Esta entrada contiene spoilers de las cuatro temporadas emitidas de Chuck, sobre todo de la cuarta, que la acabo de terminar ^^
Chuck ha vuelto ha hacerlo: ha sido más valiente que ninguna otra serie de televisión y ha vuelto a cambiar las reglas del juego con vistas a renovarse en su quinta (y, al parecer, última) temporada.
Y es que, si hay algo que siempre ha caracterizado a Chuck (además de su buen rollo y de esa mezcla tan guay entre serie de espías y de humor) es lo poco que han temido a los cambios y lo mucho que han ido evolucionando, siendo de las pocas series que jamás se han estancado.
Chuck comenzó a contarnos la historia de su protagonista, Chuck Bartowski, partiendo de una situación en la que Chuck era un genio infravalorado al que habían echado de la universidad, vivía con su hermana, tenía un trabajo pequeño para él en el Buy More y no tenía éxito con las mujeres tras que su novia, Jill, le hubiera dejado plantado. Pero su vida cambiaba radicalmente cuando un antiguo amigo de la universidad, Bryce Larkin, le enviaba un correo electrónico que contenía algo llamado Intersec, que se descargó en el cerebro de Chuck.
Desde ese momento, el pardillo de Chuck se convertía en una especie de Wikipedia de villanos al que dos agentes debían proteger: por un lado, John Casey de la NSA y, por otro, Sarah Walker de la CIA.
Y durante las dos primeras temporadas la serie giraba entorno a Chuck haciendo malabarismos entre su vida familiar y su vida de espía. Chuck era torpe, siempre la cagaba y Casey y Sarah debían estar protegiéndole constantemente, mientras todos se esforzaban en que nadie conociera el secreto de Chuck. Todo eso, claro está, mientras se desarrollaba la típica tensión sexual no resuelta entre él y Sarah.
Incluso en la segunda temporada las cosas comenzaron a cambiar: Devon descubría que su cuñado era espía, el misterioso y desaparecido padre de los Bartowski aparecía, trayendo con él varias respuestas interesantes, lo de Chuck y Sarah dejaba de ser mera atracción para convertirse en algo más profundo, complejo y un tanto dramático (es lo que tiene los amores prohibidos).
De hecho, la relación de Chuck y Sarah marcó el tono de la tercera temporada, más seria y dramática de lo habitual. Con Chuck dejando de ser pasivo, para tener un Intersec mejorado que le permitía, además de tener los conocimientos de siempre, descargarse habilidades. Precisamente por eso, Chuck abandonaba la idea de escaparse con Sarah, ya que quería convertirse en un espía, lo que desembocaba en Sarah manteniendo una relación con el agente Shaw, que de lejos fue lo peor de la tercera temporada.
Shaw era un agente viudo que, se suponía, les iba a ayudar a deshacerse de The ring (el grupo de malvados que apareció en la segunda temporada y que dirigía Sexy Mark Sheppard, presente en cualquier serie que vea :P). Luego resultaba que su historia era bastante más compleja, que tenía que ver con el pasado de Sarah y, vamos, que se convertía en el villano. El problema radicaba en que lo “interpretaba” Brandon Routh, que será muy guapo y protagonizaría esa mierda llamada Superman returns (Bryan Singer, ¿qué te chutaste para hacer ese bodrio?), pero que tiene todavía menos expresividad que Mario Casas.
Sin embargo, la tercera temporada trajo todavía más cambios en el juego. Si hasta el momento lo importante era ocultar el trabajo de espía a los seres queridos de Chuck, primero Morgan descubrió la verdad y, después, en el maravilloso final de temporada, Ellie también lo hacía. Por cierto, cómo me emocioné con todos aunando fuerzas para cargarse a Shaw y The ring ^0^
Además, nos contaron el pasado de Casey y nos presentaron a su hija, Alex. No sé si los guionistas planearon todo eso de cara a la cuarta temporada, donde la familia ha sido el eje central: Ellie y Devon seguían con su evolución natural, de novios a matrimonio y, finalmente, a padres; Casey lidiaba con tener que ejercer de padre y sus temores a fallarle a Alex, además de soportar que Morgan saliera con ella; Sarah debía hacer frente a su padre una vez más (por favor, que Jack Burton vuelva porque es una gozada verle) y también dejar sus problemas atrás para ser parte de la familia Bartowski.
Y es que, eh, notición, ¡se puede hacer que una serie funcione teniendo a sus protagonistas juntos! Sí, sí, no es algo mítico como la fuente de la juventud, es algo posible.
Aunque la relación de Chuck y Sarah en la tercera temporada fue un tanto estresante, deprimente, no llegaron a estirarla cual chicle como otros... Cofcof Bones cofcof... Cofcof El barco cofcof... Sin embargo, una vez superados sus propios fantasmas, además de los problemas que tenían en su relación, Chuck y Sarah han estado juntos, sin dramas, sin romper, con algún que otro problemilla (eh, son un par de espías, claro que no lo tienen fácil), pero siempre unidos y siempre hacia delante.
Mi shipper interior, ahora mismo, quiere decirle algo a los guionistas del mundo: aprended de los guionistas de Chuck, contra.
