de semana que viene no creo que pueda cambiarlo y, además, ¡estamos en Navidad! ¡Wiiii! De hecho, ya no es sólo que la Navidad mole, sino que la BBC se ha acordado de los seriéfilos y nos va a regalar un episodio de Doctor Who (donde diremos adiós a Matt Smith) y la tercera temporada de Sherlock. ¡Dios, por fin! Bueno, la cuestión es que he de homenajear eso y, tras pensarlo mucho, he decidido poner de maromo a uno de los hombres más adorables EVER, que es...
Martin John C. Freeman nació en Aldershot, Hampshire, Inglaterra el 8 de septiembre de 1971, siendo el mejor de cinco hermanos. Martin fue un niño un poco enfermizo (era propenso a los desmayos y asmático), pero eso no le impidió formar parte del equipo nacional británico de squash. Cuando lo dejó, decidió unirse a un grupo de teatro local, donde descubrió su vocación.
En 1997 obtuvo su primer papel profesional: un personaje episódico en la serie Policía de barrio. No fue el único, ya que durante los siguientes años participó en otras como This life, Casualty, Picking up the pieces. En el año 2000, protagonizó tanto la serie Bruiser (con Olivia Colman, por cierto), apareció en varios episodios de Lock, stock y en la película The low down (protagonizada por Aidan Gillen, mi amado Meñique de Game of thrones :3).
Entonces llegó el año 2001 y Martin fichó por The office, la serie cómica de la BBC que luego versionarían los americanos, donde interpretó a Tim Canterbury. Yo no la he visto. Antes veía la americana, pero la dejé. Sin embargo, sé que el personaje de Martin es el que, después, interpretó John Krasinski, así que, cuando la vea, seguro que me encanta. Que, por cierto, me pareció fantabuloso total cuando me enteré que Martin era el Jim original, vamos =D
Durante los tres años en los que estuvo en The office (durante 14 episodios), Martin trabajó en otros protectos: la tv-movie Men only, la serie World of pub, la película Aly G anda suelto (ostras, no recordaba que salía en esa), la miniserie Helen West, un episodio de la serie Linda Green y algo llamado Comic relief 2003: The big hair do, que no tengo ni repajolera idea de lo que es. Y, tras protagonizar la película The debt, apareció en una de las mejores películas que existen: Love actually. Quizás no lo sepáis, pero Martin protagonizó una de las historias de Love actually, exactamente el actor porno que se enamora de su compañera que son monísimos :3 Sólo por eso, hay que idolatrar a Martin, aunque él se las ha apañado para aparecer en mogollón de cosas molonas.
En el 2003, apareció en la serie de cuatro episodios Charles II: The power ant the passion. Le siguió la película Zombies party (creo que en español es Una noche... de muerte, eso si IMDB no ha mentido) y también la serie Hardware, la cual protagonizó junto a Ryan Cartwright, mejor conocido por ser Vincent Nigel-Murray en Bones. Uhh, menuda mezcla. Hala, otra serie que apuntar para ver.
El 2005 volvió a ser su año, ya que, por un lado, protagonizó la película Guía del autoestopista galáctico junto a Zooey Deschanel, Stephen Fry y Warwick Davis, entre otros (¿por qué no he visto esta peli? Quiero verla). Por otro lado, la tv-movie Not tonight with John Sergeant y la serie The Robinsons (con Hugh Bonneville, el conde de Grantham de Downton Abbey). Entonces, Martin comenzó a encadenar una película tras otra: Confetti, Breaking and entering, Long hot summer, Dedication, La chica de mis sueños, Arma fatal, Nativity!, Wild target (en esta sale Ruper Grint, hala).
Y, entonces, llegó el año 2010 y Martin fichó por una serie de la BBC que se acabó convirtiendo en todo un fenómeno porque es la hostia, la releche y demás. Estoy hablando de Sherlock, una versión nueva del personaje de Arhur Conan Doyle, que traslada al detective a la actualidad. Por cierto, si no la habéis visto, no sé a qué esperáis porque es una de las mejores series que se han hecho. Martin interpreta a John Watson, el doctor que acompaña a Sherlock (el gran Benedict Cumberbatch) en sus casos y que es un amor de hombre. Seriously, un amor :3 Estoy deseando que llegue el 1 de enero para ver la tercera temporada de una santa vez y, por cierto, ¡John aféitate ese bigote, por lo que más quieras!
Mientras sigue en Sherlock, Martin no ha descuidado su carrera cinematográfica, todo lo contrario: tras aparecer en las películas Swinging with the Finkels (junto a Mandy Moore, que mona que es esta chica) y Dime con cuántos (esa peli de Anna Faris y Chris Evans que no sé cuánto tiempo llevo queriéndola ver), se anunció que Martin sería otro personaje mítico, mítico. Y es que Martin fue el elegido para interpretar a Bilbo Bolsón en la trilogía de El hobbit, lo que mola mil porque, encima, Martin lo borda. De momento, yo sólo he visto la primera, pero esta semana pienso ir al cine y ver de una vez La desolación de Smaug. Por cierto, en estas pelis Martin coincide con Benedict Cumberbatch, lo que también me parece maravilloso.
Hace poco, además de La desolación de Smaug, Martin ha estrenado Bienvenidos al fin del mundo, que es una comedia que tiene muy buena pinta. Además, parece ser que va a protagonizar una serie americana titulada Fargo, aunque las páginas webs no se ponen muy de acuerdo entre si ha fichado, está en ello o es un mero rumor. Bueno, lo que si se sabe es que en enero vuelve Sherlock y que tiene pendiente de estreno la tercera y última parte de El hobbit y que seguro que le vendrán un montón de cosas más porque Martin es un gran actor.
PD: Aprovechando que prácticamente todas series están de parón, he comenzado New girl. Habré visto unos ocho episodios de momento. Y he de decir dos cosas: 1) la serie mola un huevo y me siento identificada con la prota porque yo también me paso el día cantando; 2) Jess y Nick belong together. Y ya está. No acepto otra cosa que eso, van a acabar juntos y va a ser maravillosos porque ya lo son sin estarlo. Ea.
Martin Freeman
Martin John C. Freeman nació en Aldershot, Hampshire, Inglaterra el 8 de septiembre de 1971, siendo el mejor de cinco hermanos. Martin fue un niño un poco enfermizo (era propenso a los desmayos y asmático), pero eso no le impidió formar parte del equipo nacional británico de squash. Cuando lo dejó, decidió unirse a un grupo de teatro local, donde descubrió su vocación.
En 1997 obtuvo su primer papel profesional: un personaje episódico en la serie Policía de barrio. No fue el único, ya que durante los siguientes años participó en otras como This life, Casualty, Picking up the pieces. En el año 2000, protagonizó tanto la serie Bruiser (con Olivia Colman, por cierto), apareció en varios episodios de Lock, stock y en la película The low down (protagonizada por Aidan Gillen, mi amado Meñique de Game of thrones :3).
Entonces llegó el año 2001 y Martin fichó por The office, la serie cómica de la BBC que luego versionarían los americanos, donde interpretó a Tim Canterbury. Yo no la he visto. Antes veía la americana, pero la dejé. Sin embargo, sé que el personaje de Martin es el que, después, interpretó John Krasinski, así que, cuando la vea, seguro que me encanta. Que, por cierto, me pareció fantabuloso total cuando me enteré que Martin era el Jim original, vamos =D
Durante los tres años en los que estuvo en The office (durante 14 episodios), Martin trabajó en otros protectos: la tv-movie Men only, la serie World of pub, la película Aly G anda suelto (ostras, no recordaba que salía en esa), la miniserie Helen West, un episodio de la serie Linda Green y algo llamado Comic relief 2003: The big hair do, que no tengo ni repajolera idea de lo que es. Y, tras protagonizar la película The debt, apareció en una de las mejores películas que existen: Love actually. Quizás no lo sepáis, pero Martin protagonizó una de las historias de Love actually, exactamente el actor porno que se enamora de su compañera que son monísimos :3 Sólo por eso, hay que idolatrar a Martin, aunque él se las ha apañado para aparecer en mogollón de cosas molonas.
En el 2003, apareció en la serie de cuatro episodios Charles II: The power ant the passion. Le siguió la película Zombies party (creo que en español es Una noche... de muerte, eso si IMDB no ha mentido) y también la serie Hardware, la cual protagonizó junto a Ryan Cartwright, mejor conocido por ser Vincent Nigel-Murray en Bones. Uhh, menuda mezcla. Hala, otra serie que apuntar para ver.
El 2005 volvió a ser su año, ya que, por un lado, protagonizó la película Guía del autoestopista galáctico junto a Zooey Deschanel, Stephen Fry y Warwick Davis, entre otros (¿por qué no he visto esta peli? Quiero verla). Por otro lado, la tv-movie Not tonight with John Sergeant y la serie The Robinsons (con Hugh Bonneville, el conde de Grantham de Downton Abbey). Entonces, Martin comenzó a encadenar una película tras otra: Confetti, Breaking and entering, Long hot summer, Dedication, La chica de mis sueños, Arma fatal, Nativity!, Wild target (en esta sale Ruper Grint, hala).
Y, entonces, llegó el año 2010 y Martin fichó por una serie de la BBC que se acabó convirtiendo en todo un fenómeno porque es la hostia, la releche y demás. Estoy hablando de Sherlock, una versión nueva del personaje de Arhur Conan Doyle, que traslada al detective a la actualidad. Por cierto, si no la habéis visto, no sé a qué esperáis porque es una de las mejores series que se han hecho. Martin interpreta a John Watson, el doctor que acompaña a Sherlock (el gran Benedict Cumberbatch) en sus casos y que es un amor de hombre. Seriously, un amor :3 Estoy deseando que llegue el 1 de enero para ver la tercera temporada de una santa vez y, por cierto, ¡John aféitate ese bigote, por lo que más quieras!
Mientras sigue en Sherlock, Martin no ha descuidado su carrera cinematográfica, todo lo contrario: tras aparecer en las películas Swinging with the Finkels (junto a Mandy Moore, que mona que es esta chica) y Dime con cuántos (esa peli de Anna Faris y Chris Evans que no sé cuánto tiempo llevo queriéndola ver), se anunció que Martin sería otro personaje mítico, mítico. Y es que Martin fue el elegido para interpretar a Bilbo Bolsón en la trilogía de El hobbit, lo que mola mil porque, encima, Martin lo borda. De momento, yo sólo he visto la primera, pero esta semana pienso ir al cine y ver de una vez La desolación de Smaug. Por cierto, en estas pelis Martin coincide con Benedict Cumberbatch, lo que también me parece maravilloso.
Hace poco, además de La desolación de Smaug, Martin ha estrenado Bienvenidos al fin del mundo, que es una comedia que tiene muy buena pinta. Además, parece ser que va a protagonizar una serie americana titulada Fargo, aunque las páginas webs no se ponen muy de acuerdo entre si ha fichado, está en ello o es un mero rumor. Bueno, lo que si se sabe es que en enero vuelve Sherlock y que tiene pendiente de estreno la tercera y última parte de El hobbit y que seguro que le vendrán un montón de cosas más porque Martin es un gran actor.
PD: Aprovechando que prácticamente todas series están de parón, he comenzado New girl. Habré visto unos ocho episodios de momento. Y he de decir dos cosas: 1) la serie mola un huevo y me siento identificada con la prota porque yo también me paso el día cantando; 2) Jess y Nick belong together. Y ya está. No acepto otra cosa que eso, van a acabar juntos y va a ser maravillosos porque ya lo son sin estarlo. Ea.
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jueves, 19 de diciembre de 2013
El retorno del Fairy
Hace ya algún tiempo, gracias a los chicos de El internado en general y a nuestro amado Madelman en particular, descubrimos que el Fairy era una cosa muy chunga. En este caso, el Madelman dejaba a Vicky inconsciente. Os dejo una fotito por si no os acordáis:
La cuestión es que hace unos días estaba yo tan pancha, viendo el episodio de Arrow que servía de finale antes del parón... Vale, he mentido, de pancha nada porque todos los episodios estos están siendo de infarto y Arrow no ha sido la excepción. Bueno, no voy a entrar en lo que pasa o no en el episodio, sólo os diré que en esta temporada hay unos chungos que están usando algo llamado Mirakuru para crear super humanos con los que tener un ejército.
Pues bien, en este episodio pasan cosas y Roy acaba apresado por los chungos y le van a inyectar el Mirakuru... Y es entonces cuando descubrí que Mirakuru es el nombre clave o quizás japonés, para Fairy porque mirad:
¡El Fairy asesino ha vuelto!
Encima, el tío este con la máscara acojona que no veas, ¿eh? Y acojona aún más el hecho de que la peña esta está fabricando Fairy en masa. ¿Qué quiere decir esto? ¿Ottox estaba también en la supuesta isla perdida de Ollie que no es tal porque está petada de gente? Pues no me sorprendería. Tampoco lo haría si salieran unicornios, Peter Pan o el humo negro de Perdidos.
No lo sé, Roy, no lo sé. De hecho también me lo pregunto. A lo mejor Noiret deja de fingir ser Indiana Jones en Agents of Shield y se pasea por Starling City cantando su dandy criminal. Eh, sería de lo más molón. Eso es así.
Es la mano del Madelman, portando el Fairy asesino.
La cuestión es que hace unos días estaba yo tan pancha, viendo el episodio de Arrow que servía de finale antes del parón... Vale, he mentido, de pancha nada porque todos los episodios estos están siendo de infarto y Arrow no ha sido la excepción. Bueno, no voy a entrar en lo que pasa o no en el episodio, sólo os diré que en esta temporada hay unos chungos que están usando algo llamado Mirakuru para crear super humanos con los que tener un ejército.
Pues bien, en este episodio pasan cosas y Roy acaba apresado por los chungos y le van a inyectar el Mirakuru... Y es entonces cuando descubrí que Mirakuru es el nombre clave o quizás japonés, para Fairy porque mirad:
¡El Fairy asesino ha vuelto!
Encima, el tío este con la máscara acojona que no veas, ¿eh? Y acojona aún más el hecho de que la peña esta está fabricando Fairy en masa. ¿Qué quiere decir esto? ¿Ottox estaba también en la supuesta isla perdida de Ollie que no es tal porque está petada de gente? Pues no me sorprendería. Tampoco lo haría si salieran unicornios, Peter Pan o el humo negro de Perdidos.
¡Es producción en masa del Fairy! ¡OMG!
¿Será ese hombre un nazi?
