El día que me quieras

Hoy os traigo la reseña de un libro que me sorprendió gratamente: El día que me quieras de Adolfo Puerta Martín. Pero vayamos por partes porque la historia de cómo llegó el libro a mis manos es digna de contar. No sé si sabréis que mi abuelo consiguió que me enganchara a Amar en tiempos revueltos y, a falta de mi adorado y ya extinguido Sé lo que hicisteis, pues me veo la telenovela con mi consiguiente enamoramiento gordo gordísimo con Javier Collado y su Héctor Perea.

Pues bien, hace poco estaba haciendo yo la compra en el Eroski de mi pueblo cuando, en la zona de los libros, me chocó una portada. Tras el consiguiente: ¿es?, ¿no es?, ¿es?, ¡es! ¡Que el de la portada es Javier Collado!, no me pude resistir a coger el libro y echarle un vistazo. Al final, me acabé leyendo los dos primeros capítulos ahí mismo y me enganché, así que acabé haciéndome con el libro.

Lo primero de todo decir que El día que me quieras es una novela ambientada en el universo de Amar en tiempos revueltos, pero que no es necesario haber visto la telenovela para poder entenderlo. De hecho, el libro ofrece una especie de prólogo donde el propio Héctor Perea resume lo que le ocurrió por su paso por la serie durante la cuarta y la quinta temporada (fue uno de los protagonistas de ambas y ahora ha vuelto con su socio Bonilla, por si os interesa :P) para que puedas entender su situación personal si eres ajeno a la serie. De hecho, a mí me vino bien porque conocía la historia a grandes rasgos y, aunque estoy viendo la cuarta temporada (sí, me falta Giselle de Encantada cantándome, xD), voy despacito :P

¿Y de qué trata El día que me quieras?

Héctor Perea ha regresado a Madrid tras que su matrimonio se terminara y malvive en el despacho que tiene alquilado, donde ejerce de detective privado tras haber abandonado la policía. Un buen día, una mujer muy hermosa le hace un encargo: debe encontrar a una mujer que acaba de salir de la cárcel y sacarla de España. Además de prometerle mucho dinero, únicamente le entrega una fotografía de antes de la guerra y le indica que podría encontrarla en una zona de vagabundos.

Así, Héctor comienza a investigar un caso en apariencia sencillo, que acabará complicándose al verse salpicado de víctimas, traiciones, peces gordos de la España franquista y, sobre todo, porque Héctor comienza a experimentar sensaciones que creía olvidadas.

Aunque por el título y la especie de resumen que he hecho, puede parecer una novela de amor, no lo es. Nada más lejos de la realidad. El día que me quieras es más una novela negra que otra cosa, donde seguimos las pesquisas de un detective al que nunca le han importado políticas o religiones, pero sí las personas.

De hecho, precisamente la parte romántica de la novela es lo único que me chirría. En realidad, no llega a ocurrir nada entre Héctor y su clienta, pero él sí que admite que tiene sentimientos hacia ella desde el momento en que se conocen. Y, a ver, ya no es que me parezca precipitado, es que me parece un sinsentido que tras una entrevista de cinco minutos en los que únicamente ella contrata a Héctor, éste empiece a tener sentimientos por ella que le ayudan a superar el abandono de su mujer. No sé, personalmente me quedé un poco: WTF?

Pero, vamos, que se le perdona porque, aunque esos sentimientos están ahí, el autor se concentra más en las investigaciones, la acción y, sobre todo, desarrollando la forma de ver las cosas de Héctor.

La novela está narrada en primera persona y, personalmente, me ha gustado mucho cómo está escrita. Adolfo Puerta Martín es guionista de la serie y, aunque no he leído sus otras dos novelas (Azucena de noche y Si tú me dices ven, lo dejo todo, que también están ambientadas en el universo de AETR), en El día que me quieras sabe captar el tono de Héctor a la perfección: directo al grano, expresivo, irónico, sincero... Al mismo tiempo que resulta una narrativa muy cuidada, que resulta bonita sin resultar excesiva y redundante.

Personalmente, Héctor Perea siempre me ha parecido un gran personaje con sus luces y sus sombras: por un lado, es un policía/detective adelantado a su época, inteligente, encantador, razonable, dulce en su justa medida y a su manera, irónico, un crack, vamos; por otro lado, tiene demasiado carácter, enseguida se abandona al alcohol... Pero, a pesar de todo, resulta un personaje fascinante que enseguida te cae simpático y con el que es fácil empatizar entre su manera de ser y su ojo crítico, siempre al acecho. Pues Héctor, como él mismo dice, es apolítico y agnóstico, pero tiene sentido de la justicia y sabe mirar a la personas por lo que son más allá de religiones y condiciones políticas.

Además de Héctor que, como he dicho, es el gran protagonista, aparece una galería de secundarios muy cuidados y que cumplen perfectamente con su función: desde el chivato leal y simpático hasta el terrible policía sin escrúpulos. Para aquellos que hayan visto algo de la serie, aunque se nombran a vecinos de la plaza de San Frutos como los del bar Asturiano, sí que aparecen una serie de viejos conocidos como Beltrán. Personalmente, eché de menos a Bonilla (ey, para algo es el amigo y compañero de Héctor), pero me emocioné al reencontrarme con César y Adelaida.

Como ya he dicho, Adolfo Puerta Martín sabe contar muy bien la historia usando a Héctor como narrador y, además, sabe darle el ritmo adecuado. En ningún momento la narración se hace pesada o redundante, sino que desde el principio va cogiendo ritmo poco y cuando llegué hacia la mitad, ya estaba completamente enganchada deseando saber qué iba a ocurrir en la página siguiente.

En conclusión, El día que me quieras es una novela negra muy bien escrita, perfectamente ambientada y muy entretenida, que no cae en cursilerías o redundancias, sino que va al grano, resultando adictiva. Además, cuenta con un gran personaje central que está muy bien como narrador, dotando a la novela de un tono muy especial.