viernes, 13 de mayo de 2016

La embajada del culebrón

Hace ya unas semanas que se estrenó La embajada y le he querido dar cierto margen de acción porque desde su estreno ha sido una pequeña decepción. Digo lo de “pequeña” porque la serie está entretenida, se deja ver, pero ni es lo que nos vendían, ni es lo que yo creía que iba a ser. Porque La embajada no es una serie sobre la corrupción, aunque sea un aspecto que se trate, La embajada es una telenovela sudamericana sin los nombres largos y la honestidad que tienen éstas al aceptar lo que son.

De hecho, La embajada arrastra varios problemas que ya vimos en una de las anteriores series de Bambú, la productora que la produce junto a Antena 3: Bajo sospecha.


Pero vayamos por partes y comencemos con la trama de La embajada, por si acaso no la habéis visto. Todo comienza con la policía deteniendo por corrupción a Luis Salinas (Abel Folk), embajador español en Tailandia, y el juicio que acompaña a dicha detención. Es a través del testimonio de los empleados que sabemos cómo han llegado a ese punto. Y es que un año antes, Luis llega a Tailandia con su mujer, Claudia (Belén Rueda), para sustituir al anterior embajador que ha fallecido y, de paso, limpiar de corrupción la embajada.

Esto, por supuesto, no le hace ni pizca de gracia a ninguno de los trabajadores de la embajada, en especial a Eduardo Marañón (Raúl Arévalo), el segundo al mando, que desde el principio quiere quitarse a Luis de encima, cueste lo que cueste. De hecho, en la primera noche en la que el matrimonio está en Tailandia, Claudia descubre unas fotografías de su marido engañándola, lo que la hace huir y refugiarse en los brazos del primero que pasa, Carlos (Chino Darín), que para más INRI acaba resultando ser el novio de su hija, Ester (Úrsula Corberó). Ésta, además, pagará las maquinaciones de Eduardo cuando éste le tiende una trampa para que le encuentren droga encima y acabe encarcelada.


Quizás es porque he visto The good wife, de la cual he disfrutado muchísimo sus siete temporadas, pero tengo claro que se puede escribir una serie sobre política y corrupción, con relaciones de por medio sin que sea una telenovela de manual, sino una serie maravillosa de gran calidad. Y, de hecho, nos vendían La embajada como algo más parecido a The good wife que a Pasión de gavilanes, pero por desgracia lo que tenemos es lo segundo.

Desde el momento en que La embajada comienza se ve claramente que estamos ante una telenovela cara con todos los clichés del género y nada que la haga especial. No es la primera vez que la productora se mete de lleno en una historia así, pero sí que lo intentan disfrazar de política, en lugar de abrazar el género como hicieron en Gran reserva. Y quizás sea ese disimulo o quizás que un malo malísimo y corazón de la serie como era el patriarca de los Cortázar es muy difícil de conseguir, pero La embajada no mola tanto, ni resulta tan entretenida, como lo era Gran reserva.

A ver, no estoy diciendo que no es entretenida, porque lo es, pero no tiene esa chispa que sí tenía Gran reserva, ni esos personajes tan míticos como don Vicente, Gus, Sara o los hermanos Cortázar. De hecho, tras tres episodios he necesitado escribir esto con la Wikipedia al lado porque no recuerdo ni los nombres, ni el cargo de cada uno en la embajada.

Y es aquí cuando La embajada hereda esos fallos que tenía Bajo sospecha y que a mí, personalmente, me desesperaban un poquito. Empezando por esa manía telenovelesca de que los malos son muy malos y van con cara de malo hasta a cagar (no sea que el papel higiénico no vaya a pensar que son malos), además de tener diálogos de malos a cada momento y en cada esquina, mientras que los buenos son muy buenos... y tontos del culo.


En tres episodios emitidos los personajes buenos han sido tan rematadamente idiotas que no tienen sentido y sus acciones, de hecho, tienes que asumirlas por ser una ficción, no porque tengan lógica alguna. Examinemos, por ejemplo, el caso de Ester, la hija del embajador que es abogada y han repetido mil veces que se ha criado viajando por el mundo gracias al trabajo de sus padres. Alguien así, uno asumiría que es medianamente avispado y no sería tan subnormal de dejar su bolso solo en una discoteca de un lugar tan peligroso como Tailandia. Pues no, lo hace, con un par.

No solo eso, sino que en el tercero decide coger su pasaporte viejo para ir a España. Repito: Ester es una abogada. Pero, al parecer, no estuvo en clase el día que trataron la extradición. ¿Para qué?

