Ayer se estrenó Memorias de un zombie adolescente (súper traducción de Warm bodies, la han clavado, pero clavado, ¿eh?) y nosotras fuimos a verla y yo, la verdad, no me esperaba demasiado. En su día, cuando se anunció y se publicó la novela, pasé bastante porque el tema zombies no me atrae en exceso. Sin embargo, he de decir que me ha gustado muchísimo y la he disfrutado de lo lindo.
En Memorias de un zombie adolescente nos encontramos con R (Nicholas Hoult), un zombie que dedica a pasar su tiempo en un aeropuerto junto al resto de su especie y los huesudos, que son los zombies que han perdido todo rastro de carne y humanidad y se dedican a comer cualquier cosa. Un día, R sale en busca de comida junto a varios zombies y se topa con un grupo de humanos, que han abandonado la fortaleza donde viven a salvo para buscar medicinas. Entre esos humanos se encuentra Julie (Teresa Palmer), la que le choca desde un primer momento... pero, sobre todo, cuando se zampa a su novio y empieza a experimentar los recuerdos de éste y sentimientos por la chica, lo que inicia en él un proceso de humanización.
Evidentemente, Memorias de un zombie adolescente no es una película de zombies al uso, no es un The walking dead ni nada así. Quiero dejar claro que no es un Crepúsculo con zombies, ni de lejos, aquí no son ni intensos, ni moñas, ni pavisosos.
Sí, el amor es importante, porque son los sentimientos que empieza a experimentar R por Julie lo que motiva la trama, pero tampoco es una pastelada. Tienen alguna escena de lo más romántica, como la de la piscina, aunque resultan muy bonitas y nada cursis y, además, tampoco se recrean en el romanticismo. Porque, básicamente, Memorias de un zombie adolescente es una comedia, una comedia divertidísima.
R es un zombie y, por tanto, no es muy hablador, aunque es él quien nos narra la película pues oímos sus pensamientos a lo largo del metraje. Y tiene unos puntos buenísimos. Desde golpes de humor muy negro hasta otros muy burros, pasando por alguno simpático que otro. También hay escenas descacharrantes tanto protagonizadas por él como por Julie y los respectivos mejores amigos de ambos, mezcladas con escenas de acción que, al fin y al cabo, Julie es humana y tiene que salvarse de los huesudos que se la quieren comer.
La verdad sea dicha, de la hora y media que dura, no me ha parecido que haya sobrado ninguna escena, pues siempre sucedía algo y tiene tal ritmo que se me ha hecho corta. Vamos, que no me he dado cuenta de que había pasado una hora y media y ni siquiera he mirado el reloj de una sola vez.
Y, además de entretenida, que lo es, y de divertida, tiene dos puntos a su favor que yo, personalmente, aprecio mucho.
Por un lado, me han encantado los personajes. Normalmente, en este tipo de historias de corte juvenil no suelo ser muy fan de la protagonista, porque suele ser una pavisosa indecisa que no sirve más que para ser "La chica", pero no es el caso de Julie. Julie mola, mola mucho. Tiene carácter, sabe defenderse, reacciona con cierta naturalidad y, no sé, es guay, me ha gustado mucho. R también me ha encantado, algo que me ha sorprendido porque, bueno, es un zombie y yo no iba muy convencida de esa parte, pero el tío era adorable y gracioso. Eso sí, yo ante quien me arrodillo las veces que haga falta es ante Nora, la mejor amiga de Julie, que es la puta ama. Así, sin más, es genial.
Por otro lado, y relacionado con lo que acabo de comentar, sería el casting. Es muy difícil apreciar a un personaje si lo tiene que defender alguien con el carisma de una escoba, a lo Kristen Stewart o Brandon Routh. Sin embargo, en Memorias de un zombie adolescente los actores han sido elegidos con mucho acierto.
Teresa Palmer, que ya había demostrado que podía ser una badass en Soy el número cuatro, me ha sorprendido con vis cómica. Además, es que la muchacha me cae en gracia. John Malkovich interpreta a su padre, que no tiene mucho papel, pero este hombre es muy bueno (aunque me sorprende que salga en esta peli, por cierto). Los dos secundarios, Analeigh Tipton y Dave Corddry, como Nora y M, los mejores amigos de los protas, también han estado estupendos.
Eso sí, Dave Franco no puede ser más artificial y menos sentido porque es imposible. Además, no ayudaba que su personaje se llamara Perry. ¿Qué queréis que os diga? Soy muy tonta, pero cada vez que pronunciaban su nombre en pantalla, automáticamente después yo canturreaba "el ornitorrinco". True story.
Y me he dejado para el final a Nicholas Hoult porque es el que más se luce de todo el reparto, ya que tiene el personaje que más se lo permite. De hecho, su trabajo en esta película es magnífico. Porque R va cambiando a lo largo del metraje, se va volviendo más humano y, sí, el quitarle maquillaje ayuda, pero Nicholas va modificando su postura y sus gestos, humanizándose, poco a poco, con naturalidad, lo que me parece una actuación de la leche. Además, es que está graciosísimo y adorable al mismo tiempo, lo que necesitaba el tono de la película, más gracioso que otra cosa.
Finalmente, otro de los aspectos más acertados y que más he disfrutado ha sido la banda sonora. Perfecta. La elección perfecta de canciones, consiguiendo que se enfatizara la emoción, al mismo tiempo que, en muchas ocasiones, soltaras una carcajada. De hecho, las momentos musicales mientras R y Julie se van conociendo son de lo más simpáticos y disfrutables de la cinta. Y, además, Pretty woman. Si habéis visto la peli, me comprenderéis, si no... Pues vedla, no os vais a arrepentir ;)
9'5/10
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