Hoy os traigo la reseña de un libro que me encantó y que devoré en un par de días y porque tenía cosas que hacer o lo habría acabado de una sentada. Estoy hablando de Un beso en París de Stephanie Perkins, publicado en España por Neo Plataforma.
Un beso en París nos cuenta la historia de Anna, que debe cursar el último curso de instituto en un internado para estadounidenses en París contra su voluntad. Anna no conoce el idioma, ni nada del país, echa de menos a su madre, su hermanito y su mejor amiga y detesta que su padre (un escritor de novelas románticas en las que siempre muere alguien) la obligue a pasar por eso, cuando les abandonó. Sin embargo, Anna conoce a un grupo de amigos, entre los que se encuentra Étienne St. Clair, un chico guapísimo y majísimo del que cae prendada. ¿El problema? Que Étienne tiene novia.
Vale, con el resumen que acabo de escribir, Un beso en París parece una telenovela o un dramón romanticón, pero no, en absoluto. Stephanie Perkins nos sumerge desde el principio en una novela fresca, real, bonita y romántica, ambientada estupendamente en la ciudad de París. De hecho, creo que tras leer Un beso en París, además de desear a un Étienne St. Clair, todos hemos tenido ganas de agarrar un avión e irnos a la ciudad de la luz.
Un beso en París nos ofrece una bonita historia de amor y de amistad, pero no se trata de un folletín, sino algo distinto. No se trata de una novela cursi, aunque, sí, tenga escena de lo más románticas. Sin embargo, el tono es mucho más fresco y distendido, pese a que también tenga escenas dramáticas.
Y es que los personajes que aparecen en Un beso en París son de lo más humanos y reales: tienen defectos, muchas veces se equivocan aunque sólo pretendan hacer lo mejor, sus actos traen consecuencias, tienen dudas... Personalmente, disfruté al comprobar que eran más imperfectos que perfectos, incluso el propio Étienne que, a priori, es la perfección personificada: guapo, majo, listo. Pero también tiene sus defectos y no sólo porque sea bajito, algo a lo que no le da importancia. De hecho, es encomiable el trabajo de Stephanie Perkins con Étienne: los personajes perfectos suelen ser odiosos, pero no Étienne, que resulta de lo más encantador y estás deseando que acabe con Anna; incluso a pesar de que, a veces, no se entienda su comportamiento o se equivoque, se le adora siempre.
Todo ello sin conocer sus pensamientos o su punto de vista, ya que la novela está narrada en primera persona por Anna.
En lo que respecta a Anna, he de decir que, pese a que la pobre es un desastre, me encantó. No soy muy de personajes femeninos, sobre todo en este tipo de historias que no tienen otra trama de acción, fantasía o misterio, pero Anna me ha gustado mucho. Anna es una entusiasta del cine, que de pronto se encuentra lejos de casa sin conocer a alguien y echando de menos a sus seres queridos. Anna tiene sus defectos, generalmente que a priori no se pone en la piel de los demás y se centra en sí misma, pero madura mucho a lo largo de la novela, lo que se agradece. Y, encima, me gustó mucho como narradora.
Además, Anna y Étienne como pareja molan mucho. Me gustó mucho cómo se desarrolla la historia, como se van conociendo, como se van acercando, como la tensión entre ellos es palpable y como ésta va a más a medida que transcurre la historia. Son dos buenos personajes que encajan perfectamente y que tienen unos diálogos estupendos.
Como ya os he dicho antes, Un beso en París no es empalagoso, no es un amor súper intenso en plan, no sé, eres mi luna, mi sol y mis estrellas. Pero eso no es malo, todo lo contrario, porque la historia de amor de Étienne y Anna es mágica, humana, real, preciosa. Además, resultaba muy natural, también muy creíble. Cuando leía el libro, me creía lo que me estaban contando, veía como Étienne quería a Anna, aunque ella no supiera qué narices sentía él por ella.
Otro aspecto a destacar de los protagonistas es que Stephanie Perkins los desarrolla como algo más que como pareja, ya que también los hace madurar, evolucionar y las familias de ambos cobran importancia.
Para acabar, voy a señalar otro aspecto que me gustó mucho de Un beso en París y es la crítica a ciertos aspectos de la sociedad estadounidense. No es que la ponga a parir, pero sí que aporta un punto de vista más objetivo y ajustado a la realidad que otras obras. Bueno, a decir verdad, al que pone fino es a Nicholas Sparks y con mucho arte, ya que el padre de Anna es él y ésta no duda en criticar lo malas que son sus novelas. Además, también se esforzaba en señalar la falta de costumbre que se tiene en Estados Unidos de traducir novelas extranjeras, lo que me resultó muy curioso.
Resumiendo, Un beso en París no es una novela romántica al uso, sino que es mucho más: es la historia de dos personajes imperfectas e inexpertas que van creciendo, lidiando con sus propios problemas, mientras se van conociendo en una ciudad maravillosa. Una historia bonita, que no empalagosa, también hilarante y vibrante y romántica. Vamos, que a qué estáis esperando para leerla.
El próximo lunes literario estará dedicado a... El increíble caso de Barnaby Brocket de John Boyne.
PD: Quiero leer Lola y el vecino de al lado, la segunda novela de Stephanie Perkins, YA.
Awww cómo te entiendo! Esta novela es genial de principio a fin, sin duda lo mejor es su autora, que consigue crear una historia que dentro de sus imperfecciones (chico con pareja que se fija en otra chica etc), resulta perfecta! Y además, los protagonistas resultan muy naturales, no como otras novelas así de amoríos que a mí por lo menos me terminan cansando todos sus personajes :P
ResponderEliminarYa te digo, es increíble como la autora consigue algo tan natural, tan mágico y que engancha tanto siendo una historia "normal". Estos sí que son adolescentes normales y molones, no como otras novelas de esa temática como Canciones para Paula, por ejemplo.
Eliminar