Y es que Glee es una de esas series que se mantienen en su línea siempre. Eso es bueno y es malo, por lo menos para mí, que mantengo una extraña relación de amor-odio con ella. La sigo al día, me entretiene, a veces me da alegrías, pero muchas veces me pregunto si no habrán sustituido a los guionistas por una panda de monos oligofrénicos que teclean cosas al azar.
Por eso, ante los inminentes cambios que prometía la cuarta temporada, la temía y la esperaba ansiosa a partes iguales. Por un lado, la posibilidad de que abandonaran sus tramas habituales y dieran más cancha a otros personajes, me gustaba; por otro lado, las noticias que salían eran contradictorias y lo único que sabíamos era que la única actriz que aparecería en toda la temporada sería Lea Michele, lo que para mí es mal.
Pues bien, ya hemos visto cuatro episodios de la cuarta temporada y... todo sigue igual.
Como comprenderéis, a partir de aquí hay spoilers de todo lo que llevamos de temporada.
La principal queja que tengo de esta nueva etapa de Glee es la misma que he tenido siempre y que se ha visto acentuada desde la graduación. Glee parece dos series en una, Glee y El show de Lea Michele. Ya no digo Rachel Berry, digo Lea Michele porque a cada episodio que pasa, ya no sólo le dan el cincuenta por ciento del mismo, sino que vuelven a Rachel como la actriz que la interpreta. Sólo hay que ver el cambio de vestuario y los intentos de números sensuales como el funesto Ops, I didn't again. Por favor, no le deis nada más allá de los baladones que no, que no puede. Además, puede que sea cosa mía porque no es que sea demasiado fan, pero siempre que intenta parecer sexy (algo que últimamente intenta muy a menudo) sólo consigue quedarse en obscena.
Y la cuestión es que estoy harta de Rachel. No me interesa, ni siquiera la he soportado nunca y, sinceramente, me parece injusto que ella se quede con la mitad de un episodio y los demás tengan que arañar minutos de la otra mitad. Quiero ver a Puck, a Santana, a Mercedes, a Quinn, a Tina... No ver como Rachel por ser Rachel vive aventuras en un Nueva York más pasteloso que el de Sexo en Nueva York, si es que a este paso voy a vomitar arcoiris al verla ligar con Brody.
Aprovechando que Sosoman está buenorro, pues os cuelo una capturilla.
Por otro lado, la parte de Lima está bastante más equilibrada. De momento, Blaine y Brittany han sido los que más protagonismo han tenido, pero también es cierto que llevamos sólo cuatro episodios y que debían mostrarnos como les afectaba a ambos el estar distanciados de sus parejas para acabar en The break-up.
Además, en Lima nos han presentado a la nueva generación, por llamarla de alguna manera, con el fichaje de Unique (que la conocíamos de la temporada anterior) y los de Marley, Jake y Kitty. Con estos tres personajes es aún más evidente que lo de innovar no está hecho para los guionistas de Glee, ya que, aunque los personajes son distintos, su historia recuerda a la de Rachel, Finn y Quinn: la pringada que se enamora del chico guay que está con la animadora. Vale, es una historia muy típica, pero manda bemoles que la repitan tras haberle dado vueltas durante dos temporadas. Eso sí, a su favor diré que Marley es adorable y que nos han dado alguna escena memorable como el dueto de Britney 2.0.
En esta nueva etapa, además, ha quedado patente que los guionistas son muy poco consecuentes. Terminamos la tercera temporada con Santana mandando a freír espárragos la universidad para mudarse a Nueva York, pero aquí estamos cuatro episodios después con Santana en una universidad cerca de Lima. Lo mismo ocurre con Finn que, tras dejar a Rachel para que fuera libre y feliz, ahora vuelve tras meses sin dar señales de vida, queriendo volver con ella y ofendiéndose porque ella tuviera tema con Brody. Vamos, no me jodas. El problema es que ya no sé si achacarle la bipolaridad a Finn o a los guionistas.
El retolno de Finn, chan, chan, chan.
(Ponedle musiquilla de peli de miedo, xD)
Ah, por cierto, me había dejado de mencionar a Brody, pero es que el pobre es tan soso y tan falto de carisma que hasta una piedra me interesa más que él. De hecho, junto a Kitty es de lo peorcito de las novedades. La animadora también tiene lo suyo, su maldad y locura es tan exagerada que no provoca risas, sino vergüenza ajena. Por cierto, comparaciones de esta con Quinn las justas, ¿eh? Que Quinn incluso en sus peores épocas nunca se pareció a esta loca psicótica.
Por lo demás, en un episodio un tanto atropellado que ha intentando jugar la baza de la emoción, han hecho que rompan todas las parejas de Glee. ¿Todas? Pues... No sé, lo de Will y Emma se quedó un tanto en el aire y tengo esperanzas de que se solucionen las cosas; vamos, muy exagerado me parecería que rompieran por una discusión, pero con Glee cualquier cosa es válida.
En cuanto al resto pues... La de Rachel y Finn sin más. No sé, nunca ha sido una pareja que me interesara y me ha parecido muy rara porque, vale, comprendo que Finn se sienta perdido y no sepa qué hacer con su vida, pero de ahí al bipolarismo que se trae con Rachel pues... Que no le veo sentido más allá de no saber nada de Finn hasta este episodio, vamos.
La de Kurt y Blaine ha sido sencillamente insultando. ¿De verdad tienen que hacer que Blaine engañe a Kurt? Ostras, no sé, ¿no les bastaba la distancia y que Kurt pasaba un poco de Blaine? Es que, vamos, con la que montó Blaine en Dance with somebody como para ahora hacerlo él también. Otro bipolar a la saca y me parece fatal que los guionistas le hagan esto a Blaine con lo que él mola. Hombre ya.
Esto no es objetivo ni nada, pero... Es que a mí Darren Criss me mira con esos ojos de cachorrito abandonado y me derrito toda, le perdono lo que sea y le abrazo. En serio. Este hombre me puede, really.
La última fue la de Santana y Brittany que ha sido la mejor hilada de todas. Me han dado mucha pena las dos, sobre todo Brittany, que llevaba desde el principio de temporada sufriendo por la ausencia de su novia. No sé, me ha parecido la más respetuosa con las dos, la más madura y la escena en la que Santana ha cantado Mine ha sido preciosa.
De momento, han dejado todo desbaratado, patas arriba, lo que provocará unos cuantos líos, más de lo mismo y que acaben volviendo las parejitas. Espero que, por el camino, usen más a los personajes olvidados (sinceramente, creo que los guionistas se acuerdan menos de Tina y Artie que los que vemos la serie y eso es mal) y que vuelvan de verdad otros como Quinn (ay, Quinn, como te echo yo de menos), Puck y Mercedes. Pero, bueno, también es cierto que Glee no me entretenía tanto desde hacía mucho tiempo, así que, oye, mientras le den más solos a Darren Criss como que me conformo. Y, sí, soy una vendida, xD.
Ya veremos como sigue y si continúa porque, tengo entendido, las audiencias están cayendo bastante.
PD: Este jueves estrenan la tercera temporada de El barco, ¡yupi! ¡Por fin! Eso quiere decir que los viernes vuelven las crónicas barqueras, que ya las echaba yo de menos.
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