martes, 5 de abril de 2016

El ministerio del Tiempo 2x08 - Tiempo de valientes (II)

Amantísimos lectores, tengo una mala noticia: al final ha sucedido, Pacino se ha ido del Ministerio para ser sustituido por Julián. Ahora mismo no puedo con mi vida, estoy como que así:


Eso sí, para variar nos ha ofrecido un capitulazo, que encima cerraba el arco abierto en el anterior dedicado a Los últimos de Filipinas, así que me voy a recomponer y paso a escribir el análisis... si las lágrimas me lo permiten, ¡ay, mi Pacino!

Bueno, a ver, resumiendo la situación: en 1898 España firma un acuerdo con EEUU para poner fin a la guerra, donde le cedía Filipinas. En Filipinas aún quedaban soldados españoles, que estaban atrincherados en la iglesia de una aldea, sobreviviendo como buenamente podía y básicamente el gobierno español, tan simpático él, los dejó tirados. Y es ahí donde terminó Julián y donde comienza este episodio, aunque ya ha pasado el tiempo y están los pobres muertos de hambre y muy barbudos. O sea, se han convertido en hipster, pero no por elección propia. Pobrecitos.

Jordi Vilches (no me acuerdo del nombre del personaje, seh, soy lo peor) mantiene el buen humor y está hablando con Julián, cuando alguien da la voz de alarma: ha aparecido un soldado con bandera blanca. El teniente (el de Gran Hotel, ¿recordáis?) no quiere que entre y le falta ponerse en plan Gandalf, aunque el capitán quiere saber si son noticias de Manila. Es entonces cuando vemos que el mensajero es Alonso, que trae una carta de Calixto Villacorta. Un momento de silencio por la infancia que tuvo que pasar ese pobre chaval con ese nombre. Me juego lo que queráis a que le llamaban Calixto Pichacorta o algo peor.

Deberían hacer tazas con esta foto y el siguiente mensaje: keep calm and Alonso will save you.

Tras la cabecera, en el presente, hace treinta y siete días, vemos al Consejo de sabios estudiando cartas de los últimos de filipinas, todas escritas por Julián. Bueno, eso lo deduce Irene, porque Salvador se nos viene arriba y se plantea el trastorno múltiple de personalidad. También gracias a las cartas, descubren que está en Baler lo que, evidentemente, no es bueno.

De vuelta en el presente en 1898 (ya me entendéis), El capitán está leyendo la carta que básicamente dice que el ejército español se ha largado, que están por su cuenta y que mejor se larguen de ahí. El teniente sigue paranoico y cree que es una trampa y no hay manera de hacerlo entrar en razón porque él lo vale.

Mientras El teniente discute con El médico, Julián y Alonso se van a un aparte para abrazarse y reencontrarse en condiciones y Alonso le dice que ha ido a salvarle únicamente a él. Entonces Julián se pregunta cómo ha acabado ahí y vemos el presente hace treinta y seis días, donde el pobre Alonso sigue con sus paranoias con Elena, aunque Pacino tiene bastante claro que debería llamarla. Bueno, no es tan fino hablando, que para algo es Pacino, pero tampoco quiero enrollarme.

Abrazo sentido nivel: anuncio de El Almendro.

Están en esas cuando las llaman del despacho de Salvador, así que van, para que al pobre Alonso le echen una cantada por el tema manifestación y le castiguen con un curso para controlar sus impulsos, pese a que sus compañeros intentan defenderle. Al final, acaban echando a Amelia y Pacino, con el consentimiento de Alonso que está dispuesto a asumir las consecuencias de sus actos, pero al final resulta que todo ha sido un paripé de Salvador, que quiere mandarlo de misión secreta a salvar a Julián.

Alonso, ya en 1898, le explica a Julián cómo dieron con él y que ha ido a parar gracias a una puerta en las islas Marianas y muchos barcos. A Alonso lo de los barcos sigue sin gustarle, pero él es un amor y por salvar a Julián lo que sea.

