miércoles, 21 de septiembre de 2016

El regreso de Olmos y Robles

Bueno, pues lo prometido es deuda y, si la semana pasada hablé del regreso de Mar de plástico, hoy toca hablar de Olmos y Robles, una de mis favoritas y, desde luego, una de las que más disfruto. Porque, encima los vecinos de Ezcaray han vuelto en tan buena forma como se despidieron y nos han dado dos episodios muy, muy buenos donde, de nuevo, han sabido aunar esos dos géneros tan extremos que hace de Olmos y Robles algo muy particular: la acción, el misterio y el costumbrismo del adorable pueblo de tarados.

De hecho, abrimos temporada con intercambio de políticos gracias a una conspiración y toma de rehenes, que nos dio lo mejor de los vecinos de Ezcaray. Puede que Gus sea el hombre de acción, el puto amo (y Rubén Cortazar lo vende muy bien), pero el resto de vecinos saben defenderse solitos y volver loco a cualquiera que ose amenazarlos.


Sólo hay que ver esa escena de los interrogatorios para saber que Olmos y Robles sigue siendo única y sigue siendo tan divertida como encantadora, pero que, al mismo tiempo, no le toma el pelo al espectador, ni vuelve a sus personajes idiotas. Y eso es algo que me gusta de esta serie, que es muy divertida, sus personajes son graciosos y un tanto esperpénticos, pero no son una panda de catetos idiotas que necesitan ser salvados por la figura seria y profesional. Por ejemplo, Cata descubre el intercambio en un abrir y cerrar de ojos, al igual que Olmos, cada uno usando su propio método. Todo eso, mientras los secuestradores se jactaban de que era un pueblo de paletos, que no iban a descubrir sus malvados planes, lo que, además de irónico, no deja de ser una declaración de intenciones.

Bueno, pero yo estaba hablando de esta segunda temporada, en la que ha habido varias novedades. Del caso que va a ocupar toda la temporada, apenas sabemos nada, salvo que Gus quiere resolver el caso de la muerte de sus padres (que, gracias al difunto Alcides, sabe que no fue un accidente) ya que los guionistas han usado estos dos episodios para introducir las nuevas tramas y los cambios.

El primero de ellos sería el cambio de reparto, ya que han despedido a Nuria y Lucky para traer a una pareja de guardia civiles nuevos (el sobrino de Atiza y una chica interpretada por Elena Alférez, a la que conoceremos la semana que viene, pero la actriz me gustó muchísimo en Chiringuito de Pepe). Por mucho que yo el año pasado quisiera  a los primeros (y Santi Marín era una monada), me parece una buena decisión, ya que en la primera temporada nos contaron su historia de amor, que acabó con final feliz, así que tampoco es que haya nada más que contar y, así, los tenemos felices en Chicago. Vale, no han dicho que estén juntos, pero a mí me gusta pensar que sí.


Eso sí, a quien echo de menos y estoy deseando que vuelva es Atiza, que lleva estos dos primeros episodios prácticamente desaparecido porque ha ido a ver a su hija. Y es que Atiza es mucho Atiza y, aunque su sobrino no está mal, no es lo mismo. Eso sí, me alegra mucho que hayan dado su propia personalidad al personaje de Alfonso Lara, en vez de tirar por la vía fácil, que sería calcar la personalidad del Atiza original.

Otro de los cambios, y es uno que me hace muy feliz, es que parece que han decidido aprovechar la brutal química entre Ana Morgade y Alex O’Dogherty. Si ya en la primera temporada, los personajes solían chocar, ahora prácticamente viven enfrentados y yo estoy deseando que esa tensión sexual se resuelva de una vez, sobre todo porque los shippeo a muerte desde el año pasado, cuando no parecía que iban a ir por esos derroteros. Pero es que además ese enfrentamiento, que está llamado a reflejarse en las urnas, es muy disfrutable, pues saca lo mejor de dos personajes que no pueden ser mejores. Tanto Cata como Damián siempre me hacen reír y, encima, se enfrentan con cabeza, ¿se puede pedir más?


