viernes, 24 de agosto de 2012

El enemigo en casa

Hoy acabo de ver el último episodio de la séptima temporada de Supernatural. Sí, hoy, finalizando el mes de Agosto y, sí, tras ver el resto de la temporada al día, iba dejando atrás el final de temporada en parte por pereza, en parte por miedo.

Y es que Supernatural ha pasado de ser una de las mejores series que se hacían a una serie que, aunque entretenida, resulta irregular y, en muchas ocasiones, desesperante. Habrá quien diga que tras que los Winchester desarmaran el Apocalipsis al final de la quinta, ya no tenían nada potente que ofrecer; habrá quien opine que siete son muchas temporadas y que la serie se ha quemado.

Pues bien, yo no estoy de acuerdo con eso.

Creo que, sencillamente, lo que le ocurre a Supernatural es que tiene el enemigo en casa, es decir, en su showrunner. Durante las primeras cinco temporadas, el encargado de capitanear Supernatural fue Eric Kripke que, aunque pegó un bajón hacia el final de la quinta temporada, supo llevar la serie desde procedimental a otra más continuada. Bien, desde la sexta temporada le dejaron el trabajo de showrunner a Sera Gamble y, desde entonces, todo ha sido un desastre. ¿Casualidad?

Sam y Cas no creen que sea casualidad ;P

La cuestión es que Sera Gamble planteaba ideas buenas para continuar la serie, tanto la mitología de la madre de los monstruos como los leviatanes pintaban interesantes, podrían haber dado mucho de sí. ¿El problema? Que no ha sabido desarrollarlas. Tras plantear la idea de los monstruos, Eva y demás, lo soluciona en cinco minutos en la escena más anticlimática que haya visto nunca. A los leviatanes, en la séptima, intentó que resultaran aterradores y, aunque desarrolló mejor la lucha entre ellos y los Winchester, no consiguió que fueran carismáticos o dieran miedo.

Por otro lado, da la sensación de que esta señora o no sabía exactamente qué hacer con la serie o que era una fan que se hacía con las riendas. Antes de que comenzara la sexta temporada, declaró que iba a volver al origen de Supernatural: es decir, al procedimental puro y duro contando únicamente con los dos Winchester porque era la relación entre los hermanos lo que le gustaba (de hecho, en su día se declaró Wincest... no comments).

Sin embargo, escribió tramas a largo plazo y desarrolló una mitología nueva que, de hecho, sirve de arco englobando sus dos temporadas. Eso sí, lo que se ha hartado a hacer es a dar importancia a la relación entre Sam y Dean.


Para eso, se ha cargado a todo secundario que pudiera entrometerse: primero destrozó vilmente a Cas (y doy gracias a que Edlund y Misha Collins insistieron en hacer el episodio centrado en él de la sexta temporada, The man who would be king) y después hizo exactamente lo mismo con Bobby. ¡Con Bobby! Coño, que Bobby era una institución en Supernatural, cojones. Eso sin contar la ristra de secundarios que ha matado la tía, de hecho estoy anonadada con el hecho de que Crowley siga vivo.

Así que, durante dos temporadas, hemos visto como daban vueltas sobre lo mismo una y otra vez, estropeando a un buen personaje como era Dean. Yo adoraba a Dean Winchester, en serio, pero durante estas dos últimas temporadas no hemos dejado de ver a un Dean intransigente, amargado y rebordecido que únicamente prestaba atención a su hermano, al que le perdonaba cualquier cosa, mientras se limitaba a tratar fatal a los demás.

Bueno, vale, con "demás" me refiero a Cas, pero es que tampoco es que los Winchester anden sobrados de amigos. La cuestión es que me cabrea el maltrato al que han sometido a Bobby y a Cas en estas dos últimas temporadas. ¿Era necesario matar a Bobby y, encima, sacarlo de fantasma para que se fuera convirtiendo en malo para que, al final, los Winchester lo largaran sin más? ¿Era necesario el vía crucis que ha soportado Castiel?


Porque, vamos, ha pasado de no hacer nada, a que nos lo muestren como un traidor (que yo no lo veo así, todo sea dicho, creo que se le fueron las cosas de las manos y la lío parda), a sacrificarse para salvar a Sam, a estar completamente loco y con una extraña (e inexplicable) obsesión por la Meg más inútil (y peor interpretada) que ha pasado por la serie. Aprovecho para pedirle a Crowley, de nuevo, que la haga arder, mate o lo que sea porque estoy harta de que le den tanto bombo a un personaje que, desde que regresó, no pinta nada en realidad.

Ah, por cierto, todo ese camino de Castiel ha estado salpicado de borderías, gritos y demás provenientes de Dean, que es capaz de perdonarle a su hermano que provocara el Apocalipsis, se diera a la sangre de demonio y demás, pero es incapaz de perdonar a Castiel ninguno de sus fallos, pese a que el ángel se ha resarcido lo suyo.

Aún así, no todo en estas dos temporadas ha sido malo: además de unos cuantos episodios bastante buenos (The french mistake es una pasada, por poner un ejemplo), hemos tenido a Crowley paseándose por ahí como Rey del Infierno (lo que siempre es de agradecer) y también la trama de Sam ha sido interesante. Anda que... Que me guste la trama de Sam a mí, ¿a dónde he ido a parar?

Uhh, es Sexy Mark Sheppard, dos veces en la misma semana, estamos que lo petamos.

La cuestión es que todo el tema de Sam sin alma, luego con el alma y la locura me ha gustado bastante. Así, Sam al menos tenía algo que hacer, nos han dado buenos momentos, hemos visto a Muerte y, sobre todo, a Mark Pellegrino de Lucifer lo que es bien y, bueno, ha sido algo distinto a lo que nos tenían acostumbrados. Prefería eso al bombo que le dieron a que Dean matara a Amy Pond (que raro es escribir eso ahora que he visto Doctor Who, xD).

En cuanto al final de temporada, pues ha sido entretenido y ha molado ver a Crowley teniendo papel, además de su reacción al encontrarse con Cas medio loco. Eso sí, lo mejor de todo es cómo acaba y la situación que le deja al nuevo showrunner, que para mí es algo así como Luke Skywalker, vamos, mi última esperanza. Y es que se supone que Sera Gamble ha dejado el barco (a mí me gusta pensar que le han dado la patada... también literalmente ;P) y la ha sustituido Jeremy Carver al cual han traído de vuelta y que, por cierto, escribió episodios realmente buenos (ahora mismo recuerdo Free to be you and me, que es epic, awesome y demás y también Changing channels, que es MUY genial).

Así, tenemos a Sam completamente solo sin saber qué le ha ocurrido a Dean y a Cas, que, a su vez, están atrapados en el purgatorio. De hecho, por lo poco que se ve, parece que Cas vuelve a ser él y también que abandona a Dean, cosa que seguro que no pasa, aunque Dean se lo tendría merecido por gilipollas (mi corazoncito Destiel lleva sufriendo dos años y estoy cabreada con él ù_ú). También tenemos a Crowley demostrando que, si estuviera en Game of thrones, él se haría con el trono, pero que aquí ha secuestrado a Kevin, que es profeta que ha aparecido en los últimos episodios. Vamos, que Jeremy Carver tiene buen material por delante...

Y yo espero que me den Destiel del bueno, ya que se supone que Castiel estará por ahí y, además, el interés amoroso que han metido es para Sam =D

1 comentario:

  1. Bobby... murió? Me descuido tantito (bueno MUCHO) de Supernatural y me matan a Bobby y me reviven a Castiel.

    ResponderEliminar