Roy: Pero... ¿Eso qué quiere decir? ¿Los chungos estos están aliados con Ottox? ¿Starling City está hermanada con el Laguna negra?
No lo sé, Roy, no lo sé. De hecho también me lo pregunto. A lo mejor Noiret deja de fingir ser Indiana Jones en Agents of Shield y se pasea por Starling City cantando su dandy criminal. Eh, sería de lo más molón. Eso es así.
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miércoles, 18 de diciembre de 2013
En blanco y negro: Capítulo 24
Un miércoles más os traigo un nuevo capítulo de En blanco y negro, la segunda parte de Cuatro damas, en este caso el 24. Así que, nada, no me enrollo más y os dejo con él:
Un nuevo episodio en blanco y negro tiene lugar, aunque en esta ocasión es diferente, lo que acaba provocando un acercamiento entre Ariadne y Deker. Al mismo tiempo, Álvaro debe hacer frente a las consecuencias de la reunión que ha mantenido con su rey, Mikage.
Espero que el capítulo os haya gustado. Bueno, creo que os gustará porque al fin pasa algo que estábais deseando muchos (o eso espero) y, además, aparece un personaje que va a traer cola en el futuro: Mikage. Así que, ya sabéis, que queréis comentar cualquier cosa, pues para eso están los comentarios que me hacen tremendamente feliz ;P
En dos semanas, más.
Próximamente: Perdiendo el control + Memory Lane.
Un nuevo episodio en blanco y negro tiene lugar, aunque en esta ocasión es diferente, lo que acaba provocando un acercamiento entre Ariadne y Deker. Al mismo tiempo, Álvaro debe hacer frente a las consecuencias de la reunión que ha mantenido con su rey, Mikage.
Espero que el capítulo os haya gustado. Bueno, creo que os gustará porque al fin pasa algo que estábais deseando muchos (o eso espero) y, además, aparece un personaje que va a traer cola en el futuro: Mikage. Así que, ya sabéis, que queréis comentar cualquier cosa, pues para eso están los comentarios que me hacen tremendamente feliz ;P
En dos semanas, más.
Próximamente: Perdiendo el control + Memory Lane.
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lunes, 16 de diciembre de 2013
Guerras del Mundo Emergido I. La secta de los asesinos
Ya sabéis que, desde el verano, todos los lunes os traigo una reseña. Esta semana os traigo la de la primera parte de una trilogía (yo no sé cómo lo hago, pero siempre acabo enganchada a sagas) de fantasía épica de la autora italiana Licia Troisi. La trilogía en cuestión es Guerras del Mundo Emergido, publicada en España por Destino, que es la segunda saga de la autora ambientada en ese mundo.
De ese dato me enteré a posteriori, cuando había leído más de un tercio de la novela, y en general me enteré bastante bien de lo que sucedía porque la autora se encarga de aclarar lo que necesitas saber. Por si os interesa, os diré que la primera saga, Crónicas del Mundo Emergido, ha sido publicada por la editorial Kailas.
Pero volviendo a la saga actual, Guerras del Mundo Emergido, arranca con la novela La secta de los asesinos, donde conocemos a Dubhe, nuestra protagonista.
Dubhe es una ladrona que, tras la muerte de su maestro, sigue trabajando y yendo de un lugar a otro, mientras huye de la Gilda, una secta de asesinos que la está buscando. Desgraciadamente, lo que parece un trabajo normal y corriente resulta ser una trampa de la Gilda para lograr hacerse con ella: le ponen un sello que la convierte en un monstruo, una fiera asesina, por lo que debe trabajar para ellos para conseguir una cura y, por tanto, su libertad.
En líneas generales, la novela me ha gustado. No es que me haya encantado, pero sí que me ha gustado y quiero leer sus continuaciones.
El mayor problema que tiene La secta de los asesinos es que tarda en arrancar, es muy lenta al principio. De hecho, el segundo protagonista aparece prácticamente en el último tercio de la novela y es entonces cuando la trama mejora una barbaridad y se vuelve más dinámica e interesante. Desde la aparición de Lonerin, la acción es más fluida y la historia se lee muchísimo mejor.
Y es que las dos primeras partes son muy introductorias y apenas se avanza en la trama. Prácticamente la autora se dedica a explicar cómo funciona el Mundo Emergido, en qué consiste la Gilda, mitología y, sobre todo, el pasado de Dubhe. Que sí, es muy necesario para entender por qué ciertas cosas son muy malas y la motivación de los personajes, en especial de Dubhe, pero la falta de acción hace que sea una lectura más tediosa. Sin embargo, la última parte se lee en un suspiro y espero que las otras dos partes sigan esa estela.
Además, en ocasiones la narración tiende a ser demasiado densa, por lo que hay pasajes que logran sacarte de la lectura. Sin embargo, las escenas de acción y los diálogos tienen un estilo mucho más ligero, que particularmente encontré más apropiado para una novela de aventuras. Eso sí, ni los nombres inventados eran complicados, ni tampoco las explicaciones sobre el Mundo Emergido, por lo que ni te haces un lío, ni te pierdes con los reinos y demás cuestiones culturales, lo que en una novela de fantasía épica es de agradecer.
Mas no todo en esta novela tiene un "pero", ya que los personajes cumplen perfectamente con su labor. Dubhe es la clara protagonista, al menos de esta primera parte, y es una buena protagonista: enseguida se empatiza con ella, es dura, valiente, inteligente y resolutiva, por lo que no necesita a nadie para salvarse. Además, tiene un pasado de lo más complicado, que resulta muy interesante. A mí me gustó mucho que Dubhe no fuera una pavisosa, ni una damisela en apuros, sino que tuviera carácter y que supiera siempre como actuar.
El resto de personajes no tienen tanta importancia, ni los conoces tan bien como a Dubhe, pero igualmente son complejos, están bien retratados y cumplen con sus papeles: desde Lonerin, un joven mago con ideales y valor, que evidentemente va a acabar siendo el interés romántico de Dubhe (aunque en esta novela del tema amor nada de nada), hasta el malvado Yeshol, máximo instigador de Dubhe, movido por su fervor religioso, que anda que no es hijo puta el tío, por cierto.
Pese a todo, me pareció una novela muy interesante. La trama que presenta Licia Troisi, también todo el mundo que ha inventado, me convenció mucho, me pareció complejo, cuidado y, aunque sea repetirme, interesante. De hecho, estoy deseando saber cómo va a continuar la historia, qué va a ser de Dubhe, Lonerim y el resto del Mundo Emergido, por lo que me haré con la segunda parte en cuanto pueda.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Insurgente de Veronica Roth.
De ese dato me enteré a posteriori, cuando había leído más de un tercio de la novela, y en general me enteré bastante bien de lo que sucedía porque la autora se encarga de aclarar lo que necesitas saber. Por si os interesa, os diré que la primera saga, Crónicas del Mundo Emergido, ha sido publicada por la editorial Kailas.
Pero volviendo a la saga actual, Guerras del Mundo Emergido, arranca con la novela La secta de los asesinos, donde conocemos a Dubhe, nuestra protagonista.
Dubhe es una ladrona que, tras la muerte de su maestro, sigue trabajando y yendo de un lugar a otro, mientras huye de la Gilda, una secta de asesinos que la está buscando. Desgraciadamente, lo que parece un trabajo normal y corriente resulta ser una trampa de la Gilda para lograr hacerse con ella: le ponen un sello que la convierte en un monstruo, una fiera asesina, por lo que debe trabajar para ellos para conseguir una cura y, por tanto, su libertad.
En líneas generales, la novela me ha gustado. No es que me haya encantado, pero sí que me ha gustado y quiero leer sus continuaciones.
El mayor problema que tiene La secta de los asesinos es que tarda en arrancar, es muy lenta al principio. De hecho, el segundo protagonista aparece prácticamente en el último tercio de la novela y es entonces cuando la trama mejora una barbaridad y se vuelve más dinámica e interesante. Desde la aparición de Lonerin, la acción es más fluida y la historia se lee muchísimo mejor.
Y es que las dos primeras partes son muy introductorias y apenas se avanza en la trama. Prácticamente la autora se dedica a explicar cómo funciona el Mundo Emergido, en qué consiste la Gilda, mitología y, sobre todo, el pasado de Dubhe. Que sí, es muy necesario para entender por qué ciertas cosas son muy malas y la motivación de los personajes, en especial de Dubhe, pero la falta de acción hace que sea una lectura más tediosa. Sin embargo, la última parte se lee en un suspiro y espero que las otras dos partes sigan esa estela.
Además, en ocasiones la narración tiende a ser demasiado densa, por lo que hay pasajes que logran sacarte de la lectura. Sin embargo, las escenas de acción y los diálogos tienen un estilo mucho más ligero, que particularmente encontré más apropiado para una novela de aventuras. Eso sí, ni los nombres inventados eran complicados, ni tampoco las explicaciones sobre el Mundo Emergido, por lo que ni te haces un lío, ni te pierdes con los reinos y demás cuestiones culturales, lo que en una novela de fantasía épica es de agradecer.
Mas no todo en esta novela tiene un "pero", ya que los personajes cumplen perfectamente con su labor. Dubhe es la clara protagonista, al menos de esta primera parte, y es una buena protagonista: enseguida se empatiza con ella, es dura, valiente, inteligente y resolutiva, por lo que no necesita a nadie para salvarse. Además, tiene un pasado de lo más complicado, que resulta muy interesante. A mí me gustó mucho que Dubhe no fuera una pavisosa, ni una damisela en apuros, sino que tuviera carácter y que supiera siempre como actuar.
El resto de personajes no tienen tanta importancia, ni los conoces tan bien como a Dubhe, pero igualmente son complejos, están bien retratados y cumplen con sus papeles: desde Lonerin, un joven mago con ideales y valor, que evidentemente va a acabar siendo el interés romántico de Dubhe (aunque en esta novela del tema amor nada de nada), hasta el malvado Yeshol, máximo instigador de Dubhe, movido por su fervor religioso, que anda que no es hijo puta el tío, por cierto.
Pese a todo, me pareció una novela muy interesante. La trama que presenta Licia Troisi, también todo el mundo que ha inventado, me convenció mucho, me pareció complejo, cuidado y, aunque sea repetirme, interesante. De hecho, estoy deseando saber cómo va a continuar la historia, qué va a ser de Dubhe, Lonerim y el resto del Mundo Emergido, por lo que me haré con la segunda parte en cuanto pueda.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Insurgente de Veronica Roth.
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domingo, 15 de diciembre de 2013
Maromo de la semana 158
Esta semana tenía muchas, pero muchas, dudas sobre qué maromo poner. Entonces, he visto el trailer de una película en la tele, le he visto a él y he decidido tomármelo como una señal del universo y ponerle a él de una vez. Os estoy hablando de un hombre que... madre mía, cómo está el tío, además tiene unos brazos de lo más afjaiurarha... Ya me entendéis. Os estoy hablando de...
Naveen William Sidney Andrews nació en Londres el 17 de enero 1969 hijo de una psicóloga y de un hombre de negocios, ambos provenientes de Kermala, India. Naveen nunca tuvo una buena relación con ellos, ya que eran muy estrictos y tradicionales, mientras que él era más indómito y rebelde; además, el señor Andrews no aprobaba la vocación artística de su hijo. Cuando Naveen tenía quince años, la situación llegó a tales extremos que le expulsaron de casa y acabó viviendo con su profesora de matemáticas.
Naveen no pudo ir a la universidad por sus bajas calificaciones, pero sí que acudió a clases de arte dramático en la Guidall School of Music and Drama, donde coincidió con actores como Ewan McGregor y Daniel Craig. Yo me pregunto qué les daban en esa escuela porque menudos maromos los tres, ay, omá.
Su primer trabajo fue en 1991 con la película Londres me mata y le siguieron otros trabajos como la película Wild west (donde coincidió con Ravi Kapoor, alias Bug en la maravillosa Crossing Jordan), Double vision (con Kim Cattrall y Christopher Lee), la miniserie The Budda of Suburbia, la tv-movie The peacock spring, la película Kamasutra, una historia de amor, El paciente inglés (sí, esa, la de Joseph Fiennes, Kristin Scott Thomas y Colin Firth, esa, y yo lo flipo porque la vi hace mil y ni idea de que salía Naveen), Mi gran amigo Joe (esa en la que Charlize Theron se hace amiga de un gorila, llamado Joe, de ahí el título, efectivamente)...
La verdad es que hay muchas más, pero no las conozco y tampoco os quiero aburrir. Además, para eso está el IMDB, ¿no? La cuestión es que Naveen trabajó mucho, pese a que durante su juventud pasó una mala racha en cuanto a drogas y alcohol. Afortunadamente, Naveen logró salir de todo eso y lo dejó atrás.
Y, así, llegamos al año 2004 cuando fichó por una nueva propuesta de la cadena ABC y, seguramente, ya sabréis de qué estoy hablando. Efectivamente: Perdidos. En Perdidos, Naveen era Sayid, un ex militar iraquí que era de los personajes más interesantes de la serie y, particularmente, de mis favoritos. Sayid molaba un huevo y, además, Naveen lo interpretaba estupendamente, mientras lucía esos señores brazacos que tiene al llevar las camisetas de tirantes todo el día. Bendita isla de Perdidos donde iban todos enseñando cacha, arg.
Perdidos duró seis temporadas en antena (del 2004 al 2010) y Naveen estuvo en todas ellas, aunque no se dedicó en exclusiva a la serie. Durante ese periodo trabajó en otros proyectos: Bodas y prejuicios (según el propio cartel: la novela de Jane Austen conoció Bollywood y sale Daniel Gillies y Rory Gilmore. Muy OMG todo), la tv-movie The ten commandments; Grindhouse, ese experimento que unía dos películas, que también se estrenaron por separado: en este caso, Naveen apareció en Planet terror; la película La extraña que hay en ti, la película Animals y un episodio de Ley y orden: Unidad de víctimas especiales.
En el 2012, Naveen apareció en la serie inglesa Sinbad y en el 2013 es cuando he vuelto a verlo a menudo, pues es Jafar en Once upon a time in Wonderland. Que, a ver, es una serie cutre, pero cutre, cutre. En serio, es cutre nivel cromas de Sé lo que hicisteis y creo que me quedo corta. Sin embargo, está entretenida y tiene algunos personajes interesantes como la Sota. Jafar al principio me parecía muy malo de opereta, pero sus flashbacks han hecho que me mole más y, vamos, que siendo Naveen yo ya iba muy dispuesta a que me gustara porque soy súper objetiva, xDD.
