lunes, 23 de diciembre de 2013

Insurgente

Hace unos meses leí Divergente y no quise leer su segunda parte, Insurgente, porque temí que me pasara como con la segunda parte de Los juegos del hambre y me dejaran con un cliffhanger de tres pares de narices. Sin embargo, entre el trailer de la peli, la noticia de la publicación de la tercera parte en España, unas cosas y otras, me picó el gusanillo y acabé leyendo Insurgente.

Tras los hechos acontecidos en Divergente, Tris, Cuatro y los otros supervivientes llegan a Cordialidad, donde refugiarse de Erudición y de los planes de Jeanine. Sin embargo, eso sólo es el primer paso del camino y Tris acaba en medio de una guerra entre facciones, intentando descubrir qué está pasando.

Insurgente empieza justo cuando acaba Divergente. No hay un periodo de tiempo para que los protagonistas asuman lo sucedido, no hay calma, ni posibilidad de detenerse a curarse las heridas... y creo que eso ha jugado un poco en su contra.

Ojo, Insurgente me ha gustado. Mucho. Prácticamente me lo leí de un tirón y me pareció que tanto la historia como el ritmo están mejor llevados que en su primera parte, ya que desde el principio hay acción y Veronica Roth te mete de lleno en la trama. Por eso, nos encontramos ante una lectura sencilla y adictiva, tienes que seguir leyendo para saber qué está sucediendo. De hecho, yo apenas podía dejar el libro, puesto que me moría por saber qué narices estaba ocurriendo: qué era lo que ocultaban los líderes de Abnegación.

Además, la trama me gustó mucho. Me pareció muy interesante el conocer cómo funcionan todas las facciones, más allá de Abnegación y Osadía que eran las únicas que conocíamos en Divergente. También me pareció que Veronica Roth aunaba perfectamente todos los géneros que maneja en la novela: el misterio, la acción pura y dura, el drama y el amor.

Porque en Insurgente la relación entre Tris y Cuatro adquiere algo más de importancia, aunque en su justa medida. Porque la relación entre ambos evoluciona, no es idílica, sino que tiene altibajos y es tan entretenida como interesante de leer.

Y ahora viene el "pero".

Como ya he dicho antes, los personajes no tienen tiempo para digerir todo lo que ha pasado, que ha sido mucho y muy duro. Así que el lector pasa por el proceso de asimilación junto a Tris, que vuelve a ejercer de narradora, lo que es lógico... pero también es desesperante. Tris ha tenido que matar a un amigo, ver como sus compañeros actuales masacraban a su facción anterior y como sus padres morían delante de ella sin que pudiera hacer nada. Por lo tanto, es normal que esté más necesitada de un psicólogo que de respirar al estar tan traumada.

De hecho, es lo más creíble. Sería de lo más ilógico e innatural que Tris hubiera salido reforzada de todo eso sin más. Vamos, que yo entiendo la decisión de Veronica Roth de presentarnos a una Tris rota, que pasa por un tormento personal antes de mejorar.

Pero creo que siendo una novela en primera persona, no era la decisión más inteligente, ya que, como ya he dicho, era desesperante leer las divagaciones de Tris y verla actuar. A Tris siempre le había podido el instinto de supervivencia, era algo que me gustaba mucho de ella, pero en Insurgente el sacrificio que realizan sus padres hacen que esté más que dispuesta a ser una mártir para honrarlos, lo que provoca que quieras darle un collejón de los buenos para que comprenda que ser una kamikaze no es la mejor de las ideas.

Sin embargo, sí que me ha gustado que se mantuviera lo suficientemente fría como para ver ciertas cosas con claridad y que no se dejara engañar... como si hace Cuatro.

Porque Cuatro también tiene lo suyo. Ahora bien, como a Cuatro únicamente lo conoces a través de Tris, de sus interactuaciones con ella, todo en él queda ligado a la relación que mantienen. Es curioso que ambos pequen de lo que le critican al otro: ambos van a lo suyo, no confían en el otro, no se cuentan cosas... De hecho, cuando Tris intenta que Cuatro vea las cosas con perspectiva, él sólo se enfada y volvemos a tener bronca.

Vamos, que ambos me desesperaron lo que no está escrito. Por suerte, el resto de personajes sí que ha tenido una evolución interesante: desde giros que te dejan anonadados, a otras situaciones que la autora resuelve muy bien.

Eso sí, todo acaba confluyendo en un final que es lo mejor de la novela, que ya es decir. Porque el final lo cambia todo, tanto en lo que a los personajes concierne (tanto Tris como Cuatro parecen salir de esa etapa de duelo tan errática) como a la historia. No voy a entrar en detalles, porque no quiero estropear nada, pero el final te deja con unas ganas loca de hacerse con la última parte que, por cierto, en España se titulará Leal.

El próximo lunes literario estará dedicado a... La marca de Atenea de Rick Riordan.

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