Hoy os traigo la reseña de un libro que me llamó mucho la atención porque está ambientado en Calahorra, que es mi pueblo (bueno, en realidad es ciudad, pero yo siempre le digo pueblo). Se titula El baile de los penitentes y es la primera novela de Francisco Bescós y, la verdad, fue una muy grata sorpresa.
¿Y de qué trata El baile de los penitentes?
La Semana Santa llega a Calahorra, donde aparece asesinada una niña gitana llamada Nuria Isabel, caso que debe investigar la nueva jefa de la Guardia Civil, Lucía, apodada La Grande por su enorme tamaño. Y mientras La Grande se interna en el mundo donde un mafioso local es el rey para resolver el crimen, vamos conociendo la vida de varios otros personajes: un vendedor de droga que debe mucho dinero, un padre de familia alcohólico que también se ve acosado por las deudas, la hija pequeña de éste que quiere seducir a un médico local, éste último que colabora en las procesiones y tiene un pasado muy trágico...
La novela se desarrolla a lo largo de tres días de Semana Santa y va intercalando las historias de varios personajes, las cuales acaban confluyendo al final en un evento que sólo se da aquí, en Calahorra: los borregos. Los borregos, por cierto, es un juego que tiene lugar únicamente el Viernes Santo y al cual sólo pueden acceder los hombres. En El baile de los penitentes está muy bien reflejado tanto el juego como Calahorra, aunque tiene algún fallito que otro en cuanto a ambientación, pero se le perdona.
Y es que El baile de los penitentes mola mucho.
En la contraportada lo comparan con las películas de Tarantino y, la verdad, es que sí tiene un aire. De hecho, a lo largo de la lectura pensé que se haría una película estupenda a partir de esta novela.
En primer lugar, porque es muy dinámica. Tiene un ritmo brutal prácticamente desde el principio y, además, la intensidad va a más a medida que avanzas en la lectura. A pesar de que maneja varias historias diferentes, no pierde el ritmo y, de hecho, las enlaza de tal manera que no cuesta ni seguirlas, ni saltar de una a otra, hasta que al final todas las historias acaban convergiendo de manera magistral.
Francisco Bescós no sólo hace un trabajo estupendo al desarrollar las distintas tramas, sino que sale airoso de una cuestión tan delicada como la presentación de los mismos. Como son tantos, podría ser confuso o aburrido o que el lector acabe sin tener claro quién es quién, pero no ocurre nada de eso. Desde el principio la introducción de los personajes es de lo más efectiva y en ningún momento te confundes o tienes que hacerte un esquema como me tuve que hace yo cuando leí Una vacante imprevista de J. K. Rowling.
Porque, además, los personajes están tan perfilados y tan bien retratados que se les cala enseguida. Encima, resultan interesantes. Todos son complejos y humanos y, aunque están basados en tópicos, se desarrollan de tal manera que resultan interesantes. Por ejemplo, tenemos a una guardia civil recién llegada, que se ve metida en un lío impresionante cuando sólo quería un destino tranquilo, pero que también tiene una familia con la que se lleva a las mil maravillas. De hecho, La Grande es lo que dice su nombre, ya que es un personaje fantástico. Me encantó tanto ella, como la forma en la que se relacionaba con otros personajes.
Hablo sólo de Lucía porque fue mi favorita, pero la verdad es que ningún personaje tiene desperdicio. También el mafioso local me pareció un personaje la mar de interesante. Pero, bueno, no voy a entrar a hablar de todos, porque son unos cuantos y, como ya he dicho, ninguno tiene desperdicio.
En su lugar, diré que el final está muy, muy conseguido. No voy a entrar en hechos, que no quiero spoilear a nadie, ya que uno de sus puntos fuertes es que es impredecible, así que podéis seguir leyendo tranquilos. Y es que, a pesar de que hay un asesinato que debe ser resuelto, El baile de los penitentes no es la típica novela de detectives: lo que más interesa es el destino de los personajes, saber qué van a hacer a continuación y qué va a ocurrir en Los borregos, donde sabes que se van a reunir todos los personajes. Todo eso, mientras sus acciones logran que el interés vaya aumentando.
Todo ello acompañado de la prosa de Francisco Bescós, que me sorprendió bastante. Es efectiva, elegante y envolvente. Dosifica muy bien las descripciones con la acción. En realidad, es como que va cocinando a fuego lento la historia, sin prisa, pero sin pausa, porque en ningún momento dejan de ocurrir cosas. Además, también tiene en cuenta las relaciones entre los personajes y no las descuida en ningún momento.
Vamos, que El baile de los penitentes es una novela negra muy entretenida y muy conseguida, que además resulta bastante original al estar ambientada en Calahorra con costumbres que tan sólo se dan aquí como los borregos. No puedo dejar de recomendarla porque me la leí en un verbo y la disfruté de principio a fin.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Mil lugares donde encontrarte de Claudia Gray.
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