Además, ha protagonizado la película Diana, a la que le prometo mi más sentida ausencia, como diría mi padre, pero que ha hecho que vea a Naveen en los trailers a menudo. Hasta me lo pusieron cuando fui a ver En llamas. También ha aparecido en la tv-movie Reckless, la cual tiene pendiente de estreno y, mientras dure, que será poquito, lo tenemos paseándose por el país de las maravillas. ¿Lo veremos en la serie madre?
Naveen Andrews
Naveen William Sidney Andrews nació en Londres el 17 de enero 1969 hijo de una psicóloga y de un hombre de negocios, ambos provenientes de Kermala, India. Naveen nunca tuvo una buena relación con ellos, ya que eran muy estrictos y tradicionales, mientras que él era más indómito y rebelde; además, el señor Andrews no aprobaba la vocación artística de su hijo. Cuando Naveen tenía quince años, la situación llegó a tales extremos que le expulsaron de casa y acabó viviendo con su profesora de matemáticas.
Naveen no pudo ir a la universidad por sus bajas calificaciones, pero sí que acudió a clases de arte dramático en la Guidall School of Music and Drama, donde coincidió con actores como Ewan McGregor y Daniel Craig. Yo me pregunto qué les daban en esa escuela porque menudos maromos los tres, ay, omá.
Su primer trabajo fue en 1991 con la película Londres me mata y le siguieron otros trabajos como la película Wild west (donde coincidió con Ravi Kapoor, alias Bug en la maravillosa Crossing Jordan), Double vision (con Kim Cattrall y Christopher Lee), la miniserie The Budda of Suburbia, la tv-movie The peacock spring, la película Kamasutra, una historia de amor, El paciente inglés (sí, esa, la de Joseph Fiennes, Kristin Scott Thomas y Colin Firth, esa, y yo lo flipo porque la vi hace mil y ni idea de que salía Naveen), Mi gran amigo Joe (esa en la que Charlize Theron se hace amiga de un gorila, llamado Joe, de ahí el título, efectivamente)...
La verdad es que hay muchas más, pero no las conozco y tampoco os quiero aburrir. Además, para eso está el IMDB, ¿no? La cuestión es que Naveen trabajó mucho, pese a que durante su juventud pasó una mala racha en cuanto a drogas y alcohol. Afortunadamente, Naveen logró salir de todo eso y lo dejó atrás.
Y, así, llegamos al año 2004 cuando fichó por una nueva propuesta de la cadena ABC y, seguramente, ya sabréis de qué estoy hablando. Efectivamente: Perdidos. En Perdidos, Naveen era Sayid, un ex militar iraquí que era de los personajes más interesantes de la serie y, particularmente, de mis favoritos. Sayid molaba un huevo y, además, Naveen lo interpretaba estupendamente, mientras lucía esos señores brazacos que tiene al llevar las camisetas de tirantes todo el día. Bendita isla de Perdidos donde iban todos enseñando cacha, arg.
Perdidos duró seis temporadas en antena (del 2004 al 2010) y Naveen estuvo en todas ellas, aunque no se dedicó en exclusiva a la serie. Durante ese periodo trabajó en otros proyectos: Bodas y prejuicios (según el propio cartel: la novela de Jane Austen conoció Bollywood y sale Daniel Gillies y Rory Gilmore. Muy OMG todo), la tv-movie The ten commandments; Grindhouse, ese experimento que unía dos películas, que también se estrenaron por separado: en este caso, Naveen apareció en Planet terror; la película La extraña que hay en ti, la película Animals y un episodio de Ley y orden: Unidad de víctimas especiales.
En el 2012, Naveen apareció en la serie inglesa Sinbad y en el 2013 es cuando he vuelto a verlo a menudo, pues es Jafar en Once upon a time in Wonderland. Que, a ver, es una serie cutre, pero cutre, cutre. En serio, es cutre nivel cromas de Sé lo que hicisteis y creo que me quedo corta. Sin embargo, está entretenida y tiene algunos personajes interesantes como la Sota. Jafar al principio me parecía muy malo de opereta, pero sus flashbacks han hecho que me mole más y, vamos, que siendo Naveen yo ya iba muy dispuesta a que me gustara porque soy súper objetiva, xDD.
Además, ha protagonizado la película Diana, a la que le prometo mi más sentida ausencia, como diría mi padre, pero que ha hecho que vea a Naveen en los trailers a menudo. Hasta me lo pusieron cuando fui a ver En llamas. También ha aparecido en la tv-movie Reckless, la cual tiene pendiente de estreno y, mientras dure, que será poquito, lo tenemos paseándose por el país de las maravillas. ¿Lo veremos en la serie madre?
viernes, 13 de diciembre de 2013
Vive cantando 1x15 - Feliz Navidad
Esta semana Vive cantando ha dicho adiós a su primera temporada con un último episodio que fue la leche y, encima, navideño. ¿Le podía pedir algo más? No, porque creo que cumplió con absolutamente todas mis expectativas, incluso más y me hizo muy feliz con todo lo que pasó. Así que, nada, no me enrollo más y, como siempre, voy por tramas; esta vez, voy a dividirlas en dos: la parte de El caño, por un lado, y la familia de Trini y los dos karaoke por otra, ya que estuvo todo muy bien hilado.
Empiezo con éstos últimos. La navidad está a la vuelta de la esquina y Trini baja la caja de los adornos, pero la familia no está por la labor de celebrarla y, de hecho, El abuelo está más cascarrabias de lo habitual. Sí, era posible. Como siga así se nos convierte en un Balrog cualquier día de estos. Mientras los demás se preparan para cenar, Trini hojea la carta y descubre una carta de Luisa donde le pide que se encargue de que los niños celebren la navidad como siempre.
Al día siguiente, Juanjo aparece por su casa, ya que le han soltado del hospital y tanto él como los niños y El abuelo flipan al ver el salón navideño que se ha cascado Trini. Ésta y Juanjo tienen un reencuentro muy bonito, aunque falto de pasión si me preguntáis. Se lo voy a perdonar porque está la familia con ellos. Como todos flipan, Trini les explica que va a celebrar una señora navidad con Juanjo incluido (también que en el belén hay un dinosaurio haciéndose pasar por buey porque ha tenido un accidentillo).
Entonces le pregunta por César y según Juanjo está como antes. No, no gordo, sino insoportable... y lo vemos dale la turra al vecino de habitación de hospital. En ese momento, llega Lucía y se extraña al ver que no le han dado el alta. César está tan contento, pensando que es un error administrativo y que se va a largar; de hecho, hasta intenta que su compañero visualice, aunque él es más de rezarle a San Benito. Están hablando de eso, cuando aparece la doctora para decirle que hay problemas y tienen que operarle de nuevo.
Lucía se lo cuenta a Juanjo, explicándole que César está triste y que deben vigilarlo porque debe estarse quieto. Juanjo decide quedarse con él, mientras Lucía descansa un rato y se lo encuentra animando a su compañero, en medio del pasillo... y enseñando el culo. ¿Se consideraría un crossover con Con el culo al aire? Juanjo le hace volver a la habitación y le dice que se deje de visualizar y haga caso a los médicos.
Luego, tiene que firmar la autorización para la operación, donde hay sus riesgos, pero César sigue en plan súper positivo. Juanjo, el pobre, se siente mal y, claro, la situación no mejora cuando descubren que el compañero de habitación la ha cascado. También los médicos qué tacto, ¿no? Ya podrían haberle dicho que estaba en la UCI o algo, jolín.
De vuelta al barrio, Trini intenta que su padre la ayude, pero el hombre sigue pasando y se va a tomar con café con Rita. Me alegro de que se sigan viendo, por cierto. Trini se va de compras y ve a La cuñadísima birlando una colonia, así que le recomienda que tenga cuidado y una cosa lleva a otra y Trini decide imitarla. Asun le dice que, ya puestas, mejor una carísima, pero el guardia de seguridad la pilla infraganti.
Los polis acuden a la escena del crimen, pero Trini tiene suerte... relativa: si la paga, no pondrán denuncia. Trini intenta que Los polis la ayuden contándoles que, si lo hace, no tendrá dinero para la cena y por eso El poli le dice que le regala un pavo del pueblo. Al día siguiente se lo lleva... en su jaulita, porque el pavo está vivito y coleando. Trini le dice que le pegue un tiro, pero Tito le dice que no puede, que no lleva bien el sufrimiento ajeno.
Al fallar la opción de Tito, Trini intenta matarlo ella, pero tampoco puede. Paula señala que no sería la primera vez que asesina un pájaro en esa casa, xDD. Trini le pide que lo haga ella, pero Paula tampoco está por la labor. Por eso, va a pedirle ayuda a Juanjo y él le dice que no puede ir. Trini ejerce de Juan Palomo, vamos, que ella se lo dice todo, hasta que Juanjo puede contarle que va a estar en el hospital con César. Trini le dice que todo va a salir bien, pero Juanjo sigue muy afectado. Jolín, qué triste es verle así T0T
Finalmente, el que acude a su rescate es El mendigo. El problema es que cuando llegan a casa, Nacho ha descubierto al pavo y le ha llamado Beyoncé. Trini le dice que el pavo es la cena, pero Nacho pone tal cara de susto que deben cambiar de planes y adoptarlo. El mendigo, al quedarse sin cena, le dice que no se preocupe, que se irá a un albergue, pero Trini le dice que cena con ellos y hasta le da rompa limpia.
Por otro lado, en el hospital, César está a punto de ser operado y está tan negativo que hasta pasa de visualizar (a Juanjo le cambia la carilla cuando lo dice). Cuando se lo llevan, se despide de él y de Lucía, quienes se quedan esperando. Al rato, la doctora les informa de que la operación no ha salido del todo bien: lo han perdido durante unos segundos, pero lo han reanimado, aunque en esos momentos está en coma y que sólo les queda esperar. Jolín, en serio, estos dos me van a matar de un disgusto T0T
Ambos se quedan con César y, aprovechando que Lucía ha ido a por agua, Juanjo le abre su patata y le dice que se tiene que recuperar y volver. Entonces, de pronto, César se despierta, diciéndole que ha tenido que estar a punto de morir para que visualice y todo es bonito y maravilloso... hasta que llega Lucía y descubrimos que era Juanjo visualizando. Éste, al darse cuenta, se va todo afectado. Es una escena tan bonita como desgarradora, de esas que hacen ensaladilla rusa con tu patata, porque encima José Luis García Pérez es lo mejor y lo borda y te emociona al hablar con César y éstos tiene una relación muy bonita y... y... yo creo que estoy desvariando. Resumiendo: malditos seáis guionistas, que me hacéis sufrir lo que no está escrito, aunque os ha quedado muy bonito.
Por la noche, Rafael llega a su casa y se encuentra que Nacho ha adoptado a Beyoncé, que van a cenar comida china y que El mendigo les acompaña y, para más INRI, lleva su ropa. ¿Resultado? El abuelo se china de lo lindo y saca a colación la ausencia de Luisa y, una vez más, hace llorar a Trini, que acaba contando lo de la carta, antes de mandar a la mierda todo e irse. En serio, Rafael, menudo don el tuyo.
El mendigo, al ver el plan, decide coger un rollito de primavera e irse. Se encuentra a Trini fumando y le dice que su familia va a ir a buscarla... y de hecho los tres aparecen en ese momento para decirle que suba. Bueno, Rafael la llama "mamarracha" de paso, que ya sabemos que este hombre es todo menos cariñoso. Van a subir, cuando descubren que ninguno ha cogido las llaves. Paula se echa a reír, porque está claro que esas navidades las van a recordar, y están todos en plan felices, cuando Juanjo llama a Trini para contarle lo sucedido con César.
Total, que Trini va directa al hospital a estar con César y le dice a Lucía que le cante algo, mientras César está teniendo... ¿un sueño comatoso? Bueno, algo así, en el que Juanjo le echa de La bamba y se encuentra a su difunto compañero, que le dice que si se van. César accede, dispuesto a irse hacia la luz, cuando oye la voz de Lucía a lo lejos, que le está cantando, por lo que sigue la voz, vuelve a La bamba y se encuentra una fiesta con todos los personajes de la serie. Me hace gracia que Carlos y Jeco van vestidos como el día que hicieron de stripper y que Asun lleva la diadema de pollas xDDD.
Aunque, bueno, lo mejor es ver a Juanjo tan sonriente y bailando. En serio, César, eso es un claro indicador de que no estás en la real life. En ese momento, encima, aparecen Los chunguitos, que se ponen a cantar con Lucía.
En la real life donde Juanjo no baila como si le fuera la vida en ello, Lucía sigue cantando, ahí, medio llorando la pobre, cuando César despierta. Y esta vez despierta de vez, para alegría y emoción de los demás. De hecho, Juanjo está tan contento que hasta se abraza a Trini, mientras César y Lucía se hacen carantoñas... y el espíritu navideño-romántico se le contagia, porque le arrea un señor morreo a Trini, aunque luego se separan en plan incómodos-si en el fondo te quiero un huevo.
Por otro lado, vamos con La Caño family (como he decidido llamarla, para acortar y eso). Por todo el pufo de Armenteros, La cuñadísima y sus hijos están desayunando en El caño, pero, ojo, porque Alma tiene antojo de bollería industrial, ¿eh? No os vayáis a pensar que es porque no tienen dinero ni nada. Está comentando con Candela que todos están igual de achuchados, cuando Mariano les dice que les han tocado 1000 eurazos en la lotería. Yo ya estaría bailando como Hugh Grant para celebrarlo.
Así, sale el tema de la cena, ya que Candela creía que Los cuñadísimos iban a ir con ellos (a lo que Cefe se apunta ipso facto), pero Asun está decidida a que sea como siempre, que lo celebran ellos porque, encima, Armenteros se convierte en El almendro, que vuelve a casa por navidad. Cefe, por cierto, se apunta igualmente a la cena.
Asun se va porque tiene que recolectar comida para los pobres con el AMPA y acaba en El caño, sacándole a Candela todo lo posible... y agenciándose el lomo de pueblo bueno, bueno, algo que Candela ve. Ésta le suelta unas pullitas, pero La cuñadísima ni despeinarse, ¿eh? Candela se lo cuenta a Mariano porque no le parece ni medio normal, pero él la justifica, dice que le cuesta pedir ayuda. Según Candela no es eso, sino que vive en Los mundos de Yupi y que, siguiéndole la corriente, no la ayudan. Mariano, entonces, cree que debería darle el premio de la lotería y Cefe, siempre al quite, cree que con darle apoyo basta y se lamenta por no cenar percebes.
