La novela desde el principio difiere de la película en bastantes cosas, aunque ambas comparten el mismo espíritu travieso, fantástico y romántico.
La novela nos cuenta la historia de Sophie Hatter, la mayor de tres hermanas cuya familia tiene una sombrerería. En el país de Ingary, donde viven, el ser el mayor de tres hermanos significa que estás destinado a fracasar si buscas fortuna y ese hecho siempre ha marcado la vida de Sophie, quien se ha resignado a vivir una vida aburrida.
Esa temor y resignación a vivir una vida apática se confirma cuando, tras la muerte de su padre, su madrastra Fanny no puede hacerse cargo de las tres y les busca una salida profesional a cada una: Martha, la pequeña, es enviada a aprender brujería; Lettie, la mediana y la más hermosa, acaba siendo aprendiz de pastelera; finalmente, Sophie se queda en la tienda de sombreros. Como vender no se le da demasiado bien, acaba siendo ella la que hace los sombreros, lo cual resulta un trabajo solitario y aburrido, por lo que Sophie acaba hablando con los sombreros.
Los sombreros de Sophie acaban siendo todo un éxito, por lo que la tienda acaba abarrotada de clientes. Un buen día, Sophie ha de quedarse encargada de la tienda y recibe una señora. Sin embargo, no resulta ser una persona normal, sino la terrible Bruja del páramo que maldice sin motivo aparente a Sophie y la convierte en anciana; además, no podrá decirle a nadie que está maldita. Sophie, entonces, decide abandonar la tienda y comenzar un viaje; así acaba en el castillo ambulante del mago Howl, que se va desplazando continuamente.
El mago Howl es famoso por su maldad, dicen que se come los corazones de jovencitas y, de hecho, Sophie al principio le teme, pero ahora que es una anciana decide que no corre peligro. Una vez en el castillo, conoce a Michael, el ayudante quinceañero de Howl, y a Calcifer, un demonio del fuego. Éste último le dice que sabe que está maldita y hace un pacto con ella: si Sophie le libera del contrato que tiene con Howl, él la liberará de la maldición. Por eso, Sophie decide convertirse en la señora de la limpieza del castillo y, así, poder investigar el misterioso contrato, del cual Calcifer no le puede contar nada, lo tiene que descubrir por sí misma.
Así, da comienzo un sinfín de aventuras y situaciones de lo más divertidas, surrealistas y fantásticas, pobladas por los más variopintos personajes y una serie de escenarios de lo más cuidados.
Diana Wynne Jones, además de una narrativa maravillosa y muy bien cuidada, es una gran contadora de historias, pues va colocando pistas, como miguitas de pan, desde el principio de la novela, pero hasta que llega el final no eres consciente de que era una pista. Te distrae con su forma de narrar, con las relaciones que mantienen los personajes entre sí, los diálogos... Es casi como si fuera una hechicera y cayeras bajo su embrujo, como si te arrebatara la capacidad de hilar. Por lo menos en mi caso.
Y no sólo de aventuras, humor y misterio vive esta novela, sino también de amor.
En un principio, pintan a Howl como un mago malvado y desalmado que se come el corazón de jovencitas. Después, cuando Sophie le conoce resulta ser un joven muy atractivo que se dedica a conquistar a chicas para después dejarlas tiradas. Esto hace que Sophie crea que sea aún más malvado, aunque después le preocupa pues Howl está persiguiendo a una de sus hermanas. Sin embargo, Howl es mucho más que eso, como diría Shrek tiene capas como las cebollas y vas conociendo nuevas facetas de él a medida que la historia avanza.
En mi opinión, y es algo que me gustó mucho, Sophie y Howl son completamente distintos, quizás por eso se complementan perfectamente. No sólo en carácter, sino también cómo son presentados al lector. Mientras que Sophie es transparente, conoces sus pensamientos y sentimientos porque la novela está escrita desde su punto de vista, Howl se nos presenta como alguien misterioso y lleno de secretos, que, poco a poco, se van despejando. Esa diferencia de caracteres, por cierto, provoca que las conversaciones entre ambos sean un auténtico bombazo.
El libro es más complejo que la película, hay más personajes, más giros y la historia es bastante diferente, aunque, como ya he dicho al principio, comparten el mismo espíritu. Por eso, si viste la película y crees que te vas a encontrar lo mismo, tranquilo, léelo que te sorprenderá como si no supieses nada de la historia. Personalmente, la novela también me ha gustado muchísimo y, aunque todavía tengo ganas de volver a ver la peli, no me acordé de ella mientras leía, lo que creo que es un punto a su favor.
En conclusión un libro muy ameno y divertido que, aunque tiene un halo de cuento de hadas, no resulta ni ñoño ni cursi, a pesar de la bonita historia de amor. Uno de mis favoritos y, de veras, muy recomendable.
PD: Hala, qué curioso, cumplimos un mes en twitter el mismo día que me voy a ver a Miki, xD. Me ha hecho gracia, jaja
La película la vi después del buen sabor de boca que me dejó 'El viaje de Chihiro' y aunque no recuerdo mucho sé que no me gustó. Me esperaba otra cosa.
ResponderEliminarBuff, es que es muy distinta de El viaje de Chihiro, aunque a mí me gustó mucho. Soy muy fan de Howl *0*
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