lunes, 26 de agosto de 2013

Una tienda en París

Hace unas semanas, así, sin ni siquiera hablarlo, mi hermana y yo parecimos ponernos de acuerdo: ella leyó un libro que yo le recomendé y yo una que ella me recomendó a mí. Curiosamente, ambos tenían hasta un título parecido, pues, mientras que yo le insistí en que leyera Un beso en París de Stephanie Perkins, ella me prestó Una tienda en París de Màxim Huerta.

La verdad sea dicha, iba un poco con pies de plomo con la novela. Básicamente porque nunca había leído nada de Màxim Huerta y, bueno, tampoco suelo confiar en gente famosa que publica libros. Sin embargo, Una tienda en París me sorprendió para bien.

En Una tienda en París conocemos a Teresa, una mujer que, desde que se quedó huérfana siendo niña, ha vivido bajo el yugo de su tía y también del de un amor de juventud perdido. Un día, como por casualidad, encuentra un bonito cartel francés en una tienda de antigüedades: "Aux tissus des Vosges. Alice Humbert. Nouveautés". Teresa decide comprar el cartel y ese hecho le cambia la vida, tanto su propia forma de verla como de encararla, mientras se ve atraída hacia el misterio que es Alice Humbert.

Como ya he dicho, no me fío de personajes famosos que se meten a novelistas. Muchas veces un nombre vende más que el libro en sí. No obstante, mi hermana me había insistido en que le había gustado mucho, así que no sabía bien qué me iba a encontrar. Y la novela me sorprendió. Me sorprendió mucho.

En primer lugar me sorprendió la pluma de Màxim Huerta. Escrita en primera persona y combinando los puntos de vista de Teresa (ambientado en la actualidad) con los de Alice (en la Francia de los felices años veinte) cada una tiene su estilo diferenciado, pero bonito y solvente. Generalmente, cuando un autor hace gala de un estilo bonito, suele recrearse en las palabras, como diciendo "eh, mirad, qué arte tengo con las palabras" sin que llegue a pasar nada –véase, El tiempo entre costuras–, pero en este caso no es así. Cierto es que la historia es pausada, Huerta la va desgranando poco a poco, pero, con su pluma, va ahondando en dos mujeres muy distintas, en su forma de ser y en por qué son como son o por qué actúan como lo hacen.

También me sorprendió el retrato que hace de ambas mujeres, siendo realista, humano y muy cercano. Personalmente, disfruté mucho más con la parte de Alice, que me pareció mucho más original y entretenida, sobre todo porque Alice es un personaje más complejo e interesante. Además, me gustan mucho los años veinte y el ambiente que recrea Huerta en los capítulos de Alice está muy conseguido.

De hecho, he ahí el motivo por el que no he encontrado Una tienda en París una novela redonda: no está lo suficientemente aprovechada. No sólo el personaje de Alice, que disfruta considerablemente de menos páginas que Teresa, sino la historia en sí. Cuando la leí, me dio la sensación que se pasaba en puntillas sobre la historia, sobre los personajes y que podría haber dado más de sí.

Pero, salvo eso, la disfruté mucho, sobre todo una vez leí los primeros capítulos –tarda un poco en arrancar– y la historia avanzó. Entonces prácticamente me la leí de un tirón, deseando saber qué le deparaba la historia a las dos protagonistas.

En resumen, Una tienda en París es una buena novela que, aunque a lo mejor no aprovecha la historia tanto como debería, se deja leer con facilidad y se disfruta. Además, gracias a una pluma envidiable y un gran personaje, nos sumergimos en el París de los felices años veinte, retratado con un ambiente mágico, que me gustó mucho.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Trono de cristal de Sarah J. Maas.

5 comentarios:

  1. "Me sorprendió la pluma de Màxim Huerta", ¿literal o metafóricamente? xD

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    1. xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD.

      MUERO.

      Ni se me había ocurrido pensar en eso, xDDDDDDDDDDDDDDD.

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  2. me llamo mucho la atencion, no lo he visto pero es para buscarlo. gracias por la reseña. saludos

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  3. Yo lo leí hace un par de meses y como te ha pasado s ti me sorprendió gratamente la novela. Eso sí, yo eché en falta qur hubiera desarrollado algo más el final porque ese cierre me pareció algo prematuro. A mi gusto se dejó algunas cosas en el tintero.

    Pero sí, verdaderamente me gustó mucho el libro :)

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    1. Sí, es que es eso, el final es como que, de repente, le da por acabar la novela y te quedas con ganas de que desarrolle más todo.

      Pero se disfruta mucho, la verdad ^^

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