viernes, 24 de enero de 2014

El buen hacer de Sira Quiroga

Una vez más, he cambiado los planes que tenía (jolín, Coulson, tú y yo tenemos la negra) y es que me he dado cuenta de que en todo este tiempo no había hablado de El tiempo entre costuras, la serie de Antena 3. Un gran fallo que estoy dispuesta a enmendar. Y es que, contra todo pronóstico, la serie me ha encantado.

Sí, lo admito, no tenía ninguna esperanza en la serie, pese al gran reparto anunciado. Más que nada es porque siempre he pensado que la novela es mala de narices (de hecho la reseñé hace tiempo) y me daba más miedo que un nublado que adaptaran esa historia, que se perdía en descripciones excesivas y tramas que no iban a ningún sitio, en once episodios de una hora de duración.


Pero, oye, la serie ha sido perfecta de principio a fin.

Seguramente porque los guionistas sí sabían lo que hacían, no como María Dueñas. No solo han adaptado la novela con fidelidad, sino que la han mejorado, mostrando un cariño por los personajes excepcional. No sólo reforzaron a Sira como protagonista, ayudados sobre todo por el talento de Adriana Ugarte, pero de eso hablaremos después. A lo que iba, no sólo nos ofrecieron una Sira que daba mil vueltas a la versión novelesca, sino que ahondaron más en los secundarios y, sobre todo, les ofrecieron un final digno a muchos de ellos.

Porque en la novela no se cierra nada: Ramiro desaparece y no volvemos a saber de él, Ignacio reaparece en uno de los WTF?! más grandes que he leído nunca para decir "eh, Sira, que estoy aquí" y vuelve a desaparecer como aparece... Pero aquí no, en la serie Sira puede cerrar sus historias con ellos. Fue especialmente emotivo el cierre de Ignacio, que demostró que, pese a estar dolido, era un buen hombre y ayudó a que Paquita tuviera un final feliz.

De hecho, no sólo con ellos, pues la serie ha tratado con mimo a todos los secundarios: Candelaria, Félix, el padre de Sira, Rosalinda, Beigbeder... Todos han tenido sus momentos de gloria, sus retratos cercanos y amables que hacían que se les cogiera cariño al instante. Incluso aquellos personajes que han inventado para la serie o a los que han dado más cancha, como al comisario interpretado por Frances Garrido, han sido tratados estupendamente y nos han regalado escenas estupendas.


Todo eso, por supuesto, también ha sido resultado de un reparto excepcional. Con un Carlos Santos muy alejado de Povedilla, pero al que se le cogía tanto cariño, al igual que a Mari Carmen Sánchez con su Candelaria. Hannah New iluminaba la pantalla con su Rosalinda, a la que era imposible no querer. Y así podría seguir todo el día, porque, como ya he dicho, el reparto ha sido uno de los grandes aciertos.

Sobre todo Adriana Ugarte.

Yo ya era fan de Adriana Ugarte, ella (junto a Rodolfo Sancho) hizo que me enganchara al dramón que era La señora donde no había ni un mísero instante de felicidad. Pero aquí ha estado todavía mejor, quién lo iba a decir. Porque Adriana Ugarte es natural como ella sola, no necesita palabras para expresar lo que siente su personaje y es una de esas actrices que tiene un algo, un x, que hace que la adores desde que la ves, como, por poner el primer ejemplo que se me viene a la cabeza, Macarena García.

Y ha sido una Sira descomunal. Desde esa Sira joven e inexperta que quedaba cegada ante los encantos de un galán que, en realidad, era un parásito, hasta la espía hecha y derecha con unos arrestos que ni el caballo del Espartero. Además, ha logrado que Sira sea fuerte, pero también cercana y cariñosa, muy humana, alguien con quien era posible tanto simpatizar como empatizar a lo largo de la historia.


Incluso nos ha regalado una bonita relación con Marcus Logan, muy bien interpretado por ese galán inglés que es Peter Vives (qué diferencia verlo en Águila roja con ese capitán tan desquiciado como psicópata que ejerció de Barba azul con Margarita) y que resultaba creíble y sí estaba bien trabajada, no como en la novela.

La verdad es que ha sido una serie perfecta en todos los sentidos: las tramas, los personajes, pero también el vestuario, la fotografía, la iluminación, la banda sonora... Todo ha sido perfecto.

Si algo tengo que criticarle son dos cosas de nada: por un lado, la absurdez lingüística que suponía que dos ingleses estando reunidos ellos solos hablaran español en vez de inglés o que un nazi hablara en español con un portugués que sabe alemán, detalles que aparecían de vez en cuando.

Y, por otro, me faltó un remate de la parte de Tetuán. Me explico. Al final de la serie conocemos el final de Sira, que acaba con Marcus, con su padre y con la improvisada familia del taller. También sabemos que Rosalinda es feliz, esperando que Beigbeder se reúna con ella, pero de Tetuán no sabemos nada. No sé, yo le cogí muchísimo cariño a los personajes de Tetuán: Candelaria, Félix, el comisario... y me hubiera gustado ver, aunque fuera en un breve epílogo, de esos que se ven imágenes acompañados con música, qué era de sus vidas.

Vamos, que ha sido un placer ver la serie. Y que espero que a Adriana Ugarte le den alguna nueva porque lo vale.

4 comentarios:

  1. Cuando vi el primer capítulo me di cuenta de que era mil veces mejor que el libro. He ido siguiendo la serie aunque creo que habré visto enteros solo dos capítulos, aún así sí que sabía por donde iban las tramas al haber leído la obra hace tiempo.

    Poco se habla del puterío que se respira en la serie, que lo sepáis.

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    1. El final más o menos es parecido, más cerrado, eso sí, y juraría que cambian cosas (yo creo recordar que el padre de Sira muere en la novela). Pero, vamos, era una serie que si te perdías un trozo de episodio tampoco pasaba nada.

      La historia podría titularse perfectamente Sira y sus amores, xDD.

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  2. Yo la comencé a ver con la esperanza de que me conquistara, y lo hizo. Tras ver los primeros capítulos pensén en leerme el libro, pero hubo gente que me dijo lo mismo que expones tú, que la novela se quedaba un poco como a medias con algunas tramas, así que desistí.

    Lo que sí me gustaría saber son algunas diferencias que hay entre el libro y la serie, como que personajes se han inventado, que otros han omitido, etc.

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    1. El libro es lo mejor, tiene más descripciones que El señor de los anillos, que ya es decir, xDD.

      Pues, a ver, no es que recuerde mucho el libro, pero inventados son Paquita, la mayoría de tramas de espionaje, Ignacio no es como en la novela, no cuenta como se conocen Ignacio y Sira, creo que el padre de Sira muere en la novela, el comisario no tiene tanto papel, Ramiro desaparece sin más, Marcus no mola tanto...

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