Es lunes, así que os traigo una nueva reseña... Sí, lo sé, últimamente hablo de libros casi exclusivamente, pero es que agosto es un mes muy malo para la tele... y para hacer algo activo con la vida de uno, más allá de cazar Pokemons y revivir mi amor por Harry Potter al releer los libros y ver la película después. Bueno, que me enrollo, que os traigo la reseña de una las novelas que más he disfrutado en lo que va de año: El mago de papel de Charlie N. Holmberg, que es la primera parte de una trilogía. Sí, yo tampoco me sorprendo de acabar enganchada a nuevas sagas.
Ceony Twill es la mejor alumna de su clase de magia, así que espera poder elegir la rama en la que va a especializarse y, encima, tiene claro lo que quiere hacer: ser Fusionadora, trabajar hechizando el metal. Sin embargo, la dirección de la escuela la asigna como aprendiz de Plegadora, es decir, trabajar con el papel, algo que Ceony considera inútil y pasado de moda. Como, si quiere ser maga, no tiene otra que obedecer, se resigna e inicia su aprendizaje junto a un experto mago de papel, Emery Thane.
El mago Thane es peculiar, misterioso, pero también amable y un gran maestro, por lo que Ceony empieza tanto a admirarle como a descubrir que manipular el papel puede ser mucho mejor de lo que creía. No obstante, cuando Ceony está disfrutando de su nueva vida, recibe un nuevo golpe cuando una malvada Extirpadora aparece y le arranca a Thane el corazón del pecho. Dispuesta a salvar a su maestro, Ceony no duda en seguirla y acabará viviendo un curioso viaje por el corazón de su maestro.
Charlie N. Holmberg, la autora, crea un universo ambientado en la Inglaterra victoriana, donde existe la magia, pero de una forma diferente a la que tenemos acostumbrada. En ese sentido, me recordó a El Rithmatista, de Brandon Sanderson, que también inventaba una forma de magia completamente distinta y original, aunque entre ellas no tengan nada que ver. Aquí, los magos se especializan en manipular un material y sólo pueden vincularse a uno. Los dos protagonistas son magos de papel, lo que al principio puede parecer tonto (como le parece a Ceony cuando la asignan al mago Thane), pero poco a poco se va viendo el juego que tiene y, además, es una magia con mucho encanto.
Por supuesto, como en toda historia de fantasía que se precie, hay enemigos y una amenaza al mundo mágico en general. Esta primera parte, El mago de papel, sirve como presentación tanto del mundo como de la amenaza, que son los Extirpadores, magos que han caído al lado oscuro y que deciden vincularse a la sangre.
Y es que, aunque El mago de papel no está exento de aventuras, se centra más en que Ceony descubra su amor por el papel y en que explore la personalidad de Thane al ir visitando su corazón, intentando huir de la mala de la historia. De hecho, en esta primera parte básicamente se responden a todos los enigmas planteados al principio sobre Thane, al mismo tiempo que también se desarrolla a Ceony, aunque de manera diferente.
Porque Ceony y Thane son los protagonistas, el punto fuerte de la novela, ya que los dos molan mucho.
Me sorprendió mucho Ceony como protagonista. Acostumbrada a que las heroínas sean casi perfectas, nos encontramos con una chica que ha trabajado duro para ser maga y que deseaba ser Fusionadora, peor tiene que ser Plegadora lo quiera o no. Por eso, no es de extrañar que al principio de la historia se sienta frustrada y esté cabreada y que eso la lleve a no querer ser injusta con Thane, que no tiene la culpa de nada, pero no poder evitar estar de mal humor. Me pareció muy real, muy lógico y, encima, la autora lo desarrolla estupendamente, ya que Ceony poco a poco va descubriendo que la magia de papel también le gusta mucho.
Además, a pesar de que su destino resulta un fuerte golpe para ella, Ceony también intenta sacar lo positivo de una situación mala. Así, se van descubriendo las distintas caras de Ceony, el cómo también es dulce, aplicada, valiente, imaginativa...
Y, de paso, se desarrolla bien la historia de amor. ¡Sí, amigos, en El mago de papel no hay enamoramientos en un segundo! Ceony va conociendo a Thane, viendo lo amable que es, los detalles que tiene con ella y percibiendo que es un hombre con sus secretos. A medida que lo trata, que trabajan juntos, Ceony se va sintiendo fascinada por él, le va cogiendo cariño y por eso tiene sentido que no dude en salvarlo, sobre todo cuando empieza a llenar los huecos que tiene en la historia de él, tanto por lógica, como cuando no le queda otra que atravesar el corazón de Thane para sobrevivir y salvarlo a él.
Es que encima son la monez, en serio, los shippeo a morir.
Bueno, como creo que ya se me ha notado, también me gustó mucho Thane. Además, al igual que Ceony, me pareció maravillosamente bien escrito y eso que, creo, Thane es más conflictivo a la hora de ser escrito. Porque Thane es encantador, alegre y amable, pero también se nota ese poso de tristeza que indica desde el primer momento que tiene un pasado duro a sus espaldas. Y, de hecho, disfruté muchísimo con cómo se va despejando el pasado de Thane y todo va teniendo sentido, como si fuéramos armando el puzzle al igual que Ceony.
La verdad es que no aparecen mucho más personajes, con la excepción de Lira, la villana de esta aventura, de la que tampoco quiero hablar mucho porque creo que mola más si vas descubriendo cómo es al leerla. Eso sí, me gustó mucho que tuviera ese algo, que no fuera una simple mala, mala, sino que tuviera más complejidad.
Quizás, lo único malo que tiene El mago de papel es que, al menos de momento, no conocemos demasiado sobre ese mundo que crea la autora y que apunta tan buenas maneras. Al centrarse en los dos protagonistas, desaprovecha un poco toda esa mitología que ha creado, lo que es una pena porque pinta muy bien.
Eso sí, la novela se lee en un suspiro. Aunque empieza con ritmo calmado, con la llegada de Ceony a la casa de Thane y con cómo va aprendiendo la magia del papel (lo que, por cierto, tiene todo el sentido de cara a defenderse cuando se inicia el rescate), engancha desde el primer momento y ya, cuando aparece Lira, me resultó básicamente adictivo. De hecho, es que no me duró nada, me lo leí enseguida y lo disfruté muchísimo. Me pareció encantador, entretenido, original y con un romanticismo muy bonito, pero nada cursi. No sé, cuando lo terminé, se me quedó una sonrisa en la cara y esa es una de las cosas más bonitas que se puede decir de un libro.
Y, bueno, como me estoy enrollando como las personas, ya sólo comentaré que la prosa de Charlie N. Holmberg está muy bien, porque es bonita, pero no recargada, lo que contribuye a que El mago de papel se lea todavía más rápido. También me gustaron mucho sus diálogos, como lo equilibrado que es todo: tiene las descripciones justas para crear ambiente, sin que resulten un lastre o pesadas.
Vamos, que me encantó El mago de papel, que lo recomiendo muchísimo y que, encima, Oz se ha marchado una edición preciosa.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Asedio y tormenta de Leigh Bardugo.
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