Pues la actividad vuelve al blog. Sí, por fin. He estado muy ocupada y, para qué mentir, muy poco inspirada, así que me he tomado unas pequeñas vacaciones de escribir por aquí (aunque en tuiter he seguido dando por saco). Sin embargo, ya estoy de vacaciones como quien dice y la normalidad vuelve al blog y como es lunes lo hace con una reseña: en este caso, la segunda entrega de Mundodisco, La luz fantástica, pues poco a poco quiero ir leyendo todas las novelas de Terry Pratchett... Y, sí, ya sé que es imperdonable que no lo hubiera leído hasta ahora.
La segunda novela del Mundodisco (al menos la segunda en ser publicada, porque tengo entendido que no hay un orden específico para leerlas) es La luz fantástica, que vendría a ser la continuación de El color de la magia, pues en ella nos reencontramos con Rincewind y Dosflores exactamente donde los dejamos al final de la primera entrega: cayendo por el borde del mundo... y salvándose milagrosamente sin que Rincewind entienda muy bien cómo o por qué ha pasado.
Así, los dos acaban yendo de un lugar de lo más peculiar a otro, viviendo aventuras, desventuras y estando a punto de morir, mientras se cruzan con dos compañeros de viaje de lo más insospechados: por un lado, Cohen el bárbaro, un antiguo héroe al que le pueden los achaques de la edad y la falta de dientes le hace cecear; por otro, Betham, una joven virgen que iba a ser sacrificada y a la que salvan, aunque ella no quiera ser salvada.
Y, mientras tanto, la gran tortuga A’Tuin se va acercando inexorablemente a una estrella roja con la que va a colisionar. La muerte dictamina que la única forma de impedir una desgracia es reuniendo los ocho hechizos, pero, claro, los magos sólo tienen siete, ¿y dónde está el octavo? En la cabeza de Rincewind, torturándolo desde que leyó el Octavo cuando no era más que un estudiante. Así, el gremio de los magos viaja en su búsqueda, mientras conspiran entre ellos y se tienen que enfrentar al miedo de la gente, que acaba desembocando en una secta que cree que la desgracia se aproxima gracias a la existencia de los magos y de su forma de hacer magia.
Como veis en esta segunda entrega la trama se complica bastante y, de hecho, en lugar de cuatro historias cortas como en El color de la magia, tenemos una aventura completa que está llena de situaciones de todo tipo, aunque todas ellas descacharrantes. Con La luz fantástica me he reído más que con su antecesora y tenía pasajes en los que tenía que dejar de leer o apuntarlos porque no tienen desperdicio.
Además, ha sido un placer reencontrarme con Rincewind, Dosflores y, sobre todo, El equipaje, del cual sigo siendo muy fan. También repite La muerte, que es un personaje genial y del que, encima, se puede conocer más cosas de su vida. Por otro lado, las nuevas incorporaciones funcionan muy bien y resultan muy útiles a la hora de conocer nuevos aspectos del Mundodisco, como todo el gremio de los magos o las curiosas zonas que Rincewind y cia van visitando a lo largo de la novela.
No me voy a extender mucho más porque, sinceramente, creo que entrar más en faena e ir reventando lo que va ocurriendo le quitaría mucho encanto a la lectura. Es muy divertido, y de paso intrigante, saber cómo van a salir de un lío y, sobre todo, cuál va a ser el siguiente en el que se van a meter de cabeza.
Así que lo dejaré en que La luz fantástica mejora considerablemente en comparación con su primera parte, El color de la magia, y que es aún más divertida y entretenida que ésta. Una vez comienzas a leer esta novela, va a ser difícil parar, pero lo vas a disfrutar de lo lindo. Además, tiene un final cerrado, lo que es otro punto a su favor. De verdad, muy, muy recomendables están resultando las novelas de Mundodisco.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Escrito con la sangre de mi corazón de Diana Gabaldon.
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