lunes, 18 de enero de 2016

El (sin)sentido del amor

Hoy vengo a hablaros de un libro que me sorprendió muy gratamente y eso que es de un autor que he leído antes y que me ha encantado: Javier Ruescas. De hecho, creo que prácticamente he devorado todo lo que ha escrito. Bueno, pues hoy os traigo una de sus novelas y encima es auto-conclusiva y se titula El (sin)sentido del amor.

Acaba de comenzar el verano y Lana se ve arrastrada a una fiesta por su amigo Ciro, a pesar de que ella esas cosas no le van. En la fiesta, conecta con un chico que parece compartir el interés de ella por la pintura. Sin embargo, poco después la anfitriona de la fiesta acaba rompiendo con su novio a gritos porque éste le ha sido infiel y el novio en cuestión resulta ser el chico que había hablado con Lana.

Al día siguiente, todavía impresionada por la fiesta, Lana descubre que su mejor amiga, Julia, acaba de tener un flechazo con un chico. ¿Y quién resulta ser? Jacobo Casanova, el novio infiel de la fiesta y todo un célebre rompecorazones. Por eso, Lana no se fía nada de él e intenta que Julia no lo haga tampoco, pero su amiga no parece muy por la labor. El problema viene cuando Lana no deja de encontrarse a Jac allá por donde va, como si el destino pareciera empeñado en que se trataran.

Aunque el punto de partida puede resultar algo telenovelesco, El (sin)sentido del amor es una novela muy ligera y breve que se lee enseguida, sobre todo porque engancha y es muy entretenida.

Como es tan breve, Javier Ruescas no se anda con rodeos o con relleno, sino que va directo a lo importante: la relación de Lana con Jac y como éste la vuelve loca. Y precisamente ese es el único defecto que le he encontrado a El (sin)sentido del amor. Sí, es muy entretenida, la leí en un suspiro y la disfruté, pero me pareció tan directa que perdía el encanto que, al menos para mí, debe tener una novela romántica. A pesar de que Lana compartía escenas con Jac que justificaran ese continuo debate entre que gustar y odiar, me parecieron cortas y como que le faltaba ese factor romántico que debería tener porque, al fin y al cabo, la novela es una comedia romántica de manual.

Y es que es como muy ligera, pasando de puntillas por casi todo, salvo por Lana. No sé, con lo buena que era la idea se podía haber sacado más jugo de ella y habernos dado una relación mucho más especial. Incluso se podría haber ahondado un poquito en los personajes secundarios, que están de mero acompañamiento de la protagonista, pese a que apuntan maneras y, por ejemplo, Ciro es muy memorable.

Pero, bueno, a pesar de esa pequeña pega El (sin)sentido del amor me he gustado y lo he disfrutado porque es divertido, es fresco y el estilo de Javier Ruescas sigue siendo tan bonito y agradable como en su trilogía Play.

Además, consigue algo que me pareció tan vital para la novela como difícil de lograr: que Jac cayera bien. Como la novela está contada desde el punto de vista de Lana, recibimos la misma información que ella, así que es muy sencillo entender por qué actúa cómo lo hace. No obstante, a Jac lo vemos desde la óptica de ella y, por eso, era fácil que nos cayera como una patada en el cielo de la boca. Y es que Jac se pasa la novela dándonos una cal y otra de arena, pero como todos hemos leído mucho, sabemos que en el fondo es buena gente, pero es que Javier Ruescas logra que caiga bien, por lo que le di el beneficio de la duda, a pesar de las pruebas que parecía haber en contra de él.

Y tampoco me disgustó Lana, algo en lo que también habría sido fácil caer, ya que Lana va dando bandazos y la pobre parece un poco bipolar: ahora odio a Jac, ahora me gusta, ahora lo vuelvo a odiar, ahora no me fío de esta, ahora quiero ser su amiga... Pero, como ya he dicho, se comprenden sus acciones y por qué va pensado lo que va pensando, a pesar de que, sí, es una pava de mucho cuidado.

El resto de personajes cumple con su función, aunque sí que he echado de menos que tuvieran algo más de desarrollo y que fueran algo más que la amiga, el amigo, la hermana...

Pero, vamos, que la novela es tan entretenida que se pasa por alto y, antes de que te des cuenta, ya la has terminado. Porque encima cuenta con ese pequeño misterio de qué narices ocurre con Jac y por qué parece tan encantador y buena gente como cabrón.

Vamos, que El (sin)sentido del amor es una novela de leerse casi de una sentada, para pasar un buen rato y no pensar demasiado. Algo ligero con lo que disfrutar, así que lo recomiendo para una de estas tardes de lluvia cuando no te apetece hacer nada, ya que te sacará unas cuantas sonrisas.

El próximo lunes literario estará dedicado a... Magnus Chase y los dioses de Asgard I. La espada del tiempo de Rick Riordan.

2 comentarios:

  1. Me llama mucho esta novela, si no tuviese una lista tan grande de pendientes creo que me haría con ella sin pensarlo.

    ¡Muchos besitos de café! ❤

    Mocca

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    1. Lo malo de las listas es que aumentan y aumentan T0T Yo esta la leí precisamente porque era corta y auto-conclusiva, que no sé cómo me lo monto, pero siempre acabo leyendo sagas, xDD.

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