De paso, le pone al corriente no sólo de que Salvador vuelve a ser el jefazo, sino en la situación histórica en la que está. Para ayudarse, Alonso saca una hoja de papel y, al verla, Julián comenta sorprendido que es una chuleta. Pero Alonso esa acepción de la palabra no la conoce y se apiada inmediatamente de Julián al creer que tiene tanta hambre que confunde cosas, como si fuera Carpanta o un dibujo animado que ve pollos asados por doquier.

Alonso: No te preocupes, cuando volvamos te preparé unas lentejas y un risoto...
Julián: ¿Ahora cocinas?
Alonso: Alguien tiene que alimentar a Pacino y no tenemos servicio como en Downton Abbey.
Julián: Alonso de Entrerríos viendo Downton Abbey... el acabose.

En la chuleta no comestible, Alonso tiene apuntado lo que no pueden cambiar y le dice que tienen que salir de ahí cuanto antes, pero Julián se niega porque no quiere dejarlos tirados. Eso sí, poner en peligro a Alonso, que ha ido a salvarle, sí que puede hacerlo.

Bueno, El capitán y El teniente se ponen hablar tanto de la situación como de Alonso, ya que les parece muy raro que conozca a Julián. Básicamente creen que o bien es un espía o bien lo han engañado como a ellos y hay que quitárselo de en medio para no tener otra boca que alimentar. El teniente es puro amor, ¿eh? Eso sí, justo en ese momento, les atacan y Alonso salva al Teniente como sólo el bien sabe hacer, porque Alonso de Entrerríos es El hombre y mola cantidad y él podría enfrentarse a Batman y Superman y lo sabemos todos.

Mientras en 1898 están batallando, Amelia y Pacino pillan a Irene en la cafetería y los dos le preguntan por Alonso, ya que hace un mes que no le ven y están mosqueados. Irene intenta salir del paso como puede, pero acaba haciendo la croqueta y huyendo, no sin antes decirle a Pacino que le conceden los días libres que pidió.

Irene: Y ahora me voy a tirar al suelo, voy a rodar como un ninja croquetil y no le vais a dar importancia.

Amelia: ¡Anda, ya ha desaparecido! Mmm, ¿tendrá poderes como Argamasilla?

Amelia se interesa por eso, así que Pacino le explica que su padre va a jubilarse, va a ser difícil para él y quiere estar a su lado. Cuando Amelia le comenta que podría habérselo dicho, Pacino le dice que la honestidad va en ambos sentidos y que ella se guarda todo.

Después, Irene le explica a Salvador que Amelia está mosqueada y él comenta que es muy lista. Y yo me quejo porque al pobre Pacino le obvian y, oye, no será una Wikipedia andante, pero tampoco es tonto. Bueno, que me enrollo: a Salvador no le apetece hablarle a Amelia de Julián y admite que, aunque se esfuerza por mejorar, no ha cambiado tanto. En esas llega Angustias y Salvador aprovecha para preguntarles si alguna sabe qué le ocurre a Ernesto, aunque Angustias mantiene su palabra y se calla.

En esas, vemos a Ernesto hablando con La mujer morena de Julio Romero de Torres, que niega ser la madre del niño. A Ernesto no le extraña, ya que no se la imagina como madre de familia, pero ella le dice que lo hubiera sido por él, pero que para qué decírselo si él no lo veía. Yo en serio os digo que flipo mucho con esto, que Ernesto es un fucker del copón, de esos que va dejando un reguero de corazones rotos. ¡Hostia, Ernesto! ¡Si es la rectitud personificada! Su hijo ya lo habría quemado en la hoguera por putón, eso es así.

Ernesto: Puedo seducir a quien quiera... y lo sabes. incluso a ti, chatina de la voz en off.
... ¿Pacino te ha dicho que te vengues de mí por las coñas con el mariscal francés?
Ernesto: Puede que sí, puede que no ;)

De vuelta en 1898, Alonso tiene un sueño erótico con Blanca/Elena y al despertar, se pone en plan intercambio psíquico con Julián, que para variar sigue siendo un penas y se queja de que todo es dolor y bla, bla. De paso, nos cuenta las situaciones de varios soldados, por si lo necesitáramos para penar por ellos. Ay, pobrecitos.

