No hablo mucho de Águila roja por estos lares, pero es una de las series que sigo fielmente y que me tienen muy enganchada. Además, ha llegado un punto que cada episodio que veo hace que admire más y más a sus guionistas.
Lo que comenzó con una premisa bastante sencilla (un hombre destrozado por el asesinato de su mujer se mete a héroe enmascarado y hace justicia) ha acabado desembocando en varias tramas a largo plazo que se van intercalando y mezclando unas con otras. El universo del Águila se ha ido expandiendo, creciendo con toda una galería de personajes que, aunque no fijos, se pasean continuamente por La villa: Eugenia, Mariana, Laura...
Foto por el morro de Oscar Sinela-Quino que tan sólo nos duró un capitulillo, pero que salió muy guapo.
De acuerdo que, como toda historia de héroe enmascarado que se precie, tiene sus lagunas. Por ejemplo, me resulta curioso que nadie reconozca a Satur o que Gonzalo guarde el caballo blanco del Águila en casa y nadie hile.
También es verdad que los guionistas tienen problemas matemáticos que cantan una barbaridad. Por ejemplo, cuando Hernán y Gonzalo se ven separados de su madre por Agustín, Irene ya había nacido (llegaron a estar los tres encerrados en la torre) por lo que Gonzalo y ella qué se pasan: ¿dos, tres años? Pues cuando Irene apareció tenía dieciocho años y Gonzalo debe de tener treinta. Y, hablando de Gonzalo, tiene un pasado tan completito que las matemáticas tampoco van con él: fue soldado, huyó a China, fue pirata y tuvo tiempo para regresar a La villa, enamorarse de Cristina y tener a Alonso que, cuando empieza la serie, tiene diez años, durante los cuales Gonzalo fue un mero maestro.
Creo que algunos de los guionistas recibieron lecciones de matemáticas de Fran Perea :P
Pero, bueno, ignorando las lagunillas que tiene la historia, me asombra la capacidad que tienen los guionistas de hilar tantos géneros y que hacer que la serie vaya a más. De hecho, a medida que transcurren los episodios, se han ido arriesgando más y más. No sólo han planteado algún tema polémico como la eutanasia, sino que, en cierta manera emulando a George R.R. Martin, han llevado a cabo un incesto hasta el final. He de admitir que me sorprendieron, no imaginé que Irene y Hernán llegarían a acostarse y ahora no veo el momento en el que se sepa la verdad. Por cierto, tampoco veo el momento para que regrese Martín, sacudiendo todavía más la vida de Irene.
Aunque, sobre todo, me fascina el que los guionistas hayan conseguido que sienta verdadera devoción por los personajes que, a priori, son los malos.
Cuando comenzó a Águila roja yo odiaba a muerte al Comisario, a la marquesa y a Nuño, básicamente me parecían los tres unos cabrones; por el contrario, adoraba a Alonso y Margarita, aunque se supusiera que fueran más buenos que el pan con nocilla.
Sin embargo, a medida que ha ido avanzando la historia, deseo la muerte de los dos últimos porque me estorban, me estorban mucho. Estoy cansada de que uno esté todo el día dando por saco con el que su padre es un cobarde (cuando él es el primero en hundirse por todo y protestar más que luchar) y ella con esa actitud hipócrita y victimista de “Gonzalo es malo porque no lucha por mí y sufro más que Geno por ello, pero, eh, que amo a Juan con locura”.
Yo estaba pensando que Alonso y Margarita podrían irse con Estuarda y Gabi y desaparecer.
Es que, además, únicamente sirven para ejercer de víctimas que Gonzalo debe salvar o para incordiarle todavía más. En serio, me cansan los dos tanto.
Y luego está el lado oscuro, los habitantes del palacio de la marquesa de Santillana, con esa relación amorosa tan estimulante del Comisario con Lucrecia con esa hipnotizante mezcla de amor, deseo, pasión, hijoputismo supremo y putadas a mansalva. Resulta curioso que dos personas que empezaron la serie en la cama y han demostrado que quieran al otro, todavía no hayan estado juntos de verdad.
Es curioso, también, que La relación de la serie es la de Gonzalo y Margarita pero a mí lleva mucho tiempo trayéndome al pairo: ella no me gusta, la premisa por la que es “imposible” es absurda que te cagas y, además, me revienta el que hayan optado por lo fácil y que la relación con Juan se haya roto por un engaño de éste, no porque quiera a Gonzalo ù_ú Vamos, que me parece un amor épico de chichinabo. Mientras que, la de Hernán y Lucrecia hace que disfrute como una enana y sufra como una perra con cada escena que comparten y eso que, últimamente, no dejen de putearse por hache o por be.
Eso sí, en La guerra de los Rose particular que mantienen están metiendo a Nuño, al que se disputan como si fuera un objeto. Nuño sabe que es víctima de los tejemanejes entre los dos adultos, pero no sabe por qué. De momento, en el que más mantiene la cordura en esta familia del lado oscuro, como bien señaló Hernán en el último episodio emitido.
Hablando de Nuño, me gusta mucho cómo ha ido evolucionando. Empezó como el niño consentido, malcriado y malicioso, en contraposición a Alonso, las dos caras de una misma moneda, estableciendo entre los dos una rivalidad paralela a la que todavía tienen (quizás en menor medida) Gonzalo y Hernán. Sin embargo, poco a poco Nuño ha ido abandonando no sólo su rivalidad con Alonso (apenas tienen relación ya) y la malicia heredada de su madre para convertirse en una víctima de las circunstancias, aunque con bastante dignidad.
