Ayer tuvimos ración nueva de
Luna, el misterio de Calenda con la emisión de su tercer episodio,
Sangre, que fue un señor episodio. Además, es de agradecer que ya hayan solucionado un enigma y vayan dando información. Eso sí,
Alex Murany ha salido todavía menos y yo sigo esperando el momento en que pase algo con él, porque sigo en mis trece de que algo pasa con él... Pero, bueno, de momento vayamos con la crónica.
Empezamos justo donde se terminó el episodio anterior: con la detención de
Raúl porque
Sara encontró la caja en su coche. Pues bien, la guardia civil interroga tanto a
Raúl como a
Carola y uno explica que la noche del asesinato se emborrachó y durmió en el calabozo, mientras que
Carola acaba admitiendo que la noche del robo,
Raúl estuvo con ella en el hospital porque sufrió un aborto. También añade que querían mantenerle en secreto porque el niño era de
David; en esas, la jueza está con la oreja cuasi pegada a la puerta (así nos ha salido
Leire) y se entera de todo. Auch.
El teniente buenorro en el interrogatorio. Ay, omá...
De paso, insisto en que creo en su inocencia y que no entiendo cómo con esa cara le toman por malo ;P
Más tarde, el equipo de guardia civiles están repasando todos los datos que sabemos y
Sonia señala que no tiene sentido (tiene coartada, no tiene sentido que no destruyera la pruebas, etc.), pero
Ratilio está empecinado en culpar a
Raúl. Rata traidora ¬¬U Les ordena a
Nacho y a
Sonia comprobar la coarta del
Teniente buenorro, así que están revisando las grabaciones de la noche en cuestión, mientras
Nacho está distraído porque no deja de pensar en
Vera.
En esas,
Sonia se da cuenta de que la grabación está estropeada justo cuando deberían ver a
Raúl entrando en el cuartel, lo que le resulta muy raro, por no decir sospechoso. Por eso, se presentan en la taberna buscando al juez para explicarle lo que han descubierto y que creen que le han tendido una trampa a
Raúl, pero el juez cree que ha sido éste. Claro que sí. Ignoremos el hecho de que para
Raúl habría sido más fácil entrar por la puerta, que quede grabado y luego largarse por una ventana.
Olivia vs. Ratilio.
Gocemos de la cara de acojone de Basilio, que además de rata traidora es un nenaza, xD.
Mientras tanto,
Olivia se presenta para ver a su hermano, pero
Ratilio no está por la labor, hasta que ella le amenaza con sacudirle para que la detengan y lo vea. Qué grande es esta mujer ^0^ El reencuentro es muy bonito y
El teniente buenorro le acaba pidiendo ayuda, que consiste en avisarle cuando la jueza vaya al baño. En cuanto lo hace,
El teniente buenorro pide que le lleven al baño y logra hablar con
Sara: le dice que él es inocente, que ella tenía razón, que le quieren inculpar y que le haga un favor: que mire la caja de
David, ya que está seguro que la han manipulado.
Al final, por mucho que
Sara se haga la dura, acaba sintiendo curiosidad, así que va a examinar el contenido de la caja y es descubierta por
Sonia, que no duda en unirse a ella. Además de un pasaporte con una identidad falsa del capitán,
Sara descubre que falta un aparato que no sabe qué es y que hay documentos que antes no había.
Al día siguiente, mientras
Nacho está escribiendo un informe,
Sonia está ocupada investigando y acaba encontrando algo, por lo que va a visitar a la jueza que, aprovechando que
Tomás está en casa malito, larga a
Olivia porque no la quiere meter en todo esto. Una vez que se quedan a solas,
Sonia le explica que le dio por pensar qué hacía el pasaporte en la caja y
Sara responde por ella: porque lo usó en la investigación.
Sonia había pensado lo mismo, así que ha investigado dicha identidad y únicamente ha descubierto un apartado de correos en
Hinojosa, el pueblo de al lado.
El aparatito de marras. Opciones que se me ocurren a mí sobre qué puede ser:
1) Un disco duro tuneado, altamente imposible, sep.
2) Una cosa que usan en Supernatural para detectar la presencia sobrenatural. Ey, podría ser.
Las dos acaban yendo a
Hinojosa, donde abren el apartado de correos y encuentran un paquete, que
Sonia se encarga de coger, usando el pañuelo de la jueza para no contaminar las pruebas. Descubren que se lo envió alguien de
Calenda y que, dentro del paquete, está el aparato ese raro. De vuelta al cuartel, acuerdan mantener eso en secreto hasta que descubran qué es y quién se lo envió a
David.