Más tarde, Paula se presenta en casa de Los cuñadísimos con helado y pepinillos para Alma, cuando Carlos se pira dando una excusa penosa. Paula no entiende nada, pero Alma le acaba contando lo que le pasa en realidad: Carlos va a la calle a tocar la guitarra para intentar sacar dinero. Total, que Paula va a verlo y... Bueno, se descojona un poco de él, lo que a Carlos le toca la moral porque es lo único que puede hacer para ayudar. Tarde o temprano tenía que pasar: se le ha pegado el tacto de Trini.
Por su parte, Alma está preocupada y Jeco cree que es por el nombre de los gemelos, pero él tiene la solución: Jesús y Francisco si son niños, María Jesús y Francisca si son niñas. Te has roto la cabeza, ¿eh? xDD. Lo que le ocurre a Alma, por cierto, es que no ve cómo van a sacar a los niños adelante con la que tienen, por lo que se ha replanteado darlos en adopción, algo a lo que Jeco se niega. De hecho, le promete que a sus hijos no les va a faltar de nada.
Al rato, Alma va tan contenta por la calle cuando un Papá Noel la acosa... ¿Un Papá Noel normal? ¡No! ¡SúperJeco en acción! Resulta que ha buscado empleo y le han contratado en una juguetería a comisión. Y, oye, lo majo que está él con el traje de Papá Noel, por cierto.
Al día siguiente, Mariano va a ver a su hermana, que está liada con la cena. Mariano, tras ver que tiene la nevera vacía (porque le tienen que traer la compra, malpensaos), le pregunta si necesita algo. Pero según La cuñadísima no le falta de nada... o sí, porque justo en ese momento le cortan la luz. Ay, no, que es un fallo técnico. Al verla tan apurada, Mariano le sigue el rollo y le da los 1000 euros, diciéndole que se los debía.
Ante la ausencia de luz, SuperJeco acude al rescate: acompañado de Alma, va al cuarto donde están los cuadros eléctricos (puede que tenga un nombre, pero como no soy el barbas de Bricomanía, no me lo sé) para cogerle prestada luz al vecino. Le pide a la chica que cierre la puerta para no llamar la atención, con tal mala suerte que, cuando cierran, se han dejado las llaves puestas por fuera.
Cuando Jeco lo consigue, se ponen a celebrarlo, pero la alegría les dura poco porque descubre que se han quedado atrapados. Jeco se pone a pedir ayuda, golpeando la puerta y demás, mientras que la pobre Alma se desespera: para ella está claro que no pueden con la situación. Le está preguntando a Jeco qué más necesita para darse cuenta de eso, cuando rompe aguas, aunque Jeco se cree que se ha meado.
Mientras tanto, Paula va a visitar a Carlos de nuevo y le da un euro y un consejo: que se deje de villancicos porque la gente estará cansada. Carlos cree que el problema no es ese, sino que se nota que es el último sitio en el que quiere estar, pasando frío y haciendo el idiota. Paula se ofrece a que hagan el idiota juntos y se pone a cantar Tenía tanto que darte y les queda taaaaan bonito :3 Bueno, de hecho, les queda tan guay que les aplauden y les echan dinero y todo, que es mucho decir.
A todo esto, en El caño Mariano cuenta lo del dinero y Candela cree que deben abrirle los ojos a Asun, pero Mariano le dice que lo de la cena no es por El almendro, sino que a ella le hace ilusión y, claro, no se la van a quitar. Están hablando de eso cuando llega La cuñadísima buscando a Alma, que hace mucho que no la ve. Mariano le dice que si llevan velas, para crear ambiente, pero su hermana dice que la luz ha vuelto. ¿Y esta buena mujer no se pregunta cómo ha vuelto? ¿Por magia? ¿Un milagro de Naviduca?
Candela, entonces, se apiada de La cuñadísima y le regala una caja de langostinos para los niños pobres, a.k.a La cuñadísima.
Por la noche, Carlos y Paula vuelven al barrio. Él intenta darle parte del dinero y Paula lo rechaza porque ni lo necesita, ni lo quiere, sólo quiere que la navidad pase. Carlos le pregunta que por qué, ya que a él las fiestas le molan: los regalos, la comida. Paula dice que en su casa nunca ha habido dinero para regalos y Carlos señala que, aún así, algo querrá. Le pide que cierre los ojos, ella lo hace y él le dice que pida un deseo, lo que más le apetezca en ese mundo, que se cumplirá.
Mientras, se va acercando, muy, mucho y le dice que abra los ojos para decirle su deseo. Paula dice que quiere que todo sea como antes: cuando le gustaban las navidades y estaba su madre, aunque no todo era mejor antes: por ejemplo, no eran amigos. Carlos, entonces, le pregunta si hay algo que quiera y que no necesite una máquina del tiempo. A todo esto, siguen muy juntitos y está claro lo que quiere regarle Carlos. Paula, entonces, le dice que quiere un portátil, xDD. Ay, mujer, mira que te gusta hacerle sufrir, ¿eh? Ella le pregunta si él quiere algo y él dice que sólo quiere una cosa y entonces se besan. Repito: se besan. Por fin. ¡Por fin! ¡Weeeeeee!
Sí, me ha emocionado tanto la escena que me he explayado de lo lindo. Pero, venga, que sigo con el episodio.
En casa de Los cuñadísimos la cena está a punto de comenzar, por lo que Candela intenta contactar con Jeco que, evidentemente, no ha aparecido, al igual que Alma. En esas, llega Carlos, que alucina al ver los langostinos. Mientras, Cefe está partiendo jamón y es tan generoso que se ofrece a dejarle el hueso a La cuñadísima porque como están arruinados. Cefe es todo delicadeza y tacto, claro que sí.
En ese momento, suena el timbre y La cuñadísima va tan contenta a abrir, pensando que es El almendro, pero no, es una mujer con su hijo... que resulta ser hijo ilegítimo de El almendro. La mujer quiere ver al Almendro para que le dé la manutención. Que, digo yo, qué narices La mujer, ¿no? Yo no me presentaba ahí ni loca. Y, por otro lado, ¿no ha sabido de la detención de El almendro? ¡Pero si hasta salió en el programa de la Griso!
Al rato, El almendro vuelve a casa por navidad y se encuentra con toda la familia reunida, literalmente, como bien le hace notar La cuñadísima. Mariano dice de irse, pero Asun no deja que nadie se vaya, ni siquiera Cefe, aunque técnicamente no sea familia. La cuñadísima le suelta unos cuantos reproches, bien merecidos, a su marido, que únicamente pone cara de "tierra, trágame".
A todo esto, Alma está pariendo y sólo tiene a Jeco, así que le pide que haga algo. Jeco enreda con la luz y funciona porque, al ver que titila, Carlos decide ir a ver qué pasa. Mientras van, Alma le pide a Jeco que le dé la mano... y casi se la rompe, porque, para ser tan canija, menudos cepos que tiene. Palabras literales. Alma tiene miedo, pero Jeco le dice que puede hacerlo, que ella puede con todo. Lo malo es que le recuerda todos los problemas que tienen, por lo que Alma acaba sacando toda la ira que lleva dentro y Jeco, al ver que eso ayuda, le recuerda todo lo que le ha hecho.
En la casa de Los cuñadísimos, El almendro quiere ser civilizado (qué cara más dura el colega), mientras Cefe se lo está pasando pipa por el drama tan entretenido. Asun pasa de ser civilizada porque él robó, les dejó sin un duro y ahora descubre eso. Si es que me sorprende que no lo tire por la ventana, en serio. La confrontación no llega a más, porque en ese momento aparece Carlos pidiendo una ambulancia y ayuda abajo.
Luego vemos que la ambulancia ha llegado y a Alma y a Jeco con los gemelos, tan contentos, y rodeados por su familia y Paula. Y en esas nieva. Que es muy típico, lo sé, pero también es guay y, qué narices, es navidad.
Bueno, en este episodio la voz en off la ha puesto Luisa, que era la carta que ha encontrado Trini, así que al final vemos un flashback de cuando la ha escrito, que era el final del primer episodio. Y, bueno, ella ya está mal y se abraza a Trini y luego aparece Nacho, seguido de Paula y al final Rafael, que gruñe as usual. Que me ha molado esto, porque ha quedado como circular, lo que me ha parecido muy chachi, dado que ha sido el final de la primera temporada.
Así, como para rematar la crónica, sólo me queda decir que me gustó desde el principio y que luego ha ido a más y más. Puede que Vive cantando no sea la serie más innovadora (aunque ha habido tramas que sí que me han parecido mucho más originales que las que suele haber en este tipo de series y Trini es una antiheroína tan adorable como original porque no es perfecta, ni mucho menos, y eso la hace un gran personaje), pero sí que creo que es una serie con mucho corazón. Hacía mucho tiempo que una serie no me emocionaba tanto. Y, de hecho, es raro encontrar una serie donde todos los personajes y parejas me gustaran y en Vive cantando lo han logrado.
Así que, nada, a esperar la segunda temporada, a la cual le pido que siga por este camino, que nos regalen más canciones por episodio y que si traen a invitados, los aprovechen más, que tanto Rosa como Los chunguitos han tenido un paso más testimonial que otra cosa.
Empiezo con éstos últimos. La navidad está a la vuelta de la esquina y Trini baja la caja de los adornos, pero la familia no está por la labor de celebrarla y, de hecho, El abuelo está más cascarrabias de lo habitual. Sí, era posible. Como siga así se nos convierte en un Balrog cualquier día de estos. Mientras los demás se preparan para cenar, Trini hojea la carta y descubre una carta de Luisa donde le pide que se encargue de que los niños celebren la navidad como siempre.
Al día siguiente, Juanjo aparece por su casa, ya que le han soltado del hospital y tanto él como los niños y El abuelo flipan al ver el salón navideño que se ha cascado Trini. Ésta y Juanjo tienen un reencuentro muy bonito, aunque falto de pasión si me preguntáis. Se lo voy a perdonar porque está la familia con ellos. Como todos flipan, Trini les explica que va a celebrar una señora navidad con Juanjo incluido (también que en el belén hay un dinosaurio haciéndose pasar por buey porque ha tenido un accidentillo).
Juanjo: Trini, ¿desde cuándo vives en el taller de Papá Noel?
Trini: Me ha quedado molón, ¿eh? Mi siguiente labor será decorar La bamba y luego me iré con los hermanos Scott a reformar casas, ¡lo voy a petar!
Entonces le pregunta por César y según Juanjo está como antes. No, no gordo, sino insoportable... y lo vemos dale la turra al vecino de habitación de hospital. En ese momento, llega Lucía y se extraña al ver que no le han dado el alta. César está tan contento, pensando que es un error administrativo y que se va a largar; de hecho, hasta intenta que su compañero visualice, aunque él es más de rezarle a San Benito. Están hablando de eso, cuando aparece la doctora para decirle que hay problemas y tienen que operarle de nuevo.
Lucía se lo cuenta a Juanjo, explicándole que César está triste y que deben vigilarlo porque debe estarse quieto. Juanjo decide quedarse con él, mientras Lucía descansa un rato y se lo encuentra animando a su compañero, en medio del pasillo... y enseñando el culo. ¿Se consideraría un crossover con Con el culo al aire? Juanjo le hace volver a la habitación y le dice que se deje de visualizar y haga caso a los médicos.
César (cantando): Y aquí estoy, y con el culo al aire...
Juanjo: Pero... ¡César, qué te has equivocado de serie, tarado, que somos Vive cantando! ¿Tú ves un camping por aquí?
Luego, tiene que firmar la autorización para la operación, donde hay sus riesgos, pero César sigue en plan súper positivo. Juanjo, el pobre, se siente mal y, claro, la situación no mejora cuando descubren que el compañero de habitación la ha cascado. También los médicos qué tacto, ¿no? Ya podrían haberle dicho que estaba en la UCI o algo, jolín.
De vuelta al barrio, Trini intenta que su padre la ayude, pero el hombre sigue pasando y se va a tomar con café con Rita. Me alegro de que se sigan viendo, por cierto. Trini se va de compras y ve a La cuñadísima birlando una colonia, así que le recomienda que tenga cuidado y una cosa lleva a otra y Trini decide imitarla. Asun le dice que, ya puestas, mejor una carísima, pero el guardia de seguridad la pilla infraganti.
Los polis acuden a la escena del crimen, pero Trini tiene suerte... relativa: si la paga, no pondrán denuncia. Trini intenta que Los polis la ayuden contándoles que, si lo hace, no tendrá dinero para la cena y por eso El poli le dice que le regala un pavo del pueblo. Al día siguiente se lo lleva... en su jaulita, porque el pavo está vivito y coleando. Trini le dice que le pegue un tiro, pero Tito le dice que no puede, que no lleva bien el sufrimiento ajeno.
Al fallar la opción de Tito, Trini intenta matarlo ella, pero tampoco puede. Paula señala que no sería la primera vez que asesina un pájaro en esa casa, xDD. Trini le pide que lo haga ella, pero Paula tampoco está por la labor. Por eso, va a pedirle ayuda a Juanjo y él le dice que no puede ir. Trini ejerce de Juan Palomo, vamos, que ella se lo dice todo, hasta que Juanjo puede contarle que va a estar en el hospital con César. Trini le dice que todo va a salir bien, pero Juanjo sigue muy afectado. Jolín, qué triste es verle así T0T
Finalmente, el que acude a su rescate es El mendigo. El problema es que cuando llegan a casa, Nacho ha descubierto al pavo y le ha llamado Beyoncé. Trini le dice que el pavo es la cena, pero Nacho pone tal cara de susto que deben cambiar de planes y adoptarlo. El mendigo, al quedarse sin cena, le dice que no se preocupe, que se irá a un albergue, pero Trini le dice que cena con ellos y hasta le da rompa limpia.
Nacho: ¡¿Vais a matar a Beyoncé?!
Y, claro, cualquiera se cena ahora al pavo o gluglú, según Obelix.
Por otro lado, en el hospital, César está a punto de ser operado y está tan negativo que hasta pasa de visualizar (a Juanjo le cambia la carilla cuando lo dice). Cuando se lo llevan, se despide de él y de Lucía, quienes se quedan esperando. Al rato, la doctora les informa de que la operación no ha salido del todo bien: lo han perdido durante unos segundos, pero lo han reanimado, aunque en esos momentos está en coma y que sólo les queda esperar. Jolín, en serio, estos dos me van a matar de un disgusto T0T
Ambos se quedan con César y, aprovechando que Lucía ha ido a por agua, Juanjo le abre su patata y le dice que se tiene que recuperar y volver. Entonces, de pronto, César se despierta, diciéndole que ha tenido que estar a punto de morir para que visualice y todo es bonito y maravilloso... hasta que llega Lucía y descubrimos que era Juanjo visualizando. Éste, al darse cuenta, se va todo afectado. Es una escena tan bonita como desgarradora, de esas que hacen ensaladilla rusa con tu patata, porque encima José Luis García Pérez es lo mejor y lo borda y te emociona al hablar con César y éstos tiene una relación muy bonita y... y... yo creo que estoy desvariando. Resumiendo: malditos seáis guionistas, que me hacéis sufrir lo que no está escrito, aunque os ha quedado muy bonito.
