Ya sé que hoy es martes, en lugar de lunes, que es cuando acostumbro a subir las reseñas, pero son fiestas en mi pueblo y entre unas cosas y otras no tengo tiempo. Sin embargo, voy a aprovechar que hoy tengo tiempo para escribir la reseña de Asedio y tormenta, la segunda parte de Sombra y hueso de Leigh Bardugo, que me gustó mucho cuando lo leí. Así que, nada, comencemos:
Para huir tanto de Ravka como del Oscuro, Alina y Mal al cruzado el mar y se dejan la piel trabajando para conseguir dinero, mientras intentan pasar desapercibidos, lo que no es tan sencillo para Alina, que empieza a acusar los efectos secundarios de no usar su poder. Sin embargo, su huída no dura mucho, ya que el Oscuro la acaba encontrando y llevándosela a la fuerza en un barco para seguir con su plan. Además, tras todo lo que le sucedió en la Sombra, el Oscuro ha vuelto más poderoso que nunca y con nuevas capacidades que asustan incluso a sus más devotos servidores.
No obstante, Alina se las ingenia para escapar, ayudada por un corsario, que también la llevará de vuelta a Ravka, donde ella decide dejar de huir y empezar a luchar. Alina está decidida: hará lo que sea necesario para liberar a Ravka tanto del Oscuro como de la Sombra, aunque, quizás, eso la acaba alejando de Mal.
Como en este segundo libro, Asedio y tormenta, ya conocemos tanto Ravka como a los Grisha, Leigh Bardugo se deja de introducciones y de desarrollarlo para sumir a Alina en una ristra de aventuras prácticamente desde el principio de la novela. Eso sí, personalmente creo que la acción se condensa tanto en la primera como en la última parte, dejando el nudo con un ritmo más lento, más centrado en intrigas y en explorar a Alina y su evolución.
Con eso no quiero decir que sea aburrido, porque no lo es, pero sí que el ritmo es un poco irregular y que, quizás, la parte central se resienta un poco. Algo más de acción no habría venido mal, aunque también comprendo lo que pretende Leigh Bardugo, sobre todo porque Asedio y tormenta también trata de cómo Alina decide dejar de huir y empezar a tomar sus propias decisiones, lo que la afecta de distintas maneras.
Me ha gustado muchísimo la evolución de Alina, el como va abrazando quien es y como ella misma se da cuenta de que el poder es tentador, que puede llevarla por un camino que la aterroriza, pero que tampoco tiene más opción: ya no es solo que la supervivencia de su país dependa de ella, sino que Alina sabe que el Oscuro no la dejará en paz hasta que uno de los dos haya desaparecido.
De hecho, en esta segunda entrega la situación de Alina es más delicada y agobiante que nunca: por un lado, la extraña relación que la une al Oscuro gana importancia y es capaz de verlo hasta cuando él no está delante, incluso una parte de ella sabe que el Oscuro es el único que puede entenderla en esos momentos; por otro, no sabe en quién puede confiar, ya que teme que todo aliado que encuentra tenga sus propios planes y la acaben traicionando, así que debe lidiar con todo sola, sobre todo porque la única persona en la que confía no está a la altura en ningún momento.
Esa constante paranoia de Alina, que no se fía de nadie y que sospecha de cada acción de los que la rodean, sobretodo de Sturmhond (ese corsario que les ayuda desde el principio y que es la auténtica revelación de Asedio y tormenta) puede resultar un poco desesperante, sobre todo si, como en mi caso, ves que Sturmhond sí que le es leal, aunque también pueda ganar algo a cambio. Sin embargo, creo que es muy lógico, también inteligente, que Alina no deje de darle vueltas a las acciones de todo el mundo, además de consecuente. A fin de cuentas, ella creyó en el Oscuro y él la traicionó.
Al igual que me parece que está bien construida y justificada la unión entre Alina y el Oscuro, en parte porque son dos caras de la misma moneda, en parte porque el Oscuro sí que cree en Alina y la comprende. Y eso es algo que Mal no hace en ningún momento, convirtiéndose en una carga insoportable, en lugar de ese apoyo que debería ser.
Bueno, a mí es que Mal me ha llegado a caer incluso peor que en la primera novela y no comprendo cómo Leigh Bardugo intenta vendernos la relación, cuando Mal es perjudicial para Alina. Si es que cada vez que Alina le guardaba un secreto, a mí me resultaba de lo más comprensible, porque Mal no dejaba de dar por culo con cada decisión de Alina. Además, sus berrinches son completamente infantiles: le molesta que Alina tenga y use su poder, le molesta que decida salvar Ravka en lugar de esconderse con él, le molesta que se alíe con Sturmhond... Es que, encima, ni que Alina haya pedido que le pase todo lo que le pasa o esté siendo egoísta o algo por el estilo, que está intentando salvar el mundo.
No digo que Mal no deba tener su propia voz y sus propias ideas, ni que deba seguir a Alina como un perrito faldero, pero hay un trecho entre eso y ser el porculero que es. Además, siempre me da la sensación de que Mal intenta reprimir a Alina, cambiarla para que encaje con la vida que desea llevar, una vida tranquila y ajena a todos los problemas que le aguardan a Alina por ser quien es: la Invocadora del Sol.
No sé, la cuestión romántica es lo único que no me convence de esta saga. Alina tampoco es perfecta en su relación con Mal, pero creo que a ella se la entiende mejor, sobre todo porque es la líder de una revolución para salvar el mundo. Puede que le exija a Mal que esté en una situación que para él no es agradable, pero no me dio la sensación de que intentara cambiar su personalidad, ni reprimir su naturaleza o sus capacidades.
Pero, bueno, para compensar al coñazo de tío que es Mal, seguimos teniendo al Oscuro, que aparece menos que en Sombra y hueso, y también a Sturmhond, que es una caja de sorpresas y de réplicas ingeniosas y que me encantó.
Por lo demás, y sin entrar en el terreno de los spoilers, la última parte de Asedio y tormenta es genial y, así, el libro termina por todo lo alto, dejando la historia en un punto muy interesante, por lo que la última entrega de la trilogía promete muchísimo. Si Leigh Bardugo sigue con esa estela de ir mejorando, estoy deseando saber qué ha hecho con el final de la saga y, sobre todo, ver qué le depara a Alina.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Después del bosque de Kim Savage.
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