Como Alonso prefiere hablar de cosas más agradables, Julián le pregunta sobre el Ministerio y sobre su sustituto y Alonso le habla de Pacino y de por qué lo llaman así. Julián también le pregunta por Amelia y Alonso le dice que Amelia le echa de menos y hace una reflexión que viene al pelo sobre ella en este capítulo: Amelia no está acostumbrada a perder a gente, no como él.

La situación se va haciendo más y más insostenible, cuando llega otro soldado. Como El capitán apenas se tiene en pie, El teniente se ofrece a ir él en su lugar, ya que no pueden dar muestras de debilidad. El teniente recoge una nueva carta, donde les insisten en que cojan sus bártulos y se marchen, pero El teniente insiste en que es mentira, aunque El médico cree que se equivoca y la carta es verdadera. En medio de la discusión, el pobre Capitán empieza a diñarla y al final vemos como lo entierran. Pobrecito, que a mí me caía bien.

Por otro lado, en 1981 Pacino va a casa de sus padres tras la jubilación de Pacino padre, que no se lo tomado muy bien, a pesar de los ánimos de Pacino. Por cierto, así nos enteramos de que oficialmente a Pacino le han trasladado a Las Palmas y así justifican su ausencia. Mejor no pensar en paradojas, líneas alternativas y demás o me explotará la cabeza.

El padre de Pacino le dice que tiene que buscar a una buena mujer con la formar una familia, que es lo más bonito. Y, a ver, si él encontrarla, la ha encontrado, pero Alonso le jode el plan al pobre. Luego, Pacino padre se reúne con sus amigotes, que básicamente son unos fachas del quince, así que Pacino se va a la cocina para evitar conflictos... o eso cree él, porque en la cocina ve a su madre un poco rara y ella, al final, le confiesa que se va a divorciar.

Pacina Madre: Hijo, me voy a fugar con Imanol Arias.

Pacino: ... ¿eso me convertiría en un Alcántara? ¡Qué tienen muy mala suerte!

En 1898, Julián está cuidando de Jordi Vilches, pero el pobre también acaba muriendo y, jolín, qué prado de pena. ¡Que Jordi Vilches es amor! Evidentemente, Julián se nos va deprimiendo más y más y, en el improvisado entierro, acaba por pedirle a Alonso que lo saque de ahí, que no pintan nada.

En la actualidad, vemos a Ernesto seguir con su búsqueda, ayudándose de un cuaderno. ¿Será Barney Stinson el hijo perdido de Ernesto? Porque, visto lo visto, me lo creo todo, hasta que mañana me encuentre a una versión joven de Ernesto en el Mercadona y me seduzca o algo. Bueno, que me enrollo, Ernesto llama a una puerta y le recibe un niño, aunque luego no conoce a la madre del mismo, una tal Luisa Rivas (¿la de Velvet?). La señora le informa de que Luisa murió hace unos meses, pero que su hijo vive con unos tíos y que se llama Javier y tiene apenas 20 años. Ernesto se emociona, porque cree que Javier va a ser su hijo (o no o quizás tiene más hijos que Bach, quién sabe) y porque le dan la dirección donde buscarle.

Por su parte, Amelia va a visitar a Pacino, porque la tiene preocupada. La casa de Pacino está súper desordenada y él le explica que normalmente es Alonso el que se ocupa de eso. O sea, que yo mucho bromear con Alonso-chacho, pero va y es verdad. ¡Ja, lo sabía!

Amelia: Quiero saber si explotas a Alonso y si voy a tener que llamar a algún sindicato... y, bueno, qué te pasa también.

Pacino también le explica a Amelia su nueva situación familiar y ella intenta consolarle diciendo que seguro que ambos se adaptan. A Pacino no le preocupa su madre, ya que cree que va a ser mucho más feliz, pero sí que lo hace su padre porque no sabe vivir solo y porque ha perdido en el mismo día dos pilares de su vida: su trabajo y su esposa. Amelia le dice que los tiempos modernos son buenos, que su situación en su época es peor y Pacino le agradece que esté ahí y le pide que algún día le cuente su historia.

