Primer martes sin ración de Faking it y ya echo de menos a los chicos del instituto Hester, así que espero que vuelvan de sus vacaciones pronto. Lo bueno es que nos han dejado atrás una segunda temporada de veinte episodios que ha dado para mucho.
Y es que esta segunda temporada ha sido grandiosa. Le han cogido el tono a la serie y ha sido mucho más divertida que antes, incluso han aprovechado algo más el curioso mundo al revés que es el instituto Hester y nos han demostrado que Amy, Lauren y Shane son los que se llevan la serie de calle sin ningún problema, dejando a Liam como un comodín y a Karma como alguien que la mayoría del tiempo es una dramas sin interés.
Pero vayamos un poco por partes.
Porque tengo que reconocerles que, aunque Liam nunca será mi personaje favorito, al menos han hecho un buen trabajo con él. No sólo se entendían sus decisiones, sino que curiosamente funciona muy bien con Amy. Los episodios en que deciden juntarlos, suele ser un buen contrapunto, sobre todo porque Amy suele enloquecer cuando tiene trama con Liam, como cuando va a verle a su casa en plena fiesta y la lía parda.
Quizás sus rollos sentimentales no interesan demasiado, pero alejado de Karma ofrece cosas más interesantes: su amiga Zita es un buen personaje (muy fan de que Donna Ladonna de The Carrie diaries vuelva a una serie) y la relación con la hermana de Shane (que es Paige de Pretty Little Liars, así que flipo mucho) sirvió para tensar las cosas con su mejor amigo. Vamos, que, sin ser nada del otro mundo, Liam gana muchísimo cuando se olvidan de ese ni contigo, ni sin ti que lleva manteniendo con Karma desde la primera temporada.
Además, han seguido desarrollando a su familia, ese mundo Booker, por lo que sabemos que es el hijo de su supuesta hermana y, desde entonces, anda buscando a su padre. En el final de temporada, Zita lo encuentra, así que a ver qué nos depara el tema.
Sólo les pido que se olviden un poco de su relación con Karma, porque de verdad es muy cansina. Bueno, la verdad es que Karma en general lo es. De acuerdo que su situación ahora mismo no sea la mejor, con sus padres arruinados, pero no es la única que tiene problemas y sí la única que va penando y llamando la atención desesperadamente.
No es que Karma actúe con maldad, sino que es tan sumamente egoísta que nunca se percata de nada de lo que pasa alrededor, ni de lo que provocan sus actos. En esta segunda mitad de temporada lo hemos visto más que nunca. Vale, su situación no era sencilla con sus desastrosos padres alquilando su casa para conseguir dinero y habiéndose enterado de lo que Amy y Liam quisieron ocultarle, pero aún así Karma resultaba insoportable. No sólo mareó hasta decir basta a Liam, usando el engaño como comodín cada vez que le venía en gana, sino que no ha tenido en cuenta los sentimientos de nadie, en especial los de Amy.
A pesar de saber que Amy tenía sentimientos por ella, que sigue confusa con respecto a su sexualidad y que gracias a ella tiene problemas con Reagan, Karma se ha estado aferrando a ella como tabla de salvación. ¿Qué no quiero ir al baile con nadie? Pues voy con Amy. ¿Qué me encuentro sola? Pues hago que Amy esté a mi lado.
De hecho, es curioso como Karma ha intentado socavar todas las relaciones de Amy con gente que no es ella: Reagan, su padre y, sobre todo, Felix. Es cierto que en los dos primeros casos tenía razón: Amy no debía fingir ser algo que no sabía si era sólo para contener a Reagan y la relación con su padre era complicada para ella (aunque al final se arregla bastante), pero no deja de ser curioso como intenta alejarla de toda relación nociva, cuando en estos momentos la más hiriente para Amy es la que mantiene con ella.
Eso sí, el boicot a la incipiente relación de Amy con Felix no tiene perdón, al igual que su comportamiento durante el tramo final: cabrearse con Amy por besar a a Felix, el trío, desfasarse a propósito, el beso en la piscina... Todo, absolutamente todo, ha sido para herir a Liam y llamar la atención de Amy, sin importarle lo que eso podría hacerle a ambos dos. Y encima no tuvo la honestidad de Shane, que nunca ocultó que quería fastidiar a su amigo porque éste se había liado con su hermana.
Por eso ha sido justicia cósmica que en verano se haya quedado sola: Liam no quiere ni verla, harto de sus juegos, y Amy ha decidido marcharse para poder aclararse y olvidarse de sus sentimientos por Karma. Aunque a ella las razones de Amy, como siempre, se la han traído al pairo y, en lugar de admitir que Amy necesita alejarse, ha preferido montarle la escena y hacerle chantaje emocional. Ay, Karma, Karma, qué irónico tu nombre y qué poquito aprendes de tus errores. Porque Karma ha terminado donde empezó la temporada: pagando el precio de sus juegos y mentiras, de sus acciones.
