Siempre he sentido debilidad por las road-movies, ya sabéis, esas películas que tratan sobre un viaje en coche, donde nunca nada sale bien. Por eso, cuando oí hablar de Amy y Roger, 5000 kilómetros para enamorarse, que era como una mezcla de road-movie y comedia romántica, decidí que tenía que hacerme con él. Además, en España lo ha editado Plataforma Neo, que es una editorial que, por el momento, nunca me ha decepcionado.
Amy se va a mudar, dejando la California donde se ha criado, para marcharse a Connecticut. Ella lleva un par de semanas solas en su casa, mientras acaba el curso, mientras su madre se ha adelantado para prepararlo todo. Por eso, cuando llega el verano, tiene que llevar el coche familiar hasta su nuevo hogar, aunque tiene un problema: desde que su padre murió en un accidente de coche, es incapaz de conducir.
Ahí es cuando entra en juego Roger. Roger es un amigo de la infancia al que lleva mucho tiempo sin ver y debe viajar para pasar el verano con su padre, así que la madre de Amy lo arregla todo para que crucen el país en el menor tiempo posible. A Amy el plan no le hace ni pizca de gracia, sobre todo porque desde la muerte de su padre no ha vuelto a ser la misma, pero cuando se pone en marcha, acaba decidiendo saltarse el plan establecido y que los dos recorran el país a su manera, lo que sólo es el primer paso para que Amy se encuentre a sí misma.
Cuando descubrí este libro, pensé que me iba a encontrar con una historia de amor, algo del estilo de las novelas de Stephanie Perkins. Sin embargo, el título es bastante engañoso y ese "5000 kilómetros para enamorarse" sobra, pues Amy y Roger no es un libro romántico, aunque sí que haya una relación entre los protagonistas; estamos, en cambio, ante una historia personal, una historia sobre la pérdida, el dolor, la recuperación y la superación personal.
En realidad, es la historia de Amy, pese a que Roger tenga importancia y haya varios secundarios con sus propias historias.
¿Es eso algo malo?
No, desde luego que no, pero si estás buscando una historia romanticona, no es lo que se va a encontrar entre las páginas de Amy y Roger. Sí, entre los dos, poco a poco, va surgiendo algo, pero se trata de algo sutil, de un inicio, no de una historia de amor al uso. De hecho, lo importante es como, poco a poco, Amy empieza a avanzar, como lidia con la muerte de su padre y las consecuencias que ha tenido ésta para toda su familia, como se va recuperando y va superando todo eso que la tenía aislada y afectada.
Y la verdad es que el viaje de Amy es interesante. La autora, Morgan Matson, ha sido muy hábil al dejar claro que algo ha ocurrido, pero al no especificar el qué e irnos dando información poco a poco. Al igual que me ha gustado mucho como intercalaba breves capítulos ambientados en el pasado para comprender la relación de Amy con su padre, también la dinámica de su familia y cuánto ha cambiado tras tal traumático suceso.
Además, el viaje a través de los distintos estados está muy bien ambientado y la edición incluye todo tipo de material adicional: fotografías, menús, tickets, hojas del diario de viaje de Amy, las listas de canciones de Roger... La edición de Plataforma Neo es muy bonita, tanto la portada, como el interior y me gustó mucho el detalle de incluir todas esas cosas, le dan todavía más veracidad al viaje. No obstante, Morgan Matson no lo necesita, porque ambienta tan bien el viaje que era muy fácil imaginarse compartiendo el coche con Amy y Roger.
La trama, como veis, no es especialmente original, pero particularmente me ha gustado mucho cómo la ha contado Morgan Matson. No sólo por cómo ha presentado lo que ocurrió o cómo alternaba pasado y presente, sino que me ha gustado mucho la combinación entre los distintos sitios que visitan, las personas que se encuentran y las aventuras que van viviendo, con otros momentos más tranquilos, donde Amy y Roger sencillamente hablaban. No es una novela que tenga un ritmo apabullante, de hecho se toma su tiempo para desarrollar a los personajes mediante conversaciones (sobre todo a Amy), pero me ha resultado muy entretenida y agradable de leer.
Además, otra cosa a favor del libro es que, pese a lo traumatizada que está Amy al principio de la novela, no es una protagonista ahostiable; algo que, admitamos, era muy fácil que ocurriera. De hecho, es una protagonista bastante digna y me cayó muy bien durante todo el viaje; porque, encima, su evolución es tan clara como bien llevada. Ha sido un gusto leer como Amy se iba animando, como empezaba a superar sus inseguridades y, poco a poco, se iba abriendo a Roger, al principio con detalles tontos como elegir la música y, después, con otros más serios.
Amy es nuestra narradora, por cierto, por lo que conocemos todos sus pensamientos y sentimientos, algo de lo que no disfrutamos con Roger. Pero, bueno, él es más abierto que ella y, además, está bien perfilado. No tiene tanta importancia como Amy, pero también arrastra sus propios problemas y es encantador y, como ya he dicho, me ha gustado mucho como se han ido conociendo.
El único "pero" que le pongo es el final, ya que, en mi opinión, llega demasiado pronto. Seguramente sea el adecuado, dado el carácter realista y sencillo de la historia, pero me habría gustado que la autora escribiera un epílogo o un par de capítulos más para concretarlo más.
Amy y Roger, 5000 kilómetros para enamorarse es una novela de lectura fácil, con una buena protagonista cuya historia de superación es de lo más interesante y que, además, cuenta con el añadido de ser una road trip muy bien ambientada y con un buen dúo protagonista.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Beautiful stranger. Un desconocido encantador de Christina Lauren.
lunes, 29 de septiembre de 2014
viernes, 26 de septiembre de 2014
Cariño, cuanto nos ha crecido el niño
Ah, la paternidad, ese tema que se trata mucho en las series. Desde la idea de que los padres joden a sus hijos de Skins hasta los padres corajes que hacen lo que sea por sus hijos (desde patear culos hasta diseñar complejas maldiciones para recuperarlos), el tema es amplio.
Sin embargo, en los últimos años en las series se ha desarrollado una tendencia a la que yo denomino Paternidad raruna, básicamente porque las edades entre padres e hijos pues no son las habituales. Todo lo contrario. Vale, no es nada nuevo, que ahí estaba Marty McFly regresando a la adolescencia de sus padres, pero en la película no era una situación permanente y en las siguientes series lo es.
Bueno, quien avisa no es traidor, así que desde ya os digo que vais a encontrar spoilers muy leves de la tercera temporada de Once upon a time, pero también otros de lo más importantes de la season finale de Sleepy Hollow, la quinta temporada de Fringe, la quinta y sexta temporada de Doctor Who y la quinta de The vampire diaries.
Once upon a time
Empiezo por Once, más que nada porque no tiene ningún spoiler, ya que desde el principio sabemos que Emma es hija de Snow y Charming, que llevan los 28 años de su churumbela congelados en el tiempo. Al principio, nadie era consciente, pero luego se rompió la maldición y, aunque los Charming intentan actuar de padres, la verdad es que queda un poco raruno.
Es como esa escena de la tercera temporada en la que Charming sueña que baila con su hija vestida de princesa y tenía más tintes de ship loquísimo que de padre e hija. O lo raro que será explicarle a Neil que su hermana le saca treinta años, casi la edad de sus padres. Muy loco todo.
Sleepy Hollow
Para loco, Sleepy Hollow, que es una serie loquísima que ha vuelto esta misma semana y, encima, por todo lo alto. Si es que esta serie es tan genial. Si no habéis visto la primera temporada entera, pasad de esta parte, porque no quiero estropearos el final.
Porque fue en el último episodio de la tercera temporada, cuando descubrimos que el afable Henry Parrish, no sólo de afable no tenía nada, sino que era el hijo de Ichabod y Katrina, Jeremy, que había sido sepultado por un aquelarre de brujas y devuelto a la vida para convertirse en el jinete de la guerra. Y, claro, como papá andaba congelado por un conjuro y mamá atrapada en el purgatorio, Henry podría parecer el padre de sus padres, lo que es un poco bastante perturbador.
Habrá que ver cómo plantean el tema de la paternidad raruna, ya que en el primero de la segunda bastante han tenido con arreglar ciertos frentes que habían dejado abiertos. Pero, vamos, que va a ser de todo menos fácil, que Henry está muy, muy cabreado y es muy chungo, porque es muuuuy chungo el tío. Y ahora, encima, tiene una armadura teledirigida como quien dice.
Fringe
Y si a John Noble lo vemos como Henry en Sleepy Hollow, antes le habíamos visto en Fringe, donde también fue testigo de otra paternidad raruna. Porque en su quinta temporada Fringe avanzó al futuro (dominado por los Observadores), por lo que Peter y Olivia se reencontraron con su hija (a la que habían perdido siendo una niña), que también podría haber sido su amiga, pues Etta había seguido creciendo mientras los cuatro miembros del equipo Fringe (no me voy a olvidar de Astrid, que era grandiosa también) permanecían preservados en ámbar.
En este caso, tanto Peter como Olivia intentaban lidiar con la paternidad lo mejor posible, aunque los pobres no lo tuvieron nada fácil... porque anda que los guionistas no se ensañaron con estos dos.
Que, por cierto, me parece fantabuloso no, lo siguiente, que Etta, también conocida como Georgina Haig, vaya a ser Elsa a partir de este domingo en Once upon a time.
Doctor Who
Como Doctor Who es una serie sobre viajeros del tiempo cualquier cosa es posible, aunque no por ello te lo esperas y Steven Moffat se marcó una pedazo de giro sorprendente en la sexta temporada. Desde la quinta conocimos a la maravillosa Amy Pond y algunos, muy listos ellos, empezaron a sospechar que Amy tenía relación con River Song, una arqueóloga que ya había aparecido y que sabíamos que tenía una relación íntima con el Doctor.
Al final, el estanque (en inglés, Pond) tenía relación con el río (en inglés, River) pues resultó que, oh, sorpresa, River Song era en realidad Melody Pond o, lo que es lo mismo, la hija de Amy y Rory que, al ser concebida en la Tardis, podía regenerarse y también era una viajera del tiempo. Sí, para que te explote la cabeza, desde luego.
Lo curioso del caso que la llamaron Melody por su mejor amiga de la infancia que, al final, resultó ser su propia hija con otra apariencia debido a las regeneraciones. Muy loco todo, pero mucho.
The vampire diaries
Bueno, en este caso no tenemos ni saltos temporales, ni maldiciones o hechizos de ningún tipo y, de hecho, el tiempo no se paralizó para nadie. Porque, sí, Katherine puede parecer una adolescente porque fue convertida en vampira siendo muy joven, pero en realidad tiene muchos tacos. Eso sí, descubrir en la (horrible) quinta temporada que tenía una hija vampira, en apariencia mayor que ella, fue toda una sorpresa para todos, Katherine incluida.
Porque Katherine no es la típica madre y, de hecho, yo no sé si es porque los guionistas de The vampire diaries llevan tiempo sin acertar o si se debió a las actrices o a que era una trama que no pegaba con Katherine, pero les quedó una relación de lo más extraña que no terminaba ni de cuajar ni de funcionar, con la excepción de algunas escenas.
Aunque, bueno, en este caso todo era un poco más normal, si tenemos en cuenta el vampirismo y demás.
La chica de ayer
Para acabar, recupero una serie española que en su día no triunfó demasiado (y eso que a mí me molaba), pero que se alejaba del típico drama histórico que tanto gusta a las cadenas españolas, para hablarnos de un viajero en el tiempo (Ernesto Alterio) que regresaba a 1977, cuando él no era más que un niño y, por eso, sus padres eran de su misma edad y él se empeñaba en seguirlos porque en aquella época su padre había desaparecido.
Que, por cierto, en esta serie se encontraba medio reparto de Velvet casi. Y, sí, sé que es una versión de la inglesa Life on Mars, que no he visto, así que no sé hasta qué punto lo de la obsesión del prota por sus padres es inventada o no.
A mí no se me ocurre ninguna más, ¿y a vosotros?
Sin embargo, en los últimos años en las series se ha desarrollado una tendencia a la que yo denomino Paternidad raruna, básicamente porque las edades entre padres e hijos pues no son las habituales. Todo lo contrario. Vale, no es nada nuevo, que ahí estaba Marty McFly regresando a la adolescencia de sus padres, pero en la película no era una situación permanente y en las siguientes series lo es.
Bueno, quien avisa no es traidor, así que desde ya os digo que vais a encontrar spoilers muy leves de la tercera temporada de Once upon a time, pero también otros de lo más importantes de la season finale de Sleepy Hollow, la quinta temporada de Fringe, la quinta y sexta temporada de Doctor Who y la quinta de The vampire diaries.
Once upon a time
Empiezo por Once, más que nada porque no tiene ningún spoiler, ya que desde el principio sabemos que Emma es hija de Snow y Charming, que llevan los 28 años de su churumbela congelados en el tiempo. Al principio, nadie era consciente, pero luego se rompió la maldición y, aunque los Charming intentan actuar de padres, la verdad es que queda un poco raruno.
La familia Charming en primera línea... de playa.
Perdón, no he podido resistirlo.
Es como esa escena de la tercera temporada en la que Charming sueña que baila con su hija vestida de princesa y tenía más tintes de ship loquísimo que de padre e hija. O lo raro que será explicarle a Neil que su hermana le saca treinta años, casi la edad de sus padres. Muy loco todo.
Sleepy Hollow
Para loco, Sleepy Hollow, que es una serie loquísima que ha vuelto esta misma semana y, encima, por todo lo alto. Si es que esta serie es tan genial. Si no habéis visto la primera temporada entera, pasad de esta parte, porque no quiero estropearos el final.
Porque fue en el último episodio de la tercera temporada, cuando descubrimos que el afable Henry Parrish, no sólo de afable no tenía nada, sino que era el hijo de Ichabod y Katrina, Jeremy, que había sido sepultado por un aquelarre de brujas y devuelto a la vida para convertirse en el jinete de la guerra. Y, claro, como papá andaba congelado por un conjuro y mamá atrapada en el purgatorio, Henry podría parecer el padre de sus padres, lo que es un poco bastante perturbador.
Habrá que ver cómo plantean el tema de la paternidad raruna, ya que en el primero de la segunda bastante han tenido con arreglar ciertos frentes que habían dejado abiertos. Pero, vamos, que va a ser de todo menos fácil, que Henry está muy, muy cabreado y es muy chungo, porque es muuuuy chungo el tío. Y ahora, encima, tiene una armadura teledirigida como quien dice.
Fringe
Y si a John Noble lo vemos como Henry en Sleepy Hollow, antes le habíamos visto en Fringe, donde también fue testigo de otra paternidad raruna. Porque en su quinta temporada Fringe avanzó al futuro (dominado por los Observadores), por lo que Peter y Olivia se reencontraron con su hija (a la que habían perdido siendo una niña), que también podría haber sido su amiga, pues Etta había seguido creciendo mientras los cuatro miembros del equipo Fringe (no me voy a olvidar de Astrid, que era grandiosa también) permanecían preservados en ámbar.
En este caso, tanto Peter como Olivia intentaban lidiar con la paternidad lo mejor posible, aunque los pobres no lo tuvieron nada fácil... porque anda que los guionistas no se ensañaron con estos dos.
Que, por cierto, me parece fantabuloso no, lo siguiente, que Etta, también conocida como Georgina Haig, vaya a ser Elsa a partir de este domingo en Once upon a time.