En 1898 la mañana ha llegado y Alonso y Julián están planeando su huida. Resulta que Alonso es un crack de la vida y se ofreció voluntario para arreglar el muro y lo dejó de tal manera que puedan abrir fácilmente un agujero. La siguiente parte del plan no la tiene pensada (seguramente porque Salvador no le ha dejado llevar una moto), pero no es ese el único problema, ya que un soldado les ha escuchado y se apunta al plan de huida, aunque también les puede ayudar al ser un centinela.

Por la noche, la huida empieza, pero las cosas se tuercen en cero coma: se apunta El bola, el otro lleva una linterna y, al final, El teniente les descubre. ¡Si es que le tenían que haber puesto la primera de Prison Break a Alonso antes de mandarlo a 1898!

Como os podéis imaginar, El teniente se china de lo lindo con los desertores y se pone en plan patriótico, pero Julián le suelta unos cuantos zascas: que casi todos están ahí obligados, que la patria sólo les da miseria, etc. El teniente, encima, está súper decepcionado con Alonso, ya que lo reconoce como un soldado de verdad, aunque es a Julián a quien le arrea una señora galleta. Alonso se pone en pie para defender a su amigo y El teniente amenaza con matarlo, pero Alonso le dice que ya está muerto, así que sería matarlo dos veces.

Teniente: ¡DESERTORES, MALDITA SEA MI ESTAMPA!
Médico: Ummm, me recuerda a alguien...

Todos sabemos que son clavaditos.

El teniente, entonces, los manda enchironar, aunque piensa fusilarlos. El médico, por su parte, no está nada convencido y les informa de que los demás van a arrasar la aldea con fuego y que va a intentar liberarlos para que huyan en la confusión. A Alonso no le parece bien que el médico se arriesgue, ya que los demás lo necesitan con vida y como tiene su parte de razón, el médico se va, para chinamiento del Bola.

Por suerte, Alonso es mucho Alonso y tiene su propia manera de salir de ahí: un abrecartas con el que se suelta los grilletes, un truquito cortesía de Houdini. Los dos salen corriendo, pero los demás les piden ayuda, así que Julián intenta liberarlos, pero como no pueden esperarles, les deja el abrecartas. Además, Alonso le confirma que ambos están en la lista de bajas, así que no les queda más remedio que salir corriendo.

En la actualidad, Pacino recibe una llamada de su madre, que está muy preocupada, porque su marido ha desaparecido y se ha llevado la pistola. Pacino vuelve a su época en cero coma y se encuentra a su padre sentado en el mismo coche donde se suicidó originalmente. Su padre le dice que sólo es un estorbo y se va a quitar de en medio, pero Pacino le dice que no va a dejar que lo haga, ya que tienen planes de futuro. Su padre le dice que no le queda nada, que está solo, pero Pacino le promete que estará con él siempre y entonces el padre suelta la pistola.

Pacino sabe que ha sido un parche, que no puede dejar a su padre solo, así que vemos como en la cafetería del Ministerio le dice a Amelia que se tiene que ir, aunque sea hasta que todo se calme. Pacino ha hablado con Salvador, así que le han trasladado al Ministerio de su época y que puede volver cuando quiera (ojalá vaya con segundas, de cara a recuperarlo en la tercera temporada, OJALÁ).

Amelia está a un paso (el que le lleve a su habitación) de acabar como el gif de Jess llorando.

La pobre Amelia se nos queda todo hundida, porque Alonso sigue en el cursillo, Julián a saber dónde está y ahora se le va Pacino. Él le asegura que se las apañará, pero ella le dice que eso no quita que le eche de menos. Ainss, qué rebonica Amelia.

Amelia, entonces, decide contarle su vida, ya que él le ha contado la suya, así que lo lleva frente a su tumba y le explica que sabe cuándo morirá y que tendrá una hija, pero que le da tanto miedo la verdad, que vive paralizada, salvo en las misiones. De vuelta en el Ministerio, Amelia parece comprender algo y prácticamente se lanza en brazos de Pacino para besarlo muy apasionadamente. ¡Así se hace, Amelia!

Pacino le pregunta si en su siglo o en el de él, a lo que ella le hace callar con un "cállate, imbécil" que podría ser el "como desees" de La princesa prometida y se siguen besando. De hecho, van a casa de Pacino, donde pasan a mayores en una escena muy, muy bonita.



