Care Santos era una autora de la que había oído hablar, pero nunca había llegado a leerla. Movida por la curiosidad, me compré Habitaciones cerradas, del que había leído que estaba muy bien, pero, por ningún motivo concreto, lo iba relegando... hasta que me enteré de que se iba a estrenar la miniserie basada en él y, entonces, decidí leérmelo antes de verla, porque soy de esas que prefiere leer el libro antes.
Al final, la novela me ha gustado tanto, pero tanto, que no he visto la miniserie porque, sinceramente, pese a que esté bien hecha y hayan respetado la historia, dudo mucho que esté a la altura de esta pedazo de novela. Sí, soy una cobardica, qué le vamos a hacer. Así que vamos a olvidarnos de la adaptación para la televisión y centrémonos en la maravillosa historia que nos presenta Care Santos.
Violeta Lax, nieta del célebre pintor Amadeo Lax y experta en él, recibe un curioso e-mail por parte de una mujer italiana que quiere ponerse en contacto con ella debido a una herencia. Intrigada por semejante cuestión, Violeta decide cogerse unos días libres para ir a Italia, aunque antes hace una parada en Barcelona, donde el antiguo palacete familiar está sufriendo una serie de obras, ya que lo quieren convertir en una biblioteca pública, a pesar de que el gobierno catalán le prometió a Amadeo Lax que lo convertiría en un museo dedicado a su obra.
Sin embargo, cuando están a punto de trasladar el fresco que Lax pintó sobre su esposa y musa, Teresa Brusés, se descubre una puerta que no debería estar ahí. Al otro lado, un cadáver momificado. Es entonces cuando Violeta se detiene a revisar su historia familiar. Todos creían que la joven y hermosa Teresa se había fugado a Estados Unidos junto a Octavio Conde, el mejor amigo de Amadeo, justo antes de la guerra, pero quizás la historia de su familia y el hombre que era su abuelo eran más complicados de lo que todo el mundo creía...
Aunque el punto de arranque de la novela es Violeta y el descubrimiento de un misterioso cadáver en el palacete de los Lax, la historia de Habitaciones cerradas es mucho más compleja y es que, a lo largo de sus páginas, retrata la historia de varias generaciones de la familia Lax. Empezando por Rodolfo Lax y María del Roser, los padres de Amadeo, para terminar con Violeta, que descubre el cadáver en la actualidad.
Así, vamos saltando adelante y atrás en el tiempo, cambiando de época de forma un tanto caótica, pero también de lo más efectiva, ya que mantiene el misterio y permite conocer a todos los miembros de la familia Lax. La verdad es que el esquema de Habitaciones cerradas me resultó muy curioso y especial. Al principio puede resultar un poco confuso, ya que tienes que aclararte bien cómo va la genealogía, pero enseguida captas quién es descendiente de quién y entonces quedas atrapado por la novela.
Y es que, aunque no es una novela negra, ni tenemos a un personaje desentrañando el pasado como ocurre en otras historias (Dime quién soy de Julia Navarro, por ejemplo), se plantean ciertos interrogantes que van recibiendo respuesta a través de flashbacks. Violeta intenta investigar el pasado de su familia, pero sus posibilidades están limitadas y muchas cosas no puede descubrirlas y no pasa nada, porque no es una novela de investigaciones, sino de historias, de una familia tan dispar como estimulante.
Cuatro generaciones de los Lax son desarrolladas a lo largo de Habitaciones cerradas y cada personaje es único y memorable. Evidentemente hay personajes mucho más desarrollados que los otros, pero de absolutamente todos te haces una idea y los distingues tan bien con tan poco que, a pesar de los continuos saltos en el tiempo, ni los confundes, ni tienes problemas en situar el momento de la historia.
A pesar de que Care Santos se toma la molestia de dibujar a todos, los retrata con mimo y dedicación, el personaje que más destaca es Amadeo Lax. En realidad, Habitaciones cerradas es una especie de disertación sobre este torturado pintor que tiene un carácter de lo más complejo. Es muy curioso como se van mostrando facetas de él, como se le van apartando capas y formando el puzzle. Protagonista y villano, desgraciado y monstruo, Amadeo Lax es un personaje de esos que odias con todo el alma, pero no por eso deja de ser interesante. Mujeriego, problemático, de carácter raro y empeñado en ser infeliz, es el motor de la historia y un personaje muy memorable.
En lo que respecta al resto de personajes, hay de todo, pero en general la gran mayoría despiertan simpatías, incluso a pesar de sus rarezas (Modesto Lax, el padre de Violeta, es un hombre curioso, pero también se le coge aprecio). Entre todos ellos yo personalmente destacaría a María del Roser, la madre de Amadeo y una ídola absoluta. María del Roser es una mujer buena, inteligente y adelantada a su tiempo, también es fuerte e independiente y su matrimonio con Rodolfo Lax es muy bonito.
La verdad es que todos los personajes rezuman realidad. Sus evoluciones, el cómo les cambia ligeramente el carácter dependiendo de la edad... Es muy sencillo leer algunos personajes y ver reflejados en ellos a personas de carne y hueso. Por ejemplo, muchas veces en Conchita (la niñera de los Lax) veía a mi abuela, ya fuera por su forma de ser o por pequeños detalles.
También ayuda muchísimo la exquisita ambientación que envuelve a toda la novela. No sólo la pluma de Care Santos es evocadora, que lo es y mucho, sino que sus descripciones son perfectas (breves, concisas y poderosas), sino que se nota el gran trabajo de documentación. La sociedad espiritista, los cambios de la sociedad a lo largo del siglo, personajes reales, las costumbres de la época... Todo está tan bien escrito, con su justa combinación de datos y trama, que es imposible no trasladarse a esa Barcelona burguesa de principios de siglo.
Además, la narrativa de Care Santos me ha parecido maravillosa. Bonita, poética, pero sin caer en ser cursi o pedante o meter mucha paja para demostrar lo bien que escribe. De hecho, Habitaciones cerradas tiene un halo entre romántico y trágico que, además de estar de lo más conseguido, me ha parecido sencillamente perfecto.
Bueno, como toda la novela en realidad.
El próximo lunes literario estará dedicado a... La casa Julius de Charlaine Harris.
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