A todo esto, en el cuartel, al ver que en realidad no tienen ninguna prueba contra
El teniente buenorro, el juez ordena soltarle. Están en ello, cuando aparece una nueva prueba incriminatoria, así que
Raúl se china un poco y acaba cogiendo a
Ratilio a modo de rehén. Lástima que no se lo hubiera comido un lobo antes. Por desgracia,
Sara y
Sonia aparecen en ese momento y ésta última apunta al
Teniente buenorro con su pistola, mientras
Sara le dice que deje ir a
Ratilio.
Raúl lo hace, pero se acaba dando a la fuga, aunque
Sonia le pega un tiro... ¿Pero por qué? ¿Para qué le disparas? Hombre, mujer, ya sé que es un prófugo, pero no me lo desgracies, pobrecito, que encima tú sabes que le están tendiendo una trampa.
Jo, Raúl, si yo sé que Ratilio es ahostiable y odioso, pero así sólo te estás metiendo en problemas.
Por otro lado, tenemos a
Vera y a
Pablo, que han sufrido las consecuencias de la detención de su padrastro porque todo
Calenda murmura de ellos y, de hecho, ven como en la taberna de su madre han escrito la palabra "Asesino". Sep, los calendarios estos son gente muy nice ¬¬U
Pero la cosa no acaba ahí: en clase,
Leire ignora a
Vera, mientras que el líder de
Los malotes le pregunta a
Pablo si estudió para el examen de mates o si su madre se tiró al profe.
Pablo se rebota (normal) y le calza una hostia de impresión y encima el tonto del culo del
Malote se ofende. Anda, ¿y qué pensabas que iba a pasar? ¿Qué se iba a reír, pedazo de anormal? Arg, ojalá venga un lobo y te coma.
Lo mejor del caso es que El malote es un chulo y va de súper guay, pero después cualquiera le deja tonto.
BTW, Fernando, envíale a Joezno para que le dé un sustito y deje de ser tan gilipollas ¬¬U
Por cierto,
Leire se entera de lo sucedido y no se le ocurre nada mejor que ir a echárselo en cara a su madre. Jo, chica, hoy te estás luciendo. En esas, encima, llega
Carola para hablar con la jueza y básicamente le explica que cuando estaban liados,
David estaba solo y que cuando
Sara y
Leire accedieron a ir con él, cortaron; también explica que el día de su muerte, le citó para contarle lo del embarazo, pero que se calló al ver lo feliz que era
David al tenerlas ahí.
Volviendo a
Los mellizos, como
Pablo ha ahostiado al
Malote,
Carola debe hablar con el director y, cuando salen del despacho, le echa la bronca y, cuando le dice que se contenga,
Pablo dice: igual que te has contenido tú de follarte a otro.
Carola le suelta una torta (menudo episodio llevamos) y
Pablo se larga cabreado.
Más tarde, un gilipollas anónimo va a la taberna y se pone baboso con
Carola, pero en esas aparece
Nacho y lo echa. Después, intenta hablar con
Vera, pero ella está ofendida porque
Nacho no cree en la inocencia de su padrastro.
Nacho eso de tener algo de sensibilidad no lo lleva bien y, claro, Vera se cabrea.
A todo esto, en la casa de la jueza,
Olivia le dice a
Sara que su hermano es inocente, pero ésta añade que no sabe nada, así que la primera dice que se va de casa y
Sara no quiere. O sea... A ver, jueza, tú eres un poco la polla. Crees que el hermano de
Olivia es un asesino y encima pretendes que ella siga siendo tu amiguita del alma, anda que... ¡Que es su hermano,
Sara! Bueno, que me enrollo, justo en ese momento llega
Leire en plan emo, diciendo que todo es un asco y tal y que ni siquiera puede hablar con
Vera, por lo que
Sara le dice que ni
Vera ni ella tienen la culpa de nada y que se necesitan. Al escucharla,
Olivia se ablanda y decide quedarse en la jueza house.
Al día siguiente,
Leire va a la taberna para hacer las paces con
Vera. Están en esas, cuando
Carola le pregunta dónde está
Pablo y la chica le cubre, aunque no tiene ni idea de dónde está. En serio, a esta muchacha un día de estos me la matan de un disgusto. Al final, acaba recurriendo a
Nacho y, tras una peleilla, él acaba diciéndole que le ayuda y ella le cuenta que
Pablo ha desaparecido, así que
Nacho deja todo para buscarlo. Ohh, qué bonito. Si es que
Nacho está enamorado, ainss :3
Más tarde,
Nacho sigue sin encontrarle, por lo que
Vera está todavía más preocupada y admite que no puede más y no me extraña, qué percal tiene la muchacha.