Y, bueno, es que esta temporada parece la del amor. Si Cata y Damián parecen condenados a entenderse (aunque sea barriendo la mesa para liarse de una vez), también parece que quiere asentar lo que era un flirteo bastante inocente por parte de Olmos e Isa.

Además, Isa en esta segunda temporada está muchísimo más graciosa y Pilar Castro demuestra que tiene una gran vis cómica. Entre su interrogatorio en el primer episodio y el constante estado de nervios del segundo, ha estado inmensa. Y, desde luego, me gusta mucho más ese registro y, de hecho, ahora mismo me estoy riendo al recordar su interrogatorio del inicio de temporada. No, en serio, qué risas con la pobre histérica.

El que no ha tenido tanta suerte, y es el único “pero” que le puedo poner a lo que llevamos de temporada, es Robles. Si Robles en la primera temporada era completamente asexual, ahora le han tenido que poner una chica mona para liarlo con ella. Si en una serie no lían al guapo de turno con una chica mona, algún guionista sufre un ataque o algo así. Pero, bueno, era algo que se preveía (no iban a tirar por algo más arriesgado, pese a que la relación con Alcides se prestaba a que hubiera pasado algo de índole más romántica) y podían haberlo hecho bien, porque se puede ser guapa y ser graciosa y molar, como ocurre con Cata e Isa.


¿El problema? Pues que nos han traído a Elisa Mouliaá, que mucha gracia no tiene (todo lo que tiene de guapa, lo tiene de sosa), con un personaje tan cliché como desagradable. Al menos de momento. Pero, vamos, un episodio y cada vez que Nora hablaba, quería ponerle loctite en la boca a ver si no la volvía a abrir.

Y es que parece que en la televisión, si se es una chica atractiva y dura, se tiene que ser una petarda de mucho cuidado, pues los guionistas parecen confundir fortaleza con bordería. Vale que, en este mundo patriarcal en el que vivimos, una mujer tenga que luchar mucho por conseguir un puesto importante y tenga que ser implacable, sobre todo si tenemos en cuenta que Nora es jueza. Pero una cosa es esa y otra que cada una de sus aportaciones era un ataque de bordería increíble que no venía a cuento. A destacar, ese momento en que Robles le hace el favor de dejarle la mesa que él ocupa y lo primero que hace Nora es atacarle, echándole en cara cosas de su pasado. Se puede ser dura y profesional sin ser desagradable las veinticuatro horas del día, sobre todo cuando nadie en toda la serie la ha atacado, ni puesto en duda, ni nada por el estilo.

De momento, Nora sólo ha tenido escenas con los guardias civiles, con los que casi ha sido tan desdeñosa como los secuestradores del primer episodio. Habrá que ver cómo se desenvuelve con el resto de vecinos, pero de momento no ha podido entrar con peor pie. Es que encima en una serie como esta, en la que coges cariño incluso a alguien como Damián (que yo le quiero, pero tela con el alcalde), no pega que se sea tan desagradable y soberbia. Pero, bueno, tengo fe en los guionistas y, aunque sigo pensando que Elisa Mouliaá no sirve para comedia (aún la recuerdo en Buscando el norte), espero que al desarrollarla el personaje vaya a mejor.

Pero, bueno, salvo eso, Olmos y Robles ha vuelto maravillosa, con más acción, misterios más trabajados y más humor, así que estoy encantada. Y, sí, me estoy olvidando de las audiencias tan pequeñitas que tiene (y que no se merece porque esta serie es grandeza) porque pienso que la van a cancelar y me deprimo. ¡TVE, no me la canceléis, por fa! ¡Eh, que bastante me hacéis sufrir con El ministerio del tiempo, tened piedad!

