Cartas cruzadas

Bueno, a ver, segundo intento de escribir esta reseña. En realidad, la otra hasta la acabé, pero se perdió cuando mi pobre portátil se vio infectado por los malditos troyanos de... Vale, se me está yendo la pinza del todo. Perdón.

La cuestión es que hace un tiempo me leí una novela titulada La ladrona de libros y me encantó, siendo una de las que más recuerdo. Sobre todo, porque me permitió conocer a Markus Zusak, uno de los mejores escritores que jamás he leído. Recuerdo que cuando leí La ladrona de libros, me chocó especialmente lo manipulador que era, ya que, aunque se conoce cómo va a acabar la historia desde el primer momento, te sumerges tanto en ella que, a pesar de no contar con el factor sorpresa, te acaba emocionando como ninguna otra. De hecho, creo que he llorado pocas veces como lloré con ese libro.

Por eso, cuando estas Navidades se anunció la edición de Cartas cruzadas, me emocioné y acojoné al mismo tiempo. Por un lado, era de Markus Zusak; por otro, ¿y si era un pestiño? ¿Y si no me gustaba tanto? Además, Cartas cruzadas es anterior a La ladrona de libros, por lo que lo "y si..." seguían ahí.

Sin embargo, decir que me encantó. De principio a fin. Preciosa. Pero, ¿de qué trata Cartas cruzadas?

Ed Kennedy es un joven taxista que no está haciendo nada especial con su vida. Trabaja, vive solo con su apestoso (aunque adorable) perro Doorman y juega a las cartas con sus amigos Marv, Ritchie y Audrey, de la que está enamorado. Un buen día, trunca el atraco a un banco, pero no de una forma heroica o memorable, todo lo contrario, es cutre y bastante de andar por casa. Sin embargo, ese hecho parece cambiar la vida de Ed que, en medio de su monotonía, ve como una serie de mensajes le llegan.

Prefiero dejarlo ahí porque, sinceramente, creo que Cartas cruzadas es un libro que hay que ir descubriendo a medida que lo lees. Creo que tiene su encanto ir conociendo a Ed y acompañarlo a lo largo de la historia.

Si en su anterior libro, Zusak empleaba a una curiosa narradora (La muerte) con un estilo particular, en Cartas cruzadas utiliza al protagonista, a Ed, que nos va contando en primera persona todo lo que va sucediendo. Es curioso porque Ed no se parece en nada a La muerte, pero, aún así, resulta un narrador original y curioso, que hace que sientas pena por él, compasión, te rías, te emociones... Y que te caiga muy, muy bien. Ed es un tío peculiar, pero es un buen tío y es simpático y tiene sentido del humor.

La narración a cargo de Ed dota a la novela de un aire especial, encantador, que la hace única y memorable. Además, como ya he dicho se adapta muy bien a las distintas situaciones: es divertido cuando tiene que serlo, emocional, dramático... Depende de lo que pida la historia. Por eso, es muy fácil sumergirse en la historia y devorarla, entrar en sus redes y que Zusak, una vez más, haga lo que quiera contigo. El maldito (lo digo con mucha envidia, por supuesto) sabe elegir la palabra correcta para el momento adecuado.

Y una vez más, también, Zusak crea una galería de personajes de lo más pintorescos. Los hay que tienen más papel, que tienen menos, pero logra que, de alguna manera, creas que los conoces, que resulten humanos y complicados y que cada uno sea especial, con su propia personalidad, lo que aumenta todavía más la personalidad propia de la novela.

Eso sí, he de decir que el final no me terminó de convencer del todo. Es que... Es raro. De hecho tengo la teoría de que Markus Zusak quería dejarnos en plan WTF? y lo cumple, sep. Pero, vamos, que no es horrible, ni tira por los suelos el libro, no, no, simplemente es... Raro. O quizás fui yo que no lo entendí, no os voy a decir lo contrario :P

En conclusión, Cartas cruzadas es una novela de fácil lectura, entretenida y escrita con muy buen gusto, de una manera original, sencilla, pero muy, muy efectiva. De temática también muy original, es una de esas novelas que logra remover algo dentro de ti, que te hace plantearte cosas y que sabe llegar muy, muy bien.

Para mí, una lectura obligatoria, al igual que La ladrona de libros.