Doctor Who
Como Doctor Who es una serie sobre viajeros del tiempo cualquier cosa es posible, aunque no por ello te lo esperas y Steven Moffat se marcó una pedazo de giro sorprendente en la sexta temporada. Desde la quinta conocimos a la maravillosa Amy Pond y algunos, muy listos ellos, empezaron a sospechar que Amy tenía relación con River Song, una arqueóloga que ya había aparecido y que sabíamos que tenía una relación íntima con el Doctor.
Al final, el estanque (en inglés, Pond) tenía relación con el río (en inglés, River) pues resultó que, oh, sorpresa, River Song era en realidad Melody Pond o, lo que es lo mismo, la hija de Amy y Rory que, al ser concebida en la Tardis, podía regenerarse y también era una viajera del tiempo. Sí, para que te explote la cabeza, desde luego.
Los tres Pond con el Doctor.
Sí, la rubia es la hija de los otros dos. Muy loco todo, ya lo he dicho.
Lo curioso del caso que la llamaron Melody por su mejor amiga de la infancia que, al final, resultó ser su propia hija con otra apariencia debido a las regeneraciones. Muy loco todo, pero mucho.
The vampire diaries
Bueno, en este caso no tenemos ni saltos temporales, ni maldiciones o hechizos de ningún tipo y, de hecho, el tiempo no se paralizó para nadie. Porque, sí, Katherine puede parecer una adolescente porque fue convertida en vampira siendo muy joven, pero en realidad tiene muchos tacos. Eso sí, descubrir en la (horrible) quinta temporada que tenía una hija vampira, en apariencia mayor que ella, fue toda una sorpresa para todos, Katherine incluida.
Porque Katherine no es la típica madre y, de hecho, yo no sé si es porque los guionistas de The vampire diaries llevan tiempo sin acertar o si se debió a las actrices o a que era una trama que no pegaba con Katherine, pero les quedó una relación de lo más extraña que no terminaba ni de cuajar ni de funcionar, con la excepción de algunas escenas.
Aunque, bueno, en este caso todo era un poco más normal, si tenemos en cuenta el vampirismo y demás.
La chica de ayer
Para acabar, recupero una serie española que en su día no triunfó demasiado (y eso que a mí me molaba), pero que se alejaba del típico drama histórico que tanto gusta a las cadenas españolas, para hablarnos de un viajero en el tiempo (Ernesto Alterio) que regresaba a 1977, cuando él no era más que un niño y, por eso, sus padres eran de su misma edad y él se empeñaba en seguirlos porque en aquella época su padre había desaparecido.
Que, por cierto, en esta serie se encontraba medio reparto de Velvet casi. Y, sí, sé que es una versión de la inglesa Life on Mars, que no he visto, así que no sé hasta qué punto lo de la obsesión del prota por sus padres es inventada o no.
A mí no se me ocurre ninguna más, ¿y a vosotros?
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jueves, 25 de septiembre de 2014
Vive cantando 2x04 - Más de cien mentiras
No sé qué va a salir de esto, que estoy escribiendo la crónica tras ver el episodio y me han enfadado un pelín... un bastante, vamos, con cierto giro. Pero, bueno, vamos con la crónica del cuarto episodio de la segunda temporada, que me ha gustado mucho, sobre todo porque hemos tenido mucha ración de Juanjo y Trini y eso siempre es bien. Como ya sabéis, voy por tramas.
Como está siendo habitual en las últimas crónicas, comienzo por la trama de la familia del Caño. La cuestión es que a Mariano le ha dado por ahí y ha decidido que nos vamos de bautizo de las gemelas, aunque a las mujeres de la casa la idea no les parece demasiado buena. Sí, por increíble que parezca, ambas coinciden en que gastarse el dinero que no tienen en el bautizo no es lo mejor. Sin embargo, Jeco está dispuesto a hacer las ñapas que hagan falta para pagarlo, pero no confían demasiado en él, así que lo único que le encargan es la tarta.
Aunque Mariano decreta que va a haber bautizo, Asun ya tiene sus planes para que no lo haya. En primer lugar, inflarle el presupuesto, esperando espantar a Mariano, aunque éste está lanzado y decide tirarse a la piscina. A Cefe le gusta esto, sobre todo si hay langostinos. Este hombre es un genio, seriously.
Mientras, Jeco está buscando que le salgan ñapas en compañía de Manu, pero no consigue nada, por lo que éste le recomienda que vaya al hospital porque allí pagan por probar medicamentos. A Jeco lo de ser conejito, no le mola y, encima, parece que le cae un empleo del cielo, pues están buscando un animador infantil. Jeco se las hace muy felices, sobre todo tras su experiencia como Papa Noel, pero luego, cuando se pone, no es que triunfe. Además, empieza a contar un chiste y el típico niño preguntón le vuelve loco. Como persona que ha trabajado de canguro, me solidarizo con Jeco porque, coño, qué pesaos con las preguntitas.
Jeco achaca el poco éxito al disfraz, pero, claro, es que los de pato Donald y los del trozo de queso con corbata. Manu le dice que no es un queso, sino Bob Esponja y Jeco flipa. Jo, Jeco, ¿no conocer a Bob Esponja? ¡Shame on you!
Él lo vuelve a intentar por su cuenta, haciendo globoflexia en la calle, cuando lo pilla Alma y se china un poco, sobre todo cuando Jeco hace llorar a las niñas. Alma le espeta que con su plan no va a conseguir la tarta, hundiéndonos al pobre Jeco, que va a una clínica a donar esperma, pero no es que den mucho dinero.
Al día siguiente, las cuñadas están intentando decirle a Mariano que no han buscado lugar para celebrar el bautizo (que era su cometido) y, aunque Asun empieza a inventarse un señor cuento, Candela acaba contando la verdad. A Mariano se le ocurre celebrarlo en el bar, con la comida de Candela, lo que hace que Candela se emocione y que a Asun empiece a darle un ataque... porque es Asun y ya todos la conocemos.
De hecho, tarda cero coma en llamar a sus amigas para que no vayan al bautizo diciendo que las gemelas están malitas, que es mentira cochina. Mariano la escucha y, encima, ella le dice que son sus amigas las que están enfermas, lo que sólo sirve para cabrearle de verdad. Y, oye, cabrear a Mariano es casi un récord. En serio, pocas veces le he visto así.
Jeco, por su parte, decide ir al hospital a ejercer de conejillo de indias para conseguir dinero y comprar la tarta. Vuelve al bar con la buena nueva, pero el pobre se encuentra fatal.
Al día siguiente, Candela y Mariano siguen ofendidos, pero lo han preparado todo, incluso han llamado a las amigas de Asun para re-invitarlas y eso hace que, de nuevo, a Asun le entren los siete males. No es el único, pues el pobre Jeco sigue malísimo, por lo que Manu le pregunta qué se ha pinchado y Alma lo interpreta mal, pero Manu le cuenta todo lo sucedido y lo gran padre que es Jeco. ¡Así se hace, Manu, defendiendo a Jeco, que nadie lo hace y eso que es amor!
Candela, por su parte, sigue ofendida por el comportamiento de Asun y le pregunta que si tienen algo de lo que avergonzarse y ésta cree que sí y que los van a poner a parir. En serio, mira que los pobres intentan ayudarla, pero es que Asun lo pone tan difícil, pero tan difícil. Tiene tanta tontería encima esta mujer, apuff.
Mariano está diciendo que no tienen nada de que avergonzarse, que todo está saliendo bien... cuando el pobre Jeco saca la tarta, se desmaya y se auto-pega un tartazo en toda la cara. Asun cree que está borracho y es lo que le faltaba a Candela, que intenta quitarle la comida y se la acaba tirando encima sin querer. Asun la acusa de tirársela encima, por lo que Candela decide hacerlo... y empiezan una guerra de comida, donde los más listos son los polis, que se largan con lo que pueden.
Cuando todo pasa, Alma limpia a Jeco, que está tristón por haberse cargado la tarta. Ella le quita importancia, diciendo que las niñas no lo van a recordar y también le da las gracias por todo lo que ha hecho.
Asun sigue con su cantinela de que todos son un desastre, cuando Mariano dice lo sumamente orgulloso que está de todos ellos y que por eso quería que vinieran todos. Eso reblandece la patata de Asun, que le dice que está muy orgullosa de él y se abrazan todos, menos el pobre Jeco, por si lo que tiene es contagioso. Aunque Carlos sí que le abraza, que menos mal. Y ya podía haber acabado ahí el episodio porque era todo muy bonito, pero no, tienen que soltarnos una bomba: y es que Jeco va a la clínica porque lo han llamado porque resulta que no puede tener hijos.
¿QUÉ. PUTA. MIERDA. ES. ESA?
Yo me niego, ¡me niego!, a considerar eso. Ni de coña. En mi cabeza, las gemelas son hijas de Jeco y de ahí no me sacan. Por cierto, qué ganas de joder al pobre muchacho continuamente, hay que ver.
Por otro lado, continuando con el episodio anterior, Paula ha protagonizado su propia trama, ya que su representante (ay, qué guapo Fernando Andina) le ha conseguido que haga los coros en un disco profesional. Más tarde, se reúne con Carlos, que quiere invitarla a una hamburguesa para celebrar la buena nueva, pero ella no puede porque ha quedado con su representante para ver el estudio de grabación.
Cuando va a casa a que le firmen la autorización, se china... que para algo es Rafael, que ya le conocemos todos. De paso, como era de esperar, se mete con Trini, que para algo está presente. Trini se lo lleva aparte para decirle que es mejor que la dejen hacerlo y que, cuando no le salga nada más, volverá a estudiar porque ese mundillo es muy complicado. Lo malo es que Paula ha ejercido de Vieja'l visillo y se ha enterado de todo, lo que la deja tocada.
Al día siguiente, Paula le dice a su representante que no puede ir a la grabación por el bautizo y él le insiste en que es una ocasión importante. Paula le cuenta que Trini tiene experiencia en no triunfar en la música, así que a lo mejor tiene razón, pero el representante le dice que es muy bueno viendo el talento de los demás. La está terminando de convencer, cuando Carlos los ve de lejos y, si ya estaba algo celosillo, la situación va empeorando.
De hecho, cuando Paula se reúne con él, un poco tarde, Carlos está pasivo-agresivo e incluso le echa en cara que falte al bautizo. Paula le explica que ya ha hablado con Alma y que no le importa, pero Carlos está on fire y le suelta que lo que quiere el representante es meterse en sus bragas. Palabras literales. Hijo, Carlos, qué tacto el tuyo, colega, que los celos son malos, no te dejes llevar por ellos, hombre.
En la grabación, al día siguiente, Paula está desafinando como una perra y, aunque el cantante (que es un triunfito) intenta ayudarla, la cosa no mejora. Al mismo tiempo, Carlos está con Rafael y Nacho en el bautizo y El abuelo le pide a Carlos que hable con Paula para quitarle los pájaros de la cabeza.
Paula haciéndolo cada vez peor, cuando aparece Carlos para entonar el mea culpa y disculparse. Se arreglan y ella quiere irse antes de que la echen, pero Carlos cree que, entonces, ya no tiene nada que perder, por lo que coge la guitarra para que demuestre lo bien que canta. Entonces canta la canción tan bien como siempre y con la ayuda de Carlos, que les queda muy bonito, por cierto.
Al final, todos la felicitan, sobre todo su representante que le dice que está muy orgulloso de ella, que van a hacer grandes cosas juntos y le da un beso en la mejilla, lo que deja a la pobre Paula un poco confundida.
Y me dejo para el final la parte de Trini y Juanjo, que ha sido mi favorita :3 Juanjo sigue intentando vivir de forma sana, así que corre por las mañanas, pero, claro, es Juanjo y los disgustos le persiguen: en este caso, ve a Charo que vuelve de estar de farra con un hombre. Después, va a desayunar con César y se lo encuentra resacoso porque salió con el Poli Buenorro, aunque éste ha sido el único que triunfó, mientras que César lo único que tiene es una pesadilla con Susi muy rara... que se traduce en que Susi ha pasado la noche con el Poli Buenorro.
Y no sé quién lo flipa más de los tres tíos, aunque el Poli Buenorro enseguida se descuelga y le deja a César su ex para él solito. Ésta, de paso, empieza a meterse con la vida de César, que no ha conseguido la familia que quería, y lo que ella considera gente tóxica que hay a su alrededor.
Esa misma mañana, Trini está buscando entrevistas para conseguir un trabajo mejor y, claro, como era de esperar se encuentra con el apoyo de su padre. Tampoco ayuda que Trini se apunte a entrevistas donde le piden inglés. Una vez ahí, le explica a la siesa de la otra candidata que su nivel es medium, pero que clava las canciones de ABBA. Es entonces cuando le hacen pasar a hacer la entrevista que, sí, es en inglés, of course. Y, así acaba soltando que trabajó en una empresa sueca, llamada Waterloo S.A., y que, palabras literales: si tú take a chance on me, una chance chiquitita, me haces una dancing queen. Dios, en serio, soy muy fan. Mucho.
Más tarde, Trini se lo cuenta a Juanjo, en plan Romeo y Julieta. Vamos, que ella está en el balcón y Juanjo en la calle. César también se mete, mientras tiende el sujetador de Susi, que deja a los otros dos flipados. Trini le pregunta si han vuelto, cuando el Poli Buenorro aparece sin camiseta (me ha parecido importante comentarlo) para contarle toda la película... y de paso poner celoso perdido a Juanjo. Ju, ju, ju, Juanjo, ya sabes lo que significan los celos. Eso sí, él prefiere centrarse en otras cosas y le insiste a César en que no se junte con Susi, que un clavo se saca con otro clavo, pero no con ese. Sí, la palabra clave de hoy es clavo. La usan mucho.
Por la noche, Trini va al karaoke, donde está Manu trabajando, así que hablan y, como a él Juanjo le parece un tocapelotas, Trini intenta defenderle. Juanjo, por su parte, está atacado porque Charo está con su amigo, que encima está casado. Juanjo quiere saber de dónde lo ha sacado y resulta que es el dueño del tablao flamenco donde está trabajando, lo que sólo aumenta la inquietud de Juanjo, que ya ve a su madre en el paro.
Charo sale a cantar, intentando llevarse a Juanjo, pero él no pasa por el aro. Mientras César está quedando con Susi, Trini le dice a Juanjo que sus consejos hacia César no son los más adecuados. Juanjo, que hoy no tiene el día, le suelta que nunca hay que estar con una ex, que mejor con cualquiera que con una ex y, claro, Trini se lo toma a lo personal, así que se rebota y acaba uniéndose a Charo en el escenario, tras llamarle amargado. Jolín, Juanjo, en serio, es que cuando te pones obtuso, no hay quien te gane, majo.
César se lía con Susi y, cuando la acompaña a la puerta, mientras empieza a cagarla al decirle que le importa mucho, es descubierto por Trini. César le pide que no le cuente nada a Juanjo y se interesa por ella, por lo que Trini le cuenta lo del inglés, así que César acaba ayudándola a estudiar. Están hablando de mentiras y de Susi, cuando el Poli Buenorro llega con otra chica, aunque no pierde comba e intenta ligar con Trini, pero ella no le da pie.
