Sigo reseñando libros y, curiosamente, esta vez también es una saga: Los feos. Está escrita por Scott Westerfeld y son cuatro volúmenes, aunque yo sólo he leído los tres primeros (Traición, Perfección y Especiales); algún día me haré con la cuarta parte (Extras), pero de momento no me interesa mucho porque la protagonista no es la misma y porque, tras leer el final de Especiales, me da la sensación de que es un añadido y, a excepción de la saga nueva de Cazadores de sombras, tienden a no gustarme.
Los feos arranca en Traición presentándonos a su protagonista, Tally Youngblood. En el mundo de Tally (ambientado en un futuro donde la humanidad –que denominan Los oxidados- estuvo a punto de cargarse el planeta y por eso hay un gran control de la población) se es feo hasta los dieciséis años, cuando se someten a una operación para ser perfectos. Tally está deseando pasar por la operación para, así, además de ser hermosa de una vez, poder ir a Nueva belleza, donde viven los perfectos en general y su mejor amigo, Peris, en particular.
Resulta que Peris, al ser unos meses mayor que ella, ya es perfecto y por eso no pueden verse, ya que mientras ella sigue siendo una imperfecta que vive en su residencia, él es un nuevo perfecto que va divirtiéndose de una fiesta a otra, como el resto de perfectos.
En esos momentos de soledad, Tally decide colarse en Nueva belleza para ver a Peris y, en su huída, conoce a Shay de la que pronto se hace amiga. Y aunque ambas comparten el amor por las travesuras y el arrojo para llevarlas a cabo, hay algo que las diferencia y es que, mientras que Tally anhela la operación, Shay no quiere pasar por ello: no cree que sean feas, ni cree que todo sea tan bonito y perfecto como se supone. Shay, de hecho, conoce a un grupo de rebeldes que se han escapado antes de la operación y que viven en la naturaleza capitaneados por David.
Shay le ofrece a Tally la opción de escapar con ella, pero Tally no quiere, pues su único deseo es convertirse en perfecta y reunirse con Peris, aunque promete guardarle el secreto a su amiga. No obstante, el día de la operación llega, pero Tally recibe una sorpresa: conoce a la Doctora Cable, que le dice que no la operarán a menos que encuentre a Shay y al resto de rebeldes y los entregue. Tally no quiere traicionar a Shay, así que decide aceptar una vida sin la operación, pero, claro, los Especiales (perfectos superiores que se encargan de controlar las Circunstancias especiales) no se lo ponen fácil y hacen que tanto los padres de Tally como Peris vayan a verla para hacerle chantaje emocional.
Por eso, Tally acaba aceptando y se embarca en una aventura para encontrar a los rebeldes, siguiendo unas instrucciones cifradas que Shay le ha dejado. Pero Tally no contaba con que, una vez junto a los rebeldes, conocería a David y las cosas empezarían a cambiar para ella.
La saga de Scott Westerfeld combina géneros como la aventura, la ciencia-ficción, el misterio y el amor en una dosis perfecta, pues, aunque las aventuras y la acción se suceden sin parar, tanto la ciencia-ficción como la parte romántica es más leve. Por eso, creo que es más accesible a más gente. Si no te gustan las novelas de amoríos o de ciencia-ficción con Traición y los demás no tendrás problemas, pues aunque se tratan ambos temas lo hacen de forma que no sobrecarga y no es lo más importante.
Por supuesto, la parte romántica tiene su importancia, pero es más de cómo afectan sus sentimientos a la evolución y a los actos de Tally, que a desarrollar la historia de amor (que acaba desembocando en un original y complejo triángulo amoroso) como en otras novelas.
Y es que Tally tiene muy clara su misión, aunque no le guste, pero cuando conoce a David y empieza a hablar con él, también comienza a darse cuenta de que no todo es como creía. David confía en ella plenamente y es esa confianza lo que te demuestra los sentimientos de David, no que se digan que se quieren; y es el enamorarse de David, lo que hace que Tally evolucione hasta el punto de que tome la decisión con la que acaba Traición y de la que parte Perfección.
Irónicamente, es esa decisión que toma por su amor hacia David, lo que provoca el triángulo amoroso antes mencionado. Personalmente, me gustó mucho el triángulo porque es complejo y tanto David como Shane son personajes a los que se les tiene cariño y no está muy claro con cuál de los dos acabará Tally.
También me gustó mucho la protagonista, Tally, porque a lo largo del primer volumen (y también en los otros dos) sufre una gran evolución. Empieza siendo una chica normal, que está deseando someterse a la operación para ser perfecta como le han enseñado desde pequeña que debe ser y porque, así, se reunirá con su mejor amigo. Pero pronto descubre que es algo más, no sólo comienza a pensar por sí misma, replanteándose que, quizás, lo que le han inculcado no está tan bien ni es tan bonito como le han contado. También descubre que es una chica fuerte y con recursos, además de muy valiente, que, a pesar de ser una víctima continua de las circunstancias, no pierde el carácter, ni deja de luchar.
De hecho, personalmente, me da mucha rabia cuando otros personajes secundarios la tratan de egoísta y otra serie de lindezas. Porque la pobre Tally no es egoísta, de hecho siempre intenta actuar lo mejor posible, pero es que las cosas nunca le salen bien.
En cuanto a los otros personajes, hay de todo. Tenemos a David como el líder rebelde y el chico de la historia, que nunca deja de confiar en Tally, a pesar de todo. También tenemos malos malísimos encabezados por la horrible Doctora Cable. Y tenemos a Shay. En mi opinión, Shay sería la contrapartida de Tally, pues empieza siendo una cosa (una rebelde, decidida, con las cosas claras), pero a medida que la conoces descubres que no es así; yo acabé desesperándome con Shay y su comportamiento infantil y pesado.
Por otro lado, Scott Westerfeld logra crear un universo que tiene vida propia, muy bien construido, con muchos detalles y que, además, resulta original. Los feos está ambientado en una distopía, pero la de Scott Westerfeld es diferente a las demás que he leído, su base es distinta y su forma de “machacar” a la humanidad lo es también.
Me gusta muchísimo (y por eso le admiro y envidio a partes iguales) la forma de escribir de Scott Westerfeld: es muy expresiva, retrata muy bien tanto los paisajes y el ambiente como los pensamientos e, incluso, el estado de ánimo de Tally. Además de trabajada, tiene algo que me encanta y es que se aprecia perfectamente las fases por las que pasa Tally; podría leer un fragmento y saber qué parte de la historia es sólo por cómo está escrita.
En resumen, la saga de Los feos, además de estar muy bien escrita y ser muy original, resulta adictiva, interesante y, sobre todo, te hace pensar. Tanto los protagonistas como el mundo en el que se desarrollan parecen cobrar vida. No la incluiría en mi top de sagas porque tiene algunas partes en las que, en mi opinión, flojea un poco, pero, aún así, es igualmente recomendable.
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