martes, 13 de noviembre de 2012

Interworld

Aunque no soy una experta, conozco algo del trabajo de Neil Gaiman. He leído alguna de sus novelas (Los hijos de Anansi y Stardust), también he visto la película de esta última y escribió un episodio Doctor Who que es muy, muy guay. La cuestión es que, hasta ahora, era alguien cuyos trabajos me habían encantado. Por eso, en cuanto leí la premisa de Interworld junto a su nombre, no dudé en hacerme con él.

Interworld es una novela que mezcla la fantasía y la ciencia-ficción y que fue originada como serie de televisión, de ahí que el otro autor de la misma sea Michael Reaves. Al final, como ellos mismos explican al final del libro, no tomaron la idea en serio y escribieron la novela mano a mano. ¿Y de qué trata?

Joey Harker aparentemente es un chico normal: tiene quince años, vive con sus padres, huye del matón de la escuela, la chica de la que está enamorado no sabe ni que existe... Sin embargo, un buen día descubre que no es tan normal, sino que puede Caminar de un universo a otro. Por si no tuviera suficiente con empezar a cambiar de una realidad a otra y comprobar cómo son, enseguida empiezan a perseguirle, aunque alguien le salva... Él mismo o, mejor dicho, una versión de él.

Joey es un Caminante, al igual que muchas sus versiones y todos ellos deben lidiar para que haya equilibrio entre la magia y la ciencia y el universo entero se vaya al garete. Por eso, acaba recibiendo entrenamiento y una misión más complicada de lo que él mismo (y las otras versiones de él que forman su equipo) se cree.

El punto de partida es, cuando menos, interesante. Personalmente, siempre me han gustado las historias de realidades alternativas y encuentro muy original el que los protagonistas sean versiones de una misma persona. Además, el hecho de mezclar magia con ciencia y enfrentar ambos por el control del multiverso, me llamaba todavía más la atención.

Y, como seguramente estáis previendo, ahora bien un "pero".

Pero, pese a lo que me gusta el planteamiento, la novela me ha dejado fría. La verdad es que el hecho de que, en un principio, fuera un guión televisivo, un episodio piloto de una serie, juega en su contra. Si fuera una serie me encantaría. Es una premisa interesante y darían mucho juego las aventuras y misiones continuas que podrían vivir Joey y el resto de sus compañeros/versiones.

Por un lado, me fastidió que dejaran una trama a largo plazo en el aire, más allá de la aventura inicial para formar y consolidar el grupo de Joey y el papel de éste como líder; algo, por cierto, muy propio de los primeros episodios de televisión.

Por otro lado, y ahí está la gran pega que le veo a Interworld, resulta una novela muy irregular. La primera parte se lee en un suspiro, es pura adrenalina con Joey descubriendo sus poderes y luego huyendo de los malos hasta ser rescatado. La disfruté como una enana. No obstante, la segunda parte se me hizo lentísima y aburridísima al tratar el entrenamiento de Joey. Eso sí, por suerte, vuelve a mejorar en la tercera, aunque no llega a estar tan bien como la primera. De ahí que me costara más terminarla que leer casi la mitad del libro.

No me entendáis mal, Interworld se puede leer, mejor dicho, se deja leer, pues está muy bien escrita y cuenta con un narrador muy divertido: el propio Joey. Los he leído mejores, pero Joey sabe expresarse muy bien, tiene unas cuantas ocurrencias geniales y suelta algunas referencias que me arrancaron la sonrisa.

De hecho, Joey es lo mejor de la novela. Es un gran personaje, uno de esos de los que no te cuesta encariñarte, pues no es el típico héroe perfecto, sino que es torpe y mete la pata de vez en cuando. Además, personalmente me encantó el acompañante que encuentra en Tono, un ser con forma de pompa de jabón que se comunica cambiando de color y que le saca de más de un aprieto. Y una vez más el hecho de haber sido un guión juega en su contra, pues los autores no profundizan demasiado en el resto de personajes, más allá de los tópicos iniciales. Supongo que si hubieran trabajado en la serie, habrían desarrollado más al resto del equipo.

En conclusión, Interworld es una novela de aventuras de ritmo irregular, pero muy bien escrita, divertida y que tiene mucho potencial. La trama de los multiversos, de la lucha entre la magia y la ciencia es muy interesante, pero la novela no le llega a sacar partido, ya que se trataba de un proyecto de serie. Se deja leer, pero ni es de mis favoritas, ni creo que vuelva a leerla.

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