A la mañana siguiente, Juanjo ve a Trini en el balcón de César y se pone celoso no, lo siguiente, e incluso se planta en casa de César con churros. Entonces ocurre lo típico de que cada uno está hablando de una cosa distinta, sin saberlo, y se lía parda: César habla de acostarse con Susi, el Poli Buenorro de que se ha tirado a una chica y Juanjo de si el poli se ha liado con Trini. Cuando Juanjo saca a relucir el nombre de Trini, los otros dos intentan aclarar lo sucedido, pero Juanjo no les cree y, de hecho, se pone muy bravucón con el Poli Buenorro, antes de hacer la del humo.
Mientras, Trini se presenta en una nueva entrevista hablando inglés, pero resulta que en ese trabajo no piden un nivel demasiado alto. El problema es que le piden conocimientos de informática, por lo que le dejan metiendo datos en el ordenador y la pobre Trini no tiene ni idea. Además, los de la empresa son unos cabrones de cuidado que se ríen de ella.
En el karaoke, César intenta aclarar la situación de nuevo con el Poli Buenorro y Trini. Ésta explica la verdad, incluso se ríe de la idea, pero Juanjo está cabezón perdido y se pone pues... muy Juanjo, por lo que Trini se rebota y dice que sí que ha estado con el poli, que se lo ha pasado pipa, lo han hecho cinco veces y aaaahhhhyyyyy. Así, tal cual. El poli dice que están todos fatal, sobre todo Juanjo y éste le echa con un gruñido de los suyos, mientras ponen al pobre César en la disyuntiva de elegir equipo.
Por la noche, Juanjo ve a Rafael hablando con Charo y su amigo y, cuando se queda a solas con Rafael, le pregunta sobre él. Rafael le cuenta que no es dueño de ningún tablao, sino que es el médico que trató a Luisa cuando se puso enferma. Rafael, entonces, regresa a casa, donde está la pobre Trini jodida y, encima, es tan agradable como siempre, por lo que Trini le dice que lo de intentar mejorar se ha terminado. En serio, ¿por qué ese afán de machacar a la pobre Trini día sí, día también?
En esas, el Poli Buenorro se asoma al balcón e invita a Trini a tomar algo y ella acepta. Están hablando sobre que Juanjo es complicado e intenso, no como el poli, que intenta venderse como mejor opción, pero Trini no cede. Bien, Trini, bien, que tú tienes que estar con Juanjo y con nadie más. El Poli Buenorro, por cierto, le pega un pedazo de beso, pero ella se marcha igualmente.
A la mañana siguiente, Juanjo se encuentra a su madre en el barrio y le pregunta que por qué le ha mentido. Charo le cuenta que le descubrieron un bulto en el pecho, que está todo controlado (su amigo es su médico), que está curada, pero que tiene una revisión y le asusta. Por eso, disfruta de la vida como lo hace y que lo lleva bastante bien, aunque lo llevaría mejor si él no le echara tanto la bronca. Juanjo se ofrece a acompañarla y ella acepta. Ainss, este hombre es amor, en serio :3
En el bautizo, en la guerra de comida y con esa excusa, Juanjo le echa a Trini en cara que siempre esté donde no debe, por lo que ella intenta darle, pero no lo logra. César vuelve a repetirle que Trini no se acostó con nadie, que fue él quien estuvo con Susi y que es Juanjo el que lleva años con el mismo clavo y que el clavo tampoco es que quiera salir de ahí. El Poli Buenorro, entonces, le dice a César que pase de Susi, que se merece algo mejor y que no va a estar solo porque los tiene a todos ellos. Está en pleno discurso emotivo, cuando al pobre le pegan un tartazo, que hace que los demás se mueran de la risa.
Juanjo y Trini se están limpiando, mirándose así todo enamorados, mientras suena la canción que canta Paula y es para morir de amor. En serio. Si es que tienen que acabar juntos sí o sí.
Al final, los dos hablan sobre lo sucedido. Ella admite que se pasó y él que le dolió pensar en que había pasado y que le alegra saber que no es así. Trini, entonces, señala que eso no debería ser, que no son nada. ¡No, mentira cochina, sois amor verdadero! Si estuviéramos en Storybrooke romperíais maldiciones con vuestros besos, hombre ya, así que nada de tonterías de que no sois nada. ¡Pero si estáis coladitos por el otro!
Por su parte, César deja a Susi, quien se rebota un montón y le pregunta si ha reaparecido la loca. César dice que prefiere que ese clavo siga ahí, en vez de quitárselo con cualquier otro. Susi flipa ante la comparación y, de paso, culpa de todo a Juanjo, que dice que él no ha hecho nada y que César es muy listo y sabe sacarse las castañas del fuego él solo.
En su casa, Trini tira el periódico, pero su padre le dice que no lo haga y que le ha señalado las ofertas donde no piden inglés y que la ha apuntado a un curso de informática y que, con lo cabezota que es, conseguirá lo que quiera. Que lo que le pasa es que a él le faltan fuerzas y piensa que a todos le pasa lo mismo. Además, Nacho y Paula se ofrecen a ayudarla con lo que hiciera falta.
Eso es todo por esta semana. El de la siguiente no es que me emocione porque lo de Jeco me tiene cabreada no, lo siguiente, y encima en el avance sale Juanjo besándose con Elena. Arg, qué desesperación, en serio. Arg.
Como está siendo habitual en las últimas crónicas, comienzo por la trama de la familia del Caño. La cuestión es que a Mariano le ha dado por ahí y ha decidido que nos vamos de bautizo de las gemelas, aunque a las mujeres de la casa la idea no les parece demasiado buena. Sí, por increíble que parezca, ambas coinciden en que gastarse el dinero que no tienen en el bautizo no es lo mejor. Sin embargo, Jeco está dispuesto a hacer las ñapas que hagan falta para pagarlo, pero no confían demasiado en él, así que lo único que le encargan es la tarta.
Aunque Mariano decreta que va a haber bautizo, Asun ya tiene sus planes para que no lo haya. En primer lugar, inflarle el presupuesto, esperando espantar a Mariano, aunque éste está lanzado y decide tirarse a la piscina. A Cefe le gusta esto, sobre todo si hay langostinos. Este hombre es un genio, seriously.
Genio y figura.
Mientras, Jeco está buscando que le salgan ñapas en compañía de Manu, pero no consigue nada, por lo que éste le recomienda que vaya al hospital porque allí pagan por probar medicamentos. A Jeco lo de ser conejito, no le mola y, encima, parece que le cae un empleo del cielo, pues están buscando un animador infantil. Jeco se las hace muy felices, sobre todo tras su experiencia como Papa Noel, pero luego, cuando se pone, no es que triunfe. Además, empieza a contar un chiste y el típico niño preguntón le vuelve loco. Como persona que ha trabajado de canguro, me solidarizo con Jeco porque, coño, qué pesaos con las preguntitas.
Jeco achaca el poco éxito al disfraz, pero, claro, es que los de pato Donald y los del trozo de queso con corbata. Manu le dice que no es un queso, sino Bob Esponja y Jeco flipa. Jo, Jeco, ¿no conocer a Bob Esponja? ¡Shame on you!
La cara de Jeco al descubrir que Bob es una esponja y no un trozo de queso.
Que, por cierto, con unas cuantas tizas para el pelo, Manu podría ir de gemelo de pelo de Jeco, xDD.
Él lo vuelve a intentar por su cuenta, haciendo globoflexia en la calle, cuando lo pilla Alma y se china un poco, sobre todo cuando Jeco hace llorar a las niñas. Alma le espeta que con su plan no va a conseguir la tarta, hundiéndonos al pobre Jeco, que va a una clínica a donar esperma, pero no es que den mucho dinero.
Al día siguiente, las cuñadas están intentando decirle a Mariano que no han buscado lugar para celebrar el bautizo (que era su cometido) y, aunque Asun empieza a inventarse un señor cuento, Candela acaba contando la verdad. A Mariano se le ocurre celebrarlo en el bar, con la comida de Candela, lo que hace que Candela se emocione y que a Asun empiece a darle un ataque... porque es Asun y ya todos la conocemos.
De hecho, tarda cero coma en llamar a sus amigas para que no vayan al bautizo diciendo que las gemelas están malitas, que es mentira cochina. Mariano la escucha y, encima, ella le dice que son sus amigas las que están enfermas, lo que sólo sirve para cabrearle de verdad. Y, oye, cabrear a Mariano es casi un récord. En serio, pocas veces le he visto así.
A mí Mariano me mira así y me voy yo sola al rincón castigada.
Jeco, por su parte, decide ir al hospital a ejercer de conejillo de indias para conseguir dinero y comprar la tarta. Vuelve al bar con la buena nueva, pero el pobre se encuentra fatal.
Al día siguiente, Candela y Mariano siguen ofendidos, pero lo han preparado todo, incluso han llamado a las amigas de Asun para re-invitarlas y eso hace que, de nuevo, a Asun le entren los siete males. No es el único, pues el pobre Jeco sigue malísimo, por lo que Manu le pregunta qué se ha pinchado y Alma lo interpreta mal, pero Manu le cuenta todo lo sucedido y lo gran padre que es Jeco. ¡Así se hace, Manu, defendiendo a Jeco, que nadie lo hace y eso que es amor!
Candela, por su parte, sigue ofendida por el comportamiento de Asun y le pregunta que si tienen algo de lo que avergonzarse y ésta cree que sí y que los van a poner a parir. En serio, mira que los pobres intentan ayudarla, pero es que Asun lo pone tan difícil, pero tan difícil. Tiene tanta tontería encima esta mujer, apuff.
Mariano está diciendo que no tienen nada de que avergonzarse, que todo está saliendo bien... cuando el pobre Jeco saca la tarta, se desmaya y se auto-pega un tartazo en toda la cara. Asun cree que está borracho y es lo que le faltaba a Candela, que intenta quitarle la comida y se la acaba tirando encima sin querer. Asun la acusa de tirársela encima, por lo que Candela decide hacerlo... y empiezan una guerra de comida, donde los más listos son los polis, que se largan con lo que pueden.
Cuando todo pasa, Alma limpia a Jeco, que está tristón por haberse cargado la tarta. Ella le quita importancia, diciendo que las niñas no lo van a recordar y también le da las gracias por todo lo que ha hecho.
Si es que estos dos son todo monos también :3
Asun sigue con su cantinela de que todos son un desastre, cuando Mariano dice lo sumamente orgulloso que está de todos ellos y que por eso quería que vinieran todos. Eso reblandece la patata de Asun, que le dice que está muy orgullosa de él y se abrazan todos, menos el pobre Jeco, por si lo que tiene es contagioso. Aunque Carlos sí que le abraza, que menos mal. Y ya podía haber acabado ahí el episodio porque era todo muy bonito, pero no, tienen que soltarnos una bomba: y es que Jeco va a la clínica porque lo han llamado porque resulta que no puede tener hijos.
¿QUÉ. PUTA. MIERDA. ES. ESA?
Como pille a un guionista, va a acabar así.
Yo me niego, ¡me niego!, a considerar eso. Ni de coña. En mi cabeza, las gemelas son hijas de Jeco y de ahí no me sacan. Por cierto, qué ganas de joder al pobre muchacho continuamente, hay que ver.
Por otro lado, continuando con el episodio anterior, Paula ha protagonizado su propia trama, ya que su representante (ay, qué guapo Fernando Andina) le ha conseguido que haga los coros en un disco profesional. Más tarde, se reúne con Carlos, que quiere invitarla a una hamburguesa para celebrar la buena nueva, pero ella no puede porque ha quedado con su representante para ver el estudio de grabación.
Cuando va a casa a que le firmen la autorización, se china... que para algo es Rafael, que ya le conocemos todos. De paso, como era de esperar, se mete con Trini, que para algo está presente. Trini se lo lleva aparte para decirle que es mejor que la dejen hacerlo y que, cuando no le salga nada más, volverá a estudiar porque ese mundillo es muy complicado. Lo malo es que Paula ha ejercido de Vieja'l visillo y se ha enterado de todo, lo que la deja tocada.
De aquí a acabar como las señoras cotillas de 'Aquí no hay quien viva' no hay mucho, ¿eh, Paula?
Al día siguiente, Paula le dice a su representante que no puede ir a la grabación por el bautizo y él le insiste en que es una ocasión importante. Paula le cuenta que Trini tiene experiencia en no triunfar en la música, así que a lo mejor tiene razón, pero el representante le dice que es muy bueno viendo el talento de los demás. La está terminando de convencer, cuando Carlos los ve de lejos y, si ya estaba algo celosillo, la situación va empeorando.
De hecho, cuando Paula se reúne con él, un poco tarde, Carlos está pasivo-agresivo e incluso le echa en cara que falte al bautizo. Paula le explica que ya ha hablado con Alma y que no le importa, pero Carlos está on fire y le suelta que lo que quiere el representante es meterse en sus bragas. Palabras literales. Hijo, Carlos, qué tacto el tuyo, colega, que los celos son malos, no te dejes llevar por ellos, hombre.
En la grabación, al día siguiente, Paula está desafinando como una perra y, aunque el cantante (que es un triunfito) intenta ayudarla, la cosa no mejora. Al mismo tiempo, Carlos está con Rafael y Nacho en el bautizo y El abuelo le pide a Carlos que hable con Paula para quitarle los pájaros de la cabeza.
Paula haciéndolo cada vez peor, cuando aparece Carlos para entonar el mea culpa y disculparse. Se arreglan y ella quiere irse antes de que la echen, pero Carlos cree que, entonces, ya no tiene nada que perder, por lo que coge la guitarra para que demuestre lo bien que canta. Entonces canta la canción tan bien como siempre y con la ayuda de Carlos, que les queda muy bonito, por cierto.
Si es que son más bonicos :3
Al final, todos la felicitan, sobre todo su representante que le dice que está muy orgulloso de ella, que van a hacer grandes cosas juntos y le da un beso en la mejilla, lo que deja a la pobre Paula un poco confundida.
Y me dejo para el final la parte de Trini y Juanjo, que ha sido mi favorita :3 Juanjo sigue intentando vivir de forma sana, así que corre por las mañanas, pero, claro, es Juanjo y los disgustos le persiguen: en este caso, ve a Charo que vuelve de estar de farra con un hombre. Después, va a desayunar con César y se lo encuentra resacoso porque salió con el Poli Buenorro, aunque éste ha sido el único que triunfó, mientras que César lo único que tiene es una pesadilla con Susi muy rara... que se traduce en que Susi ha pasado la noche con el Poli Buenorro.
Y no sé quién lo flipa más de los tres tíos, aunque el Poli Buenorro enseguida se descuelga y le deja a César su ex para él solito. Ésta, de paso, empieza a meterse con la vida de César, que no ha conseguido la familia que quería, y lo que ella considera gente tóxica que hay a su alrededor.
Esto es lo que piensa Juanjo de Susi y yo también.
¡Sí, Juanjo recupera su rol de meme en la crónica de hoy!
Esa misma mañana, Trini está buscando entrevistas para conseguir un trabajo mejor y, claro, como era de esperar se encuentra con el apoyo de su padre. Tampoco ayuda que Trini se apunte a entrevistas donde le piden inglés. Una vez ahí, le explica a la siesa de la otra candidata que su nivel es medium, pero que clava las canciones de ABBA. Es entonces cuando le hacen pasar a hacer la entrevista que, sí, es en inglés, of course. Y, así acaba soltando que trabajó en una empresa sueca, llamada Waterloo S.A., y que, palabras literales: si tú take a chance on me, una chance chiquitita, me haces una dancing queen. Dios, en serio, soy muy fan. Mucho.
