Las caídas de Vicente y de Miguel Cortázar

El pasado jueves terminó la segunda temporada de Gran reserva con la caída en desgracia de Don Vicente Cortázar, uno de los personajes más viles y maquiavélicos de la televisión... Y a pesar de todo como mola el patriarca de los Cortázar. A lo largo de las dos primeras temporadas habíamos visto como, uno a uno, Vicente vencía a sus enemigos, manipulándolos y puteándolos hasta la extenuidad. Y, aún así, el tío siempre se salía con la suya. Siempre...

... Hasta que apareció Rosalía. Sí, es cierto que el renovado Miguel era el único que podía hacerle frente, incluso manejarle (por más que se les llene la boca ni Sara, ni Gus, ni Mónica, ni Raúl, ni nadie han podido con Don Vicente), pero no fue hasta la llegada de Rosalía, matriarca perdida del clan, que Vicente empezó a caer en desgracia.

Su mujer (que se me antoja todavía peor que él) ha logrado en unos pocos episodios ganarse el cariño de sus cuatro hijos hasta el punto de que Pablo la eligió a ella, mientras que Miguel y Emma permanecieron neutrales. Eso, unido a que Gus acabó consiguiendo el poder que tanto anhelaba y la herramienta adecuada para hacerle chantaje y que los hermanos decidieron que era hora de ignorarle para ayudar a las bodegas, hicieron que Don Vicente terminara la temporada yéndose de casa prometiendo volver.

Rosalía ocupando el lugar de Vincente en la mesa... ¿Nueva villana en la serie?

Yo, he de decir, que de ser un miembro de la familia me iría hasta Australia y me escondería debajo de una cama, pues estoy segura de que Vicente volverá... Y peor que nunca. Al fin y al cabo el tío encargó el asesinato de su nuera, ha enviado a la cárcel a más inocentes que El comisario de Águila roja y otra serie de lindezas.

No obstante, no podemos decir que no se merezca sufrir un rato, no se puede ser tan hijo de puta en una serie y quedar sin castigo. De hecho, el final de temporada ha sido casi de justicia poética pues muchos han recibido lo que se merecían.

Por un lado, Lucía se ha caído con el equipo y cómo me he alegrado. Que proclame su amor por Raúl a los cuatro vientos si quiere, pero está con él por pura cabezonería y por joder a Miguel. Empezó a salir con Raúl cuando Miguel y ella lo dejaron, luego tardó cero coma en volver con él cuando Raúl le puso los cuernos y todavía menos en comprometerse con Raúl cuando sospecharon que Miguel pudo matar al señor Reverte.

Por cierto, siempre he creído y sigo creyendo que Raúl fue quién asesinó al señor Reverte, al fin y al cabo, ¿cuántas veces ha matado ya?

Como me saca de quicio Lucía, madre.

Pues bien, como decía antes de enrollarme con mis teorías, Lucía se cree que sabe más que nadie, que es más lista y que tiene la verdad absoluta de su lado para juzgar a los demás. Sin embargo, es tan orgullosa y tan egocéntrica que le ha acabado factura. Tanto Daniel como Miguel (que, al fin y al cabo, son los dos que de verdad la quieren) se han tirado la segunda temporada advirtiéndole contra Raúl, pero ella seguía empeñada en no usar la lógica e insistir en que su juicio era el bueno.

Así ha acabado: detenida por los fraudes de su querido Raúl. Y, vamos, puede que sea una insensible, pero no me da pena ni media. La pena es que su madre no la haya acompañado que ya manda huevos que siga defendiendo a Raúl con su hija detenida. Pero, bueno, éste también ha recibido lo que se merecía: quedarse más solo que la una, sin los Reverte ni ninguno de sus socios. Tengo curiosidad por ver qué sucede con Raúl, ya que Aitor Luna estará en una serie distinta. ¿Lo matarán? ¿Irá a la cárcel? ¿Compaginará las dos series?

Y terminando con los Reverte (que de buenos, santurrones y éticamente intachables que son me resultan de un empalagoso tremendo), decir que Daniel ha terminado cargando con la culpa. Cierto es que Raúl y su propia hermana lo tiraron por el barranco como quien dice y sólo Lorena (y a su manera) le ayudó. Pero, claro, al final acabó tragándose sus propias palabras (siempre ha sido él quien ha insistido en que los Reverte eran los buenos y los Cortázar algo parecido a Satán) y empezó a bailarle el agua a Don Vicente, lo que trae consecuencias.

Sí, Vicente le ayudó a librarse de la muerte de Lorena. Por cierto, para estar súper mega enamorado de ella poco sufrimiento le he visto, ¿eh? Y como Don Vicente es un mafias del copón, Daniel tuvo que pagar el precio. Pero, claro, a la mínima decidió ponerse a conspirar y sus propios prejuicios contra el apellido Cortázar (exactamente hacia Miguel) le hicieron dejarse llevar por Mónica y cagarla, pues gracias a él y su búsqueda de la libertad, le entregó a Don Vicente la clave para encarcelar a Lucía.

