Hay varios autores a los que le leería cualquier cosa porque nunca, jamás, me han decepcionado. Uno de ellos es Jonathan Stroud, el creador de la saga de Bartimeo, que siempre recomiendo porque, en serio, es lo mejor. Si no conocéis a Bartimeo, id corriendo a buscar El amuleto de Samarkanda y leedlo. No os vais a arrepentir.
Bueno, que amo e idolatro a Jonathan Stroud por encima de todas las cosas. Por eso, cuando anunció que estaba trabajando en una nueva saga, empecé a seguirle la pista (tras celebrarlo con fuego artificiales y demás, of course) e incluso me la leí en inglés. Hace unas semanas, la editorial Montena publicó la versión en español, la cual han titulado Agencia Lockwood, junto al subtítulo Los visitantes, que se han sacado de la ch... de ahí, ya que su título original es The screaming staircase, pero bueno.
¿Y de qué trata Los visitantes?
Inglaterra se ha visto asolada por una plaga de fantasmas. Por algún motivo que nadie conoce, hace unos años los fantasmas empezaron a aparecer, encantar casas y matar a personas. Para luchar contra ellos, también surgieron agencias sobrenaturales que se encargan de deshacerse de los fantasmas y donde trabajan niños. Pues únicamente los más jóvenes son capaces de percibir a los espíritus.
Así, nos encontramos con Anthony Lockwood y Lucy Carlyle, dos miembros de la Agencia Lockwood, que deben descubrir si una casa está siendo ocupada por un fantasma o no. Sin embargo, lo que en un principio parecía un trabajo sencillo, se acaba complicando un poco y provocando que la Agencia Lockwood esté a punto de desaparecer. Para salvarla, sus tres miembros se ven obligados a pasar la noche en la casa más encantada de Inglaterra... de donde nadie ha salido con vida.
Los visitantes es la tercera historia de Jonathan Stroud que leo, contando los cuatro tomos de Bartimeo como una. Y, de nuevo, el señor Stroud ha logrado crear un mundo completamente nuevo y una ambientación distinta a la de sus anteriores obras. En este caso, nos sumerge en una Inglaterra sombría acosada por fantasmas espeluznantes, que pueden llegar a dar muy, muy mal rollo.
Porque, sí, pese a ser una novela juvenil, tiene pasajes que resultan de lo más inquietantes. No quiero entrar en spoilers, pero sólo diré fantasmas de siete monjes asesinados y pasadizos oscuros. Brrr, mal rollo. En serio.
Y, la verdad, es que ese ambiente oscuro y tétrico le viene muy bien porque, básicamente, Los visitantes es una historia de fantasmas contada con aire detectivesco. No hay historia de amor, ni situaciones descacharrantes (pese a que los protagonistas pueden llegar a tener la lengua muy afilada y eso siempre acaba provocando sonrisas), pero la tensión siempre está presente.
En este caso lo que no lo está tanto es el misterio. Personalmente, me pareció que la resolución del caso era bastante predecible. Al menos, yo la adiviné. Sin embargo, tampoco resulta una pega, pues Los visitantes es más una introducción al mundo de Lucy, Lockwood y George que otra cosa.
Eso sí, no vais a encontraros un libro aburrido, ni siquiera pasajes de "bueno, este es mi mundo y funciona así, bla, bla", ya que Jonathan Stroud vuelve a demostrar su habilidad a la hora de estructurar la historia: empieza con acción, así, directamente, sin preparación ni nada, te sumerges junto a Lucy y Lockwood en una misión cualquiera, mientras, poco a poco, va dando información clave del mundo. Y una vez has caído ante la historia, una vez te ha dejado en el momento álgido, regresa al pasado para contar cómo se originó la situación de Lucy y luego ya sigue con la acción a todo trapo.
Porque, aunque por el título pueda parecer otra cosa, la auténtica protagonista de la novela es Lucy. Lucy es quien narra la acción y en quien más se explaya el autor. Sí, conoces a Lockwood y George, pero es a través de los ojos de Lucy, mientras que de ella lo acabas sabiendo todo: cómo es, cuál es su pasado, por qué actúa cómo lo hace, cómo funcionan sus poderes, etc. Mientras que de los dos chicos, no obtienes ninguna información salvo cómo son sus caracteres.
No sé qué planea hacer Jonathan Stroud en las futuras entregas, pero personalmente creo que sería interesante que cambiara el narrador y que cada una estuviera centrada en un personaje distinto para conocer su pasado y sus motivaciones. Eso lo que yo haría, al menos.
Pero yo no soy la autora y no voy a divagar sobre los siguientes libros, sino regresar a la reseña y hablar de los personajes.
Como ya he dicho, Lucy es la protagonista y ejerce muy bien de ello. No es una de esas narradoras divertidas, pero sí que es eficaz presentando el mundo de manera que no resulte pesado y, además, es un gran personaje. Porque Lucy es fuerte, decidida, intuitiva y segura tanto de su intuición como de sus capacidades; también es irreflexiva y, a veces, poco sensata, pero eso sólo hace que sea más interesante.
Porque, de hecho, Jonathan Stroud siempre logra que sus personajes sean memorables y que se les aprecie, pese a que cometan fallos y tengan grandes defectos. Nathaniel en la saga de Bartimeo era tan anti-héroe que hasta el término se le quedaba corto a veces, pero tú siempre acababas perdonándole todas sus cagadas. En este caso, los protagonistas son tres adolescentes completamente distintos entre sí y, aunque se ven obligados a actuar como adultos, son fieles a su condición y de lo más creíbles.
Además de Lucy, la Agencia Lockwood se nutre de otros dos miembros más. Por un lado, Anthony Lockwood, el carismático líder que disfruta de la caza de fantasmas y que, pese a que es muy vital y sonriente, también oculta una historia triste de la cual sólo se ven algunas trazas. Es inteligente, encantador, muy bueno en su trabajo, pero también es un insensato un tanto kamikaze y un poco arrogante.
Por otro lado, está George, que ejerce el papel de sensato de grupo y, a diferencia de sus compañeros, es más ratón de biblioteca que hombre de acción. También tiene carácter, muy mal genio y un comportamiento un tanto peculiar.
Aparecen más personajes, pero no son tan relevantes, aunque me imagino que algunos irán apareciendo en futuras entregas. Todos cumplen con su cometido: los miembros de otras agencias pueden llegar a ser muy capullos; el agente del gobierno que, en cierta manera, les observa, puede ser antipático pero también ayudarles, etc. La verdad es que la galería es amplia y nadie te deja indiferente.
Y, una vez más, el estilo de Jonathan Stroud a la hora de escribir es una pasada. No sólo por lo bien que maneja la historia y los personajes que crea, sino porque su pluma es muy efectiva y elegante, que sabe adaptarse a cualquier tipo de escena y tono: desde las partes más desenfadadas con el día a día de la agencia a otras que dan auténtico mal rollo. Además, cuando leí la versión en inglés acabé aprendiendo más vocabulario que por otros medios, xD.
Agencia Lockwood. Los visitantes es la primera parte de una saga y es un tanto introductoria, aunque no por eso deja de ser entretenida y fácil de leer. Además, presenta un mundo que, aunque está basado en elementos conocidos (la forma de luchar contra los fantasmas es casi igual que en la serie Supernatural), es muy original y puede dar mucho de sí. En cuanto salga la segunda parte, la leeré sin falta.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La lección de August de R. J. Palacio.
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