Todos hemos puesto esa cara en algún examen. De hecho, es mi cara de examen de matemáticas.
Más tarde, Trini se lo cuenta a Juanjo, en plan Romeo y Julieta. Vamos, que ella está en el balcón y Juanjo en la calle. César también se mete, mientras tiende el sujetador de Susi, que deja a los otros dos flipados. Trini le pregunta si han vuelto, cuando el Poli Buenorro aparece sin camiseta (me ha parecido importante comentarlo) para contarle toda la película... y de paso poner celoso perdido a Juanjo. Ju, ju, ju, Juanjo, ya sabes lo que significan los celos. Eso sí, él prefiere centrarse en otras cosas y le insiste a César en que no se junte con Susi, que un clavo se saca con otro clavo, pero no con ese. Sí, la palabra clave de hoy es clavo. La usan mucho.
Por la noche, Trini va al karaoke, donde está Manu trabajando, así que hablan y, como a él Juanjo le parece un tocapelotas, Trini intenta defenderle. Juanjo, por su parte, está atacado porque Charo está con su amigo, que encima está casado. Juanjo quiere saber de dónde lo ha sacado y resulta que es el dueño del tablao flamenco donde está trabajando, lo que sólo aumenta la inquietud de Juanjo, que ya ve a su madre en el paro.
Charo sale a cantar, intentando llevarse a Juanjo, pero él no pasa por el aro. Mientras César está quedando con Susi, Trini le dice a Juanjo que sus consejos hacia César no son los más adecuados. Juanjo, que hoy no tiene el día, le suelta que nunca hay que estar con una ex, que mejor con cualquiera que con una ex y, claro, Trini se lo toma a lo personal, así que se rebota y acaba uniéndose a Charo en el escenario, tras llamarle amargado. Jolín, Juanjo, en serio, es que cuando te pones obtuso, no hay quien te gane, majo.
Juanjo le ha dado en toda la patata a Trini y él sin saberlo. En serio, qué tacto ha tenido hoy el muchacho.
César se lía con Susi y, cuando la acompaña a la puerta, mientras empieza a cagarla al decirle que le importa mucho, es descubierto por Trini. César le pide que no le cuente nada a Juanjo y se interesa por ella, por lo que Trini le cuenta lo del inglés, así que César acaba ayudándola a estudiar. Están hablando de mentiras y de Susi, cuando el Poli Buenorro llega con otra chica, aunque no pierde comba e intenta ligar con Trini, pero ella no le da pie.
A la mañana siguiente, Juanjo ve a Trini en el balcón de César y se pone celoso no, lo siguiente, e incluso se planta en casa de César con churros. Entonces ocurre lo típico de que cada uno está hablando de una cosa distinta, sin saberlo, y se lía parda: César habla de acostarse con Susi, el Poli Buenorro de que se ha tirado a una chica y Juanjo de si el poli se ha liado con Trini. Cuando Juanjo saca a relucir el nombre de Trini, los otros dos intentan aclarar lo sucedido, pero Juanjo no les cree y, de hecho, se pone muy bravucón con el Poli Buenorro, antes de hacer la del humo.
Celos, son puñales que se clavan en el fondo de mi alma...
¿Qué? Esto es una serie musical, ¿no? Pues yo también canto en las crónicas... aunque lo hago fatal, todo sea dicho.
Mientras, Trini se presenta en una nueva entrevista hablando inglés, pero resulta que en ese trabajo no piden un nivel demasiado alto. El problema es que le piden conocimientos de informática, por lo que le dejan metiendo datos en el ordenador y la pobre Trini no tiene ni idea. Además, los de la empresa son unos cabrones de cuidado que se ríen de ella.
En el karaoke, César intenta aclarar la situación de nuevo con el Poli Buenorro y Trini. Ésta explica la verdad, incluso se ríe de la idea, pero Juanjo está cabezón perdido y se pone pues... muy Juanjo, por lo que Trini se rebota y dice que sí que ha estado con el poli, que se lo ha pasado pipa, lo han hecho cinco veces y aaaahhhhyyyyy. Así, tal cual. El poli dice que están todos fatal, sobre todo Juanjo y éste le echa con un gruñido de los suyos, mientras ponen al pobre César en la disyuntiva de elegir equipo.
Por la noche, Juanjo ve a Rafael hablando con Charo y su amigo y, cuando se queda a solas con Rafael, le pregunta sobre él. Rafael le cuenta que no es dueño de ningún tablao, sino que es el médico que trató a Luisa cuando se puso enferma. Rafael, entonces, regresa a casa, donde está la pobre Trini jodida y, encima, es tan agradable como siempre, por lo que Trini le dice que lo de intentar mejorar se ha terminado. En serio, ¿por qué ese afán de machacar a la pobre Trini día sí, día también?
En esas, el Poli Buenorro se asoma al balcón e invita a Trini a tomar algo y ella acepta. Están hablando sobre que Juanjo es complicado e intenso, no como el poli, que intenta venderse como mejor opción, pero Trini no cede. Bien, Trini, bien, que tú tienes que estar con Juanjo y con nadie más. El Poli Buenorro, por cierto, le pega un pedazo de beso, pero ella se marcha igualmente.
A la mañana siguiente, Juanjo se encuentra a su madre en el barrio y le pregunta que por qué le ha mentido. Charo le cuenta que le descubrieron un bulto en el pecho, que está todo controlado (su amigo es su médico), que está curada, pero que tiene una revisión y le asusta. Por eso, disfruta de la vida como lo hace y que lo lleva bastante bien, aunque lo llevaría mejor si él no le echara tanto la bronca. Juanjo se ofrece a acompañarla y ella acepta. Ainss, este hombre es amor, en serio :3
En el bautizo, en la guerra de comida y con esa excusa, Juanjo le echa a Trini en cara que siempre esté donde no debe, por lo que ella intenta darle, pero no lo logra. César vuelve a repetirle que Trini no se acostó con nadie, que fue él quien estuvo con Susi y que es Juanjo el que lleva años con el mismo clavo y que el clavo tampoco es que quiera salir de ahí. El Poli Buenorro, entonces, le dice a César que pase de Susi, que se merece algo mejor y que no va a estar solo porque los tiene a todos ellos. Está en pleno discurso emotivo, cuando al pobre le pegan un tartazo, que hace que los demás se mueran de la risa.
Juanjo y Trini se están limpiando, mirándose así todo enamorados, mientras suena la canción que canta Paula y es para morir de amor. En serio. Si es que tienen que acabar juntos sí o sí.
Al final, los dos hablan sobre lo sucedido. Ella admite que se pasó y él que le dolió pensar en que había pasado y que le alegra saber que no es así. Trini, entonces, señala que eso no debería ser, que no son nada. ¡No, mentira cochina, sois amor verdadero! Si estuviéramos en Storybrooke romperíais maldiciones con vuestros besos, hombre ya, así que nada de tonterías de que no sois nada. ¡Pero si estáis coladitos por el otro!
Por su parte, César deja a Susi, quien se rebota un montón y le pregunta si ha reaparecido la loca. César dice que prefiere que ese clavo siga ahí, en vez de quitárselo con cualquier otro. Susi flipa ante la comparación y, de paso, culpa de todo a Juanjo, que dice que él no ha hecho nada y que César es muy listo y sabe sacarse las castañas del fuego él solo.
En su casa, Trini tira el periódico, pero su padre le dice que no lo haga y que le ha señalado las ofertas donde no piden inglés y que la ha apuntado a un curso de informática y que, con lo cabezota que es, conseguirá lo que quiera. Que lo que le pasa es que a él le faltan fuerzas y piensa que a todos le pasa lo mismo. Además, Nacho y Paula se ofrecen a ayudarla con lo que hiciera falta.
Eso es todo por esta semana. El de la siguiente no es que me emocione porque lo de Jeco me tiene cabreada no, lo siguiente, y encima en el avance sale Juanjo besándose con Elena. Arg, qué desesperación, en serio. Arg.
lunes, 22 de septiembre de 2014
La caverna de las ideas
Me habían recomendado La caverna de las ideas de José Carlos Somoza muchísimo, así que tenía mucha curiosidad por leerlo y, encima, tuve la suerte de que me lo prestaron. Total, que me lo leí sin saber demasiada idea de qué iba y me sorprendió mucho, sobre todo su curioso argumento.
Un efebo aparece muerto, en apariencia atacado por los lobos, y su tutor en la Academia, Diágoras, contrata a un conocido Descifrador de enigmas, Heracles Pontor, para averiguar por qué ha muerto. Éste, por su parte, descubre algo en el caso que le llama la atención y decide aceptar la investigación, que se va complicando a medida que más efebos aparecen muertos.
Ese es el argumento de La caverna de las ideas, un texto de autor desconocido que un traductor va traduciendo y comentando con pies de página, pues cree que la obra está escrita siguiendo una figura literaria llamada eidesis. Al traductor le choca la forma en la que el traductor anterior ha tratado el manuscrito, por lo que decide investigarlo y descubre que ha muerto... devorado por lobos.
La novela se divide en dos historias: por un lado, la novela griega que cuenta las pesquisas de Heracles Pontor y, por otro, la del traductor, siendo la primera la que predomina.
La verdad es que La caverna de las ideas es una novela un tanto densa. Engancha y se lee con facilidad, pero lleva su tiempo, sobre todo porque José Carlos Somoza consigue muy bien imitar el estilo de novela antigua, con el plus de que es mucho más entretenida y asequible de leer. De hecho, como ya he dicho, se lee con facilidad y no se hace ni pesada, ni pedante, lo que, en mi opinión, es todo un logro por parte del autor.
Al igual que lo es el que se haya inventado una figura literaria y que la haya integrado tan bien en la obra que parece auténtica. A decir verdad, hasta la busqué en Google porque no tenía ni idea de si era verdad o no.
No había leído nada de José Carlos Somoza antes, pero con esta novela me ha parecido todo un autor. En serio, de esos de hacer alabanzas a su paso. Porque lo que consigue con los distintos estilos que plasma es impresionante, adaptándose a cada historia como si fuera más de un autor. Chapeau por él, sobre todo porque la estupenda narrativa está a la altura de la historia.
Porque la historia no sólo es original, sino que es compleja, está muy bien hilada y tiene unos giros que hacen que sea muy difícil dejar de leer. Tanto el misterio de los efebos, como lo que le va sucediendo al traductor a medida que traduce la obra, están muy bien llevados y mantienen la tensión y el interés durante toda la obra. En muchas ocasiones, los giros no sólo te dejan con la boca abierta, sino que acabas diciendo "WTF?", pero al final todo tiene sentido.
No voy a entrar en spoilers, porque no soy tan mala persona, así que únicamente voy a decir que el final es perfecto. Grandioso.
Al igual que me gustó mucho el tipo de investigación que llevan a cabo los personajes de La caverna de las ideas, ya que es un homenaje a las novelas de detectives de toda la vida (¿o acaso no os recuerda a alguien el nombre Heracles Pontor?), pero con ese toque especial de la antigua Grecia, que lo hace mucho más original.
La caverna de las ideas es una novela maravillosamente bien escrita, inteligente e interesante, que te mantiene enganchada desde el principio hasta el final. Una lectura muy recomendable.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Amy y Roger, 5.000 kilómetros para enamorarse de Morgan Matson.
Un efebo aparece muerto, en apariencia atacado por los lobos, y su tutor en la Academia, Diágoras, contrata a un conocido Descifrador de enigmas, Heracles Pontor, para averiguar por qué ha muerto. Éste, por su parte, descubre algo en el caso que le llama la atención y decide aceptar la investigación, que se va complicando a medida que más efebos aparecen muertos.
Ese es el argumento de La caverna de las ideas, un texto de autor desconocido que un traductor va traduciendo y comentando con pies de página, pues cree que la obra está escrita siguiendo una figura literaria llamada eidesis. Al traductor le choca la forma en la que el traductor anterior ha tratado el manuscrito, por lo que decide investigarlo y descubre que ha muerto... devorado por lobos.
La novela se divide en dos historias: por un lado, la novela griega que cuenta las pesquisas de Heracles Pontor y, por otro, la del traductor, siendo la primera la que predomina.
La verdad es que La caverna de las ideas es una novela un tanto densa. Engancha y se lee con facilidad, pero lleva su tiempo, sobre todo porque José Carlos Somoza consigue muy bien imitar el estilo de novela antigua, con el plus de que es mucho más entretenida y asequible de leer. De hecho, como ya he dicho, se lee con facilidad y no se hace ni pesada, ni pedante, lo que, en mi opinión, es todo un logro por parte del autor.
Al igual que lo es el que se haya inventado una figura literaria y que la haya integrado tan bien en la obra que parece auténtica. A decir verdad, hasta la busqué en Google porque no tenía ni idea de si era verdad o no.
No había leído nada de José Carlos Somoza antes, pero con esta novela me ha parecido todo un autor. En serio, de esos de hacer alabanzas a su paso. Porque lo que consigue con los distintos estilos que plasma es impresionante, adaptándose a cada historia como si fuera más de un autor. Chapeau por él, sobre todo porque la estupenda narrativa está a la altura de la historia.
Porque la historia no sólo es original, sino que es compleja, está muy bien hilada y tiene unos giros que hacen que sea muy difícil dejar de leer. Tanto el misterio de los efebos, como lo que le va sucediendo al traductor a medida que traduce la obra, están muy bien llevados y mantienen la tensión y el interés durante toda la obra. En muchas ocasiones, los giros no sólo te dejan con la boca abierta, sino que acabas diciendo "WTF?", pero al final todo tiene sentido.
No voy a entrar en spoilers, porque no soy tan mala persona, así que únicamente voy a decir que el final es perfecto. Grandioso.
Al igual que me gustó mucho el tipo de investigación que llevan a cabo los personajes de La caverna de las ideas, ya que es un homenaje a las novelas de detectives de toda la vida (¿o acaso no os recuerda a alguien el nombre Heracles Pontor?), pero con ese toque especial de la antigua Grecia, que lo hace mucho más original.
La caverna de las ideas es una novela maravillosamente bien escrita, inteligente e interesante, que te mantiene enganchada desde el principio hasta el final. Una lectura muy recomendable.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Amy y Roger, 5.000 kilómetros para enamorarse de Morgan Matson.
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La caverna de las ideas,
Libros
domingo, 21 de septiembre de 2014
Maromo de la semana 178
Pues poco a poco vuelven las series (ay, qué alegría) y encima me toca cambiar al Maromo de la semana, así que he elegido a uno de los chicos de New girl, que ha sido la primera en volver (y esta noche le toca a The good wife, yey =D). Total, que he elegido a un hombre que me encanta, me parece muy adorable y siempre me hace reírme un montón y es...
Jake nació el 28 de mayo de 1978 en Evanston, Illinois, donde se crió hasta que empezó la universidad, cuando se mudó a Iowa. En la universidad de Iowa estuvo dos años y, después, se mudó a Nueva York para estudiar Escritura creativa, aunque al final decidió trasladarse a Los Angeles para ser actor, ya que en Nueva York empezó a colaborar en programas de humor y le picó el gusanillo de la interpretación.
