Cuando supe que el matrimonio King, las cabezas pensantes detrás de The good wife, tenían un nuevo proyecto entre manos me emocioné porque, bueno, ¡The good wife molaba un cojón! Luego leí la premisa y me pareció un locurón, pero los King siempre se han manejado bien con la locura y, encima, el protagonista masculino es Aaron Tveit, al cual quiero desde que vi Graceland porque es una monada de chico. Ya sabéis, soy de esas que ve una serie por su argumento.
Bueno, total, que llevo ya dos episodios de BrainDead y me parece maravillosa. Ma-ra-vi-llo-sa. Y por eso os voy a hablar de esta comedia política con invasión alienígena incluida.
Ya os había dicho que era un locurón.
Laurel Healy (Mary Elizabeth Winstead) trabaja haciendo documentales, pero se ha quedado sin presupuesto para acabar su último proyecto. Por eso, su padre (Zach Grenier) le ofrece un trato: si vuelve a Washington DC y ayuda en la campaña a su hermano Luke (Danny Pino), senador demócrata, él la financiará. Por eso, a Laurel no le queda más remedio que aceptar, a pesar de lo mucho que odia la política.
Su hermano la coloca en un puesto de ayuda a los votantes y, así, es como Laurel conoce a una mujer, que acude asustada porque su marido ha cambiado drásticamente en un día: ha dejado de beber, se viste diferente, se comporta como nunca lo había hecho... Y es que, aunque Laurel todavía no lo sabe, un meteorito ha caído y, con él, han llegado unos seres que toman posesión de la gente, deshaciéndose de sus cerebros.
Eso sí, por el momento, Laurel está más ocupada con la política, gracias a la intervención de Gareth Ritter (Aaron Tveit), mano derecha del senador republicano Red Wheatus (Tony Shalhoub). Gareth acude a proponerle un trato que a priori favorecería a su hermano, pero justo entonces Wheatus es sustituido por los aliens, cambia radicalmente y cambia las tornas, dejando a Luke Healy en muy mal lugar. Pero la batalla política sólo acababa de comenzar.
Los King demostraron lo bien que se les daba hablar de política americana a medida que avanzó The good wife y siguieron la carrera de Peter Florrick gracias al inconmensurable Eli Gold y sus tejemanejes. Por eso, yo ya contaba que BrainDead iba a molar lo suyo y, de hecho, cumple con esa función, por los juegos políticos y triquiñuelas varias que se hacen los dos bandos son súper entretenidos de ver, además de un ejercicio de reflexión sobre la política y las personas que la llevan a cabo.
A Laurel no le gusta ni la política, ni ese mundo en el que su familia se mueve, por lo que ejerce siempre una voz crítica y que refleja bien lo que seguramente pensará el espectador. Por ejemplo, cuando su hermano aprovecha una causa que ella lleva sólo por ayudar, por hacer lo correcto, para quedar bien ante los medios y Laurel lo critica abiertamente.
Además, Laurel Healy es una gran protagonista.
Si en su anterior serie teníamos a Alicia Florrick, que era magnética, compleja, pero no estaba diseñada para caer bien (y de hecho, la serie narra cómo va cayendo en algo que al principio la asqueaba), Laurel es mucho más sencilla, pero también más simpática. A Laurel se le da bien la política, pero es ante todo una chica liberal que sólo quiere rodar sus documentales, pero que aprovecha esa situación para intentar ayudar. Es muy sencillo no sólo empatizar con ella, sino quererla desde el primer momento porque tanto el personaje como la actriz son muy adorables.
Y ayuda muchísimo ese duelo perpetuo mezclado con tensión sexual que Laurel tiene con Gareth, que es mucho más cínico y retorcido que ella. La verdad es que Gareth, al menos de momento, parece el personaje más complejo de todos, al igual que el más impredecible. Tengo ganas de que empiece a sospechar que su jefe, el senador Wheatus, no es el mismo de siempre y ver cómo reacciona, sobre todo porque parece que Gareth está destinado a entenderse con Laurel e investigar la invasión alienígena.
Bueno, además de a liarse y hacer feliz a la shipper que llevo dentro. Porque, sí, yo lo shippeo desde el piloto. Tengo un problema, nunca lo he negado. Continuemos.
De la invasión poco sabemos, tan solo que los seres (que parecen hormigas) parecen ser adoradores de Donald Trump y convierten a la gente en una versión súper conservadora y rancia de ellos mismos. Desde los estilismos propios de los cincuenta hasta la devoción con la que hablan de los ideales republicanos, compartiendo detalles como la lectura de los mismos libros, lo mucho cuidan sus cuerpos y que siempre escuchan una canción en concreto.
Eso sí, poco sabemos de lo que planean, aunque los King no se están yendo por la rama y esa trama, al menos en estos dos episodios, va bastante rápido: no sólo la pobre Laurel tuvo que presenciar como a alguien, que se resistía a los aliens, le estallaba el cerebro, sino que ya ha notado que algo raro pasa y ha contactado con alguien que se ha dado cuenta que las explosiones cerebrales tienen que ver con unos insectos.
Pero, vamos, que la invasión sólo es una excusa para hablar de política, aunque de todas maneras los dos frentes molan mucho. Y es que los King han sabido aprovechar lo mejor de The good wife para ofrecernos una serie totalmente diferente: así, tenemos sentido del humor, una banda sonora increíble (bestial el previously cantado) y los juegos de poder que tanto molaban en el Chicago de Alicia Florrick y compañía.
Me hubiera gustado algún crossover (oh, por favor, una aparición de Eli Gold y su hija), pero tampoco es que sea necesario, sobre todo porque BrainDead tiene su propia personalidad y, de momento, mola mucho.
La verdad es que es muy entretenida y te ríes un rato. Tengo la teoría que las hormigas van a ir a por cada uno de los políticos y cuando estén todos convertidos la cosa puede ser tremendamente loca. Vamos que los veo a todos poseídos menos a Laurel, Gareth y a los que vayan investigando el percal. Por cierto genial que se queden con Zach Grenier y la hija del médico que también salió en la última de The Good Wife.
ResponderEliminarA Eli igual le vemos por el spin off de Diane que preparan para el "Yomvi" de CBS y que se estrenará el año que viene jejeje! Esto también va a molar mucho!!
Pues parece que quieren hacer eso, sí. Porque ya han intentado apoderarse de Luke Healy, que es demócrata. Aunque lo que me pregunto es si hay dos bandos de hormigas o si todas tienen esa mentalidad tan rancia y así se evitan conflictos.
EliminarEstaría bien ver a Eli en el spin-off, además Eli y Diane siempre se han llevado bien. Aunque Alan Cumming ya tiene serie nueva, así que no sé si podrá. Pero, vamos, que tengo muchas ganas de ver a Diane trabajando con Lucca.