viernes, 2 de mayo de 2014

Los monstruos de Chicago

A la CW le ha salido muy bien la jugada de darle a los hermanos Mikaelson su propia serie, ya que The Originals es uno de los estrenos que más rentable les ha salido. Por eso, no es de extrañar que hayan decidido apostar por nuevos spin-offs. Así, por un lado, tenemos Flash, el spin-off de Arrow, que han ido presentando poco a poco (primero conocimos a Barry, a quien siguen nombrando, y desde hace un par de episodios otros elementos de la futura serie han tenido presencia en Arrow). Y, por otro, tenemos Bloodlines, spin-off de Supernatural.

¿Y a qué viene esto? Pues a que el martes se estrenó el backindoor pilot de ésta última, vamos, que tocó ver el episodio de Supernatural que presentaba la futura serie. En realidad, los Winchester tuvieron una presencia anecdótica, que se limitó a un par de comentarios bastante acertados de Dean al relacionarse con los dos personajes que, al menos de momento, se perfilan como los protagonistas.

Un prota...

La cuestión es que lo que nos han planteado no me ha terminado de convencer.

A ver, resumiendo, la serie se sitúa en Chicago, donde cinco familias de seres sobrenaturales manejan la ciudad, mientras hay luchas de poder, ya que cada familia quiere ganar terreno y demás. En medio de este clima de guerra-no guerra, un joven cambiaformas que se había ido, alejándose de todo el pifostio, vuelve a la ciudad por el asesinato de su hermano mayor. Regresar le supone enterarse que el amor de su vida, una licántropa, se ha casado con otro por orden de su padre.

A todo esto, un joven policía ve como algo asesina a su novia y acaba dando con Dean y Sam que le descubren el maravilloso mundo de la caza. Sam le insiste en que lo ignore, en que vuelva a su vida normal, pero lo de ser cazador le viene de herencia, como descubre al final del episodio.

Dean: Hola, chavales, somo Dean y Sam y vamos a salir cinco minutos para decir que esto es Supernatural. Así que, hala, arreando, no me entretengáis mucho que tengo a Cas esperando.
Sam: ¡Halaaaa!

El problema es que, al menos, de momento parece una mezcla de The Originals y Romeo y Julieta y muy tentador no resulta. No sé, las pugnas de poder entre razas sobrenaturales para controlar una ciudad son el centro en The Originals. Quizás, los vampiros de Supernatural son distintos y hay otras razas, pero en el fondo es lo mismo. Si hasta tenemos un Mikaelson por ahí, aunque se llame de otra manera.

Porque el que tiene pinta de ser el protagonista, David, es el monísimo Nate Buzolic, que interpretó a Kol en The vampire diaries. Y, a ver, el personaje me ha molado. De hecho, ha sido el único que, a priori, me ha interesado. Que, vale, iba predispuesta porque el chico es una monada y me gustaba bastante cuando se paseaba por Mystic Falls, pero era el único que sonreía, parecía alegre e incluso gastaba bromas. Impagables las dos escenas que ha compartido con Dean, sobre todo cuando éste le llama monstruo y esas cosas estando él delante.

... y otra vez el mismo prota... Jo, es que este chico me parece taaaaan mono.

Y es que el resto me han parecido unos sosainas del quince y de lo más tópicos. Violet es la heroína pava, atrapada en un matrimonio infeliz, que mira con ojos de cordero degollado a David y le besa mientras pone cara de sufrir mucho. Bah.


El otro chico, el poli-cazador, bueno, no sé, demasiado intenso para mi gusto, aunque ha tenido una escena bastante chula y creo que si desarrollaran la amistad con David podría dar de sí. Las pocas veces que han coincidido eran tan distintos que apuntaban maneras. Además, Dean les ha dicho que se besaran después, así que es como si nos incitaran a shippearlos. Mal, guionistas, mal, que yo ya shippeo a la mínima, no me hagáis estas cosas, que caigo muy fácilmente.

Tampoco es que nos hayan mostrado nada más, pues lo único que han hecho ha sido presentarnos a este trío, en apariencia más protagonista. Ha habido algún personaje secundario más, como la hermana de David o el (despótico) marido de Violet, pero son tópicos andantes y no han tenido ningún interés.

De hecho, es que apenas han enseñado nada, no han planteado nada más allá de la manida historia de amor a lo Romeo y Julieta, la iniciación del poli (no logro recordar su nombre, tsk) y la posibilidad de una guerra entre las cinco familias, algo un tanto descarado teniendo en cuenta que The Originals se emite en la misma cadena.

El otro prota.
¿Veis? Intensidad en estado puro, mirad esos ojillos de "estoy a punto de explotar de feelings".

Ya, ya sé que las comparaciones son odiosas, pero es que el tema central es el mismo y la maniobra ha sido la misma. La diferencia radica en que The Originals supo aprovechar su piloto encubierto al máximo, mientras que Bloodlines se ha quedado a medio camino: no ha sido un episodio de Supernatural al uso, pero tampoco ha dado la sensación de ser un piloto, asemejándose más a ese experimento que hicieron al principio de la octava temporada y que tanto recordaba al episodio Love and monsters de la segunda temporada de Doctor Who. No había personalidad propia, ni ganas de diferenciarse, ni declaraciones de intenciones.

¿Alguien tiene idea de cómo será Bloodlines? Porque yo no.

Sin embargo, el año pasado el equipo de The Originals sí que supo sacarle partido a su episodio en la serie madre. Desde el primer momento dejaron claro que Nueva Orleans no era Mystic Falls: estética más oscura y adulta, otra personalidad, distinta música... También se encargaron de presentar con mucho más acierto a los personajes y a plantear muchas más tramas: la dinámica entre los hermanos, las luchas de poder entre clanes, la rivalidad de Klaus y Marcel, el embarazo de Hayley...

La verdad es que el piloto de The Originals me llamó mucho más la atención que el de Bloodlines, pese a que el embarazo de Hayley me repelió cosa mala. Eso sí, los vampiros de Nueva Orleans han acabado encantándome y, poco a poco, han demostrado que son una serie muy digna. Por eso, les daré una oportunidad a los monstruos de Chicago en caso de que el spin-off salga hacia adelante. Además, Nate Buzolic es tan rematadamente mono que no me puedo resistir a verle soltando sonrisas encantadoras, mientras va vacilando por ahí al personal.

Es una razón de peso, lo sé.

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