A mí me encantan las historias sobre ladrones, siento debilidad por ellas desde cría, sí que, claro, cuando descubrí la existencia de la saga de Samantha Jellicoe pues no me pude resistir a hacerme con ella. Si no me equivoco, la primera entrega sí que se publicó en castellano bajo el título Coqueteando con el peligro, pero está descatalogado, así que me hice con la edición en inglés, que es muy chula y estaba muy bien de precio.
Como ya he dicho es una saga, pero al menos la primera entrega, Flirting with danger, tiene el final cerrado, así que me imagino que todas sus aventuras serán auto-conclusivas. Bueno, entonces, ¿de qué trata exactamente Flirting with danger?
Samantha Jellicoe es una de las mejores ladrones del mundo y su último golpe es robarle una tablilla troyana al multimillonario Richard Addison. Sam lo tiene todo planeado, es un golpe relativamente sencillo… al menos hasta que, cuando lo lleva a cabo, es descubierta por el señor Addison, que supuestamente no debería estar en casa. No sólo eso sale más, pues justo en ese momento una bomba estalla, matando a uno de los miembros de seguridad y casi al señor Addison, de no ser porque Sam le salva.
Sam no pierde el tiempo y acto seguido huye para no ser descubierta. El problema es que la policía está convencida de que ella es la responsable de la bomba y, por eso, se ve obligada a pedirle ayuda a quien menos le apetece: Richard Addison, el hombre al que intentó robar. Al mismo tiempo, Rick empieza a obsesionarse con la investigación, ya que no le parece lógico que todo fuera orquestado por la chica que le salvó, pero nadie le hace demasiado caso. Por eso, se ve en la tesitura de aceptar el trato de Sam: investigarán el caso por su cuenta, para limpiar el nombre de ella y descubrir quién va a por él. Pero, claro, con lo que no contaban ni Sam ni Rick es con la atracción y la química que no tarda en desarrollarse entre ellos.
Flirting with danger es una novela romántica, sí, pero también tiene acción, misterio y se mete de lleno en el mundo de los robos y del crimen. A pesar de que la historia central es la relación entre Sam y Rick, Suzanne Enoch no deja de hacer avanzar la trama de misterio, con Sam y Rick haciendo pesquisas, lidiando con la policía y también con un montón de problemas, que van surgiendo a su paso.
Por eso es muy, muy entretenida. Y también es muy divertida, sobre todo por el continuo tira y floja de Sam y Rick por un lado y de Sam y Tom por otro.
Sam es una protagonista estupenda, porque tiene mucho sentido del humor, es muy práctica y también independiente, una mujer de recursos que nunca ha necesitado a nadie, ni se ha atado con nada. Así que cuando empieza a sentirse realmente a gusto con Rick, en ella surge un conflicto entre lo mucho que le gusta su vida y su libertad y el querer estar con él, sobre todo porque Rick parece empeñado en que Sam vuelva al camino más honrado. Eso sí, a pesar de que Rick quiere que Sam se vuelva legal, la acepta por lo que es y no duda en introducirla en su mundo, sin dejar de quedar fascinado por su inteligencia y sus múltiples talentos.
Y es que Rick mola mucho. A pesar de ser un multimillonario inglés y obsesionado con su trabajo, es alguien muy normal y espontáneo, alguien que va a casa de sus mejores amigos y babea con sus hijos, a los que adora. Eso sí, si en el caso de Sam su dilema viene con la libertad y lo mucho que la valora, en el caso de Rick es por el control.
Porque Rick necesita tener el control de la situación, en parte porque está acostumbrado a eso, en parte porque su ex mujer lo dejó tocado tras engañarle. Por eso mola tanto el toma y daca con Sam, alguien que es una líder nata, autosuficiente y que conoce mejor el mundo en el que ambos se están moviendo. Al igual que lo son los problemas de confianza, perfectamente lógicos dado que Sam es una ladrona que quiso robar a Rick y que éste podría enviar a Sam a la cárcel con solo declararlo. Sin embargo, a pesar de todo eso, Sam y Rick encajan perfectamente y hacen una pareja muy guay, con mucha química.
Pero, claro, Sam y Rick no están solos, ya que ambos tienen conocidos, enemigos y demás. Desde el policía que está llevando el caso, hasta Stoney, amigo del difunto padre de Sam y su socio, por decirlo de algún modo. Todo eso pasando por Tom, de quien soy muy fan. Y es que Tom no sólo es el mejor amigo de Rick, también es su abogado, así que choca con Sam desde el primer momento, más porque teme que Sam va a herir a Rick que otra cosa. Así que Tom no sólo pone un poco la sensatez en la investigación de los otros dos, sino que tiene escenas grandiosas con Sam, que adora sacarle de quicio.
Es decir, que todos los personajes están muy logrados y resultan como muy humanos. Además, se agradece que Suzanne Enoch vaya mostrando distintas facetas de ellos, sobre todo de los más importantes.
Es la primera vez que he leído algo de Suzanne Enoch y no puedo estar más encantada: no sólo tiene un ritmo estupendo, que combina la acción pura y dura con otros momentos de calma en los que desarrolla la relación entre los protagonistas, sino que su estilo me gustó mucho, sobre todo en los diálogos que tenían mucha chispa.
Como ya he dicho, Flirting with danger tiene un final cerrado (del cual no contaré nada para no spoilear), pero yo estoy deseando leer la segunda aventura de Sam y Rick y ver en qué nuevos líos se han metido y si logran infartar al pobre Tom.
El próximo lunes literario estará dedicado a... C de cadáver de Sue Grafton.
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