Y, así, como con todo. De hecho, en estos tres episodios se ha repetido bastante la fórmula e que el embajador intenta actuar de forma sensata, Claudia se pone histérica y hace lo que le sale de las narices y tú sabes que la está cagando. De hecho, lo poco que piensa esta gente es alarmante.


Por ejemplo, Claudia sabe que al anterior embajador lo han asesinado (información que no comparte con su marido con la peregrina idea de que no quiere preocuparle, claro, como no está en peligro, ¿para qué?), también sabe que en el momento en que han llegado a ella le han dado unas fotos falsas, que la embajada es un nido de víboras y que a su marido no dejan de intentar comprarle. Pero, oye, ni cuando detienen a su hija en compañía del hermano de Eduardo (a quien no le pasa nada), puede pensar que es una conspiración y habla tan tranquila delante de la mujer de Eduardo. En serio, ¿está gente tiene cerebro? ¿Lo usa?

Y precisamente son esos recursos tan mal pensados lo que me revienta de La embajada. No es que sea muy fan de la trama culebronesca de Claudia enamorándose del novio de su hija por echar un polvo (una vez más, aceptemos pulpo como animal de compañía), ni de la pelea de gatas que se avecina entre Fátima y la secretaria por Eduardo, pero, mira, tampoco molesta, no como la estupidez inmensa de los personajes claramente buenos.


Joder, es que no me extraña que el detenido sea Luis en lugar de Eduardo, si son tontos del culo. Lo que me sorprende es que sigan vivos.

Aunque con La embajada sorprender, lo que se dice sorprender, poco. No sé si es por el ritmo lento o porque siguen sin pillar el concepto de sutilidad, pero se ven venir los giros a lo lejos. Desde el momento en que Eduardo le pide a su hermano que lleve a Ester a la discoteca, sabes que la van a detener porque le van a poner droga en el bolso. Al igual que el personaje de Tristán Ulloa huele a muerto desde el episodio uno, algo a lo que se ha ido encaminando durante los dos siguientes, lo que confirmaron en el de esta semana.

En ese sentido, quizás deberían echarle un vistazo a Vis a vis, que siempre sorprenden con giros que tienen sentidos y que han estado cocinando durante episodios sin que tú te des cuenta.

Pero, bueno, la serie es entretenida, habla de corrupción política y los actores están bastante bien en líneas generales (Chino Darín es el típico guapo que actuar no es que lo haga muy allá), a pesar de que la gran mayoría tienen unos personajes odiosos hasta decir basta (ahora mismo entre malos y lerdos quiero ahostiar a unos cuantos, sobre todo los femeninos), aunque hay alguno que se salva (Bernardo, el embajador y el personaje de Pedro Alonso son los que más me interesan ahora mismo).

Además, aunque no es que vaya quemando trama a lo loco, y sea un poco lenta, no se están recreando con las situaciones, lo que es un plus. La trama de Ester en la cárcel la podían haber alargado, pero se la ventilaron con rapidez, al igual que el inevitable chivatazo de Bernardo. Así que la trama va avanzando, lo que es un plus. Habrá que ver, entonces, cómo se desarrolla lo que queda de temporada, pero me esperaba algo distinto y, sobre todo, mejor.

15 comentarios:

  1. Últimamente Bambú se ha acomodado y encima los del Ministerio del Tiempo les han chafado hacer la serie titulada Ladrones del Tiempo así que una pena. Espero que la serie para Netflix sea compleja como lo eran Gran Reserva y Gran Hotel! La serie baja bastante de audiencia así que me pinta que tenemos otro chascazo. Y mira que lo tenían todo para hacer una especie de The Good Wife a la española pero no. Me falta el tercer capítulo pero de lejos los personajes más molones son los de Carlos Bardem, Tristán Ulloa y el propio Embajador porque Abel Folk está genial. Me gustan mucho los saltos atrás y adelante en el tiempo. Y hay cosas que compro y otras que no. El final del capítulo 1 es un CANTAZO! Qué forma de desparramar por favor! Es que me pareció Nada creíble!! Me habría molado que hubiesen elegido a otros actores porque medio reparto está muy visto. Por eso supongo que Bardem, Folk y Tristán son los que mejor están y más me gustan. Amaia Salamanca ha descubierto tras Velvet que ser mala mola y que no se le da mal, pero su personaje es una Bárbara del siglo XXI. Arévalo está muy bien siempre pero joder que vaya con cara de malo desde el minuto 0 es otra cantada. Y Belén Rueda tengo la sensación de que siempre hace el mismo papel. Me había molado que la prota fuese Borrachero o Maribel Verdú. Y lo de que se líe con el novio de su hija es un NO como una casa! Qué pereza de Trama! El periodista que sabe muchas cosas mola espero que le den cancha a sus investigaciones porque cada vez que abre la boca se pone el tema más interesante!
    A ver cómo sigue pero de cara a la 2aT o le dan un giro o la cosa no mejorará, claro que igual no igual no la hay!!