En serio, entre la banda sonora, los planos y que combinan la primera vez de Amelia con el regreso de Julián, les ha quedado muy chula. Además de un poco angst, porque Amelia por fin le está dando una oportunidad a Pacino y a dejarse llevar, a modo de despedida también, justo cuando vuelve Julián. Y yo sufro por la pobre Amelia, porque le va a estallar la cabeza y encima Pacino se va y, jo, a mí me gusta un montón juntos y... ¡Muchos feelings!


Por cierto, por cierto, en medio de esa escena vemos que la tumba de Amelia cambia: desaparece su nombre para aparecer el de otro hombre. Y, a ver, esto en cuanto a trama se puede interpretar de muchas maneras, de esas que nos harían explotar la cabeza con paradojas temporales, teorías y demás. Así que yo me voy a quedar con la otra interpretación y es que cada uno es dueño de su vida y que, de hecho, Amelia es libre de elegir qué hacer con ella, al margen de épocas, convencionalismos y demás, porque ha sido ella la que ha decidido dejar de vivir paralizada, ha sido ella la que da el primer paso con Pacino y todo eso ha provocado que su futuro cambie y eso mola mucho.

Bueno, me dejo de interpretaciones y voy con el final del episodio, en el que le dan la bienvenida a Alonso y Julián. Éste quiere saber qué ha sido del resto de sus compañeros, así que coge un libro que tiene Salvador sobre la mesa.

Luego, Amelia está tan feliz en la cama, pero la alegría le dura poco porque Alonso llama para contar que ha encontrado a Julián y está de vuelta. Pacino le dice que así tiene su patrulla completa y Amelia señala que con él siempre la estuvo. ¿No podíais dejarles un ratito más de no pensar y de alegría suprema? En serio, qué ganas de hacer sufrir al personal. Ay.

Al mismo tiempo, en la cafetería Julián lee el libro sobre Los últimos de Filipinas y nosotros vemos como El teniente sigue enrocado en su posición, pese a que les han mandado un periódico que confirma que la guerra ha terminado. El teniente está a un paso de volverse un loco de los de psiquiátrico y, de hecho, acaba ajusticiando a los pobres presos, que no lograron escapar.

Julián: Me siento tan personaje de Once upon a time.

Más tarde, El teniente está sentado en la oscuridad, en plan malo de película, cuando lee el periódico y entonces, sí, entonces comprende que no era ninguna trampa. Citando a Cervantes en el episodio 3: ¡a buenas horas, mangas verdes! Resulta que en el periódico hay información sobre un amigo del Teniente, lo que le hace abrir los ojos y los supervivientes abandonan la iglesia. Gracias a la voz en off de Julián, descubrimos que los soldados vivieron en el anonimato, pero que El teniente fue condecorado por su actuación. Yo lo flipo mucho, que ya dan premios por ser tercos y paranoicos.

Cuando Julián termina de leer, sale de la cafetería y se encuentra con la patrulla actual y abraza a Amelia, antes de decirle a Pacino que le encanta Sérpico. Julián le pregunta si le ha visto antes, pero Pacino lo niega y, tras despedirse de Amelia con un abrazo, se va. ¡Y yo sufro! ¡Sufro mucho! ¡Pacino, no te vayas!


Alonso decide acompañar a Pacino a la puerta y le dice que le va a echar de menos. Pacino le dice que él también y, cuando Alonso le hace prometer que volverá, él lo hace. Ay, qué bonitos los dos. En serio. ¡Pero sigo sufriendo! ¡Mi Pacino! ¡No te vayas!



A ver, que me calmo un poco para acabar con la entrada. El episodio me ha molado mucho y toda la parte de Los últimos de Filipinas ha seguido siendo esa película bélica que no parecía televisión. También me ha gustado muchísimo toda la parte Amelia/Pacino, que ha estado muy bien llevada y no sólo por el tema romántico, sino porque ha servido para que Amelia deje atrás ese miedo que estaba paralizándola.