Nacho la consuela y le pregunta si tiene algún amigo o a dónde iría a ella. Al final,
Vera cae en algo: la cabaña de su abuelo, que está abandonada, aunque
Raúl la usa para guardar las cosas de caza.
Los dos van a la cabaña y, en el coche,
Vera le da las gracias y
Nacho se preocupa de dejarle claro que no significa nada especial para él. Ya, ya, lo que tú digas,
Nachete.
Vera se pone un poco seductora, pero
Nacho logra mantener la compostura, aunque en esas,
Vera descubre que
Nacho guarda su horquilla en el quitasol y se emociona porque se da cuenta de que lo hace para recordarla. Lo dicho: esto es amoooor.
A mí estos dos me encantan y en esa escena más :3
Ya cerca de la cabaña, los dos van andando y escuchan un tiro, así que
Vera se asusta, pero
Nacho le dice que se quede ahí, mientras que él se acerca a la cabaña. Ahí se encuentra con
Pablo, que ha disparo sin querer la escopeta. Al ver que no ocurre nada raro,
Vera corre a abrazar a su hermano, mientras
Nacho va a guardar la escopeta y encuentra un hacha ensangrentada en la cabaña, que es la prueba que provoca que
Raúl vuelva a ser sospechoso.
Sigo con
Indiana Tom, que en este episodio está malito (por haber caído al río y todo eso en el anterior) y en cama. Su le pregunta qué hacía en el río.
Indiana Tom cuenta que hace muchos años hubo una plaga en
Calenda que mató a mucha gente, una plaga de hombres lobo y, también, le cuenta lo de la piedra de sacrificio. Al escuchar eso,
Olivia alucina un poco y le echa una cantada del copón porque bastante ha sufrido la gente, sobre todo su familia y le tira los libros.
Por eso, ni corto ni perezoso, va a por los libros a la basura, pero no los encuentra. Lo malo es que se ha quedado encerrado fuera de la casa. Empiezo a sospechar que los guionistas eligieron el nombre como un guiño a
Tomás, el gafe. Una hora y media después, llega
Leire que se lo encuentra congelado, así que lo mete en la cama. Tras la visita del doctor,
Indiana Tom le cuenta lo del libro y le pide ayuda, aunque
Leire lo único que le dice es que, seguramente, su madre lo habrá escondido.
Tomás: Vilmaaa, ábreme la puerta... Uiss, creo que me he equivocado de serie.
Al día siguiente, aprovechando que está solo en casa,
Indiana Tom va al ático donde su madre ha escondido sus libros, pero justo entonces llega
Olivia a casa. Recordemos que la jueza la había mandado ahí para no involucrarla en su investigación paralela. Como escucha un ruido y conoce a su hijo, va directa al desván, pero
Indiana Tom es listo y rápido y abre una ventana, además de volver a su habitación, por lo que
Olivia no se entera de nada.
Y, para acabar, me he dejado a
Joezno, que ha empezado el episodio con un sueño... Bonito, bonito, en el que en una noche de luna llena le llevan al bosque y le rebanan el pescuezo. Lo dicho, súper bonito el sueño.
Joezno se despierta en el bosque junto a la piedra de sacrificio y se lleva un buen susto. Por cierto, va vestido con ropa de calle, ¿no debería haber ido en pijama? No sé, quizás soy rara, pero yo duermo en pijama y no en vaqueros y abrigo o.o
¡Es Jack! Ay, no, que es Joel, perdón.
BTW, Álvaro Cervantes tiene unos ojos muy bonitos ^^
Cuando vuelve a casa, su padre está histérico por su desaparición y cuando
Joezno le explica lo sucedido, se limita a darle pastis y a quitarle importancia al sueño, diciendo que son secuelas de su enfermedad. Sin embargo,
Joezno pasa de tomarse la medicina esa tan chachi que le da su padre.
Más tarde, en clase, comienza a experimentar cosas raras: se le desarrolla el oído todavía más, ve raro... Total, que va al baño, tira las pastis y, ¿qué ocurre? Que
Leire está pendiente de él y recoge de la basura el bote de las pastillas. Cualquier día de estos,
Joezno le cantará lo de "no es amor, lo que tú sientes se llama obsesión" porque, macho, vale que lo haga con buena intención, pero un poco acosadora ya es, xD. Después, aprovechando que el médico visita a
Tomás, le pregunta acerca de las pastillas.