T0T
Los guionistas de esta serie patean gatitos en sus ratos libres.
Por la noche, Rafael llega a su casa y se encuentra que Nacho ha adoptado a Beyoncé, que van a cenar comida china y que El mendigo les acompaña y, para más INRI, lleva su ropa. ¿Resultado? El abuelo se china de lo lindo y saca a colación la ausencia de Luisa y, una vez más, hace llorar a Trini, que acaba contando lo de la carta, antes de mandar a la mierda todo e irse. En serio, Rafael, menudo don el tuyo.
El mendigo, al ver el plan, decide coger un rollito de primavera e irse. Se encuentra a Trini fumando y le dice que su familia va a ir a buscarla... y de hecho los tres aparecen en ese momento para decirle que suba. Bueno, Rafael la llama "mamarracha" de paso, que ya sabemos que este hombre es todo menos cariñoso. Van a subir, cuando descubren que ninguno ha cogido las llaves. Paula se echa a reír, porque está claro que esas navidades las van a recordar, y están todos en plan felices, cuando Juanjo llama a Trini para contarle lo sucedido con César.
Total, que Trini va directa al hospital a estar con César y le dice a Lucía que le cante algo, mientras César está teniendo... ¿un sueño comatoso? Bueno, algo así, en el que Juanjo le echa de La bamba y se encuentra a su difunto compañero, que le dice que si se van. César accede, dispuesto a irse hacia la luz, cuando oye la voz de Lucía a lo lejos, que le está cantando, por lo que sigue la voz, vuelve a La bamba y se encuentra una fiesta con todos los personajes de la serie. Me hace gracia que Carlos y Jeco van vestidos como el día que hicieron de stripper y que Asun lleva la diadema de pollas xDDD.
Aunque, bueno, lo mejor es ver a Juanjo tan sonriente y bailando. En serio, César, eso es un claro indicador de que no estás en la real life. En ese momento, encima, aparecen Los chunguitos, que se ponen a cantar con Lucía.
No, no lo es, Rachel.
En la real life donde Juanjo no baila como si le fuera la vida en ello, Lucía sigue cantando, ahí, medio llorando la pobre, cuando César despierta. Y esta vez despierta de vez, para alegría y emoción de los demás. De hecho, Juanjo está tan contento que hasta se abraza a Trini, mientras César y Lucía se hacen carantoñas... y el espíritu navideño-romántico se le contagia, porque le arrea un señor morreo a Trini, aunque luego se separan en plan incómodos-si en el fondo te quiero un huevo.
A estás alturas ya sabéis que soy una moñas, así que no os pillaré por sorpresa, xD.
Por otro lado, vamos con La Caño family (como he decidido llamarla, para acortar y eso). Por todo el pufo de Armenteros, La cuñadísima y sus hijos están desayunando en El caño, pero, ojo, porque Alma tiene antojo de bollería industrial, ¿eh? No os vayáis a pensar que es porque no tienen dinero ni nada. Está comentando con Candela que todos están igual de achuchados, cuando Mariano les dice que les han tocado 1000 eurazos en la lotería. Yo ya estaría bailando como Hugh Grant para celebrarlo.
Así, sale el tema de la cena, ya que Candela creía que Los cuñadísimos iban a ir con ellos (a lo que Cefe se apunta ipso facto), pero Asun está decidida a que sea como siempre, que lo celebran ellos porque, encima, Armenteros se convierte en El almendro, que vuelve a casa por navidad. Cefe, por cierto, se apunta igualmente a la cena.
Asun se va porque tiene que recolectar comida para los pobres con el AMPA y acaba en El caño, sacándole a Candela todo lo posible... y agenciándose el lomo de pueblo bueno, bueno, algo que Candela ve. Ésta le suelta unas pullitas, pero La cuñadísima ni despeinarse, ¿eh? Candela se lo cuenta a Mariano porque no le parece ni medio normal, pero él la justifica, dice que le cuesta pedir ayuda. Según Candela no es eso, sino que vive en Los mundos de Yupi y que, siguiéndole la corriente, no la ayudan. Mariano, entonces, cree que debería darle el premio de la lotería y Cefe, siempre al quite, cree que con darle apoyo basta y se lamenta por no cenar percebes.
Más tarde, Paula se presenta en casa de Los cuñadísimos con helado y pepinillos para Alma, cuando Carlos se pira dando una excusa penosa. Paula no entiende nada, pero Alma le acaba contando lo que le pasa en realidad: Carlos va a la calle a tocar la guitarra para intentar sacar dinero. Total, que Paula va a verlo y... Bueno, se descojona un poco de él, lo que a Carlos le toca la moral porque es lo único que puede hacer para ayudar. Tarde o temprano tenía que pasar: se le ha pegado el tacto de Trini.
Paula metiendo la pata un poco, bastante.
Por su parte, Alma está preocupada y Jeco cree que es por el nombre de los gemelos, pero él tiene la solución: Jesús y Francisco si son niños, María Jesús y Francisca si son niñas. Te has roto la cabeza, ¿eh? xDD. Lo que le ocurre a Alma, por cierto, es que no ve cómo van a sacar a los niños adelante con la que tienen, por lo que se ha replanteado darlos en adopción, algo a lo que Jeco se niega. De hecho, le promete que a sus hijos no les va a faltar de nada.
Al rato, Alma va tan contenta por la calle cuando un Papá Noel la acosa... ¿Un Papá Noel normal? ¡No! ¡SúperJeco en acción! Resulta que ha buscado empleo y le han contratado en una juguetería a comisión. Y, oye, lo majo que está él con el traje de Papá Noel, por cierto.
A mí me sorprende que teniendo a Jeco disfrazado de Papa Noel, no le hayan hecho cantar la de All I want for Christmas, pero si es La canción navideña y hay versión en español.
Al día siguiente, Mariano va a ver a su hermana, que está liada con la cena. Mariano, tras ver que tiene la nevera vacía (porque le tienen que traer la compra, malpensaos), le pregunta si necesita algo. Pero según La cuñadísima no le falta de nada... o sí, porque justo en ese momento le cortan la luz. Ay, no, que es un fallo técnico. Al verla tan apurada, Mariano le sigue el rollo y le da los 1000 euros, diciéndole que se los debía.
Ante la ausencia de luz, SuperJeco acude al rescate: acompañado de Alma, va al cuarto donde están los cuadros eléctricos (puede que tenga un nombre, pero como no soy el barbas de Bricomanía, no me lo sé) para cogerle prestada luz al vecino. Le pide a la chica que cierre la puerta para no llamar la atención, con tal mala suerte que, cuando cierran, se han dejado las llaves puestas por fuera.
Cuando Jeco lo consigue, se ponen a celebrarlo, pero la alegría les dura poco porque descubre que se han quedado atrapados. Jeco se pone a pedir ayuda, golpeando la puerta y demás, mientras que la pobre Alma se desespera: para ella está claro que no pueden con la situación. Le está preguntando a Jeco qué más necesita para darse cuenta de eso, cuando rompe aguas, aunque Jeco se cree que se ha meado.
Soy muy fan de las caras de ambos.
Mientras tanto, Paula va a visitar a Carlos de nuevo y le da un euro y un consejo: que se deje de villancicos porque la gente estará cansada. Carlos cree que el problema no es ese, sino que se nota que es el último sitio en el que quiere estar, pasando frío y haciendo el idiota. Paula se ofrece a que hagan el idiota juntos y se pone a cantar Tenía tanto que darte y les queda taaaaan bonito :3 Bueno, de hecho, les queda tan guay que les aplauden y les echan dinero y todo, que es mucho decir.
A todo esto, en El caño Mariano cuenta lo del dinero y Candela cree que deben abrirle los ojos a Asun, pero Mariano le dice que lo de la cena no es por El almendro, sino que a ella le hace ilusión y, claro, no se la van a quitar. Están hablando de eso cuando llega La cuñadísima buscando a Alma, que hace mucho que no la ve. Mariano le dice que si llevan velas, para crear ambiente, pero su hermana dice que la luz ha vuelto. ¿Y esta buena mujer no se pregunta cómo ha vuelto? ¿Por magia? ¿Un milagro de Naviduca?
Candela, entonces, se apiada de La cuñadísima y le regala una caja de langostinos para los niños pobres, a.k.a La cuñadísima.
Por la noche, Carlos y Paula vuelven al barrio. Él intenta darle parte del dinero y Paula lo rechaza porque ni lo necesita, ni lo quiere, sólo quiere que la navidad pase. Carlos le pregunta que por qué, ya que a él las fiestas le molan: los regalos, la comida. Paula dice que en su casa nunca ha habido dinero para regalos y Carlos señala que, aún así, algo querrá. Le pide que cierre los ojos, ella lo hace y él le dice que pida un deseo, lo que más le apetezca en ese mundo, que se cumplirá.
Mientras, se va acercando, muy, mucho y le dice que abra los ojos para decirle su deseo. Paula dice que quiere que todo sea como antes: cuando le gustaban las navidades y estaba su madre, aunque no todo era mejor antes: por ejemplo, no eran amigos. Carlos, entonces, le pregunta si hay algo que quiera y que no necesite una máquina del tiempo. A todo esto, siguen muy juntitos y está claro lo que quiere regarle Carlos. Paula, entonces, le dice que quiere un portátil, xDD. Ay, mujer, mira que te gusta hacerle sufrir, ¿eh? Ella le pregunta si él quiere algo y él dice que sólo quiere una cosa y entonces se besan. Repito: se besan. Por fin. ¡Por fin! ¡Weeeeeee!
Como dije en tuiter, está claro que el universo encerró a Alma para que no lo estropeara de nuevo.
¡Gracias, universo!
Sí, me ha emocionado tanto la escena que me he explayado de lo lindo. Pero, venga, que sigo con el episodio.
En casa de Los cuñadísimos la cena está a punto de comenzar, por lo que Candela intenta contactar con Jeco que, evidentemente, no ha aparecido, al igual que Alma. En esas, llega Carlos, que alucina al ver los langostinos. Mientras, Cefe está partiendo jamón y es tan generoso que se ofrece a dejarle el hueso a La cuñadísima porque como están arruinados. Cefe es todo delicadeza y tacto, claro que sí.
En ese momento, suena el timbre y La cuñadísima va tan contenta a abrir, pensando que es El almendro, pero no, es una mujer con su hijo... que resulta ser hijo ilegítimo de El almendro. La mujer quiere ver al Almendro para que le dé la manutención. Que, digo yo, qué narices La mujer, ¿no? Yo no me presentaba ahí ni loca. Y, por otro lado, ¿no ha sabido de la detención de El almendro? ¡Pero si hasta salió en el programa de la Griso!
Al rato, El almendro vuelve a casa por navidad y se encuentra con toda la familia reunida, literalmente, como bien le hace notar La cuñadísima. Mariano dice de irse, pero Asun no deja que nadie se vaya, ni siquiera Cefe, aunque técnicamente no sea familia. La cuñadísima le suelta unos cuantos reproches, bien merecidos, a su marido, que únicamente pone cara de "tierra, trágame".
Julián: Adivina quién viene a cenar esta noche.
Asun: Sí, sí, Almendro, que vuelves a casa por navidad.
A todo esto, Alma está pariendo y sólo tiene a Jeco, así que le pide que haga algo. Jeco enreda con la luz y funciona porque, al ver que titila, Carlos decide ir a ver qué pasa. Mientras van, Alma le pide a Jeco que le dé la mano... y casi se la rompe, porque, para ser tan canija, menudos cepos que tiene. Palabras literales. Alma tiene miedo, pero Jeco le dice que puede hacerlo, que ella puede con todo. Lo malo es que le recuerda todos los problemas que tienen, por lo que Alma acaba sacando toda la ira que lleva dentro y Jeco, al ver que eso ayuda, le recuerda todo lo que le ha hecho.
En la casa de Los cuñadísimos, El almendro quiere ser civilizado (qué cara más dura el colega), mientras Cefe se lo está pasando pipa por el drama tan entretenido. Asun pasa de ser civilizada porque él robó, les dejó sin un duro y ahora descubre eso. Si es que me sorprende que no lo tire por la ventana, en serio. La confrontación no llega a más, porque en ese momento aparece Carlos pidiendo una ambulancia y ayuda abajo.
Luego vemos que la ambulancia ha llegado y a Alma y a Jeco con los gemelos, tan contentos, y rodeados por su familia y Paula. Y en esas nieva. Que es muy típico, lo sé, pero también es guay y, qué narices, es navidad.
Morid de amor.
Bueno, en este episodio la voz en off la ha puesto Luisa, que era la carta que ha encontrado Trini, así que al final vemos un flashback de cuando la ha escrito, que era el final del primer episodio. Y, bueno, ella ya está mal y se abraza a Trini y luego aparece Nacho, seguido de Paula y al final Rafael, que gruñe as usual. Que me ha molado esto, porque ha quedado como circular, lo que me ha parecido muy chachi, dado que ha sido el final de la primera temporada.
Así, como para rematar la crónica, sólo me queda decir que me gustó desde el principio y que luego ha ido a más y más. Puede que Vive cantando no sea la serie más innovadora (aunque ha habido tramas que sí que me han parecido mucho más originales que las que suele haber en este tipo de series y Trini es una antiheroína tan adorable como original porque no es perfecta, ni mucho menos, y eso la hace un gran personaje), pero sí que creo que es una serie con mucho corazón. Hacía mucho tiempo que una serie no me emocionaba tanto. Y, de hecho, es raro encontrar una serie donde todos los personajes y parejas me gustaran y en Vive cantando lo han logrado.
Así que, nada, a esperar la segunda temporada, a la cual le pido que siga por este camino, que nos regalen más canciones por episodio y que si traen a invitados, los aprovechen más, que tanto Rosa como Los chunguitos han tenido un paso más testimonial que otra cosa.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Lola y el chico de al lado
Llevaba dos semanas ya faltando a mi cita con el lunes literario, pero hoy regresa y por todo lo alto, pues os traigo la reseña de un libro que me encantó: Lola y el chico de al lado de Stephanie Perkins. No era la primera vez que leía algo de la autora, pues hace unos meses leí su primer libro, Un beso en París, así que estaba muy motivada y las expectativas estaban altas, muy altas.