Su carrera comenzó en 2006 cuando empezó a trabajar en diversos cortos y, también, en un episodio de la serie Clark and Michael. Después, participó en la película Bunny whipped y en varios episodios de una serie llamada Derek and Simon: The show, que era un proyecto de un dúo cómico formado por Derek Waters y Simon Helberg (más conocido por ser Howard en The big bang theory) y que se emitió por Internet.
Durante los siguientes años, Jake trabajó en varias películas: Cinturón rojo, Paper Heart, Todo sobre mi desmadre (dios, qué horror de película, pero qué horror), Ceremony y Spilt milk. Esos proyectos los compaginó con personajes episódicos de varias series: Larry David, Cautionary tales of swords, The unit, Miénteme, Flashfoward e incluso apareció en uno de Funny or die presents...
En el 2011, Jake apareció en las películas Sin compromiso (comedia romántica con Natalie Portman y Asthon Kutcher, donde aparece un montón de gente guay como Cary Elwes) y Dos colgaos muy fumaos en Navidad (John Cho y Kal Penn con Neil Patrick Harris haciendo de sí mismo... esto es muy WTF? para mí), además de ejercer de doblador en varios episodios de la serie Allen Gregory. Ese mismo año fue cuando fichó por New girl, la nueva comedia del canal Fox protagonizada por Zoey Deschanel, donde interpreta a Nick Miller, que es el mejor. En serio, Nick es lo mejor, lo adoro, siempre me hace reír y debe estar con Jess sí o sí porque son amor los dos.
Actualmente New girl ha estrenado su cuarta temporada y Jake sigue en ella, lo que es bien. Sin embargo, eso no ha impedido que Jake siga trabajando en otros proyectos, sobre todo películas: Seguridad no garantizada (junto a Pete de The league y April de Parks and recreation... Es rara, pero bastante entretenida), Infiltrados en clase (creo que esta la conocemos todos), Junk, Colegas de copas (con Olivia Wilde y Anna Kendrick), The pretty one, Coffe town, La Legopelícula, Malditos vecinos y Let's be cops (con su compañero de New girl, Damon Wayans Jr., que de hecho está dirigida, escrita y producida por otro de sus compañeros de la serie: Luke Greenfield. Que, oye, es guay, todo queda en familia).
Además, ha estado colaborando en episodios sueltos de series que, de verdad, ni siquiera sabía que existieran y eso que estoy bastante puesta. Pero, bueno, larga vida a Nick Miller y larga carrera a Jake Johnson, que me encanta.
Jake Johnson
Jake nació el 28 de mayo de 1978 en Evanston, Illinois, donde se crió hasta que empezó la universidad, cuando se mudó a Iowa. En la universidad de Iowa estuvo dos años y, después, se mudó a Nueva York para estudiar Escritura creativa, aunque al final decidió trasladarse a Los Angeles para ser actor, ya que en Nueva York empezó a colaborar en programas de humor y le picó el gusanillo de la interpretación.
Su carrera comenzó en 2006 cuando empezó a trabajar en diversos cortos y, también, en un episodio de la serie Clark and Michael. Después, participó en la película Bunny whipped y en varios episodios de una serie llamada Derek and Simon: The show, que era un proyecto de un dúo cómico formado por Derek Waters y Simon Helberg (más conocido por ser Howard en The big bang theory) y que se emitió por Internet.
Durante los siguientes años, Jake trabajó en varias películas: Cinturón rojo, Paper Heart, Todo sobre mi desmadre (dios, qué horror de película, pero qué horror), Ceremony y Spilt milk. Esos proyectos los compaginó con personajes episódicos de varias series: Larry David, Cautionary tales of swords, The unit, Miénteme, Flashfoward e incluso apareció en uno de Funny or die presents...
En el 2011, Jake apareció en las películas Sin compromiso (comedia romántica con Natalie Portman y Asthon Kutcher, donde aparece un montón de gente guay como Cary Elwes) y Dos colgaos muy fumaos en Navidad (John Cho y Kal Penn con Neil Patrick Harris haciendo de sí mismo... esto es muy WTF? para mí), además de ejercer de doblador en varios episodios de la serie Allen Gregory. Ese mismo año fue cuando fichó por New girl, la nueva comedia del canal Fox protagonizada por Zoey Deschanel, donde interpreta a Nick Miller, que es el mejor. En serio, Nick es lo mejor, lo adoro, siempre me hace reír y debe estar con Jess sí o sí porque son amor los dos.
Actualmente New girl ha estrenado su cuarta temporada y Jake sigue en ella, lo que es bien. Sin embargo, eso no ha impedido que Jake siga trabajando en otros proyectos, sobre todo películas: Seguridad no garantizada (junto a Pete de The league y April de Parks and recreation... Es rara, pero bastante entretenida), Infiltrados en clase (creo que esta la conocemos todos), Junk, Colegas de copas (con Olivia Wilde y Anna Kendrick), The pretty one, Coffe town, La Legopelícula, Malditos vecinos y Let's be cops (con su compañero de New girl, Damon Wayans Jr., que de hecho está dirigida, escrita y producida por otro de sus compañeros de la serie: Luke Greenfield. Que, oye, es guay, todo queda en familia).
Además, ha estado colaborando en episodios sueltos de series que, de verdad, ni siquiera sabía que existieran y eso que estoy bastante puesta. Pero, bueno, larga vida a Nick Miller y larga carrera a Jake Johnson, que me encanta.
viernes, 19 de septiembre de 2014
Vive cantando 2x03 - La reina del pop
El martes se emitió el tercer episodio de la segunda temporada de Vive cantando y no me voy a andar con rodeos y voy a ir con la crónica, que pasaron muchas cosas fantabulosas, porque encima nos han dado escenas de Trini y Juanjo, yey =D Bueno, como siempre, voy por tramas.
Empiezo con la que fue mi trama favorita, ya que tuvo a muchos personajes juntos y estoy muy, muy chula. La cuestión es que el pobre César sigue muy triste por la marcha de Lucía, así que decide seguir el consejo de su abuelo y encontrar algo con lo que emocionarse. En este caso, un concurso de karaoke con el que le da el coñazo a Juanjo durante todo un día. Pero literal. Empieza cuando Juanjo se despierta y acaba cuando él se está acostando y porque ya le da permiso para cualquier cosa.
A la mañana siguiente Trini está buscando un trabajo porque se le acaba el contrato y no está muy segura de lo que vaya a suceder. Contra todo pronóstico, la hacen fija, mientras Rafael gruñe que es raro que no la hayan echado ya. Alegría general ante el contrato, salvo de Trini, que eso de trabajar para siempre, siempre de barrendera pues no es que le emocione.
Mientras, en el karaoke, también contra todo pronóstico, hay una cola tremenda para apuntarse al concurso y es que en los flyers ha habido un pequeño error de nada, un cerito de nada... en vez de 500 euros de premio, pone que serán 5000. Y, claro, como las bases están firmadas ante notario, pues no se pueden escaquear, sobre todo porque Asun ha apuntado a sus hijos y no está por la labor de que no le paguen.
Por suerte, Charo les echa una mano y les consigue a Toñi, la de Azúcar moreno, de jurado, pero Juanjo no se anima. En su lugar, para evitar arruinarse, va a ver a Trini para pedirle que gane el concurso y, así, no deben pagarlo. Lo que pasa que entre que Jessi perdón Elena pasa de ella y el contrato, Trini está hundida, pero Juanjo la piropea y le dice que la primera vez que la vio cantar, no era capaz de apartar sus ojos de ella. Trini se nos emociona un montón y yo también, si es que juntos son amor, en serio. Tienen que estar juntos ò_ó
A todo esto, Alma está motivadísima con el concurso porque quiere dejar de vivir a lo cutre, como ella dice. El problema es que cuando Paula se entera del premio, también se quiere apuntar y, qué cosa más rara, Alma no la convence diciéndole que ella siempre ha vivido así. Todo lo contrario: la pica del todo. Paula vuelve a casa para prepararse y se entera de que Trini también va a participar. Ésta quiere que todo sea civilizado, pero Rafael cree que se va a liar la marimorena.
En la plaza, el Poli Buenorro ve a Jeco y a Manu haciendo contrabando de pañales, muy loco todo. El Poli Buenorro se va a llevar a Manu detenido por robar los pañales, pero Charo acude a su rescate e incluso se ofrece a darle dinero (más que nada porque el poli le quita el dinero para pagarse el café, xD), aunque César cree que sería mejor darle una oportunidad. Así, Charo lo acaba convenciendo para que lo contraten para repartir los flyers del concurso de karaoke. César no termina de fiarse, así que le marca los flyers con su inicial y se le ablanda la patata al descubrir que no tiene familia.
Todo va bien hasta que llega Juanjo y, claro, de tal padre, tal hijo y la mala leche de ambos choca en cero coma, vamos. Al final, decide darle una oportunidad.
Después, va a una reunión de alcohólicos anónimos, donde Jessi perdón Elena cuenta que Trini sigue siendo Trini y que, al estar con ella, le dan ganas de beber, por lo que ha decidido pasar de ella. Al escuchar eso, Juanjo se china y empieza a defender a Trini a capa y espada y yo ya estaba ahí apoyándole como una animadora. Es que la defiende con una vehemencia que yo me emociono. Mucho.
Por la noche, Trini va al karaoke para el concurso y flipa al ver a Manu de becario, pero a Charo le parece que es lo mejor. De hecho, Charo cree que Juanjo debería saber la verdad y Trini le da la razón, pero no quiere actuar a lo loco porque teme que Manu se esfume y que Juanjo no se lo perdone.
Llega la hora de cantar y la canción elegida es Un beso y una flor de Nino Bravo y la cantan prácticamente todos los personajes. Yo incluida, porque esa canción es lo mejor y encima Antena 3 decidió poner anuncios justo en medio. ¡¿Seriously, Antena 3?! Hay todo tipo de voces, pero lo más bonito es la cara que pone Juanjo cuando le toca el turno a Trini:
Lo malo es cuando luego canta Paula y empiezan a temer que lo van a tener jodido:
Al día siguiente, Juanjo se presenta en casa de César porque les han robado la recaudación del karaoke y tanto él como el Poli Buenorro creen que ha sido Manu. El poli intenta defender a César, contando que fue idea de Charo, pero sólo sirve para que Juanjo se cabree aún más. Los dos van en busca de Manu, encontrándolo en el parque junto a Jeco. César empieza a liarse contando cosas, básicamente para decirle que, si devuelve la pasta, todo estará bien, pero Juanjo es más directo y Manu se pone a la defensiva, o chulito, as you wish. Manu lo único que quiere es que le paguen, pero Juanjo cree que tiró todos los flyers y, cuando César no sale en su defensa, Manu los manda a la mierda.
En la casa de Trini, Nacho pone el dedo en la llaga sin querer al decir que, según Paula, ella fue la más aplaudida y que, cuando hicieron en casting juntas, Paula ganó. Trini, al principio, intenta tomárselo con filosofía, pero acaba picándose y, encima, Paula le mete mucha caña dándole donde más le duele. Rafael, mientras, sigue gruñendo en plan "si es que lo sabía". Más tarde, Paula está ayudando a Carlos a buscar trabajo, cuando Alma la golpea con el látigo de su indiferencia y, por eso, Paula se va cabizbaja. Carlos le dice que está siendo muy tonta con el concurso, pero Alma cree que es el único dinero que cualquiera de ellos puede conseguir.
En esas, Jessi perdón Elena se presenta en casa de Trini y, aunque al principio ésta se hace la dura, en cuanto le cuenta la verdad, todo se soluciona. Elena le explica que estaba casada y que él la engañó y eso la llevó a beber hasta que tocó fondo y entonces decidió ir a terapia. También le explica que, cuando la ve, le entran ganas de beber y Trini dice que a Juanjo le parece lo mismo. A este paso a la pobre Trini la van a contratar para aparecer en la etiqueta de las botellas.
Por la noche, en el karaoke, Charo intenta defender a Manu, pero Juanjo se muestra inflexible y Trini se hace la loca. En ese momento, César anuncia las semifinalistas: Paula y Alma cantarán por un lado, mientras que Trini con Charo. Paula intenta retirarse porque no quiere tener más broncas, pero Trini dice que lo hace ella para que no peleen y el pobre Juanjo está al borde del infarto. Por eso, se la lleva a un aparte para contarle lo del robo y que siga en al competición, cuando llega la de Azúcar Moreno que explica que, al día siguiente, irá su representante para escuchar a los finalistas. Eso era el empujoncito que Trini necesitaba para seguir en la competición.
Paula y Alma cantan a dúo La reina del pop de La oreja de Van Gogh (¡¡temazo!!) y yo pensaba que se iban a zurrar en medio del escenario. Encima, llegado un momento Paula se viene arriba y no deja que Alma meta baza, todo eso mientras el pobre Juanjo sufre en silencio y César se da cuenta que la mayoría de los flyers que trae la gente tienen la M de Manu.
Luego, César anuncia que Paula es la primera finalista, por lo que Alma se marcha y los chicos la siguen, y que Trini es la segunda porque Charo se ha retirado. Y en un comunicado oficial deja claro que está como un roble a sus 49 años, xDD. Esta mujer es la releche, en serio.
Cuando Paula sale a la calle, se encuentra a Alma llorando e intenta consolarla: le dice que vivir a lo cutre no es tan malo, porque tiene a su familia y una buena amiga, aunque a veces sea una puñetera. Alma le cuenta que estaba de mal humor porque como no tienen dinero no pueden meter a las niñas en una guardería y que seguramente tenga que dejar el instituto, algo que no quiere hacer. Paula le dice que con la de tiempo que ha invertido en aprobarle los cursos, no dejará que abandone y, por tanto, le dará el dinero del premio.
A la mañana siguiente, Paula le echa en cara a Trini que no se retirara de verdad y Trini le explica lo de Juanjo y que, encima, escuchó la conversación que tuvo con Alma y se emocionó. Paula cree que todo es una mentira porque Trini no quiere que ella le haga sombra delante del representante. Nacho tranquiliza a su tía diciéndole que todas las divas se pelean. Muy útil, Nacho.
La noticia de que Paula quiere darle el dinero a la hija de Asun pone muy nervioso a Juanjo y se lo está comentando a César cuando llega Manu porque éste ha llegado. César dice que Manu repartió los flyers y que no cree que les robara, pero Juanjo no cambia de opinión y, de paso, gruñe un poco, que ya sabemos todos como es Juanjo. Después, Manu se presenta en La bamba con el dinero de la otra noche y se lo devuelve a César, diciéndole que se lo estaban buscando y que no esperaba que le cayera esa bronca por parte de Juanjo. César acaba defendiendo a Juanjo y básicamente le dice que es un merengue, que es igualito que Manu. Soy fan de eso, muy fan.
Juanjo lo oye todo y como es un blandito, le dice a César que él tenía razón desde el principio y que hay que confiar en la gente.
Por la noche, la Azúcar moreno y su representante (que es Fernando Andina, uhhhh) se presentan en el karaoke para ser los jueces del concurso. En la final de éste, las canciones se sortean y como César es tan legal como tonto, no lo amaña ni nada y a Paula le da I will survive y a Trini La cucaracha... Jolín, que putada. En serio, ¿no podían haberle dado nada peor? Es que encima Paula lo peta con su canción y, claro, el resto se desespera, menos Trini que dice que La cucaracha es una canción muy triste y hará que todos lloren, xDD.