Luego, sigo sin llevar bien la marcha de Pacino. A ver, lo que es la salida, pues me ha parecido sencilla, pero al mismo tiempo muy propia de Pacino: él entró en el Ministerio por su padre, hizo lo posible por salvarlo y vuelve a hacer lo mismo. Además, permite que pueda volver en cualquier momento, lo que es de agradecer. Eso sí, va a ser un plof el cambiar el sentido del humor de Pacino, sus reacciones y el cómo se llevaba con los demás, por Julián y sus dramas. Por favor, por favor, que Julián esté más animado y menos intenso, que disfrute del Ministerio como hacen los demás. Sólo les pido eso.

Y eso ha sido todo por esta semana. En el siguiente episodio (que veremos en 2-3 semanas) volvemos a cambiar de tornas y el punto de partida no puede molar más: Velázquez e Irene se infiltran en la corte de Felipe V (que debía de estar como una cabra) por un cuadro robado, pero todo se complica y la patrulla debe acudir al rescate. Vamos, el hecho de que Velázquez esté en una misión ya es para tirar cohetes, pero encima es que las pintas son muy geniales (las pelucas blancas are back) y tiene pinta de ser como el más que épico episodio protagonizado por Angustias.

10 comentarios:

  1. Capitulazo. Yo no conocía la historia de los últimos de Filipinas y me ha encantado. La historia está muy bien contada y los actores de 10.

    La historia de Ernesto me tiene muy intrigado. ¿Te imaginas que reclutan al hijo de Ernesto como agente del Ministerio y forma patrulla junto a Pacino y Argamasilla? Molaría.

    La historia de este capítulo entre Pacino y Amelia me ha gustado bastante. Ha servido no solo para cerrar la trama de Pacino (que penita...), si no que nos quitan de un plumazo las dudas sobre la incogruencia espacio temporal. Si en un principio Pacino se quedó en el presente por ser perseguido por el asesinato, con lo visto en el este capítulo, lo único que hacen es hacer la triquiñuela de que le han destinado a otro sitio y, así, como tú has dicho, es la manera más simple de hacerlo y evitarnos quebraderos de cabeza.

    El próximo capítulo pinta muy bien, con Velázquez en plan estelar. Que pena que tengamos que esperar dos o tres semanas. Yo espero que este parón sea porque estén haciendo algún pequeño cambio en las tramas y que así podamos ver a Pacino al final de temporada. OJALÁ.

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    1. Yo la historia la conocía, pero porque la he oído en casa y he visto la película, no porque lo estudiáramos en historia, lo que dice mucho de la educación española, pero bueno.

      Yo pensé algo así también, xDD. Es que, encima, sabemos que está ahí, pero en el episodio no se ve más y tampoco sale en el avance. ¿Lo estarán reservando de cara al futuro?

      Sí, ha estado muy bien que lo explicaran tan sencillo. En un principio se iba a quedar en el presente porque le consideraban un asesino, cambia el pasado y al final se sigue quedando porque quiere. Ea, sin que nos explote la cabeza, bravo por ellos.

      El parón estaba planeado desde antes de la emisión, yo creo que es porque les renovaron por 8 episodios y luego les concedieron 5 más. De hecho, si lo piensas, este episodio doble sirve perfectamente de final de temporada.

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  2. El capítulo me ha gustado, aunque en cuanto a episodios épicos me sigo quedando con el del Cid.

    Me ha parecido super interesante todo lo que nos han contado sobre el sitio de Baler (que era un hecho histórico que sólo conocía por hombre)y cómo nos lo han contado. Todos los actores de esta trama han estado estupendos (me declaro fan del director de casting de esta serie porque menudo ojo tiene para elegir a todos los actores que participan ya sean principales, secundarios, episódicos).

    Estoy totalmente traumatizada por la pérdida de Pacino (casi tanto como el pobre Alonso, lo que voy a echar de menos sus escenas en el piso de solteros) pero me ha encantado que lo hayan sacado de forma tan sencilla y coherente y que en cualquier momento pueda volver. A ver si se tiran el rollo y si hay tercera temporada (crucemos los dedos), le traen de vuelta y le meten en una patrulla con gente molona tipo Spinola o Argamasilla y nos mezclan las patrullas, que una de las cosas que más está molando de esta temporada es el mayor protagonismo de los secundarios.