Pero Lola y el chico de al lado las cumplieron. Dos de dos, Perkins, dos de dos, qué grande eres, coño.
Lola Nolan es una diseñadora en ciernes, amante de las pelucas y de todo tipo de ropa. Además, es la responsable hija de una pareja gay, la mejor amiga de una futura gran detective y sale con un guapísimo rockero. Pese a sus problemas, Lola tiene una vida pacífica... hasta que, un buen día, la casa de al lado vuelve a estar habitada por la familia Bell, lo que quiere decir que Cricket ha vuelto y eso desestabiliza todo el mundo de Lola.
Una vez más, nos encontramos ante una historia romántica, pero, al igual que sucedía con su novela anterior, Stephanie Perkins logra que no se parezca a nada anteriormente visto o leído. La historia que nos presenta en Lola y el vecino de al lado, aunque tiene ciertos tópicos del género, también es muy original, lo que es de agradecer y lo que hace que se adore la novela al instante.
Empezando con los personajes, capitaneados por Lola, que ejerce de narradora. Lola es un personaje muy definido, profundo y que resulta muy original tanto por fuera como por dentro. Lola se pone pelucas, se viste de forma vistosa, excéntrica, pero es una buena chica: estudia, obedece a su padres, está siempre ahí para su mejor amiga... Pero también es humana, se equivoca como hacemos todos, se mete en líos a veces sin querer o guiada por un motivo, otras por pura cabezonería o ceguera. Y eso la hace interesante, hace que le cojas cariño enseguida.
El entorno de Lola, encima, mola un montón. Su amiga, Lindsey, adora las historias de detectives (le encanta Verónica Mars, con eso se ganó mi amor eterno) porque quiere ser una. Sus padres son geniales, me encantaron y, además, me gustó cómo trata la autora el que sean homosexuales, con esa normalidad y alejándose tantísimo de los tópicos. Me gustó mucho la relación de Lola con sus padres, por cierto, me pareció de lo más mona y de lo más real; además, yo opinaba como ellos en cierto tema, así que les comprendía perfectamente.
De hecho, esa es otra de las virtudes del libro: logras comprender a los personajes, incluso cuando no tienes toda la información. Y es que, al estar narrado en primera persona por Lola, sí que tienes todos los datos de ella, pero no del resto de los personajes.
Por eso, me parece que Stephanie Perkins hizo un gran trabajo como autora, pues, pese a contar únicamente con el punto de vista de Lola, calas perfectamente a los otros personajes, aunque Lola no lo haya hecho o no pueda hacerlo. Porque Lola tiene una historia pasada con Cricket Bell, el protagonista, el chico de la historia, vaya. La cuestión es que, desde el primer momento, tú sabes que Cricket le hizo algo a Lola, no sabes el qué, pero sí que la dejó hecha polvo. Y, sin embargo, desde el instante en el que apareces, adoras a Cricket Bell.
Porque Cricket tampoco es el típico galán de novela romántica: es terriblemente alto, con el pelo en punta, no es ni popular, ni un rompecorazones, sino un chico mono, que es un genio. Vamos, que desde que le conoces, quieres abrazarle y no dejarle ir nunca porque es lo más mono que existe. Personalmente, encontré muy interesante que Cricket fuera paradito, empollón, vamos, un chico normal, muy real.
La relación entre ambos me encantó. Creo que Stephanie Perkins sabe llevarla muy bien, con calma, pero sin resultar lenta. Vamos, que la novela tiene el ritmo perfecto: los sucesos fluyen con naturalidad, quedando todo muy logrado y nada forzado.
Además, y es un detalle tonto que me hizo sonreír como una tonta, en Lola y el chico de al lado también salen Anna y Étienne. En serio, qué ilusión me hizo ver que salían, aunque fueran secundarios. Por un lado, veíamos cómo continuaba su historia, lo que es guay, porque es de las pocas veces que se sabe qué hay después del "Fin" y, por otro, no les roban el protagonismo a Lola y Cricket.
Por lo demás, sólo me queda repetir lo que ya dije en su día sobre el estilo de Stephanie Perkins: es bonito, se adapta perfectamente a cada tipo de escena, tiene golpes de humor muy buenos, los diálogos son muy reales y sabe explotar bien el romanticismo sin caer en tópicos, ni en cursiladas, lo que se agradece. De hecho, al igual que sucedía con Un beso en París, Lola y el chico de al lado es increíblemente romántico, pero no resulta empalagoso, sino perfecto.
Una vez más, no puedo más que recomendar encarecidamente a esta autora.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Las guerras del Mundo Emergido I. La secta de los asesinos de Licia Troisi.
Pero Lola y el chico de al lado las cumplieron. Dos de dos, Perkins, dos de dos, qué grande eres, coño.
Lola Nolan es una diseñadora en ciernes, amante de las pelucas y de todo tipo de ropa. Además, es la responsable hija de una pareja gay, la mejor amiga de una futura gran detective y sale con un guapísimo rockero. Pese a sus problemas, Lola tiene una vida pacífica... hasta que, un buen día, la casa de al lado vuelve a estar habitada por la familia Bell, lo que quiere decir que Cricket ha vuelto y eso desestabiliza todo el mundo de Lola.
Una vez más, nos encontramos ante una historia romántica, pero, al igual que sucedía con su novela anterior, Stephanie Perkins logra que no se parezca a nada anteriormente visto o leído. La historia que nos presenta en Lola y el vecino de al lado, aunque tiene ciertos tópicos del género, también es muy original, lo que es de agradecer y lo que hace que se adore la novela al instante.
Empezando con los personajes, capitaneados por Lola, que ejerce de narradora. Lola es un personaje muy definido, profundo y que resulta muy original tanto por fuera como por dentro. Lola se pone pelucas, se viste de forma vistosa, excéntrica, pero es una buena chica: estudia, obedece a su padres, está siempre ahí para su mejor amiga... Pero también es humana, se equivoca como hacemos todos, se mete en líos a veces sin querer o guiada por un motivo, otras por pura cabezonería o ceguera. Y eso la hace interesante, hace que le cojas cariño enseguida.
El entorno de Lola, encima, mola un montón. Su amiga, Lindsey, adora las historias de detectives (le encanta Verónica Mars, con eso se ganó mi amor eterno) porque quiere ser una. Sus padres son geniales, me encantaron y, además, me gustó cómo trata la autora el que sean homosexuales, con esa normalidad y alejándose tantísimo de los tópicos. Me gustó mucho la relación de Lola con sus padres, por cierto, me pareció de lo más mona y de lo más real; además, yo opinaba como ellos en cierto tema, así que les comprendía perfectamente.
De hecho, esa es otra de las virtudes del libro: logras comprender a los personajes, incluso cuando no tienes toda la información. Y es que, al estar narrado en primera persona por Lola, sí que tienes todos los datos de ella, pero no del resto de los personajes.
Por eso, me parece que Stephanie Perkins hizo un gran trabajo como autora, pues, pese a contar únicamente con el punto de vista de Lola, calas perfectamente a los otros personajes, aunque Lola no lo haya hecho o no pueda hacerlo. Porque Lola tiene una historia pasada con Cricket Bell, el protagonista, el chico de la historia, vaya. La cuestión es que, desde el primer momento, tú sabes que Cricket le hizo algo a Lola, no sabes el qué, pero sí que la dejó hecha polvo. Y, sin embargo, desde el instante en el que apareces, adoras a Cricket Bell.
Porque Cricket tampoco es el típico galán de novela romántica: es terriblemente alto, con el pelo en punta, no es ni popular, ni un rompecorazones, sino un chico mono, que es un genio. Vamos, que desde que le conoces, quieres abrazarle y no dejarle ir nunca porque es lo más mono que existe. Personalmente, encontré muy interesante que Cricket fuera paradito, empollón, vamos, un chico normal, muy real.
La relación entre ambos me encantó. Creo que Stephanie Perkins sabe llevarla muy bien, con calma, pero sin resultar lenta. Vamos, que la novela tiene el ritmo perfecto: los sucesos fluyen con naturalidad, quedando todo muy logrado y nada forzado.
Además, y es un detalle tonto que me hizo sonreír como una tonta, en Lola y el chico de al lado también salen Anna y Étienne. En serio, qué ilusión me hizo ver que salían, aunque fueran secundarios. Por un lado, veíamos cómo continuaba su historia, lo que es guay, porque es de las pocas veces que se sabe qué hay después del "Fin" y, por otro, no les roban el protagonismo a Lola y Cricket.
Por lo demás, sólo me queda repetir lo que ya dije en su día sobre el estilo de Stephanie Perkins: es bonito, se adapta perfectamente a cada tipo de escena, tiene golpes de humor muy buenos, los diálogos son muy reales y sabe explotar bien el romanticismo sin caer en tópicos, ni en cursiladas, lo que se agradece. De hecho, al igual que sucedía con Un beso en París, Lola y el chico de al lado es increíblemente romántico, pero no resulta empalagoso, sino perfecto.
Una vez más, no puedo más que recomendar encarecidamente a esta autora.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Las guerras del Mundo Emergido I. La secta de los asesinos de Licia Troisi.
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viernes, 6 de diciembre de 2013
Vive cantando 1x14 - Amigos para siempre
Pues aquí estoy con la crónica del penúltimo episodio de la primera temporada de Vive cantando, el cual me moló mucho. La verdad es que la serie ha estado yendo a más y, desde luego, se ha convertido en una de mis favoritas porque es la monez hecha serie :3 Bueno, y como siempre, pues voy por tramas.
Voy a empezar con la parte del karaoke o, lo que es lo mismo, César y Juanjo, porque ha sido mi parte favorita. La operación se acerca y César ha mirado porcentajes de fallos y está un poco... preocupado. Si es que, a quién se le ocurre César. A Juanjo no le pasa desapercibido el detalle y le recuerda que puede echarse atrás si quiere, aunque César piensa seguir adelante.
Eso sí, no tarda en convocar una junta extraordinaria de socios, que en realidad es una excusa para leer su testamento: en caso de morir, su parte del karaoke va a Lucía. Ella lo encuentra de lo más mono y decide ayudar contando que a un novio suyo le dejaron las pinzas dentro. So helpful, Lucía. Por cierto, molaría ver a más novios de esta mujer por ahí. Bueno, están con el tema, cuando aparece Trini para mear y Juanjo la echa, poniéndose a la defensiva, y, de paso, les prohíbe que le cuenten nada de la operación.
Después, Juanjo encuentra a Trini en su nuevo empleo de barrendera y le pide perdón por lo sucedido. Entonces le pide que vaya luego, que le invita a una copa e incluso le promete no morder. A mí ese hombre me mira así y le traigo la luna y lo que desee. Trini, por su parte, le dice que la semana que viene es el cumpleaños de Nacho y que quiere celebrarlo en el karaoke, pero Juanjo le dice que van a estar cerrados... porque van a pintar.
Por la noche, Rosa se pasa por el karaoke a cantar... Sí, Rosa, Rosa, la de OT, esa misma, que es amiga de César. Éste le cuenta a Lucía que cuando se conocieron, ambos estaban tremendos. Están los tres hablando, cuando llega Trini y, creyendo que el karaoke se va a cerrar por reformas, se pone a hablar del tema y, claro, César y Lucía flipan ante la falta de tacto y esas cosas.
Al final, Trini se entera de lo del trasplante, así que va a ver a Juanjo y le echa en cara que no le dijera nada porque podría haberle ayudado. Juanjo le dice que, para donar, lo primero es ser compatibles y está claro que ellos no lo son. Trini le dice que todo es porque está acojonado y que se lo ha tenido que decir César... y Juanjo digievoluciona en Hulk, se planta delante de César y le suelta unas cosas que... tela, pobrecito César. Al final le acaba diciendo que le deje en paz.
Juanjo se encierra en su despacho/habitación y ni siquiera habla cuando Lucía le dice que César va a pasar la noche con ella. Jolín, Juanjo, vale que estás asustado, pero pobrecito César. Que Epi y Blas no se peleaban, hombre.
Al día siguiente, los dos se piden perdón respectivamente. César, encima, ha traído ofrendas de paz en forma de churros y pijamas para ir a juego a la operación. Ahora sí que son Epi y Blas totalmente, xD. Juanjo, entonces, le dice que si ayer reaccionó así no era por lo que dijo, sino porque no quiere pasar por la operación porque, si le ocurre algo a César, no se lo perdonaría. César le quita importancia y le dice que, además, en el supuesto contrario, Juanjo le donaría el hígado, pero éste le dice que no, que no lo haría. Claro, y yo me lo creo. Pero, Juanjo, si eres un blandito, que lo sabemos todos.
Total, que los dos se cabrean y Lucía intenta que hagan las paces, hablando con uno y con otro, pero no lo consigue. Por eso, acaba cantando Amigos para siempre, a lo que Juanjo suelta un hastiado "la madre que la parió". Lo dicho: eres un blandito.
De hecho, al final cuando ve que César está haciendo una maleta, le dice que deje la lámpara de lava. César le dice que no se muda con Lucía, que la está preparando para ir al hospital y Juanjo insiste en que no quiere su, palabras textuales, puñetero hígado. César le dice que lo va a hacer igualmente, que sabe que Juanjo lo haría por él y que lo único que le pasa es que está acojonado. Juanjo cede y le da un abrazo de oso amoroso, porque en realidad es uno de esos aunque vaya de tío duro.
Al día siguiente, Trini va al hospital a ver a Juanjo y ella le dice que a ver si con el hígado de César se vuelve más amable, xDD. Entonces se besan, aunque justo entonces llega César, acompañado de Lucía. Ésta se despide de ambos y las dos se van, dejando a los chicos solos. Juanjo aprovecha el momento para decirle a César que le ha dejado su parte de La bamba y se ponen todo monosos. De hecho, César se viene tan arriba que le pide que le dé la mano, pero Juanjo se niega... hasta que llega el momento de entrar a quirófano y sí lo hace. Jo, en serio, es una tontería, pero es que me ha parecido una escena tan rematadamente bonita.
Por otro lado, la trama que corresponde a la casa de Trini ha estado centrada en El abuelo y ha sido muy bonica también. La cuestión es que el buen hombre tiene que tomarse distintas pastillas y cada una de un color, lo que ha llevado a Nacho a preguntar sobre las azules y a Trini a responderle que esas para cuando pille cacho. Qué guay es ver buen rollo en esta familia. Bueno, Trini le recuerda que tiene que hacer ejercicios de memoria, así que le recomienda mirar fotos antiguas.