Paula casi hace que Juanjo se dé al alcohol, pero en el último momento se controla y sale a la calle, donde se encuentra con Jessi perdón Elena. Le acaba contando lo de que va a tener que cerrar el karaoke al pagar el premio, pero que quizás es mejor porque ha estado a punto de beber. Jessi perdón Elena le dice que no, que los problemas hay que afrontarlos y se ofrece a ser su madrina.
De vuelta al karaoke, la pobre Trini hace lo que buenamente puede con La cucaracha y, oye, no le queda mal. Pero, claro, es que tampoco hay mucho que rascar. Y, de nuevo, lo mejor es la cara de Juanjo.
Para sorpresa de César (al que no se le nota ni nada al dar el resultado), gana Trini que, en el fulgor de la victoria, besa a Juanjo. Sin embargo, mientras Trini está hablando con el jurado, Fernando Andina le da su tarjeta a Paula. Cuando Trini se acerca para ver si cae la breva, él la felicita, pero nada más, así que la pobre Trini se nos hunde, aunque felicita a Paula como una campeona. De hecho, hasta la anima a llamar, antes de reunirse con sus amigos... que acaban admitiendo que le pidieron a la de Azúcar moreno que la votara. La pobre Trini se viene abajo del todo, dice que tiene que asumir que sólo es una barrendera y sale por patas, aunque Jessi perdón Elena la sigue y le dice que hay un punto medio entre ser Trini Turner y barrendera y que puede estudiar o prepararse para conseguir un empleo mejor.
Al final, Carlos consigue un empleo cargando cajas en el mercado, mientras Trini va al Caño y se encuentra a su hijo. Eso le hace ilusión, incluso le invita a comer a su casa si quiere y Manu le dice que, aunque a ella le van los yogurines, a él las maduritas no. Ihhhggg, que mala elección de pulla. En esas, llega Juanjo para decirle que le contratan de becario (de paso, César abraza a Manu pese a que éste no está muy por la labor, como su padre, vamos) y luego va a explicarle a Trini que lo del tongo fue una solución in extremis y que no sabía cómo decírselo, algo de lo que Trini sabe mucho.
La otra trama de este episodio, totalmente ajena al concurso de karaoke, fue la que protagonizaron Asun y Candela, que de aquí acabarán convertidas en el Dúo Dinámico de La Gloria. La familia de Asun al completo se ha mudado a casa de Candela y Mariano y, claro, la frente al baño rivaliza con la del paro, lo que hace que Asun se queje... de nuevo, porque según Candela no ha parado y ya empieza a estar harta no, lo siguiente. Asun le dice que no se preocupe, que en cuanto encuentre trabajo se marchará, pero nadie tiene mucha fe en la pobre mujer. Tampoco es que ayude que no sepa qué es un post-it, claro.
Tras la ardua búsqueda de empleo, Asun vuelve al Caño sin haber conseguido nada y quejándose del nepotismo. Al oír eso, Mariano piensa que Asun podría trabajar en el bar, lo que no le hace gracia a ninguna de las dos, pero Mariano considera que si Jeco puede ser camarero, ella también; de paso, convence a Candela diciendo que su hermana cocina bien y que, con el sueldo, se la podrían sacar de casa.
Al día siguiente, Candela encuentra a Asun haciéndose la interesante con las vecinas. Vamos, que si le estoy haciendo un favor, que si te critico a la espalda para no hacer daño... Candela termina de chinarse y le dice que es una desagradecida, pero Asun hace lo de pa' chulo, chulo, mi pirulo y decide dejar el puesto.
Por la noche, Mariano acaba durmiendo en el sofá con su hermana porque Candela le ha echado al considerar que su idea de que trabajaran juntas ha sido horrible. Asun, encima, no pierde ni la clase, ni el glamour, ni la falta de humildad y dice que si Candela le pide perdón, está dispuesta a pensarse lo de volver. Encima, no están solos porque Jeco está jugando a la consola ya que por fin tiene un momento libre, así que los dos hermanos se acuestan, mientras Jeco sigue jugando.
Al día siguiente, siguiendo el consejo de su hermano, Asun va al Inem, donde le recomiendan que se aferre al trabajo que le ofrece su cuñada. Asun dice que prefiere cualquier cosa antes que volver y acaba de barrendera con Trini. En un principio, intenta fingir que es benéfico, pero Trini no se lo traga e intenta ayudarla a llevar la situación más o menos bien... aunque no funciona demasiado, ya que Asun sale huyendo haciendo la croqueta fosforita al ver a Candela a lo lejos.
En el bar, por la noche, Cefe se está quejando de que no le dan la cena, cuando aparece Asun para trabajar. Le dice a Candela que la necesita y que el trabajo en la oficina que le habían dado no era para tanto. Cefe dice que Candela es un poco cabezona y que tres se han ido sin pagar porque estaba sola y no daba abasto. Claro, él iba a avisarla, pero tenía miedo de levantarse y de que le quitaran el taburete, xDD.
Asun al ponerse el delantal, señala que le sienta bien y Mariano apunta que mejor que el verde de barrendera y Candela se ríe de como ha salido corriendo.
Eso es todo por hoy. El próximo episodio pinta muy bien, sobre todo porque parece que Jeco va a tener protagonismo y eso mola mil. También parece que Juanjo se va a poner celoso del Poli Buenorro, que no sé si me gusta o no, porque yo a ese cuadrado amoroso que se está perfilando le tengo más miedo que a un nublado, la verdad.
Empiezo con la que fue mi trama favorita, ya que tuvo a muchos personajes juntos y estoy muy, muy chula. La cuestión es que el pobre César sigue muy triste por la marcha de Lucía, así que decide seguir el consejo de su abuelo y encontrar algo con lo que emocionarse. En este caso, un concurso de karaoke con el que le da el coñazo a Juanjo durante todo un día. Pero literal. Empieza cuando Juanjo se despierta y acaba cuando él se está acostando y porque ya le da permiso para cualquier cosa.
A la mañana siguiente Trini está buscando un trabajo porque se le acaba el contrato y no está muy segura de lo que vaya a suceder. Contra todo pronóstico, la hacen fija, mientras Rafael gruñe que es raro que no la hayan echado ya. Alegría general ante el contrato, salvo de Trini, que eso de trabajar para siempre, siempre de barrendera pues no es que le emocione.
Este hombre es la comprensión y el apoyo hecho persona.
Mientras, en el karaoke, también contra todo pronóstico, hay una cola tremenda para apuntarse al concurso y es que en los flyers ha habido un pequeño error de nada, un cerito de nada... en vez de 500 euros de premio, pone que serán 5000. Y, claro, como las bases están firmadas ante notario, pues no se pueden escaquear, sobre todo porque Asun ha apuntado a sus hijos y no está por la labor de que no le paguen.
Por suerte, Charo les echa una mano y les consigue a Toñi, la de Azúcar moreno, de jurado, pero Juanjo no se anima. En su lugar, para evitar arruinarse, va a ver a Trini para pedirle que gane el concurso y, así, no deben pagarlo. Lo que pasa que entre que Jessi perdón Elena pasa de ella y el contrato, Trini está hundida, pero Juanjo la piropea y le dice que la primera vez que la vio cantar, no era capaz de apartar sus ojos de ella. Trini se nos emociona un montón y yo también, si es que juntos son amor, en serio. Tienen que estar juntos ò_ó
Si es que Trini es la que hace que Juanjo sonría así, con los demás no lo hace, ¿eh?
A todo esto, Alma está motivadísima con el concurso porque quiere dejar de vivir a lo cutre, como ella dice. El problema es que cuando Paula se entera del premio, también se quiere apuntar y, qué cosa más rara, Alma no la convence diciéndole que ella siempre ha vivido así. Todo lo contrario: la pica del todo. Paula vuelve a casa para prepararse y se entera de que Trini también va a participar. Ésta quiere que todo sea civilizado, pero Rafael cree que se va a liar la marimorena.
En la plaza, el Poli Buenorro ve a Jeco y a Manu haciendo contrabando de pañales, muy loco todo. El Poli Buenorro se va a llevar a Manu detenido por robar los pañales, pero Charo acude a su rescate e incluso se ofrece a darle dinero (más que nada porque el poli le quita el dinero para pagarse el café, xD), aunque César cree que sería mejor darle una oportunidad. Así, Charo lo acaba convenciendo para que lo contraten para repartir los flyers del concurso de karaoke. César no termina de fiarse, así que le marca los flyers con su inicial y se le ablanda la patata al descubrir que no tiene familia.
Todo va bien hasta que llega Juanjo y, claro, de tal padre, tal hijo y la mala leche de ambos choca en cero coma, vamos. Al final, decide darle una oportunidad.
Después, va a una reunión de alcohólicos anónimos, donde Jessi perdón Elena cuenta que Trini sigue siendo Trini y que, al estar con ella, le dan ganas de beber, por lo que ha decidido pasar de ella. Al escuchar eso, Juanjo se china y empieza a defender a Trini a capa y espada y yo ya estaba ahí apoyándole como una animadora. Es que la defiende con una vehemencia que yo me emociono. Mucho.
Por la noche, Trini va al karaoke para el concurso y flipa al ver a Manu de becario, pero a Charo le parece que es lo mejor. De hecho, Charo cree que Juanjo debería saber la verdad y Trini le da la razón, pero no quiere actuar a lo loco porque teme que Manu se esfume y que Juanjo no se lo perdone.
Llega la hora de cantar y la canción elegida es Un beso y una flor de Nino Bravo y la cantan prácticamente todos los personajes. Yo incluida, porque esa canción es lo mejor y encima Antena 3 decidió poner anuncios justo en medio. ¡¿Seriously, Antena 3?! Hay todo tipo de voces, pero lo más bonito es la cara que pone Juanjo cuando le toca el turno a Trini:
Lo malo es cuando luego canta Paula y empiezan a temer que lo van a tener jodido:
Al día siguiente, Juanjo se presenta en casa de César porque les han robado la recaudación del karaoke y tanto él como el Poli Buenorro creen que ha sido Manu. El poli intenta defender a César, contando que fue idea de Charo, pero sólo sirve para que Juanjo se cabree aún más. Los dos van en busca de Manu, encontrándolo en el parque junto a Jeco. César empieza a liarse contando cosas, básicamente para decirle que, si devuelve la pasta, todo estará bien, pero Juanjo es más directo y Manu se pone a la defensiva, o chulito, as you wish. Manu lo único que quiere es que le paguen, pero Juanjo cree que tiró todos los flyers y, cuando César no sale en su defensa, Manu los manda a la mierda.
En la casa de Trini, Nacho pone el dedo en la llaga sin querer al decir que, según Paula, ella fue la más aplaudida y que, cuando hicieron en casting juntas, Paula ganó. Trini, al principio, intenta tomárselo con filosofía, pero acaba picándose y, encima, Paula le mete mucha caña dándole donde más le duele. Rafael, mientras, sigue gruñendo en plan "si es que lo sabía". Más tarde, Paula está ayudando a Carlos a buscar trabajo, cuando Alma la golpea con el látigo de su indiferencia y, por eso, Paula se va cabizbaja. Carlos le dice que está siendo muy tonta con el concurso, pero Alma cree que es el único dinero que cualquiera de ellos puede conseguir.
En esas, Jessi perdón Elena se presenta en casa de Trini y, aunque al principio ésta se hace la dura, en cuanto le cuenta la verdad, todo se soluciona. Elena le explica que estaba casada y que él la engañó y eso la llevó a beber hasta que tocó fondo y entonces decidió ir a terapia. También le explica que, cuando la ve, le entran ganas de beber y Trini dice que a Juanjo le parece lo mismo. A este paso a la pobre Trini la van a contratar para aparecer en la etiqueta de las botellas.
Por la noche, en el karaoke, Charo intenta defender a Manu, pero Juanjo se muestra inflexible y Trini se hace la loca. En ese momento, César anuncia las semifinalistas: Paula y Alma cantarán por un lado, mientras que Trini con Charo. Paula intenta retirarse porque no quiere tener más broncas, pero Trini dice que lo hace ella para que no peleen y el pobre Juanjo está al borde del infarto. Por eso, se la lleva a un aparte para contarle lo del robo y que siga en al competición, cuando llega la de Azúcar Moreno que explica que, al día siguiente, irá su representante para escuchar a los finalistas. Eso era el empujoncito que Trini necesitaba para seguir en la competición.
Hoy tengo al pobre Juanjo que parece un meme, xDD.
Paula y Alma cantan a dúo La reina del pop de La oreja de Van Gogh (¡¡temazo!!) y yo pensaba que se iban a zurrar en medio del escenario. Encima, llegado un momento Paula se viene arriba y no deja que Alma meta baza, todo eso mientras el pobre Juanjo sufre en silencio y César se da cuenta que la mayoría de los flyers que trae la gente tienen la M de Manu.
Luego, César anuncia que Paula es la primera finalista, por lo que Alma se marcha y los chicos la siguen, y que Trini es la segunda porque Charo se ha retirado. Y en un comunicado oficial deja claro que está como un roble a sus 49 años, xDD. Esta mujer es la releche, en serio.
Cuando Paula sale a la calle, se encuentra a Alma llorando e intenta consolarla: le dice que vivir a lo cutre no es tan malo, porque tiene a su familia y una buena amiga, aunque a veces sea una puñetera. Alma le cuenta que estaba de mal humor porque como no tienen dinero no pueden meter a las niñas en una guardería y que seguramente tenga que dejar el instituto, algo que no quiere hacer. Paula le dice que con la de tiempo que ha invertido en aprobarle los cursos, no dejará que abandone y, por tanto, le dará el dinero del premio.
A Juanjo no le gusta esto, xD.
A la mañana siguiente, Paula le echa en cara a Trini que no se retirara de verdad y Trini le explica lo de Juanjo y que, encima, escuchó la conversación que tuvo con Alma y se emocionó. Paula cree que todo es una mentira porque Trini no quiere que ella le haga sombra delante del representante. Nacho tranquiliza a su tía diciéndole que todas las divas se pelean. Muy útil, Nacho.
La noticia de que Paula quiere darle el dinero a la hija de Asun pone muy nervioso a Juanjo y se lo está comentando a César cuando llega Manu porque éste ha llegado. César dice que Manu repartió los flyers y que no cree que les robara, pero Juanjo no cambia de opinión y, de paso, gruñe un poco, que ya sabemos todos como es Juanjo. Después, Manu se presenta en La bamba con el dinero de la otra noche y se lo devuelve a César, diciéndole que se lo estaban buscando y que no esperaba que le cayera esa bronca por parte de Juanjo. César acaba defendiendo a Juanjo y básicamente le dice que es un merengue, que es igualito que Manu. Soy fan de eso, muy fan.
"¿Qué voy a ser yo como ese? Ni que sea mi padre..."
Jo, en serio, quiero que se sepa la verdad de una vez, a ver cómo reaccionan.
Juanjo lo oye todo y como es un blandito, le dice a César que él tenía razón desde el principio y que hay que confiar en la gente.
Por la noche, la Azúcar moreno y su representante (que es Fernando Andina, uhhhh) se presentan en el karaoke para ser los jueces del concurso. En la final de éste, las canciones se sortean y como César es tan legal como tonto, no lo amaña ni nada y a Paula le da I will survive y a Trini La cucaracha... Jolín, que putada. En serio, ¿no podían haberle dado nada peor? Es que encima Paula lo peta con su canción y, claro, el resto se desespera, menos Trini que dice que La cucaracha es una canción muy triste y hará que todos lloren, xDD.
