Hoy os traigo la reseña de una novela que me sorprendió muy gratamente: Refugio de Harlan Coben. Este hombre escribe habitualmente novela negra para adultos, pero con Refugio decidió atreverse con algo más juvenil y, para ello, eligió como protagonista a Mickey Bolitar, el sobrino de su personaje más importante, Myron Bolitar. Las novelas más adultas no las he catado de momento, aunque tengo intención porque, al menos, Refugio me ha gustado mucho.
En Refugio Mickey Bolitar debe acostumbrarse a su nueva vida: tras haberse criado viajando de un lado a otro con sus padres, se encuentra viviendo con su tío Myron (con el que no se lleva nada bien) tras que su padre muriera y su madre acabara internada en un centro de desintoxicación. Por si fuera poco, de repente, su novia Ashley (con la que llevaba poco tiempo) desaparece y una anciana, La murciélago, que más bien es un cuento de terror entre los niños del pueblo, le dice que su padre no está muerto.
Así, Mickey se encuentra obsesionado con resolver dos interrogantes: encontrar a su novia y descubrir qué tiene que ver La murciélago con su padre. Mientras que la primera parte, la relacionada con Ashley, se resuelve a lo largo de la novela, la segunda se perfila como algo más a largo plazo.
Porque, sí, al terminar el libro sospeché que se trataba de una saga y una búsqueda en Google más tarde lo confirmó: es una saga. Menudo ojo para las sagas tengo. De todos modos, por si os interesa, Molino sólo ha publicado la primera parte de momento.
Pero volviendo a la novela que nos ocupa, Refugio es un libro muy completo que combina a la perfección las investigaciones y los enigmas de la novela negra con el mundillo adolescente típicamente americano. Aunque, eso sí, debo decir que Harlan Coben es bastante original a la hora de plantear a sus personajes adolescentes: son muy reales y bastante estereotípicos; de hecho, juega con los tópicos para despistar en algún caso que otro.
Y es que Mickey no es ni el típico marginado, ni el típico deportista popular, sino un chico normal y corriente que acaba de llegar a un instituto nuevo y que está más interesado en resolver misterios que otra cosa. Eso sí, como es alto y le gusta hacer ejercicio es fuerte y no duda en ejercer de caballero andante... por mucho que le repatee a Ema.
Ema, particularmente, me gustó mucho. Es una chica misteriosa, de la que apenas sabemos cosas, aunque la conozcamos bien (que es lo que le ocurre a Mickey con ella). También es una marginada que va a su bola y con la que se meten porque tiene sobrepeso, pero no se deja amedrentar y tampoco anda lloriqueando por las esquinas, para nada. Tiene mucho carácter, una lengua afilada y a mí me encantaría que Mickey y ella tuvieran algo porque, encima, él no deja de pensar que le encanta esa chica ;)
Para completar el trío protagonista, tenemos al Cuchara, que es el hijo del de mantenimiento y un friki de cuidado que va soltando datos estrambóticos allá donde va. Tiene menos papel que Ema, pero sus intervenciones suelen ser guays.
El universo de Mickey lo completan varios personajes más, como su tío, su madre, Rachel (la chica guapa y popular), unos cuantos matones y gente tirando a rara... y es que, para averiguar qué narices ha ocurrido con Ashley o qué significa lo que le dijo La murciélago, Mickey acaba metiéndose en más de un lío. Pero tanto la historia como la investigación están muy bien construidas y resultan muy creíbles, además de adictivas: con tanto giro, tanto descubrimiento que provocaba más preguntas, yo no dejaba de preguntarme qué cojones ocurría y no podía dejar de leer.
El desenlace está a la altura, todo cobra sentido y, además, la manera en la que se resuelve el misterio está muy lograda, como las partes de más acción. Es verdad que la trama de La murciélago está un poco más cogida con pinzas, pero se le perdona porque está interesante... y ya sólo me queda desear que la espera hasta que saquen la segunda parte sea breve.
En conclusión, Refugio es una novela de misterio muy bien orquestada, de lectura fácil, bien escrita y con unos personajes muy bien construidos. Una muy grata sorpresa.
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