Además, ha encontrado trabajo como barrendera, donde se hace amiga de un mendigo llamado Agustín que parece la versión masculina de Asun: vamos, que se sabe todo lo que ocurre en el barrio.
Cuando vuelve a casa, ayuda al Abuelo con lo de las fotos y así descubren una de una chica muy guapa, Mila, el primer amor de Rafael. El hombre les cuenta que estaban muy enamorados, pero que los padres de ella tenían otros planes para la muchacha y que no la ha vuelto a ver desde entonces. Con la tontería, acaban los dos y Nacho súper emocionados y, de hecho, le emociona tanto que Trini va a en busca de Mila.
Y, de hecho, logra encontrarla... aunque, claro, está muerta. Por eso, delante de la hermana de la fallecida Mila, suelta: "¡me cago en la mar salada, por un mes!". Eso es tacto. Por cierto, la hermana se llama Rita. Mila y Rita... Mila y Rita... Tsk, hubiera molado más Pili y Mili, rima más. Bueno, por cierto, Rita es súper simpática y le cuenta un montón de cosas y acaba conquistando a Trini, quien, al saber que la mujer es una solterona, se le ocurre una brillante idea:
Hace que Rafael se ponga elegante y lleva a Rita a su casa haciéndose pasar por Mila, aprovechando que las dos hermanas se parecían. Es lo típico que sabes que va a salir mal, como darle de comer a un Gremmlin después de medianoche. Sin embargo, el encuentro va bien y los dos se ponen a hablar y se les pasa el tiempo y ellos tan contentos. Rafael, sin querer, mete un poco la mata al hablar de lo que pensaban ellos de Rita y la pobre mujer capeando el temporal.
Los otros tres cotillas están comentando la jugada, como las Musas del Hércules de Disney, cuando mandan a Nacho a la cama. Entonces, Paula comenta que es una suerte que la haya encontrado y no esté muerta ni nada... y a Trini se le cambia la cara y le acaba contando la verdad y Paula cree que deberían decirle la verdad, pero Trini cree que lo importante es que El abuelo esté contento.
Por la noche, Trini vuelve del karaoke, de enterarse de lo de Juanjo y se lo cuenta a Paula, diciendo que una cosa así no se le puede ocultar a la gente a la que se quiere.
A la mañana siguiente, Rafael está tan contento que está bailando y cantando y les dice que ha vuelto a quedar con Mila y que la mujer le ha dado la vida. Todo gracias a Trini. La pobre Trini empieza a sentirse culpable y Paulita Grillo, voz de la razón, le recuerda sus palabras de la noche anterior para que le diga la verdad al Abuelo.
Por la tarde-noche, Rafael se ha puesto en punta en blanco porque tiene una nueva cita con la falsa Mila y Trini va a decirle la verdad, pero no puede. Paula intenta que se lo cuente, por lo que acaban soltando indirectas hasta que Rafael se mosquea y Trini le explica lo sucedido, por lo que el nombre se cabrea. ¿Veis? Era una idea Gremmlin, ya está mordiéndole el culo a Trini.
Por eso, Trini se presenta en casa de Rita para decirle que Rafael lo sabe todo, que lo siente y demás. La pobre mujer le dice que no se preocupe, que la culpa es suya por pensar que podría salir bien, que podría vivir la vida de su hermana. Trini le dice que se siente igual que ella, puesto que Luisa siempre era la mejor. Trini, entonces, se viene arriba y dice que el pasado no importa, que en ese momento a Rafael le gusta ella y no Mila. ¡Así se habla! All you need is love... Vale, nos acercamos a la Navidad y eso significa que Love actually está más presente en mi vida de lo habitual, xD.
A la mañana siguiente, Rafael está todo tristón y Trini le pide perdón: que le da miedo que se olvide de ellos, que quiere que recuerde todo y que lo veía tan bien con Rita y tan feliz y que ella estaba por él desde siempre, pero que no tiene culpa de nada. El abuelo decide irse a dormir y Trini lo intenta una vez más, diciéndole a donde va a ir al día siguiente Rita.
Y Rafael va en busca de Rita y, aunque al principio hablan de Mila, al final acaban hablando de ellos y paseando y siendo monísimos de la muerte. Espero que volvamos a ver a Rita, por cierto, que la mujer me ha caído súper bien.
Para el final me he dejado a Los cuñadísimos, que hoy han estado en problemas... más de lo habitual, se entiende. Y eso que han empezado bien con Armenteros diciendo que ha comprado un apartamiento en Torrevieja, pero luego en cero coma ha aparecido la policía (la de verdad, según el criterio de Jeco) para detenerlo. La cuñadísima está atrincherada en El caño, cuando ven en la tele que lo han detenido por malversación de fondos... algo que no nos suena de nada, ¿verdad? Nótese la ironía, of course.
Ante la noticia, Jeco dice que su tito es un crak y Cefe comenta que a nadie le extraña y que Asun no debe preocuparse, que a los políticos no les pasa nada... algo que tampoco nos suena, no, no. Bueno, La cuñadísima se ofende porque no creen en la inocencia de Armenteros (que es como ofenderse por no creer en el Big Foot, perdóname, Marshall) y se larga dramáticamente y dejando a Jeco con toda una señora preocupación: ¿quién pone los nombres a las operaciones? Según Cefe, es el que pone los nombres a los huracanes y yo añado a los que ponen los títulos en español a las películas.
Más tarde, Mariano debe irse y Cefe le recuerda que tienen partida, pero el primero no puede ir, lo que provoca que Cefe le eche en cara sus ausencias. Eso les lleva a discutir y a tomarse un descanso, pues Cefe decide abandonar El caño. Sí, sí, como lo leéis. Increíble pero cierto. ¿Y a dónde se va? A La bamba, sí, no anda mucho, aunque Juanjo flipa al verlo en la barra.
Mariano, por su parte, va a ir a ver un partido del Rayo al palco, pero no parece muy contento y le pide a Candela que, si vuelve Cefe, le invite a unas cañas. En esas llega Juanjo para intentar pasar la custodia, pero Mariano se ofende porque Cefe se ha ido a la competencia y pasa de él.
A todo esto, La cuñadísima le quita hierro al asunto delante de sus hijos, pero a Candela le cuenta que no consigue el dinero para pagar la fianza porque en el banco no la han ayudado y la casa nueva está sin pagar... algo que Asun no sabía. Por suerte, a Candela se le ocurre la solución: vender algunas cosas.
Mientras tanto, Alma y Carlos están hechos polvo y Jeco intenta animarlos... a su manera, que muy eficaz pues... no es. Al final acaba sugiriendo que se pueden poner a estudiar para olvidarse de los problemas, pero Alma decide que va a pasar de estudiar. Por eso, los dos primos con la ayuda de Paula deciden ayudarla a preparar el examen de historia, así que quedan los cuatro. Alma se sorprende de que Jeco la vaya a ayudar, ya que suspendió hasta parvulitos, pero él le dice que está para motivar y le ha comprado de todo: bolis de colores, post-it, hasta plastilina para hacerle muñequitos. Eso es amor, pero amor del bueno, sobre el que canta Giselle, vamos.
De hecho, como ve que Alma no da pie con bola porque se aburre, se le ocurre una gran idea: hacerlo con reglas memotécnicas, hacer raps... Soy muy fan del rap del Gernika, xDD.
Carlos va a la terraza a fumarse un cigarrillo y Paula le sigue y se ponen a hablar y él dice que todo es una mierda y Paula pone la nota de sensatez. Y están súper monos, mirándose, se acercaran, parece que se van a besar... y Alma les interrumpe. ¡Otra vez! ¡Otra vez! ¡En dos episodios seguidos! ¡Argggg!
En ese momento, llegan los hinchas del Rayo celebrando la victoria. ¿Todos? No, porque Mariano echa de menos a Cefe. Candela, que es sabia, le dice que deberían hacer las paces de una vez.
Al día siguiente, Jeco va a buscar a Alma: sabe que con el embarazo y la detención es difícil concentrarse, así que le ha hecho todo tipo de chuletas para que apruebe. Pero chuletas deluxe, vamos, hasta plastificadas. Alma insiste en que lo ha decidido, no va a seguir estudiando, pero Jeco le dice que no debería porque es lista y vale y no debería acabar como él.
Al rato, Alma vuelve al Caño con malas noticias: ha cateado porque la han pillado copiando (entre tanta chuleta y la letra pues se ha hecho un lío). La profe, según cuenta, ha debido de fliparlo ante tal despliegue de medios. Jeco se entristece porque cree que Alma va a dejarlo, pero ella le dice que no, para no ser como él, y Jeco se pone a celebrarlo tan contento, xDD. En serio, este chico es taaaaaan mono. Jolín, Alma, yo no sé cómo te lo quedas para ti sola. Yo lo haría.
Asun, mientras, ha quedado con un tasador y, con la ayuda de Candela, logra un dinerillo al vender un reloj que no le gustaba nada. Y encima que Candela le hace el favor, la otra va y le suelta que como se le nota el mercadillo. Si en un diccionario, buscas la palabra "agradecer", la foto de esta mujer no saldrá, nop.
La cuñadísima va a la cárcel a ver a su marido, que le dice que es inocente... y ella le cree. En serio, esta es más inocente que Bambi. Armenteros se fija en que Asun no tiene su anillo de boda, así que a ella no le queda más remedio que contarle lo que ha pasado y él le dice que tiene mucho dinero escondido en casa. Y hace un segundo jurando que era inocente. Ay, como se nota que es un político español. ¿Lo malo? Que toda la pasta estaba en el reloj que ha vendido y, claro, el tasador ya no da señales de vida.
Por la noche, Mariano va a La bamba y Cefe se hace el interesante, cuando Lucía canta la de Amigos para siempre y se emocionan un poco. Al final, Mariano le dice que se pase por El caño que tiene un regalo para él. Y, claro, Cefe vuelve y Mariano está tan contento y, encima, en ese momento llega un paquete para Cefe, el regalo de Mariano, que es una camiseta que pone Cefe. Amo que ponga Cefe, es lo más guay EVER *0*
Cefe está quejándose porque esté su apelativo cariñoso, cuando se da cuenta de que están los jugadores del Rayo y se nos pone en plan carpetera igual: a dar abrazos y grititos cual quinceañera. ¡Qué genial que es este hombre!
Al final, en casa de Los cuñadísimos se están llevando mogollón de cosas y Asun sigue intentando aparentar que no ocurre nada. Carlos y Alma le dicen que no hace falta que les proteja y que pasarán por eso todos juntos, como una familia.
Eso ha sido todo por hoy. La semana que viene tenemos final de temporada y, encima, navideño, lo que tiene que ser épico. Pero épico, épico, sobre todo porque tenemos alumbramiento navideño de, ojo, María José y Jesús Francisco. Vale, lo de Francisco no pega tanto, pero lo otro sí. Deberían ser trillizos y llamarse Melchor, Gaspar y Baltasar... Sé que es un chiste malo, pero no he podido evitarlo. Encima, tenemos acercamiento de Carlos y Paula, que vuelven a cantar un dúo, lo que es bien y parece que tendremos drama con César... lo que no mola, pero, bueno, van a salir Los chunguitos y sin llevarse cuatros.
Voy a empezar con la parte del karaoke o, lo que es lo mismo, César y Juanjo, porque ha sido mi parte favorita. La operación se acerca y César ha mirado porcentajes de fallos y está un poco... preocupado. Si es que, a quién se le ocurre César. A Juanjo no le pasa desapercibido el detalle y le recuerda que puede echarse atrás si quiere, aunque César piensa seguir adelante.
Eso sí, no tarda en convocar una junta extraordinaria de socios, que en realidad es una excusa para leer su testamento: en caso de morir, su parte del karaoke va a Lucía. Ella lo encuentra de lo más mono y decide ayudar contando que a un novio suyo le dejaron las pinzas dentro. So helpful, Lucía. Por cierto, molaría ver a más novios de esta mujer por ahí. Bueno, están con el tema, cuando aparece Trini para mear y Juanjo la echa, poniéndose a la defensiva, y, de paso, les prohíbe que le cuenten nada de la operación.
Me hubiera gustado poner un gif de Trini moviéndose porque se hacía pis, pero no sé hacerlo, xD.
Y hacer capturas de estos dos con la canción romanticona de Frozen de fondo no es bueno para mí, así, como comentario random.
Después, Juanjo encuentra a Trini en su nuevo empleo de barrendera y le pide perdón por lo sucedido. Entonces le pide que vaya luego, que le invita a una copa e incluso le promete no morder. A mí ese hombre me mira así y le traigo la luna y lo que desee. Trini, por su parte, le dice que la semana que viene es el cumpleaños de Nacho y que quiere celebrarlo en el karaoke, pero Juanjo le dice que van a estar cerrados... porque van a pintar.
Por la noche, Rosa se pasa por el karaoke a cantar... Sí, Rosa, Rosa, la de OT, esa misma, que es amiga de César. Éste le cuenta a Lucía que cuando se conocieron, ambos estaban tremendos. Están los tres hablando, cuando llega Trini y, creyendo que el karaoke se va a cerrar por reformas, se pone a hablar del tema y, claro, César y Lucía flipan ante la falta de tacto y esas cosas.
Al final, Trini se entera de lo del trasplante, así que va a ver a Juanjo y le echa en cara que no le dijera nada porque podría haberle ayudado. Juanjo le dice que, para donar, lo primero es ser compatibles y está claro que ellos no lo son. Trini le dice que todo es porque está acojonado y que se lo ha tenido que decir César... y Juanjo digievoluciona en Hulk, se planta delante de César y le suelta unas cosas que... tela, pobrecito César. Al final le acaba diciendo que le deje en paz.
Hoy no me hace falta el gif de Hulk porque Juanjo lo ha clavado.
Juanjo se encierra en su despacho/habitación y ni siquiera habla cuando Lucía le dice que César va a pasar la noche con ella. Jolín, Juanjo, vale que estás asustado, pero pobrecito César. Que Epi y Blas no se peleaban, hombre.