    Todo lo relacionado con el Amelia/Pacino me ha parecido precioso y super bien llevado. Les ha quedado muy, muy bien y sobre todo muy natural.

    Se me va a hacer el parón super largo, sobre todo visto el avance, con Velázquez dándolo todo en él.

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    1. Es que el del Cid es taaan épico. Pero también es verdad que tiene sentido que lo hicieran así, porque los últimos de Filipina aguantaron más que batallaron.

      Y como dices, los actores han estado genial contando las miserias que pasaron. Y, ojo, el director de casting es un pro de la vida: no sólo elige grandes actores, sino que encima se parecen a los personajes históricos que interpretan. Ole por él.

      Ojalá que en la T3 sigan con la dinámica de ir variando de patrulla, porque en esta temporada, auque la principal es Amelia, Alonso y Pacino hemos tenido a muchos personajes pasando por ella también y eso mola. Y sigo pensando que están metiendo a personajes de cara a recuperarlos e incluso tener una segunda patrulla (Argamasilla, sin ir más lejos).

      El Amelia/Pacina lo han desarrollado súper bien, muy fan de sus escenas hoy.

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  3. Bueno... unas cosillas por ahi: Julian al fin maduró, de veras, porque aceptó que hay cosas que no se pueden cambiar asi a la brava, se fue de Baler y dejo que la historia siguiera su curso.
    Alonso es el dueño de mi corazon, su honor, su sacrificio por sus compañeros, muchos hablan de la gloria de su pais pero Alonso nos recuerda que nosotros y nuestro propio honor hacen la gloria de nuestro pais.
    Amelia-Pacino fue... ¡Wow! Tengo que aceptar que Pacino me gano el corazoncito en esa batalla pero ¡lo de la lapida estuvo brutal!
    Podemos apostar que cuando nos den nuestra tercera temporada Pacino vendra ahi ;)

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    1. Yo espero que tengas razón y que esto haya servido para que Julián comprenda que no puede cambiar la historia, sobre todo a gran escala. ¡Ojalá!

      Alonso es taaan genial, ainss.

      Es que Pacino mola mucho y saca una faceta de Amelia desconocida hasta ahora y las escenas de este episodio fueron una preciosidad.

      Yo también creo (y deseo) un regreso de Pacino.

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  4. Pues sí Amelia toma una decisión que cambia su futuro / pasado y la libera por fin! Muy bonito todo el tema Amelia/Pacino muy monérrimos!
    Sobre lo de Filipinas pues justo premian a quién menos lo merececía, Pedro Alonso como Teniente está genial pero el tipo no puede ser más despreciable, matar a dos presos un día antes de salir de allí en serio? Pufff!
    Alonso es un Crack aunque sólo piense planes a medias jejeje!
    Lo de Ernesto no tengo ni idea de por dónde va a salir!!
    Tenéis que ver La Puerta del Tiempo con Olivares dice que le gustaría que hubiese más patrullas y menta a Argamasilla, Pacino y una actriz que saldrá próximamente en un capítulo con un personaje muy chulo pero que no ha dicho quién es para que sea sorpresa.
    Qué ganas de ver a Velázquez liándola queriendo salvar cuadros de la quema y llorando por las esquinas por los cuadros jajajaja!

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    1. Muy bonito y muy interesante el que Amelia cambie su destino. A ver cómo cambia su historia.

      Pedro Alonso está inmenso, aunque de mucha rabia su personaje y, sobre todo, el que al final sea el único premiado. Grr.

      Oy, oy, pues esa patrulla molaría mucho, ¡ganazas de ver a la chica!

      Yo a Velázquez lo entiendo. Aunque sea que conserven los cuadros en el Ministerio, pero que no los destruyan a poder ser >_<

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  5. Ya molaría que los salvasen y se quedasen en el Ministerio. Algún privilegio ya podrían darse de vez en cuando no? A ver si anuncian el regreso que vaya asco el dichoso parón!

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    1. Ya te digo. Yo creo que es lo que pasará, que acabarán en el Ministerio, decorando el despacho de Salvador o algo, xDD.

      Ya te digo, que se les echa de menos T0T

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