miércoles, 18 de junio de 2014

La farsa no tan farsa de Amy

Faking it era la nueva propuesta de comedia juvenil de la cadena MTV, que nos presentaba a Amy y Karma, dos amigas que acababan haciéndose pasar por lesbianas para ser populares en un instituto donde los marginados son los que parten la pana y los pringados son aquellos que, en otros lados, serían las abejas reinas.

La propuesta era, cuando menos, original, ya que ese instituto de Austin jugaba al mundo al revés y suponía una vuelta de tuerca a un género que siempre suele regirse por las mismas reglas. Y, bueno, es cierto que no aprovechan el mundo de instituto, algo que deberían trabajar de cara a la segunda temporada y ampliar el universo de personajes. Pero también es verdad que en Faking it han sabido encontrar el rumbo, el tono y el corazón y le ha sentado estupendamente.

Porque los primeros episodios no terminaban de hacer click. No es que estuvieran mal, que no era el caso, pero le faltaba algo. En ellos nos contaban como Karma, desesperada por ser popular, arrastraba a Amy a su farsa de fingir ser lesbianas, mientras también intentaba seducir al chico guapo del instituto, Liam Booker. Era una premisa válida para una comedia romántica de noventa minutos, aunque yo no estaba muy segura de que fuera a dar mucho de sí como serie. ¿Hasta cuándo iban a mantener el engaño? ¿Iban a repetir situaciones de enredos continuamente?


Y, de hecho, no terminaba de funcionar como centro de Faking it, al igual que tampoco terminaba de convencer el personaje de Lauren (la hermanastra de Amy) como mala malísima de la función o zorra de instituto, como prefiráis.

Pero, por suerte, los guionistas se dieron cuenta y decidieron cambiar el rumbo de la ficción, centrándolo en el mejor personaje que tenían y en su mejor actriz. Porque la Amy de Rita Volk ha sido el auténtico descubrimiento de Faking it, se ha convertido en su corazón y también en el personaje más interesante y carismático. No es que no haya otros grandes personajes, que los hay, pero ha jugado muy en contra de la otra protagonista de la serie.

La dinámica entre Amy y Karma no es precisamente algo nuevo. Mis primas se pirran por una serie del Disney Channel sobre bailes (Shake it up, por si os interesa), donde la pareja protagonista también se basa en una amiga egoísta que arrastra a la más sensata a sus locuras. No es que sea una especialista el dicha serie, pero lo poco que he visto con ellas, ambas están equilibradas y los arranques egoístas de una acaban provocando que la sensata haga lo que de verdad quiere hacer y que no se atreve a hacer y siempre tienen una base más o menos sólida como conseguir su trabajo soñado.


Pero aquí todo lo que Karma ha hecho no sólo ha sido egoísta, sino que también ha sido destructivo para Amy y basado en un pretexto tan idiota como querer ser popular a toda costa o poder estar con un chico al que ni siquiera conoce. Por eso, es muy difícil sentir cierta empatía con Karma y sus dramas o idas de olla, sobre todo cuando sus actos siempre provocaban que Amy sufriera. Porque siempre, siempre, Amy acababa teniendo problemas porque Karma era incapaz de pensar en nada más que en lo que ella quería: la salida del armario, que casi mata del disgusto a la madre de Amy; el trío, que implicaba a Amy sin que ella supiera nada...

Y, claro, tampoco ayudaba que Liam Booker fuera el mayor aborto de galán de la historia. Porque, madre mía, se puede ser soso y luego se puede ser Liam Booker. Es cierto que han intentado darle algo de profundidad, de no hacer al típico guaperas de instituto, sino a alguien más complejo que no sólo era alguien que apoyaba a los marginados, sino que tenía problemas familiares y demás. Y yo no sé si es que es tan poco interesante por cuestiones de guión, si es que no saben escribir el personaje o es que el talento interpretativo de Gregg Sulkin es nulo, pero, vamos, que Liam Booker ha sido, en general, un pozo de desinterés y sosez tremendo.

Además, Karma no tiene química con él. Para nada. Yo creo que si Katie Stevens besara a una escoba, sería lo mismo. Es como que ella sí que le pone ganas, se esfuerza, pero él es lo más soso de la historia. En serio. Eso hace que el triángulo sea un poco difícil de comprar, más que nada porque cuando Karma está con Amy sí que saltan las chispas. ¿Acaso hay alguien que quiere que Karma esté con Liam en vez de darle una oportunidad a Amy?


De hecho, cuando Karma quiere es la cosa más mona con Amy, lo que hace que, por un lado, veamos cierta humanidad en ella y, por otro, entendamos que Amy esté enamorada de ella.

Antes he dicho que Amy era el corazón de Faking it, el centro, y es verdad. La serie se encaminó muchísimo cuando se olvidó de que era una comedia con dos chicas fingiendo ser lesbianas y se centró en ser una dramedia juvenil con el viaje de Amy como trama principal.