Quiero decir, al pobre Nuño le ha pasado de todo: lo ha intentado asesinar su tío loco, le han intentado casar con una niña sacada de Los otros, le han metido en un convento, se quedó paralítico (emulando a Bonnie Blue de Lo que el viento se llevó, con mejor suerte, eso sí; por cierto, Lucrecia reinterpretó una de las escenas más emblemáticas de dicha película-novela cuando, al igual que Escarlata, mata al caballo), le han hecho pelearse con su madre y azotado, le han acusado de violación siendo inocente... Y, aún así, sigue siendo un chico bastante razonable, sobre todo para ser un noble e hijo de quién es hijo.
Me gustó mucho cuando, en una de las luchas de poder del Comisario y Lucrecia, él le pregunta a Nuño que, de elegir, con quién de los dos se quedaría y Nuño responde sin dudar que con su madre, porque es quien lo necesita.
No sé, siendo quien de verdad tiene una familia que le putea, no se queja, sino que actúa como mejor cree, mientras que el pesado de Alonso no sirve para otra cosa que para protestar (habría que ver a Alonso en la situación de hacer frente a un hermanito). Que sí, que Gonzalo tiene muchas carencias como padre, sobre todo porque es un torpe y un héroe, pero, vamos, sólo con no estrangularle ya se ha ganado el premio al mejor padre o al santo Job.
De hecho, es curiosa la inmunidad que tiene Alonso cuando, si tenemos en cuenta sus acciones con frialdad, es un poco bastante quinqui. Básicamente, ha intentado matar fríamente al Comisario (y casi nos deja eunuco al pobre Satur), quemó el vestido que la marquesa prestó su tía, no ha dudado en apedrear a una morisca, casi asesina al pobre Martín (vale que fuera un accidente, pero tardó cero coma en hacerse con una pistola para usarla a modo de defensa) y nunca, jamás, ha recibido ni una regañina. Que, por cierto, menos mal que Alonso se supone que es el bueno, que si no...
Por suerte, de momento lo tienen bastante relegado a ser una mera comparsa, aunque el niño da un coñazo por todo... También, por suerte, hay todo un abanico de tramas de lo más interesantes que estoy deseando ver cómo continúan: el cardenal casi ejerciendo de fuente de todo mal, la búsqueda del Grial, Laura de Montiñac pululando por ahí (me encantó su reencuentro con el rey con ella siendo partícipe de todo y él viviendo en la ignorancia, por cierto, quiero saber qué coño pasó para que acabaran así), todo el asunto de Viena y el atentado, Mariana que sigue escondida y yo que sigo convencida que su marido el pirata regresará cualquier día porque no creo que esté muerto...
Todo eso, mientras nos van contando poquito a poco que la familia de Satur no tiene nada que envidiar a la de Gonzalo. Pero eso sí, todavía nadie ha llegado a descubrir el pastel. Por favor, quiero que la familia se reúna y monten una que ni los Walker entre incestos, odios a muerte entre hermanos, falsas muertes y demás.
El problema de Margarita y su inexistencia como personaje es que no la lían con Gonzalo. Como suele pasar han estirado hasta lo indecible que Juan no le contase la verdad y seguirán estirando hasta lo indecible que Gonzalo y Margarita no se líen entonces la pobre Margarita hace ya mucho que pulula por la serie sin chicha ni limoná la pobre poniéndo malas caras a Gonzalo y siendo secuestrada y sinónimos y salvada por Águila... Vale que me moló que Águila la salvase de morir ahorcada pero podrían a la pobre explicarle las cosas un poco. Yo como esta mujer no tiene traumas encima con tanto secuestro e intento de asesinato y demás... Y si Alonso también lleva mucho siendo muy asesinable. Es una pena que ya ni Margarita ni Alonso tengan tramas con Águila Roja en el Tejado. Creo que hace mucho que debieron romper lo de Juan y Margarita. Es más creo que ella debió haber dejado a Juan porque no lo ama aunque lo quiera... y personalmente siempre me ha sobrado esta trama por previsible habría preferido que Margarita se hubiera Fijado en el Águila y sus charlas en el tejado que sintiera curiosidad y eso fuese yendo a más al mismo tiempo que Gonzalo también de una puñetera vez reconociera que sigue enamorado de Margarita...
ResponderEliminarPor el contrario como la Pareja Prota no puede liarse porque son los Protas y hay que estirarlo hasta el máximo el Tándem Lucrecia-Hernán no sólo es la Caña sino que es Apoteósico.
Por mucho que ambos se casen o pretendan casarse lo de este Par es Brutal y a mí me Encanta!!! No sé si al final nos saldrán con que Irene no es la hermana perdida ya sabes las matemáticas...
Y está claro que el Pirata para llevarse a su mujer...
Yo espero que Hernán y Lucrecia puedan casarse algún día esta boda puede ser Lo más!!!
Ya te digo, Margarita debería andar traumatizada, un psicólogo, por favor. Me da a mí que va a volver con Juan. Yo no creo que estirasen tanto su doble juego, lo que pasa es que cortaron la temporada y se hizo más largo. Y, de todas maneras, me parece un poco triste que la heroína de la serie siempre dependa de Gonzalo, hablando como personaje, claro. Creo que, salvo con la aparición de su marido y la de un amigo de éste, no ha tenido jamás trama propia, ni relaciones con los demás; de hecho, es que últimamente ni con Catalina.
ResponderEliminarYo también me he replanteado que Irene no sea la hermana, pero no me gustaría que eso pasara porque sería un paso atrás. Además, tiene la marca esa.
Yo es que me supongo que dado el momento, se descubrirá que Irene y Hernán son hermanos, dirán que no han consumado y, hale, matrimonio anulado y, así, puede haber boda de Hernán y Lucrecia. Eso, o Irene pasa a mejor vida y, pobrecita, es un poco pava, pero no deseo su muerte, xDD.