Bueno, después de mi momento shipper estresada (es MUY duro ser shipper, en serio :P), continúo. Como dije, la familia ha sido el tema central en la cuarta temporada de Chuck. Si en la segunda, conocimos al patriarca Bartowski, en la tercera éste moría, pero nos dejaba una pista que Chuck y Morgan seguían para encontrar a la matriarca, Mary Bartowski, cuyo nombre en clave es Frost.
Al principio, se dedicaron a jugar con Mary: ¿era buena y trabajaba infiltrada junto al malo malísimo de Volkoff? ¿Era mala y estaba con él con todas las de la ley? Creo que los guionistas dieron todos los giros posibles con el personaje de Mary, haciendo que, aunque la trama durara los 24 episodios que ha durado la cuarta temporada, no resultara pesada ni repetitiva. Ya no sólo porque al principio no sabías a qué jugaba Mary, sino porque fueron introduciendo poco a poco a la familia Volkoff: Alexei, malo malísimo y a mucha honra, por un lado; Vivian, que empezó como víctima y acabó perdida y herida, sin ella misma saber si era buena, mala o qué.
Por otro lado, Stephen Bartowski volvía a hacer acto de aparición en cierta manera, pues dejaba a Ellie una serie de pistas, que debía solucionar. Me ha gustado ver a Ellie como investigadora, siendo algo más que la razón y el apoyo, algo más que la hermana, para ser una Bartowski de pleno derecho. Gracias a Ellie, se destapó un secreto de la CIA que les ponía a todos en peligro y que tenía que ver con los Volkoff.
Eso trajo consecuencias que han acabado desembocando en el final de temporada. Ante la verdad, Vivian decidía culminar su venganza contra Chuck, arrebatándole algo que le importara; es decir, envenena a Sarah en la cena del ensayo de la boda (crueldad a tope, sep). Normalmente, Chuck y Casey no habrían tenido problemas en salvarla, pero, claro, al conocer el terrible secreto de la CIA, la misma agencia les ha impedido que hicieran nada por salvar a Sarah.
Pero esto es Chuck y siempre tienden al final feliz. Estaba claro que iban a salvar a Sarah (me encantó que hasta el antiguo escuadrón de Sarah les ayudara), aunque les cuesta el empleo a todos (y a Chuck el Intersec), algo que utilizan los guionistas para darle un nuevo giro a la situación.
La CIA desmonta toda la operación Bartowski, pero Chuck y Sarah acaban comprando el Buy more y, por tanto, The Castle, su base de operaciones. Ambos deciden establecerse como espías free-lance con la ayuda de Casey y Morgan.
Y eso no es todo, pues como ya he dicho antes, Chuck se queda sin Intersec. Vale, hasta ahí bien. Sin embargo, cuando la general Beckman le devuelve sus cosas a Chuck, Morgan enreda en ellas y descubre unas gafas, que se pone y... ¡Tachán, Morgan se ha descargado el Intersec en su cabeza! Muy interesante se me antoja el ver a Morgan como el nuevo Intersec, a Casey lidiando con él (sobre todo ahora que la relación con Alex va más en serio que nunca) y con Chuck siendo espía sin Intersec.
Además de todo eso, lo que más me ha chocado/motivado a mí del final de temporada es que, cuando Chuck le dice a Decker (el chungo de la CIA que iba a por ellos) que su padre fue asesinado, el tío se ríe. WTF?
En su día leí como noticia que Scott Bakula regresaría en la quinta temporada (junto a muchísimos antiguos conocidos de la serie), pero me supuse que sería en algún flashback, pero... A ver si el buen señor Bartowski va a estar vivo, algo que me alegraría, porque siempre ha sido un personaje que me ha gustado. No sé, es algo que me tiene intrigada y con ganas locas por ver la quinta.
Y es que puede que Chuck no sea una serie muy conocida, tampoco será considerada nunca una serie mítica como Perdidos o Fringe. Sin embargo, lo que está demostrando a lo largo de cada episodio es que con un buen equipo de guionistas, se puede hacer un producto de calidad... A pesar de que les puteen constantemente.
Porque, vamos, si ser fan de Chuck es duro, no me imagino cómo tiene que ser trabajar en ella como guionista. Desde su primera temporada, Chuck ha estado a punto de ser cancelada, aunque, en el último momento, era salvada in extremis y le concedían 13 episodios. Luego era de lo poco que tenía una audiencia decente en la NBC y le daban la temporada completa. Así que, claro, desde la tercera temporada los pobres guionistas iban creando arcos que iban cerrando y abriendo unos nuevos, por eso todos los episodios 13 servían para cerrar la serie, al igual que los últimos de temporada.
Todo eso, mientras eran de los pocos que no alargaban la tensión sexual no resuelta (es algo que me sigue maravillando, sí), se enfrentaban a constantes reducciones de presupuesto y, como ya he dicho, iban cambiando las reglas en las que se basaba la serie. Vamos, que si por mí fuera les daba un premio porque han sabido crear una serie maravillosa, a pesar de todos los problemas.
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