El cuñado de Carlota

La semana pasada terminó la primera (puede que única) temporada de Familia con un doble episodio y como fue estupendísimo y demás, pues tengo que hablar sobre lo que han dado de sí estos ocho episodios. Porque poco a poco, Familia ha ido mejorando ciertos aspectos que, al principio, no terminaban de convencerme.

Por un lado, me ha gustado mucho lo que han hecho con los padres. Eran los personajes que menos me interesaban, sobre todo María Elena, pero en la recta final les han dado grandes momentos y tramas que han logrado que se pueda empatizar más con ellos. Desde esa bonita escena en la que bailaban en medio de la calle sin música o el episodio en el que Malena escribía una obra dejando en muy mal lugar a su madre, han dejado ver a un matrimonio consumido ya no sólo por el tiempo, sino también por ambos, y a dos personas bastante imperfectas que, sin embargo, resultan muy humanas.

Por otro, me ha parecido todo un acierto la evolución de Natalia. Le ha sentado muy bien el alejarse de Diego y centrarse en intentar salir de casa de sus padres. Por cierto, qué grandes escenas dan esos cuatro juntos. En el último episodio no pude reírme más entre Manolo molestando y luego descubriendo los tres que María Elena no había pasado la noche en casa.

De paso, la hemos visto relacionarse más con Malena y a mi particularmente me da la sensación que, mientras que Carlota y Natalia están muy unidas entre sí, con Malena hay más distancia. Seguramente debido al difícil carácter de Malena porque, ostras, qué mujer, si es que tiene para todos.

De hecho, eso se vio con la aparición de Lolo, el hermanastro que apareció hacia media temporada y que ha traído de cabeza a prácticamente toda la familia Oquendo. Mientras que Carlota y Natalia eran partidarias de contarle la verdad, incluso se acercaron a él sin decirle quiénes eran (para desgracia de la pobre Carlota, que poco más y la besa su propio hermano), Malena fue muy tajante al respecto y no quería no oír hablar del tema.

Aprovecho para decir que espero y deseo con todas mis fuerzas que al final renueven, pues la incursión de Lolo en la familia tiene que ser genial. En primer lugar, porque me gustaría ver la dinámica entre los hermanos; en segundo, porque el muchacho sólo quiere una familia, es un auténtico desastre al más puro estilo Manolo y esa escena en la que final se encuentran fue una preciosidad.

Y ahora me voy a centrar en Carlota, porque ella lo vale y porque casi me mataron de amor y tristeza en un mismo episodio. En realidad, esas cosas molan, el que estés en plan ajafijoaguahfa y maldiciendo a los guionistas porque han escrito una preciosidad que te encanta y al mismo tiempo es tristísima y demás.

La cuestión es que, poco a poco, hemos visto como en realidad Carlota y Miguel estaban más unidos entre sí que con sus respectivos. Ellos hablan de todo, se cuentan de todo y se apoyan. A Carlota no la hemos visto mostrar tanta confianza con el doctor, mientras que Miguel se ha pasado media temporada huyendo de Malena y ocultándole su despido por temor a su reacción.

En realidad, a Miguel no se le ve cómodo con Malena, es como si se esforzara, lo intentara de verdad, pero no lograra encontrar la forma de conectar con ella, ni siquiera cuando le dice que la quiere o la besa. Y también veo que así como ella le quiere, no veo más que cariño hacia Malena en Miguel. La verdad, creo que si no estuvieran casados y tuvieran adoptada una niña, estos dos no estarían juntos.

Porque hasta estando así, ha sido Miguel quien ha besado a Carlota. Y qué beso. Hice la ola y unas cuantas acrobacias porque no me esperaba que fuera a suceder tan pronto. Encima ese "no me hagas esto" que suelta Carlota fue tan perfecto, tan creíble, se palpaba el amor entre ellos y también la desesperanza de que lo suyo no podía ser, como bien dijeron al día siguiente, aunque se seguían mirando como si estuvieran enamorados. Hasta el jefe de Carlota, despistado a más no poder, le dijo que Miguel estaba enamorado de ella.

Por cierto, particularmente me encantó el que Natalia viera el beso, pero en vez de echárselo en cara a ambos o montar un numerito, apoyó a su hermana y, luego, le dijo a Dani que eran afortunados por poder estar juntos. Me pareció muy, muy bonito.

Volviendo a los otros dos, decir que, aunque entiendo que Miguel decida quedarse donde está, me parece que Carlota es mucho más honesta y valiente. Ella no tarda en decirle a Pedro que no sabe lo que siente, en terminar algo que no la convence (como habíamos visto antes de que llegara el beso), mientras que Miguel sigue alargando una situación que, de haber segunda temporada (esperemos que así sea), terminará explotando. Porque Malena se ha dado cuenta de que Carlota y Miguel están más unidos de lo que pensaba, aunque se ha quedado satisfecha con la declaración de Miguel que, en realidad, escribió Carlota. Jo, el momento fue una pasada, aunque mi pobre patata casi se desintegró.

Eso sí, se me ha quedado la espinita clavada de ver algunos flashbacks o conocer exactamente qué pasó. Porque cada vez que tenía que evocar un recuerdo feliz, Miguel elegía uno con Carlota. Porque se siguen queriendo y se ve que se entienden mejor que Miguel con Malena. Así que, por favor, pido a los dioses catódicos o a quien sea, que me den una segunda temporada y me expliquen cómo narices hemos terminado así. ¿Qué ocurrió para que Miguel se casara con Malena y no con Carlota?

Además, tiene que haber segunda temporada porque Familia es una gran serie. Tiene unos personajes muy definidos y muy humanos, resulta una serie muy real, con unas relaciones llevadas de manera muy natural y muy bien escritas. Porque los guionistas son una pasada. Han ido con tiento, despacio, pero seguros y han ido sembrando detallitos que han culminado en este final de temporada: desde la evolución de Natalia y el hecho de que oculte su infidelidad por amor, aunque ella tenga que cargar ese peso, hasta la confirmación de que Miguel y Carlota eran más que cuñado y cuñada.

Y, como ya he dicho, tal y como se queda la situación en este final de temporada, promete mucho lo que podría dar de sí la siguiente. Por eso, y porque en realidad en cuestión de ficción Telecinco da penita pena, deberían darle una segunda oportunidad.