Al día siguiente, descubren una pintada en la clase de los protagonistas que pone:
Pando asesino. Por eso, el director va a regañarles y a hacer lo típico de: o canta el que lo ha hecho o pagáis todo. Como es de esperar, todo quisqui calla, pero
Joezno con sus nuevos poderes descubre que
El malote tiene las manos con pintura, así que se lo dice al director. Después, cuando la clase acaba,
El malote encara a
Joezno y, atención, tiene la caradura de decirle que quién se cree que es para delatar a la gente. ¿Y tú quién te crees que eres para ir jodiendo a los demás, gilipollas? Arg, en serio, es que lo odio, ¡lo odio!
Total, que
Joezno, con un par, le sujeta el puño cuando
El malote va a pegarle y le dice que va a ser la última vez que le ponga la mano encima.
El malote intenta hacerse el tipo duro, pero
Joezno lo deja jodido del todo cuando le dice que sabe que le tiene miedo y que es patético. Oh, dios,
Joel, cómo ha molado. Mil minipuntos para ti.
Oh, dios, cómo mola esta escena.
Se está marchando cuando ve el famoso pañuelo blanco de
Leire, así que sube al desván y la chica le pregunta sobre las pastillas.
Joezno flipa y, la verdad, enumerando todo lo que ha hecho
Leire es como para hacerlo. Sin embargo, acaban hablando y
Leire se ofrece a ayudarle, por lo que
Joezno le cuenta la verdad: que hace tiempo estaba muy enfermo, estuvo a punto de morir, fueron a
Calenda y se curó, aunque debe tomar las pastillas y tiene algún efecto secundario que otro, por eso evita a la gente.
Leire lo entiende, pero le dice que no tiene por qué tomar drogas y
Joel flipa porque, claro, para él es medicina, pero en realidad es un sedante para caballos que se usa para colocarse. La chica remata diciendo que quiere ayudarle y que tiene que ser sincero con ella, aunque de lo que no se da cuenta es que el pobre
Joezno está flipando en colorines.
En su casa,
Leire está escuchando música cuando
Olivia va a hablar con ella y, tras que
Leire no se muestre cooperativa,
Olivia le cuenta que el médico le contó lo de las drogas.
Leire no quiere contarle nada, pero
Olivia le amenaza con hablar con su madre, así que
Leire acaba explicándole lo que sucede con
Joel. Y
Olivia tarda cero coma en irle con el cuento a
Fernando, que al ver que la verdad está saliendo a la luz, va en busca de su hijo muy alarmado.
Mientras tanto,
Joezno entra por la ventana en la habitación de
Tomás, así, dando un salto, muy elegante él, porque que 1) casi infarta (de nuevo) a
Tomás y 2)
Tomás le pregunta si sabe que existen las puertas.
Tomás, desde aquí te digo que en tu pueblo tienen un problema con las ventanas, primero la jueza, luego
Leire y ahora
Joezno que le ha cogido gustillo.
Joel quiere saber dónde está
Leire, pero
Tomás está súper emocionado porque ha descubierto cómo invocar a los hombres lobo: se derrama la sangre de la víctima sobre la piedra, haciéndole un corte en el cuello.
Tomás abriéndole los ojos a Joel, para que luego le traten de loco.
Con esa información,
Joezno acaba juntando todas las piezas del puzzle y espera a su padre, que no tarda en llegar.
Joezno le dice que recuerda todo, que no es un sueño, sino un recuerdo: su padre le llevó en brazos a la piedra en una noche de luna llena y le cortó el cuello.
Fernando explica que
Joel se estaba muriendo y que hizo todo por él, para salvarle.
Joezno dice que los efectos secundarios, las pastillas y todo era mentira, que él no es un enfermo, sino un hombre lobo. Era algo que nadie se imagina, ¿verdad? Yo tenía la esperanza de que dieran un giro inesperado, en plan: ohh,
Joel no es el hombre lobo, sino fulanito, porque estaba taaaan claro que era
Joel. Pero, bueno, al menos sabemos que
Tomás se puede salvar, yey =D
Eso ha sido todo por hoy, estoy deseando que llegue la semana que viene para ver cómo avanzan en la investigación y, sobre todo, como logra
Raúl salir del lío en el que se ha metido. Ainss, mi
Teniente buenorro, cruzaremos los dedos para que todo te salga bien.