lunes, 24 de junio de 2013

The host

Hace unos meses vi la película The host y hace poco me dejaron la novela y, la verdad, me la leí con bastante rapidez. He de dejar claro que, particularmente, disfruté bastante de la famosa saga de Crepúsculo, con la que Stephenie Meyer saltó a la fama. ¿Que no son obras ejemplares de la literatura y Stephenie Meyer no es una gran autora? Vale, sí, cierto, pero son novelas muy entretenidas y están bien escritas. Así pues, no es de extrañar que The host me haya gustado.

The host nos cuenta la historia de Wanderer, un alma o, lo que es lo mismo, un extraterrestre que necesita un cuerpo anfitrión en el que vivir. Wanderer es introducida dentro de Melanie, que forma parte de la resistencia y que, en lugar de desaparecer como suele ocurrir, se aferra a ella y al recuerdo de las dos personas más importantes de su vida: a su hermano y su novio. Así, Wanderer acabará sintiendo cosas por ellos y decidirá emprender un viaje para poder reunirse con ellos, lo que la lleva a acabar en una pequeña comunidad de humanos que vive oculta.

El argumento de The host me parece de lo más original: tanto por la situación de las almas y el debate que plantea, como por el curioso embrollo romántico. Al fin y al cabo son dos parejas, sin idas y venidas, en tres cuerpos. De hecho, me sorprendió mucho que no fuera tan pasteloso como había imaginado. Sí, hay escenas de amor más o menos cursis, pero también hay muchos pasajes reflexivos y debates entre los personajes que resultan de lo más interesante: la visión de la humanidad desde el punto de vista de Wanda, la defensa de ésta que hacen los humanos, la visión de las almas desde ambos puntos de vista, los roles en una comunidad...

A decir verdad, The host más que una novela de acción o incluso una romántica al uso es más el viaje de Wanda y Melanie, de cómo se van aclimatando a lo que les toca, como se van haciendo amigas, como hacen frente a una comunidad que no se fían de ellas y a personas que quieren y que las tratan tan mal. Por eso, aunque es un libro lento y hay bastante paja, tampoco es que llegue a aburrir o a sobrar, ya que sirve para ahondar en Wanda, en la situación y en como todos van cambiando.

Eso sí, no todo es necesario y Stephenie Meyer se mete en cada jardín de vez en cuando: puede saltar perfectamente del caos emocional en el que está sumida Wanda a un capítulo entero de cómo busca un baño u otro en el que se juega al fútbol o en otro que habla sobre comida, entrando muy, muy en detalles. Vale que la historia trata de la adaptación de Wanda y de los demás a ella, pero tampoco hay que ser tan específicos, que hasta contaba cuando se cortaba las uñas y por qué.

La historia está contada en primera persona, siendo Wanderer la narradora, salvo aquellos fragmentos que corresponden a los recuerdos de Melanie, que entonces es ella, aunque son los menos. Al igual que ocurre en la saga de Crepúsculo, la narrativa de Stephenie Meyer se deja leer muy bien, sabe expresarse y elegir con mucho acierto las palabras que emplea.

Wanderer, además, es un personaje muy interesante, ya que es un alma y ofrece de primera mano información sobre la vida de las almas, sus sociedad, cómo ven a los humanos, etc. Wanderer, gracias al bombardeo de recuerdos de Melanie, acaba sintiéndose extraña como alma y desarrollando sentimientos demasiado intensos y es un aspecto muy curioso, ya que ella misma acaba queriendo a Jamie y Jared, el hermano y novio de Melanie, lo que acaba sumiéndola en un jaleo sentimental tremendo, sobre todo cuando se encuentra con la animadversión de Jared, el cariño de Jamie y la complicidad de Ian. Con todo ese lío, aunque divaga sobre sus sentimientos, intenta aclararse y tal, tampoco resulta demasiado cursi, lo que es de agradecer.

El resto de personajes está en un segundo plano, aunque acabé apreciando a casi todos: Melanie tan luchadora, que no dudada en querer sacudir a algunos, lo que tiende a escandalizar a Wanderer; Jamie es un crío muy mono; el tío Jeb es un personaje muy curioso, el típico hombre mayor suspicaz que ayuda a la protagonista y ve más allá; y, finalmente, los dos galanes:

Por un lado, Jared, que se supone que es el súper protagonista, el que protagoniza las escenas melosas, pero que me resulto muy cansino y pesado y demasiado violento. Que sí, que Wanderer está dentro del cuerpo de su novia, que no es una situación bonita, pero qué pesado, macho. Por otro lado, Ian, cuya evolución me gustó mucho: cómo empieza a notar que se ha equivocado, cómo comienza a acercarse a Wanda...

En conclusión, The host no es el mejor libro, tiene sus defectos, entre ellos que le sobran páginas, pero se deja leer y entretiene. Una lectura ligera, que parte de una premisa original y que sirve perfectamente para pasar un buen rato.

El próximo lunes literario estará dedicado a... El hijo de Neptuno de Rick Riordan.

2 comentarios:

  1. Coincido con todo. Es un libro correcto, ni gran cosa ni algo que no se pueda leer.

    El tema Cheetos ¿qué te pareció?

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    1. Como me había leído antes tu post que el libro, cada vez que sacaban los Cheetos a colación me acordaba de ti, xDD. Muy fuerte que hasta describa con deleite el sabor, xDD.

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