En serio, necesitan hacer algo urgente con Karma porque, salvo en contadas ocasiones, resulta un personaje bastante odioso.
Es curioso, de hecho, como la supuesta mejor amiga es insufrible y como la que inicialmente era la zorra de la serie ha terminado siendo uno de los apoyos de Amy. Lauren tiene mal genio, es muy brusca e irónica, pero es mucho más madura que Karma y también mejor persona. Quizás no es una persona fácil, pero ha estado al lado de Amy, llegando incluso a ocultarle a su padre la infidelidad de su esposa sólo porque Amy se lo pidió.
Ha sido muy bonito ver como a pesar de que discutan y se gruñan, Amy y Lauren se quieren y quieren permanecer juntas. Al igual que lo ha sido ver como se ayudan la una a la otra cuando la ocasión lo requiere: Lauren nunca ha juzgado ni presionado a Amy y ésta no dudó en ayudarla en su loca venganza contra Theo, escenón impagable de Lauren creyéndose -A, por cierto.
También es curioso el hecho de que Lauren haya sido el personaje que apenas ha hecho daño a nadie con sus acciones. Sí, estando cabreada jodió a Theo, pero había sido traicionada y luego, a pesar de estar enamorada de él, renunció a su relación para no costarle el trabajo y porque el tipo de relación que tenían no era suficiente para ella. Ni siquiera cuando le daba un arrebato de los suyos, lograba hacer nada que hiriera a nadie, ni a sí misma. Hasta fue ella quien salvó al instituto Hester, así que espero que el karma le traiga algo bueno a la pobre porque, jolín, menuda racha entre la traición de Theo, luego tener que dejarle y al final descubrir que Tommy no quería acostarse con ella por ser intersexual.
Desde aquí exijo que le pase algo bueno a Lauren porque lo merece, leñe.
Al igual que Amy lo merece, que ha sido otra que en esta segunda mitad ha ido de un problema a otro: tras el cabreo de Karma, llegaron los problemas con Reagan que no quería estar con nadie que tuviera dudas sobre quién era, luego los problemas familiares y al final la vuelta de sus sentimientos por Karma, con el dolor que implicaba.
Amy en estos momentos sólo sabe que no sabe nada. No tiene claro si es hetero, lesbiana o bisexual, sólo que sigue enamorada de Karma y eso es malo para ella. De hecho, aunque Karma no la ha presionado para elegir, como sí hizo Reagan, tampoco ha ayudado con sus planes y su constante presencia. ¿Cómo va a poder Amy olvidarse de Karma y ser su amiga si ésta no le da ni un mísero instante de calma?
De hecho, en el momento en que estaba empezando algo bonito, algo con lo que se sentía bien aunque no supiera exactamente qué era, va Karma y se lo boicotea. Me refiero, claro está, a Felix, que espero que vuelva porque, de lejos, ha sido el pretendiente que más me ha gustado para Amy. Reagan me caía bien, pero, no sé, Amy y Felix tenían una química estupenda y el chico era un amor. Además, no es el típico chico, ni es perfecto (es alcohólico, de ahí la estrecha vigilancia de su padre), lo que es marca de la casa.
Encima, ha encajado muy bien en la serie, en ese grupo de amigos... o amienemigos en el caso de Shane con Lauren o enemigo en el de Shane con Karma, es que Shane es inteligente, de ahí que no la soporte. Bueno, la cuestión es que Felix mola mucho él como personaje al igual que como pretendiente de Amy: el arco del baile de fin de curso con ella fue muy bonito y el muchacho ha tenido escenas hilarantes como cuando entretiene a su padre en ese episodio tan homenaje al Club de los cinco.
Es decir, que espero que Felix repita en la tercera temporada (al igual que Zita, por cierto) y que le den más cancha a su relación con Amy porque, sí, les shippeo del todo.
¿Y quién se iba a imaginar que a estas alturas iba a querer a un chico para Amy cuando todos dábamos por hecho que era lesbiana? Estupendo giro de los guionistas, que hablan del sexo sin tapujos y que saben perfectamente cuáles son los dilemas de sus personajes y que intentan alejarse de etiquetas como bien han demostrado con Amy, que sigue intentando aclararse. ¡Y sin resultar repetitivo, increíble!
Vamos, que no puedo ser más fan de Faking it, que sigue siendo una de las mejores series juveniles y más originales. Ay, qué larga se va a hacer la espera hasta que los chicos del Hester vuelvan.
Y, ah, sí, e insisto como Matías Prats: ¡traed a Felix de vuelta en la tercera, por fa, por fa!
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