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    1. Yo, honestamente, no creo que hubieran logrado hacer algo tan bueno como el Ministerio. Aunque me hacía gracia que el argumento era súper parecido a la novela que publico por aquí, así que me apetecía ver qué hacían ellos, xDD.

      Por lo que se sabe, parece que la de Netflix es Velvet 2, así que tampoco tengo muchas esperanzas puestas en ella. Además, las tenía en esta (que lo habíamos hablado) y al final otro meh, de hecho La embajada me gusta menos que Bajo sospechas.

      A mí el reparto sí me gusta, lo que no me gustan son los personajes. Por mucho que los actores buenos no tienen de donde sacar y están súper desaprovechados. Curiosamente, Amaia Salamanca es la única chica de la serie que no quiero ahostiar fuertote, xDD. A mí Belén Rueda me gusta y Claudia no tiene nada que ver con su Candela de ByB, que molaba mucho, o la jueza de Luna. Pero, de nuevo, Claudia es un horror de personaje y, al igual que el de Ester, el peor tipo de personaje para una actriz: el intenso que se pasa la vida dramando y gritando.

      Yo no sé si habrá segunda temporada, en dos episodios ha perdido más de un millón. Es una bajada importante.

      PD: Yo dejé Velvet porque estaba harta de que me tomaran el pelo y de que fuera la serie lucimiento de Paula Echevarría. A mí me perdieron con el mal tratamiento que le dieron a Cristina, a pesar de que Manuela Velasco se pudo lucir con algunas escenas.

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  2. En la productora Bambú ha tenido que pasar algo. No es lógico que en sus inicios hiciesen series que estaban por encima de la media de lo que se hacía por aquí, véase casos como Desparecida (es de otra productora, pero los guionistas son ellos), Gran Reserva, Gran Hotel o Hispania, y que de hace unos años para acá todos sus productos hayan perdido ese "algo" que les hacía diferente.

    La Embajada no la he visto, pero por lo que estás contando, les ha pasado lo mismo que con Galerías Velvet, que intentan vender algo, que luego no es. Y el principal problema de ésto es que atraes a un público que tras ver que no era lo que esperaba se va, y dejas fuera a otro público que si le dijeses lo que realmente se va a encontrar quizás le daría una oportunidad.

    Luego criticamos a Globo por hacer series con arroz con leche, o por vendernos lo que luego no es, pero Bambú últimamente también va por ese palo. Esperemos que vuelva a lo que fue en sus inicios.

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    1. Bueno, puede que sencillamente es que la ficción española ha mejorado. Cuando Bambú saltó a la palestra, lo más novedoso que teníamos nosotros fueron El internado y Águila Roja. Pero, por ejemplo, tanto Gran Reserva como Gran Hotel, para mí las dos mejores series que ha tenido Bambú (Hispania se fue a la mierda en la segunda temporada) no eran tan innovadoras como las hicieron parecer. De hecho, eran de corte bastante clásico, PERO tenían un algo que las hacía muy molonas. No sé si era la mezcla de géneros, que eran más equilibradas o que al ser las primeras no llevaban los aires que llevan ahora (tanto Velvet como La embajada van de seriacas y son tirando a malas).

      No te pierdas nada por no verla, ¿eh? Y totalmente de acuerdo contigo. Ojo, creo que Velvet va de lo que es: una serie para la señora de Cuenca de turno, aunque está mal escrita. El problema también es que los blogs, prensa y demás pone cualquier serie de Bambú como si fuera la mejor serie de España y luego el hype es traicionero. No sé si me explico.

      Yo siempre diré que Globomedia tiene dos líneas editoriales: la de las series familiares que te englobaban arroz con leche y personajes de todas las edades y luego la línea arriesgada. Porque, sí, nos dieron Los Serrano o Bienvenidos al Lolita o Anclados, pero también maravillas como 7 vidas, El grupo, Punta Escarlata y ahora Vis a vis. De hecho, su nueva serie, Pulsaciones, tiene MUY buena pinta y tengo muchas ganas de verla.