Porque el viaje de Amy ha sido algo mágico de ver: la incertidumbre, sus dudas, el miedo y la esperanza, combinado con su nueva situación familiar, lo que hacían de Amy un personaje un tanto complejo y adorable. Porque Amy es la sensata, es la que acepta todo, la mejor amiga, la que pasa de cosas de instituto, pero al mismo tiempo es la que se vuelve loca y vengativa cuando se le cabrea (estuvo divertidísima con el tema del croquembuche) y la que no duda en hacer lo que sea, por mucho que se vuelva en contra de ella, por Karma. Y Rita Volk está fantástica. No sólo es natural, sino que sabe retransmitir la vulnerabilidad de Amy, su ilusión y su dolor y hace que la adores por encima de todas las cosas.


Amy, encima, se convirtió en el centro de los personajes. Entre ellos muchos no tienen relación, pero todos están unidos a Amy de una forma u otra. Y mientras que la relación entre Karma y Liam estaba muy falta de magia y de interés, los otros dos secundarios se perfilaron mucho más interesantes a lo largo de la temporada. Shane funciona perfectamente tanto como amigo y apoyo de Amy y de Liam, tanto como chico más popular y rompecorazones, que intenta ser mejor persona de lo que él mismo se cree. Y Lauren ganó enteros haciendo equipo con Shane y luego apoyando a Amy cuando más lo necesitaba.

La verdad es que Lauren es otro de los personajes que más me han gustado. Al principio, como zorra malvada no sólo era tópica, sino plana y no funcionaba, quedando más esperpéntica que otra cosa. No obstante, acabaron mostrando que tenía corazón y ganó enteros. Es mucho mejor como amienemiga de Amy y Shane, como una chica que no es tan fiera como la pintan y que tiene problemas, que como villana.


Y hasta aquí la ausencia de spoilers, porque lo que ha pasado en el final de temporada me ha dejado tan loca que tengo que entrar en faena. Así que, ya sabéis, si no lo habéis visto, pasad de lo que queda ;P

Yo tenía claro que el entramado de mentiras de Karma le iba a pasar factura, haciendo honor a su nombre. Karma llevaba jugando con Amy y Liam toda la temporada y ni siquiera intentaba enmendarse, se limitaba a mentir y mentir para salirse con la suya, sin pararse a pensar en lo que provocaban sus mentiras. Por tanto, era justicia que tarde o temprano, todo le estallara en la cara.

Ha sido curioso como ha pasado de tenerlo todo a nada en un solo episodio. Al fin estaba con Liam, las cosas con Amy parecían estabilizadas, pero entonces ha comprendido de una vez que Amy estaba enamorada de ella y ha tenido que revelarle que estaba con Liam, algo que ha terminado de romper la patata de Amy. Porque una cosa es que tu mejor amiga no te corresponda y otra muy distinta que esté con alguien a tus espaldas, sobre todo con alguien que ha conseguido utilizándote a ti. Es muy, muy cruel, por mucho que Karma no conociera sus sentimientos... que habría conocido de no ser tan egocéntrica, por cierto.

"Amy, do you have feelings for me?"
¿Y ahora te das cuenta? Really?

Y, al mismo tiempo, Liam se enteraba de todo el engaño y, claro, la ha mandado a la mierda, algo que era de esperar una vez le ha hablado de los problemas que había en su familia con ese tema.

La verdad es que este episodio ha logrado que, al menos, Liam me interesara algo y me diera pena, porque ha sido muy triste verlo destrozado tras saber la verdad. Porque Karma lleva volviéndolo loco toda la temporada con sus idas y venidas y, encima, ha descubierto que todo era una mentira desde el principio.

Al final, los enemigos, los dos que luchaban por lo mismo casi sin saberlo, han acabado en la misma situación y compartiendo más que la chica ha conseguir. Ambos se sienten estafados, dolidos y traicionados por Karma, lo que les ha hecho bajar a los infiernos donde se han encontrado. Y, aunque al ver cómo se acostaban borrachos y dolidos he flipado colores, una vez lo he pensado tenía todo el sentido del mundo.

La hostia que se va a llevar Karma va a ser de campeonato.

Además, esa escena supone un cambio de juego en toda regla. Del engaño no queda nada, ya sólo queda la honestidad y un escenario completamente nuevo: la amistad entre Amy y Karma pende de un hilo y cuando se conozca la noche de pasión entre Amy y Liam va a estar peor; Lauren parece estrechar lazos con su hermanastra y seguramente tenga que afrontar que todos conozcan su secreto; Shane, el ligón, no sólo tiene novio, sino que éste es célibe...

Vamos, que la segunda temporada pinta muy, muy interesante y tengo muchas ganas por ver cómo se van a desarrollar las relaciones a partir de todos los cambios introducidos en este octavo episodio. Ay, qué larga va a ser la espera.

PD: Que la semana que viene vuelve Teen wolf, ¡yupi! =D

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