lunes, 15 de septiembre de 2014

Silber, el primer libro de los sueños

Hace algún tiempo descubrí a Kerstin Gier con su trilogía El amor más allá del tiempo, que es lo más de lo más y que tiene a una de las mejores protagonistas que he leído nunca. Con esos antecedentes, me emocioné como nadie al saber no sólo que Kerstin Gier tenía nueva saga, sino que iban a publicarla en España. Así que, en cuanto pude, me hice con la primera entrega, Silber. El primer libro de los sueños, y prácticamente la devoré en dos días.

Y si en su anterior saga, Kerstin Gier se centraba en viajes en el tiempo, en esta ocasión vuelve a elegir algo bastante original: los sueños.

Liv Silber y su hermana Mia llevan toda la vida viajando de un lado a otro debido a los trabajos de sus padres, que, además, están divorciados. Cuando su madre decide establecerse en Londres, ambas creen que por fin podrán cumplir su sueño de quedarse en una bonita casa de campo. Sin embargo, cuando llegan a Londres tras haber pasado el verano con su padre, las hermanas Silber descubren que los planes de su madre son muy distintos: se ha enamorado de un hombre que tiene dos hijos. Por eso, las hermanas Silber acaban matriculadas en el colegio, un tanto elitista, al que acuden éstos y, encima, tienen que ver cómo encaja su estrambótica familia (formada por su madre, una niñera alemana y un perro) con la familia del novio de su madre.

Por si eso no fuera poco, en su nueva escuela Liv conoce a cuatro chicos guapísimos (entre los que se incluye su nuevo hermanastro) con los que acaba soñando. No sólo el sueño es rarísimo, pues incluye un ritual demoníaco, sino que, poco a poco, Liv descubre que los sueños tienen repercusiones en la vida real: las conversaciones que mantiene en sueños con dichos chicos, éstos las recuerdan y, encima, dos de ellos quieren proponerle algo, aunque tanto su hermanastro, Grayson, como el cuarto, Henry, no parecen muy contentos con la idea.

Creo que el único problema que tiene Silber es que la anterior novela de la autora, Rubí, es redonda, casi perfecta. Rubí puso el listón muy alto y Silber se ha podido ver afectada por eso, ya que era difícil no comparar porque había muchas ganas de leer algo nuevo de Kerstin Gier.

Y es que Silber peca de ser introductoria. Es verdad, es una novela donde se explora tanto la situación personal de Liv, como se introduce el mundo onírico, su funcionamiento y se plantan las semillas para las siguientes entregas.

Sin embargo, me ha encantado. De verdad, la he disfrutado mucho.

Porque Silber es divertidísima. Lo que me reí leyendo esta novela no está escrito, sobre todo por esa grandísima protagonista que, de nuevo, nos ha regalado Kerstin Gier. Liv es una chica que le encantan los misterios, que es responsable, pero también divertida y valiente y tiene unas ocurrencias geniales. Además, es lista, no confía en nadie a la primera (¡bien por no ser una pava cándida!) y es una narradora muy divertida, que siempre tiene una interpretación genial de la situación o una referencia a la cultura pop en la pluma, o lengua en este caso, ya que la historia está narrada en primera persona.

Además, Liv tiene una relación muy lograda y muy chula con su hermana menor, Mia, al igual que con su madre y Lottie, la niñera alemana que prácticamente les ha criado. Por eso, aunque la primera parte de la novela se dedica sobre todo a explorar la situación personal de Liv y su familia es una lectura muy disfrutable, pues las conversaciones entre esta peculiar familia y las situaciones en las que se ven envueltos son muy graciosas.