Al día siguiente, los dos se piden perdón respectivamente. César, encima, ha traído ofrendas de paz en forma de churros y pijamas para ir a juego a la operación. Ahora sí que son Epi y Blas totalmente, xD. Juanjo, entonces, le dice que si ayer reaccionó así no era por lo que dijo, sino porque no quiere pasar por la operación porque, si le ocurre algo a César, no se lo perdonaría. César le quita importancia y le dice que, además, en el supuesto contrario, Juanjo le donaría el hígado, pero éste le dice que no, que no lo haría. Claro, y yo me lo creo. Pero, Juanjo, si eres un blandito, que lo sabemos todos.
Total, que los dos se cabrean y Lucía intenta que hagan las paces, hablando con uno y con otro, pero no lo consigue. Por eso, acaba cantando Amigos para siempre, a lo que Juanjo suelta un hastiado "la madre que la parió". Lo dicho: eres un blandito.
Lucía es sabía y utiliza el método Disney para arreglar las cosas: recurrir a canciones.
La cara de resignación de Juanjo al saber que va a caer es brutal.
De hecho, al final cuando ve que César está haciendo una maleta, le dice que deje la lámpara de lava. César le dice que no se muda con Lucía, que la está preparando para ir al hospital y Juanjo insiste en que no quiere su, palabras textuales, puñetero hígado. César le dice que lo va a hacer igualmente, que sabe que Juanjo lo haría por él y que lo único que le pasa es que está acojonado. Juanjo cede y le da un abrazo de oso amoroso, porque en realidad es uno de esos aunque vaya de tío duro.
Al día siguiente, Trini va al hospital a ver a Juanjo y ella le dice que a ver si con el hígado de César se vuelve más amable, xDD. Entonces se besan, aunque justo entonces llega César, acompañado de Lucía. Ésta se despide de ambos y las dos se van, dejando a los chicos solos. Juanjo aprovecha el momento para decirle a César que le ha dejado su parte de La bamba y se ponen todo monosos. De hecho, César se viene tan arriba que le pide que le dé la mano, pero Juanjo se niega... hasta que llega el momento de entrar a quirófano y sí lo hace. Jo, en serio, es una tontería, pero es que me ha parecido una escena tan rematadamente bonita.
Jolín, en serio, es súper bonita esta parte.
Por otro lado, la trama que corresponde a la casa de Trini ha estado centrada en El abuelo y ha sido muy bonica también. La cuestión es que el buen hombre tiene que tomarse distintas pastillas y cada una de un color, lo que ha llevado a Nacho a preguntar sobre las azules y a Trini a responderle que esas para cuando pille cacho. Qué guay es ver buen rollo en esta familia. Bueno, Trini le recuerda que tiene que hacer ejercicios de memoria, así que le recomienda mirar fotos antiguas.
Además, ha encontrado trabajo como barrendera, donde se hace amiga de un mendigo llamado Agustín que parece la versión masculina de Asun: vamos, que se sabe todo lo que ocurre en el barrio.
Cuando vuelve a casa, ayuda al Abuelo con lo de las fotos y así descubren una de una chica muy guapa, Mila, el primer amor de Rafael. El hombre les cuenta que estaban muy enamorados, pero que los padres de ella tenían otros planes para la muchacha y que no la ha vuelto a ver desde entonces. Con la tontería, acaban los dos y Nacho súper emocionados y, de hecho, le emociona tanto que Trini va a en busca de Mila.
Y, de hecho, logra encontrarla... aunque, claro, está muerta. Por eso, delante de la hermana de la fallecida Mila, suelta: "¡me cago en la mar salada, por un mes!". Eso es tacto. Por cierto, la hermana se llama Rita. Mila y Rita... Mila y Rita... Tsk, hubiera molado más Pili y Mili, rima más. Bueno, por cierto, Rita es súper simpática y le cuenta un montón de cosas y acaba conquistando a Trini, quien, al saber que la mujer es una solterona, se le ocurre una brillante idea:
Hace que Rafael se ponga elegante y lleva a Rita a su casa haciéndose pasar por Mila, aprovechando que las dos hermanas se parecían. Es lo típico que sabes que va a salir mal, como darle de comer a un Gremmlin después de medianoche. Sin embargo, el encuentro va bien y los dos se ponen a hablar y se les pasa el tiempo y ellos tan contentos. Rafael, sin querer, mete un poco la mata al hablar de lo que pensaban ellos de Rita y la pobre mujer capeando el temporal.
Los otros tres cotillas están comentando la jugada, como las Musas del Hércules de Disney, cuando mandan a Nacho a la cama. Entonces, Paula comenta que es una suerte que la haya encontrado y no esté muerta ni nada... y a Trini se le cambia la cara y le acaba contando la verdad y Paula cree que deberían decirle la verdad, pero Trini cree que lo importante es que El abuelo esté contento.
Trini y sobrinos (cantando): ¿A quién crees que engañas? Ella es tierra y paraíso, no uses artimañas, Rafa, sólo es un aviso.
Por la noche, Trini vuelve del karaoke, de enterarse de lo de Juanjo y se lo cuenta a Paula, diciendo que una cosa así no se le puede ocultar a la gente a la que se quiere.
A la mañana siguiente, Rafael está tan contento que está bailando y cantando y les dice que ha vuelto a quedar con Mila y que la mujer le ha dado la vida. Todo gracias a Trini. La pobre Trini empieza a sentirse culpable y Paulita Grillo, voz de la razón, le recuerda sus palabras de la noche anterior para que le diga la verdad al Abuelo.
Por la tarde-noche, Rafael se ha puesto en punta en blanco porque tiene una nueva cita con la falsa Mila y Trini va a decirle la verdad, pero no puede. Paula intenta que se lo cuente, por lo que acaban soltando indirectas hasta que Rafael se mosquea y Trini le explica lo sucedido, por lo que el nombre se cabrea. ¿Veis? Era una idea Gremmlin, ya está mordiéndole el culo a Trini.
Por eso, Trini se presenta en casa de Rita para decirle que Rafael lo sabe todo, que lo siente y demás. La pobre mujer le dice que no se preocupe, que la culpa es suya por pensar que podría salir bien, que podría vivir la vida de su hermana. Trini le dice que se siente igual que ella, puesto que Luisa siempre era la mejor. Trini, entonces, se viene arriba y dice que el pasado no importa, que en ese momento a Rafael le gusta ella y no Mila. ¡Así se habla! All you need is love... Vale, nos acercamos a la Navidad y eso significa que Love actually está más presente en mi vida de lo habitual, xD.
Trini: Papá, ve a por Rita ahora, que no estás para correr como el crío de Love actually...
Paula: Trini, ¿tú también estás con lo de Love actually?
A la mañana siguiente, Rafael está todo tristón y Trini le pide perdón: que le da miedo que se olvide de ellos, que quiere que recuerde todo y que lo veía tan bien con Rita y tan feliz y que ella estaba por él desde siempre, pero que no tiene culpa de nada. El abuelo decide irse a dormir y Trini lo intenta una vez más, diciéndole a donde va a ir al día siguiente Rita.
Y Rafael va en busca de Rita y, aunque al principio hablan de Mila, al final acaban hablando de ellos y paseando y siendo monísimos de la muerte. Espero que volvamos a ver a Rita, por cierto, que la mujer me ha caído súper bien.
Qué bonico :3
Para el final me he dejado a Los cuñadísimos, que hoy han estado en problemas... más de lo habitual, se entiende. Y eso que han empezado bien con Armenteros diciendo que ha comprado un apartamiento en Torrevieja, pero luego en cero coma ha aparecido la policía (la de verdad, según el criterio de Jeco) para detenerlo. La cuñadísima está atrincherada en El caño, cuando ven en la tele que lo han detenido por malversación de fondos... algo que no nos suena de nada, ¿verdad? Nótese la ironía, of course.
Ante la noticia, Jeco dice que su tito es un crak y Cefe comenta que a nadie le extraña y que Asun no debe preocuparse, que a los políticos no les pasa nada... algo que tampoco nos suena, no, no. Bueno, La cuñadísima se ofende porque no creen en la inocencia de Armenteros (que es como ofenderse por no creer en el Big Foot, perdóname, Marshall) y se larga dramáticamente y dejando a Jeco con toda una señora preocupación: ¿quién pone los nombres a las operaciones? Según Cefe, es el que pone los nombres a los huracanes y yo añado a los que ponen los títulos en español a las películas.
Jeco y Cefe hablando de las cosas importantes.
Mariano: ... alguien necesita poner en orden sus prioridades.
Candela: ¿Y ahora te das cuenta?
Más tarde, Mariano debe irse y Cefe le recuerda que tienen partida, pero el primero no puede ir, lo que provoca que Cefe le eche en cara sus ausencias. Eso les lleva a discutir y a tomarse un descanso, pues Cefe decide abandonar El caño. Sí, sí, como lo leéis. Increíble pero cierto. ¿Y a dónde se va? A La bamba, sí, no anda mucho, aunque Juanjo flipa al verlo en la barra.
Mariano, por su parte, va a ir a ver un partido del Rayo al palco, pero no parece muy contento y le pide a Candela que, si vuelve Cefe, le invite a unas cañas. En esas llega Juanjo para intentar pasar la custodia, pero Mariano se ofende porque Cefe se ha ido a la competencia y pasa de él.
A todo esto, La cuñadísima le quita hierro al asunto delante de sus hijos, pero a Candela le cuenta que no consigue el dinero para pagar la fianza porque en el banco no la han ayudado y la casa nueva está sin pagar... algo que Asun no sabía. Por suerte, a Candela se le ocurre la solución: vender algunas cosas.
Mientras tanto, Alma y Carlos están hechos polvo y Jeco intenta animarlos... a su manera, que muy eficaz pues... no es. Al final acaba sugiriendo que se pueden poner a estudiar para olvidarse de los problemas, pero Alma decide que va a pasar de estudiar. Por eso, los dos primos con la ayuda de Paula deciden ayudarla a preparar el examen de historia, así que quedan los cuatro. Alma se sorprende de que Jeco la vaya a ayudar, ya que suspendió hasta parvulitos, pero él le dice que está para motivar y le ha comprado de todo: bolis de colores, post-it, hasta plastilina para hacerle muñequitos. Eso es amor, pero amor del bueno, sobre el que canta Giselle, vamos.
"¿Y tú también me vas a ayudar? Si suspendiste hasta parvulitos..."
(En la captura no se aprecia, pero se le nota que le hace ilusión que Jeco esté ahí, que os lo digo yo)
Jeco: Mira, hasta hago trucos de cartas.
De hecho, como ve que Alma no da pie con bola porque se aburre, se le ocurre una gran idea: hacerlo con reglas memotécnicas, hacer raps... Soy muy fan del rap del Gernika, xDD.
Carlos va a la terraza a fumarse un cigarrillo y Paula le sigue y se ponen a hablar y él dice que todo es una mierda y Paula pone la nota de sensatez. Y están súper monos, mirándose, se acercaran, parece que se van a besar... y Alma les interrumpe. ¡Otra vez! ¡Otra vez! ¡En dos episodios seguidos! ¡Argggg!
Menos miraditas y más acción... al menos cuando esté Alma delante, que tiene una puntería para interrumpir...
En ese momento, llegan los hinchas del Rayo celebrando la victoria. ¿Todos? No, porque Mariano echa de menos a Cefe. Candela, que es sabia, le dice que deberían hacer las paces de una vez.
Al día siguiente, Jeco va a buscar a Alma: sabe que con el embarazo y la detención es difícil concentrarse, así que le ha hecho todo tipo de chuletas para que apruebe. Pero chuletas deluxe, vamos, hasta plastificadas. Alma insiste en que lo ha decidido, no va a seguir estudiando, pero Jeco le dice que no debería porque es lista y vale y no debería acabar como él.
Al rato, Alma vuelve al Caño con malas noticias: ha cateado porque la han pillado copiando (entre tanta chuleta y la letra pues se ha hecho un lío). La profe, según cuenta, ha debido de fliparlo ante tal despliegue de medios. Jeco se entristece porque cree que Alma va a dejarlo, pero ella le dice que no, para no ser como él, y Jeco se pone a celebrarlo tan contento, xDD. En serio, este chico es taaaaaan mono. Jolín, Alma, yo no sé cómo te lo quedas para ti sola. Yo lo haría.
Como diría Enrique Pastor: aquí hay tema, pero tema.
Asun, mientras, ha quedado con un tasador y, con la ayuda de Candela, logra un dinerillo al vender un reloj que no le gustaba nada. Y encima que Candela le hace el favor, la otra va y le suelta que como se le nota el mercadillo. Si en un diccionario, buscas la palabra "agradecer", la foto de esta mujer no saldrá, nop.
La cuñadísima va a la cárcel a ver a su marido, que le dice que es inocente... y ella le cree. En serio, esta es más inocente que Bambi. Armenteros se fija en que Asun no tiene su anillo de boda, así que a ella no le queda más remedio que contarle lo que ha pasado y él le dice que tiene mucho dinero escondido en casa. Y hace un segundo jurando que era inocente. Ay, como se nota que es un político español. ¿Lo malo? Que toda la pasta estaba en el reloj que ha vendido y, claro, el tasador ya no da señales de vida.
Por la noche, Mariano va a La bamba y Cefe se hace el interesante, cuando Lucía canta la de Amigos para siempre y se emocionan un poco. Al final, Mariano le dice que se pase por El caño que tiene un regalo para él. Y, claro, Cefe vuelve y Mariano está tan contento y, encima, en ese momento llega un paquete para Cefe, el regalo de Mariano, que es una camiseta que pone Cefe. Amo que ponga Cefe, es lo más guay EVER *0*
Soy súper fan de la camiseta.
Cefe está quejándose porque esté su apelativo cariñoso, cuando se da cuenta de que están los jugadores del Rayo y se nos pone en plan carpetera igual: a dar abrazos y grititos cual quinceañera. ¡Qué genial que es este hombre!
Al final, en casa de Los cuñadísimos se están llevando mogollón de cosas y Asun sigue intentando aparentar que no ocurre nada. Carlos y Alma le dicen que no hace falta que les proteja y que pasarán por eso todos juntos, como una familia.
Eso ha sido todo por hoy. La semana que viene tenemos final de temporada y, encima, navideño, lo que tiene que ser épico. Pero épico, épico, sobre todo porque tenemos alumbramiento navideño de, ojo, María José y Jesús Francisco. Vale, lo de Francisco no pega tanto, pero lo otro sí. Deberían ser trillizos y llamarse Melchor, Gaspar y Baltasar... Sé que es un chiste malo, pero no he podido evitarlo. Encima, tenemos acercamiento de Carlos y Paula, que vuelven a cantar un dúo, lo que es bien y parece que tendremos drama con César... lo que no mola, pero, bueno, van a salir Los chunguitos y sin llevarse cuatros.
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