Efectivamente, este post es una oda a la maravillosa Twisted, que me tiene encandiladita perdida.
Había una vez tres niños que eran muy amigos. Se llamaban Lacey, Jo y Danny y estaban muy unidos y eran felices. Pero, entonces, cuando tenían once años, Danny estranguló a su tía con una comba o, al menos, eso se supone porque sólo se ve a Danny reuniéndose con sus amigas diciendo que tuvo que hacerlo. Cinco años después, Danny sale del correccional y se ve obligado a volver a su ciudad natal, a su casa, por lo que intenta recuperar la relación con sus dos amigas, que en la actualidad se llevan a matar.
Por si no fuera poco, el mismo día en que Danny regresa a la ciudad, una joven es asesinada, una joven que, para más INRI, poseía el collar de la difunta tía de Danny. Encima, el padre de Jo, que es el sheriff, se empeña en inculpar a Danny del asesinato.
Así, da inicio una historia que, aunque tiene sus tópicos de serie teen que se precie (los populares o son unas zorras o unos gañanes deportistas, por ejemplo), es bastante más original que el resto. Y es que los guionistas se empeñan en ser ambiguos con Danny, lo que provoca que todo sea un tanto complejo y que las relaciones entre ellos y también con el espectador posean trazas de desconfianza.
En realidad, poco sabemos sobre Danny: ¿mató a su tía? ¿Por qué en caso de ser así? ¿Mató a Regina? ¿Es un sociópata o no? Sí, Danny es un chico encantador, amable y de verdad parece un buen chico, pero según se han ocupado de dejar claro desde el principio los sociópatas saben fingir que son personas normales y corrientes. También se han encargado de dar pistas con doble filo: nunca ha negado matar a su tía, pero sí a Regina; Lacey durmió con él la noche del crimen, pero pudo hacerlo igualmente... Eso sí, Avan Jogia sabe mostrar inocencia y derrocha encanto, así que es fácil ponerse de su parte, aunque la razón no apoye mucho esa teoría.
Esto es bien.
Y, oye, a mí me encanta que hasta su madre sospeche de él, me parece más original que dejar claro desde el principio si es sociópata o no. Personalmente, me inclino a pensar que Danny ni es sociópata, ni ha matado a nadie, sino que cargó con el crimen de su padre. Pero eso son teorías mías.
La cuestión es que esa dualidad de Danny resulta de lo más interesante porque hace que las relaciones entre el resto sean difíciles y originales: Jo le cree con la misma vehemencia con la que su padre le considera culpable, lo que provoca tensiones entre ellos. La madre de Jo se debate entre el hecho de que Danny le hace bien a su hija, recuperar la amistad de la madre de Danny y su marido. La madre de Danny protege a su hijo, pese a desconfiar de él, cueste lo que cueste.
Vamos, que tenemos el culebrón servido y es de lo más interesante.
La única parte que flojea es Lacey. Dios, qué personaje más penoso. Mientras que todo el entramado de Danny, Jo y sus respectivos familiares y amigo (no hay que olvidarse de Rico, el nuevo amigo de Jo) funciona a las mil maravillas, Lacey parece un apegado que tiene poco o nada que ver.
Y es que, mientras es sencillísimo empatizar con Jo, el discurso de Lacey es penoso. Lacey va de digna por la vida, tacha a los demás de egoístas o victimistas, cuando es ella la única que se comporta así. Véase: uy, podría ayudar a Danny declarando que dormí con él, pero, oye, que soy la reina del insti y no voy a arriesgar mi súper fama y los demás son malos por echármelo en cara. Bah. De hecho, sus quejas con respecto a Jo no dejan de ser superficiales y estúpidas: la dejó tirada porque Jo estaba traumatizada por lo acontecido y no dejaba de darle vueltas a lo que pasó.
Esto es mal.
Eso sí, al menos le ha dado un empujoncito a la investigación y en el último episodio emitido hemos asistido a un giro, que aunque sea bastante de cajón, no deja de ser efectivo y de abrir varios frentes nuevos.
También en los últimos episodios han dejado al descubierto sus cartas y es que, aunque al principio parecía que la serie iba a versar más sobre la amistad, al final han tirado por otro tópico y apuntar maneras al triángulo amoroso. Aunque me molaba más lo primero, más que nada porque no estaba demasiado visto, tampoco tengo problemas con el putiferio fino y encima tengo un bando elegido.
Por cierto, hablando de putiferio fino y demás, para aquellos que la estéis viendo: ¿las escenas de cerámica me recordaron tanto a Ghost que me nublaron el juicio o había química rollo-bollo entre las madres? Yo ya me creo cualquier cosa. Hasta me creo a Denise Richards como madre coraje. Bueno, vale, no me creo cualquier cosa, que a Kylie Bunbury (o mi amiga Lacey, lo que prefiráis) no hay quien se la crea siendo tan inexpresiva como es. Eso sí, el resto del reparto cumple bastante bien y tienen bastante química entre sí.
Y todo esto, además, está sazonado con referencias a la cultura pop por doquier, desde Danny preguntando por las Kardashian como en su día hizo Oliver Queen en Arrow hasta decir que ver Glee era un castigo en el correccional. Por cierto, me declaro muy fan de ese comentario, xD.
Evidentemente, también me declaro fan de Twisted y os la recomiendo muy, mucho ;)
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