      Me imagino que también es un asunto de acomodarse. Globomedia vivió una época dorada con series de éxito tanto tradicionales como más arriesgadas (Los hombres de Paco y El internado pueden tener sus defectos, pero fueron pioneras), se acomodí y Bambú le quitó el puesto. Ahora ésta se ha acomodado y las productoras, en general, se han puesto las pilas.

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    2. Globo ha pegado un puñetazo en la mesa con Vis a Vis espero que a partir de ahora sus líneas sean esa y no hagan más series como Anclados y demás. Pulsacines pinta Enorme!!
      Y T5 tiene por ahí un par de series que Ojalá sean buenas Sé quien eres y otra sobre una chica que desaparece y vuelve.
      Ojalá Bambú para Netflix tire más por la complejidad de Gran Hotel (serie que tiene adaptaciones como churros) que por la simpleza de Velvet) Que se pongan las pilas y hagan algo potente que sabemos que saben hacerlo!!

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    3. Por lo poco que se sabe de Pulsaciones, parece que sigue la línea de Vis a vis. Curiosamente, la audiencia de Anclados era una barbaridad, mientras que nuestras reclusas favoritas nunca han tenido mucha suerte en esas lindes. Algo que no entiendo, la verdad.

      Yo me muero por ver Sé quién eres, es que encima menudo repartazo.

      Yo por lo que leí del proyecto de Bambú para Netflix parecía ser un Velvet, pero ambientado en la telefónica. No sé, muchas esperanzas no tengo.

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  3. La nueva decepción con Bamnbú. Desde Gran Hotel están haciendo unas series un tanto decepcionantes. De velvet sólo me gustan Asier y Mateo y Rita- que son el parón-. La primera temporada de Bajo sospecha me decepcionó. En cambio he de reconocer que la segunda de Bajo sospecha fue mucho mejor.
    Y sobre La embajada es un culebrón disfrazado de serie política. Espero que Bambú vuelva a sus orígenes y traten de arriesgar. Antes estaban a la vanguardia de las series.

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    1. Yo Velvet la dejé en la tercera temporada, estaba harta de la tomadura de pelo que es y me tocaron mucho las narices convirtiendo a Cristina en la villana. Que les den, paso de que se rían de mí. Pero básicamente me gustaban los que dices tú, bueno, Patricia y Jonás también me molaban.

      La embajada es un culebrón, exacto. Lo peor es que lo venden de serie de polítia, de The good wife española y acaba resultando una señora estafa.

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  4. A mi de Velvet sólo me gustan Raúl de la Riva, Clara y Mateo. El resto puffff y es una pena tener a Sacristán y Aitana con personajes con poca chicha!
    Ojalá en Netflix vuelvan a recuperar lo que perdieron que para mi es Complejidad!! Gran Reserva y Gran Hotel eran series difíciles en tramas, personajes... Ves Velvet y te ves venir lo que va a pasar de lejos!!

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  5. ¡Cuanto hacía que no dejaba un comentario por aquí! Creo que le dedico demasiado tiempo a mis estudios jajaja.

    Bueno, a lo que voy que me enrollo jajaja, a mi, de momento, la serie me parece entretenida como dices tu. La trama no es demasiado lenta y se deja ver pero podría haber sido una grandísima serie. Una pena que las tramas culebronescas que se empeñan en meter los de Bambú en todas sus series le estén quitando calidad a pasos agigantados. Los malos muy malos y los buenos tan buenos que parecen tontos, igualito que en cualquier telenovela de estas latinoamericanas. De hecho, si la serie se centrara solo en la corrupción o en la política como dijeron inicialmente, podría ser una serie muy buena y, sobre todo innovadora en España, una The Good Wife española como bien dices o incluso una Scandal española.

    El momento "bolso" en la discoteca creo que nos chirrió a todos, ya nos cuesta aquí en España dejar alguna pertenencia nuestra sola en la discoteca así que no te quiero contar en Tailandia. Vale que buscaran alguna excusa para meter a Ester en la cárcel, pero los guionistas se lo podrían haber currado más. Por lo menos están aprendiendo a no eternizar las tramas, que ya me estaba esperando yo que tuviesen a Ester en la cárcel por lo menos dos temporadas y media jajaja.

    En cuanto a los personajes, muy cierto que la mayoría son ostiables hasta decir basta, pero casi mas los buenos por tontos que los malos. Coincido en que los personajes de Luis (el embajador), Bernardo y Pablo (Pedro Alonso) son de los mas interesantes, sobre todo este último, ya que por ahora es totalmente impredecible. Añado también a Fátima, el personaje de Amaia Salamanca. No es que esta mujer haya sido nunca santo de mi devoción, pero desde Velvet como que le he empezado a coger aprecio y su personaje me parece muy interesante y que nos puede regalar momentos muy buenos (si los guionistas lo hacen bien claro y no se centran demasiado en su predecible conflicto con Sara). Y por último también me quedo con Eduardo, el malo, pero mas por la gran interpretación de Raúl Arévalo que por el personaje en sí.

