lunes, 8 de julio de 2013

El hijo de Neptuno

Tras la ausencia de reseña de la semana pasada, vuelven los lunes literarios y, en esta ocasión, os voy a hablar de la nueva novela de uno de los grandes, un hombre con el cual os estoy dando bastante la tabarra últimamente: Rick Riordan. No me habéis visto, pero he aplaudido y ovacionado como una loca, que Rick se lo merece ;) Y la novela que hoy nos ocupa es El hijo de Neptuno, la segunda entrega de la saga Los héroes del Olimpo, cuya primera parte, El héroe perdido, ya reseñé.

En esta segunda parte nos reencontramos con Percy Jackson. Percy no recuerda nada de su vida, tan solo tiene un recuerdo: que tiene una novia llamada Annabeth. La está buscando, cuando se topa con dos gorgonas que empiezan a perseguirlo sin descanso y, así se acaba topando con Juno, que lo conduce al campamento Júpiter. Una vez ahí, Percy conoce a Hazel y a Frank, con los que acaba marchando hacia Alaska, la tierra donde los dioses no tienen poder, para llevar a cabo una peligrosa misión: liberar a Tánatos, el dios de la muerte, de las garras de un gigante.

Si bien en este libro nos reencontramos con nuestro adorado Percy Jackson (lo que ya es algo que mola), es diferente a los anteriores libros de la saga. Bueno, el esquema se ajusta al anterior: tres protagonistas con sus respectivos misterios que deben hacer frente a una misión a contrarreloj y cuyo desenlace estará relacionado con que todo siga como siempre o la malvada Gea se alce con el poder. Sin embargo, al estar ambientado en el campamento romano (de cuya existencia nos enteramos en el libro anterior), posee una personalidad ligeramente diferente, ya que el Campamento Júpiter es muy distinto al Campamento Mestizo.

Y es que el Campamento Júpiter es como los campamentos romanos: tanto la organización, como el carácter duro y severo, aunque también valeroso, organizado y luchador. Personalmente, encontré muy interesante conocer cómo funcionaba el Campamento Júpiter y disfruté mucho la ambientación que consigue Rick Riordan.

En lo que respecta a la misión de los tres protagonistas, al viaje que emprenden, lleva el sello Riordan: una aventura tras otra, de la cual los héroes salen empleando el ingenio y que, además, contienen un giro muy chulo de las historias mitológicas. A destacar la parte de las Amazonas, que es sencillamente genial. Me pareció muy, muy original.

Por eso, resulta una lectura de lo más entretenida, además de adictiva: estás deseando saber cómo van a salir del lío, cómo va a continuar la aventura... y, además, qué ocultan los personajes.

A Percy lo conocemos bien y, sencillamente, asistimos a como se las intenta apañar sin recuerdos, salvo el de Annabeth (eso es muy bonito, por cierto) y cómo se va haciendo amigo de sus dos compañeros. No obstante, tanto Hazel como Frank tienen historias complejas, un pasado que desentrañar y que tienen que ver con maldiciones. Eso sí, mientras que de Hazel se nos oculta deliberadamente lo que ocurrió, al menos al principio, Frank no tiene ni idea de la maldición que asola a su familia, que tiene que ver con un poder increíble.

Es curioso como Frank, que a priori parece bastante inútil, no tiene ningún talento especial, es parte de un linaje de héroes que poseen un gran poder. Evidentemente, se acaba conociendo tal poder, pero me gustó mucho esa dualidad del personaje, también el hecho de que, aunque él no lo creyera, era un gran héroe y el que puede salvar al mundo.

Hazel, por otro lado, me resultó otro personaje memorable: su historia, su secreto, incluso su maldición forman un entramado muy bien orquestado y muy chulo. Además, Hazel mola, me cayó muy bien desde el principio y luego sólo fue a mejor.

La verdad es que todas las historias que plantea Rick Riordan en El hijo de Neptuno se resuelven de la mejor de las maneras. Bueno, como siempre, no sé cómo lo hace este hombre, pero nunca decepciona. Y ahora ya sólo me queda esperar hasta octubre, cuando salga publicada la tercera entrega, La marca de Atenea. Eso sí, miedo me da lo que vaya a pasar, porque cada vez que un personaje hace alusión al futuro es para echarse a temblar.

El próximo lunes literario estará dedicado a... La casa de Riverton de Kate Morton.

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