Y para acabar con la justicia poética, tenemos a Sara. Sara que a lo largo de la primera temporada nunca supe exactamente a qué jugaba: era buena, era mala... Al final, se ha destapado como uno de los personajes más despreciables. No sólo ha mentido a Miguel y a Pablo con la paternidad de María, sino que llegó a vender a su propia hija por dinero. Yo, lo siento, pero ahí Sara se acabó para mí.


Ojo, como personaje sigue dando mucho juego y eso mola, pero ya no siento pena cuando le salen las cosas más. Y me da igual cuanto llore y se haga la víctima, engañó a Pablo y vendió a su hija... Bueno, y no sólo eso, pues hizo que Emma abortara y culpó a Paula de ello sólo por dinero. ¡Lo hizo sólo por pasta! Es que me resulta un ser desalmado el romperle el corazón así a Emma sólo para asegurarse de que ella y su hija vayan a tener un dinero que no les corresponde.

Pero, bueno, la justicia se hizo y Sara fue engañada por Pablo que le arrebató a su hija y su preciado dinero. Vale que a Pablo no le pega, pero, bueno, Sara se lo merecía. Por eso, cuando repite la historia y cae por la barandilla como Irene Salcedo (que intentó arrebatarle los hijos a Rosalía) al intentar quitarle a María a Pablo, pues sigue sin darme pena alguna.

Además, tenemos a Emma y Gus más unidos y distanciados que nunca. Unidos porque ella mató a Manu delante de Gustavo, quien se está encargando de que nadie sepa nada; separados porque, cuando ella quiso terminar con el matrimonio a pesar del secreto que comparten, Gus le mostró su verdadera cara: básicamente le dijo que o seguían casados o la mandaría a la calle.

Mirad que Gustavo es hijo de puta con tirantes y más, pero me fascina. Me resulta uno de los personajes más atrayentes de Gran reserva. No sé, es alguien torturado, débil, extremadamente humillado por todos los Cortázar, salvo Emma. También es complicado y yo diría que un poco bipolar. A veces me da la sensación de que de verdad quiere a Emma, otras que es un mero instrumento para lograr el poder que tanto anhela. Nunca sé de qué va exactamente y eso me encanta, además soy muy fan del actor, sep, xD.


Ha terminado la temporada consiguiendo ser parte del grupo de accionistas de las bodegas Cortázar junto a una novia socia, Paula. A ver, la historia de Paula no hay quién se la crea porque, vamos a ver, si estaba encerrada en un psiquiátrico cómo ha regresado al pueblo con braguetazo incluido. Pero, vamos, que la trama mola y se les perdona ^^

Eso sí, me toca las narices de sobremanera que Paula vaya directamente a vengarse de Miguel. Coño, es que todos van en contra de Miguel y, claro, es mi personaje favorito y lo paso muy mal por él.

Porque, además, es sumamente injusta la posición de Miguel. Desde que le dispararon es otro hombre, uno que siempre intenta hacer lo correcto, hacer el bien, pero al que le echan constantemente en cara su pasado. Un pasado que no recuerda. Por eso, Miguel debe estar todo el santo rato soportando que le digan que tiene la culpa de todo, que es malvado y demás estupideces. No sé, me da mucho coraje que absolutamente todos los personajes estén constantemente pidiéndole que sea el que ellos quieren que sea y, al mínimo problema, le reprochan el Miguel que fue en el pasado.


Por ejemplo, Raúl siempre le echa en cara que vaya en contra de él, cuando en realidad es Raúl el obsesionado con putear a su hermano. Otro ejemplo sería Lucía que no deja de recordarle que es malvado y tal, cuando Miguel no ha dejado de ayudarla. De hecho, al final de temporada escondió los papeles de Mónica para que a ella no le pasara nada.

Y, bueno, si al principio hablábamos de la caída en desgracia de Don Vicente, para acabar hablo de la caída de Miguel Cortázar. Cuando parecía que tenía todo medianamente solucionado (familia feliz con su madre, la bodega con un socio nuevo y mucho dinero, haber vencido a su padre, proteger a Lucía...), va y todo se derrumba como un castillo de naipes: prácticamente Don Vicente le declara la guerra en una escena increíble (Tristán Ulloa y Emilio Gutierrez Caba la bordaron, fue increíble), Lucía acaba en la cárcel, la nueva socia es Paula clamando venganza contra él (digo yo, ¿qué culpa tienen los demás de que Don Vicente sea un cabrón?)...

Lo peor viene cuando, desesperado por la nueva situación de Paula, acude a Mónica, la antigua abogada de las bodegas. No vemos qué ocurre, tan sólo que Miguel sale corriendo... Y que ella aparentemente se ha suicidado. Vale, está claro que la han matado y que Miguel no ha sido; tampoco Raúl, pues estando muerta la llama para pedirle ayuda con el tema de Lucía. Entonces, ¿quién ha matado a Mónica? Yo voto por Paula y que todo es una trampa que le ha tendido a Miguel. ¿Y vosotros?