    Poco mas que añadir, salvo que me da mucha pena ver a actrices tan buenas como Melanie Olivares y Alicia Borrachero tan desaprovechadas. Espero que sepan trabajar sus personajes en los próximos capítulos, crucemos dedos.

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    1. Eh, eh, que estudiar está bien. Ya sabes que si necesitas clases, conozco a alguien que te puede ayudar *guiño, guiño*. Vale, vale, dejo el spam, xDD.

      A ver, mira, si escriben un culebrón bien escrito y lo venden como tal, pues, oye, perfecto. Ahí está Gran reserva, que era una serie muy digna. El problema es que me venden una serie sobre política, una The good wife española (creo que desde la productora lo llegaron a vender así) y luego me dan esto y el golpe es bonito.

      El momento bolso fue tan descarado que hasta lo comentó Maxi Iglesias en Zapeando intentando justificarlo con muy poca convicción. Pobrecito. Lo peor del caso es que con lo retorcido que es Eduardo podría habérselo montado de otra manera, aunque le costara dos episodios acabar en la cárcel. Total, con la estructura de ser un flashback, te podrían haber dado más emoción con saber qué era la desgracia de la que habla Claudia en el juicio.

      Pablo es el único que no sabes a qué carta juega, ni de qué team es y por eso hay que destacarlo. Lo peor del caso es que hubiera molado mil que todos fueran así, para que el espectador se rompiera la cabeza. Lo bueno de Fátima es que está en una posición gris, es la típica que juega para sí misma y eso puede resultar impredecible. Además, a mí Amaia Salamanca me gusta mucho y la actriz me cae súper bien.

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  6. Quería ver esta serie porque parecía que iba a estar al nivel, más o menos, de 'House of cards' o algo más adulto de calidad sin ser la típica serie a lo Globomedia. Luego ya vi que no iba por esa senda y encima salía el de FoQ. Pasé del piloto, vi las críticas de que era muy telenovela y NEXT.

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    1. Es una decepción muy grande, te recomendaría Vis a vis, pero sé que no te gusta T0T Con lo que mola.

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  7. Yo esta serie la empecé con muchas ganas y ya llevo dos episodios de retraso porque los dos primeros me aburrieron hasta el infinito y más allá. Básicamente si me planteo seguir viéndola es porque sale Raúl Arévalo al que vería aunque leyera la guía de teléfonos y no hiciera nada más, porque vaya tela con la serie.

    Estoy totalmente de acuerdo contigo en tu análisis, esto es culebrón y encima tienen el problema de Bajo Sospecha. Los malos son super obvios y van con cara de malos siempre y los buenos son tontos, tontísimos. De hecho, a estas alturas casi apoyo más a Eduardo, Cadenas y resto de malos que al embajador y compañía porque no se puede ser más simple.

    Amaia Salamanca no me parece la mejor actriz de la historia pero en esta serie la veo bien y su personaje me parece uno de los más interesantes.

    Lo de dejar el bolso sólo en la barra del bar no hay quien se lo crea. Vamos, que alguien que se supone que ha viajado haga eso en un país como Tailandia es querer tomar por tonto al telespectador.

    Además, no me gusta nada la subtrama amorosa entre Claudia, Esther y Carlos. Me resulta poco creíble y muy forzada y creo que les vendría mejor utilizar ese tiempo en vender mejor la trama de política/corrupción que es mucho más interesante.

    A ver si me pongo al día y la cosa va mejorando.

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    1. Yo la empecé con muchas ganas, pero luego fue súper decepcionante porque no era para nada lo que habían vendido. Y si sigo es porque Raúl Arévalo y Pedro Alonso me tienen ganada.

      Es que el embajador y, sobre todo, su familia son lo peor. Claudia y Ester son súper idiotas e inútiles y no dan ni una a derechas. Por lo menos en cuatro episodios. Lo malo es que parece que van a peor.

      A mí Amaia Salamanca me gusta muchísimo más cuando hace las cosas con humor que cuando la ponen a dramar. En Tensión sexual no resuelta y Fuga de cerebros está muy bien y las "malas" con un punto pasado como Bárbara en Velvet y Fátima aquí le van súper bien. Además, la peluca pelirroja le queda súper bien. Me gustaría verla haciendo comedia, comedia.

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