Los cuatro chicos que se cruzan en la vida de Liv no están tan perfilados como su familia, siendo ese el único fallo que le encuentro a la novela. De momento, en esta primera entrega, dos de ellos sí que son más desarrollados por la autora, pero los otros dos prácticamente están de comparsa: uno de ellos (Jasper) únicamente es el ligón atolondrado que suelta tonterías de vez en cuando y el otro (Arthur) es un misterio que habla de forma pedante, que tengo mis teorías sobre él, pero hasta no leer más, prefiero guardármelas ;P

En la categoría de algo más desarrollados, entran Grayson y Henry. Grayson es el hermanastro de Liv, un chico responsable que intenta cuidar de nuestra protagonista y protegerla, lo que hace que Liv se tire de cabeza a los misterios. Henry, por su parte, es un chico que guarda secretos, que parece saber más de lo que dice, pero que también es encantador, divertido, ingenioso y romántico porque, sí, Henry es el chico de la función.

La verdad es que a mí Henry me gustó mucho, pese a que es un personaje un tanto misterioso y, claro, dada la trama onírica, a veces se puede desconfiar de él. Sin embargo, a mí me gustó mucho su interactuación con Liv: sus diálogos son chispeantes, tienen escenas muy bonitas y él está a la altura de ella. En mi opinión, el romance es un poco precipitado y la autora debería haber alargado el tonteo, pero, bueno, es bastante mono y no es lo principal ni mucho menos (de hecho, es que la novela se centra sobre todo en Liv) y se disfruta mucho.

En este primer libro, la parte cotidiana gana a la onírica, pero a medida que la historia avanza es la segunda la que cobra mayor importancia. Me resultó muy interesante el concepto que plantea: lo del mundo onírico en el que, a través de puertas, se puede entrar a los sueños de los demás, lo que confiere poder al observador. Además, los sueños están muy conseguidos; Kerstin Gier logra que den mal rollo y evoca imágenes muy potentes con descripciones que no pecan de largas y que son tan efectivas como especiales, ya que poseen unos detalles muy chulos.

No voy a entrar en detalles con esa parte de la historia, ya que creo que lo mejor es ir leyendo y ver qué depara la historia. Sólo diré que me gustó mucho y que, aunque de nuevo peca de introductoria, creo que puede dar mucho juego de cara a las siguientes novelas.

Otra cosa del libro que a mí me gustó fue que, de vez en cuando, había entradas de un blog de cotilleos al más puro estilo Gossip Girl. En algunas reseñas que he leído, se escandalizaban porque la autora empleara ese recurso (ni que Gossip Girl tuviera el monopolio de los chismes de instituto), pero a mí me ha parecido que estaba bien empleado, pues con un par de párrafos, te situaba en el instituto y establecía relaciones que eran importantes para la trama y que tanto Liv como el lector desconocían.

Para terminar la reseña, lo único que me queda decir es darle un pequeño tirón de orejas a la editorial que la ha editado en España (el sello B de Blok de Ediciones B): la edición es una preciosidad, pero la traducción, a veces, era... vamos a decir rara. Algunas expresiones no tenían ni pie ni cabeza, como si lo hubiera traducido Google en vez de un traductor.

Silber, el primer libro de los sueños es una novela introductoria, pero es tan divertida y tiene una protagonista tan genial que no sólo se lee en un verbo, sino que es de lo más disfrutable. Estoy deseando leer su siguiente entrega.

El próximo lunes literario estará dedicado a... La caverna de las ideas de José Carlos Somoza.

5 comentarios:

  1. oye, sabes si hay fecha para el segundo en España?

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    1. Pues la verdad es que no tengo ni idea. Creo que el libro sale en Alemania pronto, aunque tampoco estoy muy segura. Lo único que he visto es la portada, que es muy chula.

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  2. A ok es que me leí el primero y estoy deseando que llegue el segundo.
    PD : yo en otras webs vi comentarios españoles que se lo habían leído.:-)
    Me encanta tu blog!!!!!

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    1. Yo también estoy deseando leer el segundo, así que te entiendo ;)

      PD: Pues es que ni idea. A lo mejor se lo han leído en alemán. Yo es que de alemán ni papa, si fuera inglés, sería otra cosa.

      ¡Gracias! =D

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    2. De nada!
      Hasta la roxima, besos

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