jueves, 4 de agosto de 2016

Recomendación épica: Las chicas Gilmore

Hace unos días Netflix empezó a promocionar los episodios especiales que ha hecho de Las chicas Gilmore y yo me muero de ganas por ver la nueva mini-temporada porque es una de mis series favoritas y la habré visto unas cuantas veces y siempre la disfruto muchísimo. De hecho, no me extrañaría que acabe sucumbiendo a un nuevo revisionado porque, en serio, Las chicas Gilmore mola mil.

Total, que me ha parecido un buen momento para recomendarla, porque ya tiene sus años y nunca está de más el contar lo genial que son Lorelai y el resto de habitantes de Stars Hollow. Así que, venga, allá vamos: ¿de qué trata Las chicas Gilmore?


Lorelai Gilmore (Lauren Graham) se quedó embarazada cuando tenía dieciséis años y, por eso, tanto sus padres como los de su novio decidieron que debían casarse. Sin embargo, Lorelai no quería eso para ella y, en cuanto nació su hija, abandonó el hogar familiar y acabó siendo acogida por la dueña de un hotel de un pequeño pueblo cercano, Stars Hollow.

Dieciséis años después, Lorelai es la directora de ese hotel y tiene una vida sencilla y asentada junto a su hija, Rory (Alexis Bledel). Las dos tienen una relación muy cercana y se las apañan muy bien solas... al menos hasta que Rory es aceptada en Chilton, una prestigiosa academia que la ayudará en su sueño de estudiar en Harvard. Como Lorelai no puede permitirse pagar la matrícula, acabará recurriendo a sus padres, que aceptan ayudarla con una condición: todos los viernes las dos cenarán con ellos para retomar la relación.

A partir de ahí, la serie trata las vidas de Lorelai, Rory y todos los particulares personajes que las rodean: desde los Gilmore, hasta una colección de vecinos a cada cual más excéntrico. Porque, como ocurre en este tipo de series, el pueblo encantador en el que viven es casi un personaje más y acabas queriendo mudarte ahí.


A lo largo de las siete temporadas que dura La chica Gilmore, los personajes secundarios van a ser tan importantes como madre e hija. Todos tienen sus personalidades, sus tramas y, sobre todo, son únicos. Desde el extraño Kirk con sus mil trabajos o el maquiavélico Taylor, hasta Luke Danes, dueño del café favorito de las Gilmore e ídolo en general, pasando por personajes tan épicos como Paris, Sookie o los señores Gilmore.

De hecho, hay pocas cosas más molonas que las reuniones del pueblo, las extrañas celebraciones o los choques entre Luke y los vecinos más esperpénticos como Taylor o Kirk. Al igual que las cenas de los viernes en casa Gilmore suelen dar momentos epiquísimos y divertidísimos.

Otra de las cosas que distingue a Las chicas Gilmore es la relación tan especial entre las protagonistas, ya que actúan más como amigas que como madre e hija y se llevan genial, pese a ser muy diferentes. Porque mientras Lorelai es todo energía y locura, Rory es calmada y estudiosa, pero se contrarrestan muy bien y es un placer verlas ir a conciertos, ponerse cerdas comiendo o viendo películas. Porque, sí, ambas son capaces de soltar más referencias culturales por minuto que nadie que conozca; sobre todo Lorelai que puede hablar rapidísimo. Y eso, evidentemente, mola mucho.


Al igual que mola mucho tanto Lorelai como el mensaje que da. Y es que Lorelai es alguien que siempre ha vivido según sus normas, que ha luchado por vivir como ella elige y no como sus padres (o nadie) le imponen. Sin embargo, eso no quita que, aunque la relación con sus padres es complicada, haya cariño entre ellos y tengan escenas muy monas, chulas y emotivas.

Además, Lorelai es una gran mujer: trabajadora, buena madre y amiga, divertida, adicta al café, de reflejos rápidos y lengua ingeniosa. No es perfecta, ni sus decisiones son siempre infalibles, pero no por eso deja de molar muchísimo.

Y es que, aunque Las chicas Gilmore es principalmente una comedia, también tiene algunas tramas que tiran al drama, porque no todo iba a ser perfectos y arcoíris y unicornios.

Al igual que también tiene tramas románticas, ya que tanto madre como hija tienen varias relaciones a lo largo de la serie, aunque la gran relación de la serie es la de Lorelai con Luke, el dueño del café. Yo los shippeo a morir incluso ahora que me he visto la serie completa unas cuantas veces, porque molan mucho juntos y me parecen súper monos, además de divertidos. Y es que Luke, aunque parezca un gruñón, es un marshmallow en el fondo y se le quiere un montón.


En lo que respecta a Rory, su situación sentimental es más... cambiante y llega a tener varias parejas a lo largo de la serie y siempre es motivo de discusión cuando te encuentras con otro fan de la serie. Personalmente yo tengo claro con cuál de los candidatos me quedo, pero no diré más para picaros y que veáis la serie, porque merece mucho la pena. Es bonita, divertida, friki y muy memorable.

Eso sí, desde aquí os aviso que vais a tener que echarle paciencia a la sexta temporada. La serie era llevada por su creadora, Amy Sherman-Palladino, y su marido y en aquel año tuvieron problemas con la cadena porque les pilló la fusión de la WB (donde se emitía originariamente la serie) y la UPN y no llegaron a un acuerdo, así que la séptima fue encargada a uno de los guionistas del equipo, David S. Rosenthal. La cuestión es que no sé si eso tuvo que ver (las malas lenguas dicen que sí), pero la sexta temporada es... difícil, ya que llevan a las Gilmore por unos caminos que no molan nada, aunque David S. Rosenthal lo encauzó todo en la temporada final y tiene un final muy a la altura.

Y como no quiero entrar en spoilers, por si todavía no habéis visto esta joya, lo voy a dejar aquí. Pensad que aún falta tiempo para que se estrene la nueva temporada (¡drama!), así que podéis pegaros el maratón en verano. ¡No os arrepentiréis!

4 comentarios:

  1. Esta serie la tengo en pendientes desde hace mucho tiempo y después de leer la reseña, creo que me la voy a ver nomás.

    ¡Un abrazo!

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    1. Yo creo que si la ves, no te arrepentirás. ¡Ya me contarás! ;)

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  2. Siempre escuché buenas críticas sobre la serie. En Netflix están todas las temporadas pero no creo que sea de mi estilo.

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    1. La serie está genial: es divertidísima, muy bonita, tiene referencias culturales a mansalva de todo tipo, personajes geniales... Pero no es ni de ciencia-ficción, ni de misterio, aunque hay putiferio e ídolos por doquier.

      Si te sirve, mi padre (fan de PLL y Orphan Black) la ha visto de cuando en cuando porque yo estaba viéndola y le molaba, pero tampoco la seguía. Yo sigo pensando que a ti te gustaría Veronica Mars, ¡es perfecta para ti!

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