4 comentarios:

  1. ¡Que ganas tenía ya de volver a disfrutar de Olmos, Robles y el resto de vecinos de Ezcaray! La verdad que la temporada no ha podido arrancar mejor, con mucho misterio y risas y sin perder esa frescura que caracterizaba las tramas de la primera temporada.
    En solo dos capítulos ya he perdido la cuenta de los momentazos que nos han regalado (Olmos y Robles de Sherlock y Watson, Claudio y Braulio de Olmos y Robles, el interrogatorio de Pilar, la nariz de Cata, Domi de celestina...) y los que parece ser que nos quedan por disfrutar.
    Coincido contigo en lo referente al personaje de Elisa Mouliaa. Demasiado borde y desagradable para el tono que rodea al resto de personajes, pero confiemos en que sepan llevar bien su historia y acabe ablandandose un poco. Tampoco me hace mucha gracia que la hayan metido para ese lío con Robles que se ve desde lejos. Pero bueno, está claro que la televisión es así.
    Que ganas de seguir descubriendo los misterios de esta temporada, que estos dos capítulos no han podio ser mas geniales. También por ver donde llega ese conflicto entre Cata y Damián (Ana Morgade y Alex O´Dogherty son los putos amos) o si hay final feliz para Olmos e Isa.

    P.D. Estoy muy indignado de que hayan mencionado a Calahorra en los DOS capítulos, TRES veces en total, y que no se hayan dignado todavía a venir a rodar aquí. Que vale que no sea muy bonito pero oye, tiene su encanto ¿no? XD

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    1. Ya te digo, es que están teniendo escenas mitiquísimas (Claudio y Braulio yendo de Olmos y Robles y actuando como tales son épicos hasta decir basta).

      Es que encima es completamente gratuito. Porque si dices que hay cualquier tipo de malentendido y ella lo sufre, pues aún se entendería, pero desde que aparece no deja de atacarlos a lo loco.

      Y yo creo que a nadie le hace gracia el que le hayan traído una novia a Robles. ¿No podían dejarlo en plan asexual como hasta ahora? No sé, el año pasado me gustó mucho que la historia de amor fuera de dos secundarios (Nuria y Lucky), Olmos tuviera ese crush con Isa (que tampoco era importante) y Robles pasara del tema. Ahora han tirado de clichés con Nora y no me mola nada.

      PD: Ya te digo, no dejan de nombrar a Calahorra, pero no vienen a rodar. Y en la T1 sólo salió un chino. Jolín, tenemos nuestras cosas. Que vayan a la Valvanera o al Mercadal, aunque sea, xDD. Vamos a tener que iniciar una campaña, jajaja.

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  2. Pues yo también muy contenta de que haya empezado este pedazo de serie... porque las ficciones españolas me tenían medio olvidada XD. Las escenas con entrevistas, testimonios o terroristas sacando información, definitivamente son un sello propio de esta serie, no pierden ninguna, siempre son comiquísimas, simplemente geniales. Tienes razón con nuestra "amable" jueza, esa primera conversación con Robles era digna de un campo de batalla de la primera guerra mundial, muy sangriento todo, pero tengamos paciencia y confiemos en los guionistas, seguro que nos sorprenden ;) por el momento veamos como nos va con la novata que entra la proxima semana y al parecer no con pie derecho sino con esposas en mano XD.

    P.D.: Buenas noticias (redobles por favor....) ¡El ministerio del tiempo ha sido renovado! así que estamos cubiertas con eso y roguemos que nuestros queridos amigos de Azcaray corran la misma suerte

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    1. Oy, oy, las escenas de interrogar a todo el pueblo son lo mejor de lo mejor. No me puedo reír más con ellas.

      Yo espero que vayan suavizando a la Pitbull, pero de momento sigue sin convencerme. Aunque también es verdad que la actriz no me termina de convencer, siempre la he visto como que falsa. No sé.

      Oy, oy, la novata ha sido grandiosa y me muero al recordar que son Atiza y Arrea, xDD.

      PD: Mira, estoy loca de contenta con la noticia de Ministerio, aunque ahora voy a morirme de impaciencia porque llegue, xD. Y también me alegra que Olmos y Robles haya subido tanto de una semana a otra, qué alegría más grande. A ver si sigue así.

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