Cuando se publicó La lección de August de R. J. Palacio en España, el libro me iba persiguiendo allá donde iba: leía un blog, lo recomendaban; iba a comprar, lo veía entre los más vendidos; iba a una librería, el librero me daba propaganda... Total, que al final me hice con él y, entonces, comprendí por qué todo el mundo estaba tan emocionado con La lección de August, ya que es un libro que merece muy, mucho la pena.
August tiene diez años, le encanta Star Wars, tiene una familia que le adora, un perro... Pero no tiene una vida normal. Al nacer, tuvo ciertas complicaciones y su rostro es muy diferente al de los demás, por lo que suele suscitar miradas y comentarios allá donde va. Por eso, August apenas sale de casa, pero eso va a cambiar, puesto que va a ser la primera vez que acuda al colegio, donde conocerá a todo tipo de personas.
La lección de August es uno de esos libros especiales, de esos que te llega al corazón. Si tuviera que compararlo con otro, sería con La ladrona de libros, no porque tengan trama o género en común, sino porque ambos saben llegar, emocionar como pocos. De hecho, si tuviera que definir La lección de August con una palabra sería "precioso".
Puede que no lo parezca por la idea en la que está basada, pero es una novela muy positiva y tierna, que habla sobre aceptación, sobre ser diferente y sobre ponerse en la piel de los demás. Porque, aunque en español lleva el nombre de August en el título, no se centra únicamente en él, sino en varios personajes que forman el universo de August: su hermana Via, el novio de ésta, los amigos de August... Todos tienen su parte, donde son los narradores y que sirve para comprenderlos.
Los personajes de R. J. Palacio no son sólo inolvidables, sino también complejos y, encima, la autora juega muy bien con los puntos de vista. No voy a entrar en spoilers, pero hay momentos donde juzgas a un personaje por sus acciones y luego, cuando lees su punto de vista, tienes una imagen completamente distinta de él.
También son muy auténticos, toda la novela lo es. A veces se equivocan, tienen sentimientos y pensamientos que no están bien, pero es muy comprensible que lo tengan. De hecho, aunque La lección de August es muy positiva y muy tierna, no es edulcorada, hay partes tristes y refleja muy bien la crueldad y estupidez de algunas personas. Vamos, a esas a las que hay que ignorar, como bien te enseña la novela. Tampoco es dramática o exagerada, sino que se trata todo con mucha naturalidad: desde la situación de August, hasta lo que supone crecer o lo distintas que pueden ser las familias.
La verdad es que he intentado pensar un personaje favorito, pero no sé decidirme: los padres de August eran sencillamente geniales, él mola, su hermana Via me gustó mucho, los amigos de ambos también...
Además, R. J. Palacio se adapta con maestría a cada punto de vista. No sólo tiene una gran pluma, sino que se expresa de maravilla y refleja bien lo que es ser un niño de diez años o un adolescente. Todos los puntos de vista eran completamente diferentes entre sí, adquiriendo su propia personalidad, lo que me pareció no sólo un acierto, sino algo que admirar. De hecho, es increíble que La lección de August sea su primera novela, pues está escrita con un gusto y una narrativa para quitarse el sombrero. Desde luego, cuando publique otra novela, iré directa a leerla porque, en serio, me ha gustado mucho: he reído, se me ha saltado las lágrimas, me he emocionado...
Para acabar, me gustaría hablar de la edición de la novela. No suelo comentar la edición, salvo que me choque mucho y en este caso así ha sido y para bien. No sólo no he encontrado erratas o nombres cambiados (flipo mucho con que me haya pasado eso en varios libros, por cierto), sino que la portada me gusta mucho, al igual que el detalle de que en cada punto de vista, venga con un dibujo y una cita que se adapta muy bien al personaje que nos va a narrar la acción.
Y una vez más, no puedo más que recomendaros La lección de August. En serio, es un libro divertido, tierno, muy positivo y con una galería de personajes que no tienen ningún desperdicio. Es una de esas lecturas que no sólo se releen, sino que se recuerdan con una sonrisa.
El próximo lunes literario estará dedicado a... Legado en los huesos de Dolores Redondo.
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