Paula casi hace que Juanjo se dé al alcohol, pero en el último momento se controla y sale a la calle, donde se encuentra con Jessi perdón Elena. Le acaba contando lo de que va a tener que cerrar el karaoke al pagar el premio, pero que quizás es mejor porque ha estado a punto de beber. Jessi perdón Elena le dice que no, que los problemas hay que afrontarlos y se ofrece a ser su madrina.
De vuelta al karaoke, la pobre Trini hace lo que buenamente puede con La cucaracha y, oye, no le queda mal. Pero, claro, es que tampoco hay mucho que rascar. Y, de nuevo, lo mejor es la cara de Juanjo.
La de Elena también es muy genial, xDD.
Para sorpresa de César (al que no se le nota ni nada al dar el resultado), gana Trini que, en el fulgor de la victoria, besa a Juanjo. Sin embargo, mientras Trini está hablando con el jurado, Fernando Andina le da su tarjeta a Paula. Cuando Trini se acerca para ver si cae la breva, él la felicita, pero nada más, así que la pobre Trini se nos hunde, aunque felicita a Paula como una campeona. De hecho, hasta la anima a llamar, antes de reunirse con sus amigos... que acaban admitiendo que le pidieron a la de Azúcar moreno que la votara. La pobre Trini se viene abajo del todo, dice que tiene que asumir que sólo es una barrendera y sale por patas, aunque Jessi perdón Elena la sigue y le dice que hay un punto medio entre ser Trini Turner y barrendera y que puede estudiar o prepararse para conseguir un empleo mejor.
Al final, Carlos consigue un empleo cargando cajas en el mercado, mientras Trini va al Caño y se encuentra a su hijo. Eso le hace ilusión, incluso le invita a comer a su casa si quiere y Manu le dice que, aunque a ella le van los yogurines, a él las maduritas no. Ihhhggg, que mala elección de pulla. En esas, llega Juanjo para decirle que le contratan de becario (de paso, César abraza a Manu pese a que éste no está muy por la labor, como su padre, vamos) y luego va a explicarle a Trini que lo del tongo fue una solución in extremis y que no sabía cómo decírselo, algo de lo que Trini sabe mucho.
Padre e hijo. Si es que son igualitos.
La otra trama de este episodio, totalmente ajena al concurso de karaoke, fue la que protagonizaron Asun y Candela, que de aquí acabarán convertidas en el Dúo Dinámico de La Gloria. La familia de Asun al completo se ha mudado a casa de Candela y Mariano y, claro, la frente al baño rivaliza con la del paro, lo que hace que Asun se queje... de nuevo, porque según Candela no ha parado y ya empieza a estar harta no, lo siguiente. Asun le dice que no se preocupe, que en cuanto encuentre trabajo se marchará, pero nadie tiene mucha fe en la pobre mujer. Tampoco es que ayude que no sepa qué es un post-it, claro.
Tras la ardua búsqueda de empleo, Asun vuelve al Caño sin haber conseguido nada y quejándose del nepotismo. Al oír eso, Mariano piensa que Asun podría trabajar en el bar, lo que no le hace gracia a ninguna de las dos, pero Mariano considera que si Jeco puede ser camarero, ella también; de paso, convence a Candela diciendo que su hermana cocina bien y que, con el sueldo, se la podrían sacar de casa.
Mariano probando que ser camarero es fácil. ¡Pobre Jeco! Fatal me parece, Mariano, que conste.
Al día siguiente, Candela encuentra a Asun haciéndose la interesante con las vecinas. Vamos, que si le estoy haciendo un favor, que si te critico a la espalda para no hacer daño... Candela termina de chinarse y le dice que es una desagradecida, pero Asun hace lo de pa' chulo, chulo, mi pirulo y decide dejar el puesto.
Por la noche, Mariano acaba durmiendo en el sofá con su hermana porque Candela le ha echado al considerar que su idea de que trabajaran juntas ha sido horrible. Asun, encima, no pierde ni la clase, ni el glamour, ni la falta de humildad y dice que si Candela le pide perdón, está dispuesta a pensarse lo de volver. Encima, no están solos porque Jeco está jugando a la consola ya que por fin tiene un momento libre, así que los dos hermanos se acuestan, mientras Jeco sigue jugando.
Al día siguiente, siguiendo el consejo de su hermano, Asun va al Inem, donde le recomiendan que se aferre al trabajo que le ofrece su cuñada. Asun dice que prefiere cualquier cosa antes que volver y acaba de barrendera con Trini. En un principio, intenta fingir que es benéfico, pero Trini no se lo traga e intenta ayudarla a llevar la situación más o menos bien... aunque no funciona demasiado, ya que Asun sale huyendo haciendo la croqueta fosforita al ver a Candela a lo lejos.
Ni los ninjas o Forrest Gump, macho.
En el bar, por la noche, Cefe se está quejando de que no le dan la cena, cuando aparece Asun para trabajar. Le dice a Candela que la necesita y que el trabajo en la oficina que le habían dado no era para tanto. Cefe dice que Candela es un poco cabezona y que tres se han ido sin pagar porque estaba sola y no daba abasto. Claro, él iba a avisarla, pero tenía miedo de levantarse y de que le quitaran el taburete, xDD.
Asun al ponerse el delantal, señala que le sienta bien y Mariano apunta que mejor que el verde de barrendera y Candela se ríe de como ha salido corriendo.
Eso es todo por hoy. El próximo episodio pinta muy bien, sobre todo porque parece que Jeco va a tener protagonismo y eso mola mil. También parece que Juanjo se va a poner celoso del Poli Buenorro, que no sé si me gusta o no, porque yo a ese cuadrado amoroso que se está perfilando le tengo más miedo que a un nublado, la verdad.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Los primeros pasos de Doce
Pues hace ya cuatro semanas llegó a las pantallas inglesas la octava temporada de Doctor Who, que tenía el añadido de presentarnos al nuevo Doctor, a la duodécima encarnación del personaje, que viene de la mano de Peter Capaldi, un viejo conocido del mundillo del Doctor (además de un episodio de la era Tennant, tuvo un personaje muy importante en la tercera de Torchwood).
Y, la verdad, me alegro de haber esperado tanto para hablar sobre la octava temporada. Porque de cuatro episodios, los dos primeros me han dejado un poco fría, pero tanto el tercero como el cuarto me han gustado mucho.
Pero, bueno, vayamos por partes.
Lo primero sería hablar del nuevo Doctor, de Twelve. La verdad, si logré superar el cambio de Tennant a Smith, ya puedo con lo que sea y el cambio a Capaldi no me ha costado. Quizás era porque siempre me gustaron más los Pond que Eleven, pero no he echado de menos a éste y, de hecho, tampoco me costó despedirme de él. Eso también podía deberse a que Moffat nos dio un especial navideño bastante aburrido, únicamente salvado por la aparición de Amy para despedir a Eleven, demostrando que dicho Doctor siempre estará ligado a La chica que esperó y que fue ella quien le dio vida y corazón.
Porque Moffat sigue sin dar en la diana en lo que a corazón se refiere. Tiene muy buenos conceptos, es estupendo creando tensión y mal rollo, pero no logra emocionar, ni despertar la ternura que sí que conseguía Russell T. Davies. Se fueron los Pond y con ellos el aire de cuento, el romanticismo y la emotividad.
Sin embargo, Moffat sí que ha acertado con su nuevo Doctor. Twelve es muy distinto a sus cuatro predecesores: puro nervio, mala leche, irrespetuoso, impulsivo, desenfadado, aventurero... Y Peter Capaldi está maravilloso, siendo único desde el momento en que aparece en Deep breath.
El problema no fue él, sino las historias que presentaron o, mejor dicho, los episodios que, pese a basarse en un concepto original y ambicioso, se quedaron en nada.
La transición de Eleven a Twelve en Deep breath fue demasiado parecida a la que ya hubo entre Nine y Ten en The Christmas invasion, ya que en ambos casos había un Doctor recién regenerado y con ciertos problemas y una companion que había visto dicha regeneración y no reconocía a su Doctor en el nuevo y que contaba con la ayuda de los secundarios habituales de turno. Hasta los malos de ambos episodios eran robots, distintos tipos, pero robots al fin y al cabo. Por eso, no pude evitar compararlos y Deep breath no terminó de convencerme del todo, por mucho que el nuevo Doctor sí que lo hiciera.
Además, Clara no es Rose Tyler. El problema de Clara es que, aunque Jenna Coleman es adorable y se esfuerza, era un misterio más que un personaje. De hecho, está siendo en esta octava temporada cuando la están desarrollando, que ya era hora. Es curioso como Martha y Donna, cada una habiendo estado únicamente una temporada, sí que tenían personalidades desarrolladas y un transfondo, mientras que la pobre Clara no ha recibido la atención necesaria hasta ahora.
Y, oye, me está gustando el que le hayan traído un novio, el que, aunque esté ahí para el Doctor, también le dé importancia a su vida normal. De hecho, me gusta mucho como han cambiado su dinámica con el Doctor, como se han olvidado de ese flirteo al que la tenían tan limitada (y que no era demasiado original, pues salvo Donna todas han flirteado con él) para ser alguien que cuida del Doctor, que le tiene aprecio, pero que también es capaz de salvarle o plantarse ante él, sobre todo con ese Twelve que es tan irreverente y que siempre se está metiendo con ella, casi como si fuera un niño pequeño.
Además, esa cita en Listen, el último episodio hasta ahora, estuvo muy, muy bien y yo ya estoy deseando que Danny sepa lo del Doctor, para ver cómo reacciona.
De hecho, ha sido Listen el mejor episodio de todos cuantos han emitido de esta temporada. El segundo, Into the Dalek, pese a lo curioso del argumento, tampoco terminó de arrancar. El tercero, Robot of Sherwood, sí que lo hizo, al menos a mí me gustó muchísimo. No sé si se debió a que me encantan los episodios del pasado, a que salía Robin Hood o a que el Doctor estuvo muy, muy divertido al relacionarse con éste, pero el episodio se me pasó volando.
Listen también fue muy entretenido, pero además fue casi perfecto, ya que supieron aunar varios aspectos que hacen de Doctor Who lo que es: la premisa era inquietante (no sé qué daba más mal rollo: la cancioncilla, las manos debajo de la cama o ese bulto en la cama del niño que no llega a salir de debajo de la manta), fue romántico (la cita estuvo muy bien, pero sobre todo por lo que el viaje del futuro supuso para Clara) y también fue muy tierno: Clara con el niño, la escena del granero...
Doctor Who siempre ha sido una serie un tanto irregular, es lo que tiene que cada episodio sea completamente distinto y que esté en constante cambio: algunas cosas funcionan, otras no. Sin embargo, sí que llevo notando desde la sexta temporada que las temporadas de Moffat, en general, se pierden en tramas a largo plazo complicadísimas que, aunque acaban teniendo más o menos sentido (dentro de lo que cabe, es lo que tienen los viajes en el tiempo), acaban por restarle ese factor emotividad que sí que tenían las primeras, pese a no ser tan ambiciosas, y también los Pond.
En esta temporada no tenemos la muerte del Doctor rondando, ni el misterio de La chica imposible, pero sí que tenemos a una extraña mujer que dice estar en el cielo y que recibe a aquellos personajes que mueren durante los episodios. De momento, no le han dado importancia, lo que me alegro, porque prefiero que exploren al nuevo Doctor, a Clara y la relación de ésta tanto con Twelve como con ese soldado un tanto peculiar que le han puesto, Danny Pink.
Espero que el resto de la temporada siga la estela de Robot of Sherwood y Listen. De momento, el quinto episodio pinta muy chulo con robo de banco incluido, que a mí esas cosas me molan mucho. A ver qué les depara Moffat a Twelve, Clara y Danny.
Y, la verdad, me alegro de haber esperado tanto para hablar sobre la octava temporada. Porque de cuatro episodios, los dos primeros me han dejado un poco fría, pero tanto el tercero como el cuarto me han gustado mucho.
Pero, bueno, vayamos por partes.
Lo primero sería hablar del nuevo Doctor, de Twelve. La verdad, si logré superar el cambio de Tennant a Smith, ya puedo con lo que sea y el cambio a Capaldi no me ha costado. Quizás era porque siempre me gustaron más los Pond que Eleven, pero no he echado de menos a éste y, de hecho, tampoco me costó despedirme de él. Eso también podía deberse a que Moffat nos dio un especial navideño bastante aburrido, únicamente salvado por la aparición de Amy para despedir a Eleven, demostrando que dicho Doctor siempre estará ligado a La chica que esperó y que fue ella quien le dio vida y corazón.
Capaldi como Twelve.
Porque Moffat sigue sin dar en la diana en lo que a corazón se refiere. Tiene muy buenos conceptos, es estupendo creando tensión y mal rollo, pero no logra emocionar, ni despertar la ternura que sí que conseguía Russell T. Davies. Se fueron los Pond y con ellos el aire de cuento, el romanticismo y la emotividad.
Sin embargo, Moffat sí que ha acertado con su nuevo Doctor. Twelve es muy distinto a sus cuatro predecesores: puro nervio, mala leche, irrespetuoso, impulsivo, desenfadado, aventurero... Y Peter Capaldi está maravilloso, siendo único desde el momento en que aparece en Deep breath.
El problema no fue él, sino las historias que presentaron o, mejor dicho, los episodios que, pese a basarse en un concepto original y ambicioso, se quedaron en nada.
La transición de Eleven a Twelve en Deep breath fue demasiado parecida a la que ya hubo entre Nine y Ten en The Christmas invasion, ya que en ambos casos había un Doctor recién regenerado y con ciertos problemas y una companion que había visto dicha regeneración y no reconocía a su Doctor en el nuevo y que contaba con la ayuda de los secundarios habituales de turno. Hasta los malos de ambos episodios eran robots, distintos tipos, pero robots al fin y al cabo. Por eso, no pude evitar compararlos y Deep breath no terminó de convencerme del todo, por mucho que el nuevo Doctor sí que lo hiciera.
Además, Clara no es Rose Tyler. El problema de Clara es que, aunque Jenna Coleman es adorable y se esfuerza, era un misterio más que un personaje. De hecho, está siendo en esta octava temporada cuando la están desarrollando, que ya era hora. Es curioso como Martha y Donna, cada una habiendo estado únicamente una temporada, sí que tenían personalidades desarrolladas y un transfondo, mientras que la pobre Clara no ha recibido la atención necesaria hasta ahora.
Y, oye, me está gustando el que le hayan traído un novio, el que, aunque esté ahí para el Doctor, también le dé importancia a su vida normal. De hecho, me gusta mucho como han cambiado su dinámica con el Doctor, como se han olvidado de ese flirteo al que la tenían tan limitada (y que no era demasiado original, pues salvo Donna todas han flirteado con él) para ser alguien que cuida del Doctor, que le tiene aprecio, pero que también es capaz de salvarle o plantarse ante él, sobre todo con ese Twelve que es tan irreverente y que siempre se está metiendo con ella, casi como si fuera un niño pequeño.
Además, esa cita en Listen, el último episodio hasta ahora, estuvo muy, muy bien y yo ya estoy deseando que Danny sepa lo del Doctor, para ver cómo reacciona.
De hecho, ha sido Listen el mejor episodio de todos cuantos han emitido de esta temporada. El segundo, Into the Dalek, pese a lo curioso del argumento, tampoco terminó de arrancar. El tercero, Robot of Sherwood, sí que lo hizo, al menos a mí me gustó muchísimo. No sé si se debió a que me encantan los episodios del pasado, a que salía Robin Hood o a que el Doctor estuvo muy, muy divertido al relacionarse con éste, pero el episodio se me pasó volando.
Listen también fue muy entretenido, pero además fue casi perfecto, ya que supieron aunar varios aspectos que hacen de Doctor Who lo que es: la premisa era inquietante (no sé qué daba más mal rollo: la cancioncilla, las manos debajo de la cama o ese bulto en la cama del niño que no llega a salir de debajo de la manta), fue romántico (la cita estuvo muy bien, pero sobre todo por lo que el viaje del futuro supuso para Clara) y también fue muy tierno: Clara con el niño, la escena del granero...
Doctor Who siempre ha sido una serie un tanto irregular, es lo que tiene que cada episodio sea completamente distinto y que esté en constante cambio: algunas cosas funcionan, otras no. Sin embargo, sí que llevo notando desde la sexta temporada que las temporadas de Moffat, en general, se pierden en tramas a largo plazo complicadísimas que, aunque acaban teniendo más o menos sentido (dentro de lo que cabe, es lo que tienen los viajes en el tiempo), acaban por restarle ese factor emotividad que sí que tenían las primeras, pese a no ser tan ambiciosas, y también los Pond.
En esta temporada no tenemos la muerte del Doctor rondando, ni el misterio de La chica imposible, pero sí que tenemos a una extraña mujer que dice estar en el cielo y que recibe a aquellos personajes que mueren durante los episodios. De momento, no le han dado importancia, lo que me alegro, porque prefiero que exploren al nuevo Doctor, a Clara y la relación de ésta tanto con Twelve como con ese soldado un tanto peculiar que le han puesto, Danny Pink.
Espero que el resto de la temporada siga la estela de Robot of Sherwood y Listen. De momento, el quinto episodio pinta muy chulo con robo de banco incluido, que a mí esas cosas me molan mucho. A ver qué les depara Moffat a Twelve, Clara y Danny.
lunes, 15 de septiembre de 2014
Silber, el primer libro de los sueños
Hace algún tiempo descubrí a Kerstin Gier con su trilogía El amor más allá del tiempo, que es lo más de lo más y que tiene a una de las mejores protagonistas que he leído nunca. Con esos antecedentes, me emocioné como nadie al saber no sólo que Kerstin Gier tenía nueva saga, sino que iban a publicarla en España. Así que, en cuanto pude, me hice con la primera entrega, Silber. El primer libro de los sueños, y prácticamente la devoré en dos días.
Y si en su anterior saga, Kerstin Gier se centraba en viajes en el tiempo, en esta ocasión vuelve a elegir algo bastante original: los sueños.
Liv Silber y su hermana Mia llevan toda la vida viajando de un lado a otro debido a los trabajos de sus padres, que, además, están divorciados. Cuando su madre decide establecerse en Londres, ambas creen que por fin podrán cumplir su sueño de quedarse en una bonita casa de campo. Sin embargo, cuando llegan a Londres tras haber pasado el verano con su padre, las hermanas Silber descubren que los planes de su madre son muy distintos: se ha enamorado de un hombre que tiene dos hijos. Por eso, las hermanas Silber acaban matriculadas en el colegio, un tanto elitista, al que acuden éstos y, encima, tienen que ver cómo encaja su estrambótica familia (formada por su madre, una niñera alemana y un perro) con la familia del novio de su madre.
Por si eso no fuera poco, en su nueva escuela Liv conoce a cuatro chicos guapísimos (entre los que se incluye su nuevo hermanastro) con los que acaba soñando. No sólo el sueño es rarísimo, pues incluye un ritual demoníaco, sino que, poco a poco, Liv descubre que los sueños tienen repercusiones en la vida real: las conversaciones que mantiene en sueños con dichos chicos, éstos las recuerdan y, encima, dos de ellos quieren proponerle algo, aunque tanto su hermanastro, Grayson, como el cuarto, Henry, no parecen muy contentos con la idea.
Creo que el único problema que tiene Silber es que la anterior novela de la autora, Rubí, es redonda, casi perfecta. Rubí puso el listón muy alto y Silber se ha podido ver afectada por eso, ya que era difícil no comparar porque había muchas ganas de leer algo nuevo de Kerstin Gier.
Y es que Silber peca de ser introductoria. Es verdad, es una novela donde se explora tanto la situación personal de Liv, como se introduce el mundo onírico, su funcionamiento y se plantan las semillas para las siguientes entregas.
Sin embargo, me ha encantado. De verdad, la he disfrutado mucho.
Porque Silber es divertidísima. Lo que me reí leyendo esta novela no está escrito, sobre todo por esa grandísima protagonista que, de nuevo, nos ha regalado Kerstin Gier. Liv es una chica que le encantan los misterios, que es responsable, pero también divertida y valiente y tiene unas ocurrencias geniales. Además, es lista, no confía en nadie a la primera (¡bien por no ser una pava cándida!) y es una narradora muy divertida, que siempre tiene una interpretación genial de la situación o una referencia a la cultura pop en la pluma, o lengua en este caso, ya que la historia está narrada en primera persona.
Además, Liv tiene una relación muy lograda y muy chula con su hermana menor, Mia, al igual que con su madre y Lottie, la niñera alemana que prácticamente les ha criado. Por eso, aunque la primera parte de la novela se dedica sobre todo a explorar la situación personal de Liv y su familia es una lectura muy disfrutable, pues las conversaciones entre esta peculiar familia y las situaciones en las que se ven envueltos son muy graciosas.
Los cuatro chicos que se cruzan en la vida de Liv no están tan perfilados como su familia, siendo ese el único fallo que le encuentro a la novela. De momento, en esta primera entrega, dos de ellos sí que son más desarrollados por la autora, pero los otros dos prácticamente están de comparsa: uno de ellos (Jasper) únicamente es el ligón atolondrado que suelta tonterías de vez en cuando y el otro (Arthur) es un misterio que habla de forma pedante, que tengo mis teorías sobre él, pero hasta no leer más, prefiero guardármelas ;P
En la categoría de algo más desarrollados, entran Grayson y Henry. Grayson es el hermanastro de Liv, un chico responsable que intenta cuidar de nuestra protagonista y protegerla, lo que hace que Liv se tire de cabeza a los misterios. Henry, por su parte, es un chico que guarda secretos, que parece saber más de lo que dice, pero que también es encantador, divertido, ingenioso y romántico porque, sí, Henry es el chico de la función.
La verdad es que a mí Henry me gustó mucho, pese a que es un personaje un tanto misterioso y, claro, dada la trama onírica, a veces se puede desconfiar de él. Sin embargo, a mí me gustó mucho su interactuación con Liv: sus diálogos son chispeantes, tienen escenas muy bonitas y él está a la altura de ella. En mi opinión, el romance es un poco precipitado y la autora debería haber alargado el tonteo, pero, bueno, es bastante mono y no es lo principal ni mucho menos (de hecho, es que la novela se centra sobre todo en Liv) y se disfruta mucho.
En este primer libro, la parte cotidiana gana a la onírica, pero a medida que la historia avanza es la segunda la que cobra mayor importancia. Me resultó muy interesante el concepto que plantea: lo del mundo onírico en el que, a través de puertas, se puede entrar a los sueños de los demás, lo que confiere poder al observador. Además, los sueños están muy conseguidos; Kerstin Gier logra que den mal rollo y evoca imágenes muy potentes con descripciones que no pecan de largas y que son tan efectivas como especiales, ya que poseen unos detalles muy chulos.
No voy a entrar en detalles con esa parte de la historia, ya que creo que lo mejor es ir leyendo y ver qué depara la historia. Sólo diré que me gustó mucho y que, aunque de nuevo peca de introductoria, creo que puede dar mucho juego de cara a las siguientes novelas.
Otra cosa del libro que a mí me gustó fue que, de vez en cuando, había entradas de un blog de cotilleos al más puro estilo Gossip Girl. En algunas reseñas que he leído, se escandalizaban porque la autora empleara ese recurso (ni que Gossip Girl tuviera el monopolio de los chismes de instituto), pero a mí me ha parecido que estaba bien empleado, pues con un par de párrafos, te situaba en el instituto y establecía relaciones que eran importantes para la trama y que tanto Liv como el lector desconocían.
Para terminar la reseña, lo único que me queda decir es darle un pequeño tirón de orejas a la editorial que la ha editado en España (el sello B de Blok de Ediciones B): la edición es una preciosidad, pero la traducción, a veces, era... vamos a decir rara. Algunas expresiones no tenían ni pie ni cabeza, como si lo hubiera traducido Google en vez de un traductor.
Silber, el primer libro de los sueños es una novela introductoria, pero es tan divertida y tiene una protagonista tan genial que no sólo se lee en un verbo, sino que es de lo más disfrutable. Estoy deseando leer su siguiente entrega.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La caverna de las ideas de José Carlos Somoza.
Y si en su anterior saga, Kerstin Gier se centraba en viajes en el tiempo, en esta ocasión vuelve a elegir algo bastante original: los sueños.
Liv Silber y su hermana Mia llevan toda la vida viajando de un lado a otro debido a los trabajos de sus padres, que, además, están divorciados. Cuando su madre decide establecerse en Londres, ambas creen que por fin podrán cumplir su sueño de quedarse en una bonita casa de campo. Sin embargo, cuando llegan a Londres tras haber pasado el verano con su padre, las hermanas Silber descubren que los planes de su madre son muy distintos: se ha enamorado de un hombre que tiene dos hijos. Por eso, las hermanas Silber acaban matriculadas en el colegio, un tanto elitista, al que acuden éstos y, encima, tienen que ver cómo encaja su estrambótica familia (formada por su madre, una niñera alemana y un perro) con la familia del novio de su madre.
Por si eso no fuera poco, en su nueva escuela Liv conoce a cuatro chicos guapísimos (entre los que se incluye su nuevo hermanastro) con los que acaba soñando. No sólo el sueño es rarísimo, pues incluye un ritual demoníaco, sino que, poco a poco, Liv descubre que los sueños tienen repercusiones en la vida real: las conversaciones que mantiene en sueños con dichos chicos, éstos las recuerdan y, encima, dos de ellos quieren proponerle algo, aunque tanto su hermanastro, Grayson, como el cuarto, Henry, no parecen muy contentos con la idea.
Creo que el único problema que tiene Silber es que la anterior novela de la autora, Rubí, es redonda, casi perfecta. Rubí puso el listón muy alto y Silber se ha podido ver afectada por eso, ya que era difícil no comparar porque había muchas ganas de leer algo nuevo de Kerstin Gier.
Y es que Silber peca de ser introductoria. Es verdad, es una novela donde se explora tanto la situación personal de Liv, como se introduce el mundo onírico, su funcionamiento y se plantan las semillas para las siguientes entregas.
Sin embargo, me ha encantado. De verdad, la he disfrutado mucho.
Porque Silber es divertidísima. Lo que me reí leyendo esta novela no está escrito, sobre todo por esa grandísima protagonista que, de nuevo, nos ha regalado Kerstin Gier. Liv es una chica que le encantan los misterios, que es responsable, pero también divertida y valiente y tiene unas ocurrencias geniales. Además, es lista, no confía en nadie a la primera (¡bien por no ser una pava cándida!) y es una narradora muy divertida, que siempre tiene una interpretación genial de la situación o una referencia a la cultura pop en la pluma, o lengua en este caso, ya que la historia está narrada en primera persona.
Además, Liv tiene una relación muy lograda y muy chula con su hermana menor, Mia, al igual que con su madre y Lottie, la niñera alemana que prácticamente les ha criado. Por eso, aunque la primera parte de la novela se dedica sobre todo a explorar la situación personal de Liv y su familia es una lectura muy disfrutable, pues las conversaciones entre esta peculiar familia y las situaciones en las que se ven envueltos son muy graciosas.
Los cuatro chicos que se cruzan en la vida de Liv no están tan perfilados como su familia, siendo ese el único fallo que le encuentro a la novela. De momento, en esta primera entrega, dos de ellos sí que son más desarrollados por la autora, pero los otros dos prácticamente están de comparsa: uno de ellos (Jasper) únicamente es el ligón atolondrado que suelta tonterías de vez en cuando y el otro (Arthur) es un misterio que habla de forma pedante, que tengo mis teorías sobre él, pero hasta no leer más, prefiero guardármelas ;P
En la categoría de algo más desarrollados, entran Grayson y Henry. Grayson es el hermanastro de Liv, un chico responsable que intenta cuidar de nuestra protagonista y protegerla, lo que hace que Liv se tire de cabeza a los misterios. Henry, por su parte, es un chico que guarda secretos, que parece saber más de lo que dice, pero que también es encantador, divertido, ingenioso y romántico porque, sí, Henry es el chico de la función.
La verdad es que a mí Henry me gustó mucho, pese a que es un personaje un tanto misterioso y, claro, dada la trama onírica, a veces se puede desconfiar de él. Sin embargo, a mí me gustó mucho su interactuación con Liv: sus diálogos son chispeantes, tienen escenas muy bonitas y él está a la altura de ella. En mi opinión, el romance es un poco precipitado y la autora debería haber alargado el tonteo, pero, bueno, es bastante mono y no es lo principal ni mucho menos (de hecho, es que la novela se centra sobre todo en Liv) y se disfruta mucho.
En este primer libro, la parte cotidiana gana a la onírica, pero a medida que la historia avanza es la segunda la que cobra mayor importancia. Me resultó muy interesante el concepto que plantea: lo del mundo onírico en el que, a través de puertas, se puede entrar a los sueños de los demás, lo que confiere poder al observador. Además, los sueños están muy conseguidos; Kerstin Gier logra que den mal rollo y evoca imágenes muy potentes con descripciones que no pecan de largas y que son tan efectivas como especiales, ya que poseen unos detalles muy chulos.
No voy a entrar en detalles con esa parte de la historia, ya que creo que lo mejor es ir leyendo y ver qué depara la historia. Sólo diré que me gustó mucho y que, aunque de nuevo peca de introductoria, creo que puede dar mucho juego de cara a las siguientes novelas.
Otra cosa del libro que a mí me gustó fue que, de vez en cuando, había entradas de un blog de cotilleos al más puro estilo Gossip Girl. En algunas reseñas que he leído, se escandalizaban porque la autora empleara ese recurso (ni que Gossip Girl tuviera el monopolio de los chismes de instituto), pero a mí me ha parecido que estaba bien empleado, pues con un par de párrafos, te situaba en el instituto y establecía relaciones que eran importantes para la trama y que tanto Liv como el lector desconocían.
Para terminar la reseña, lo único que me queda decir es darle un pequeño tirón de orejas a la editorial que la ha editado en España (el sello B de Blok de Ediciones B): la edición es una preciosidad, pero la traducción, a veces, era... vamos a decir rara. Algunas expresiones no tenían ni pie ni cabeza, como si lo hubiera traducido Google en vez de un traductor.
Silber, el primer libro de los sueños es una novela introductoria, pero es tan divertida y tiene una protagonista tan genial que no sólo se lee en un verbo, sino que es de lo más disfrutable. Estoy deseando leer su siguiente entrega.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La caverna de las ideas de José Carlos Somoza.
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