miércoles, 10 de abril de 2013

Los fantasmas de Alba

Que en su estreno a El don de Alba le iba a caer la del pulpo lo sabíamos todos, hasta Jon Nieve. Los estrenos españoles (salvo los de las productoras Bambú y Diagonal, más afortunadas) siempre son criticados hasta la saciedad y este no ha sido la excepción.

En este caso en concreto, habrá quien la critique por ser un remake (aunque nos alegramos de que versionen nuestras series en el extranjero, cuando se versiona una extranjera lo primero que solemos decir es que la van a estropear), habrá quien la critique por ser de Telecinco (luego nos quejamos de que emitan mierda como Sálvame, pero, eso sí, no le damos ni media oportunidad a sus series y tienen propuestas bastante majas como Familia) o directamente por ser española.

La verdad es que yo no esperaba mucho de la serie, más que nada porque se anunció después de que saliera a la luz ese esperpento llamado Cheers y, claro, cualquiera se fiaba.

Sin embargo, una vez vista El don de Alba me ha sorprendido muy gratamente.


La historia es bastante parecida a la de la original, que para algo es un remake: Alba es una chica que puede ver y hablar con fantasmas y les ayuda a cruzar al otro lado. Nada nuevo por esa parte y, de hecho, el caso del episodio piloto es un caso que ya vimos en la primera temporada original y que está prácticamente clavado, con alguna ligera diferencia que otra. Por ejemplo, la madre de las gemelas apenas sale en la original y, de hecho, no aparece en la escena en la que la gemela fantasma se despide.

También hay otras diferencias en el planteamiento inicial: Alba, a diferencia de Melinda, no tiene asumido su don y, de hecho, ella misma se sorprende cuando Zoe (el fantasma del episodio) habla con ella porque no debe ser habitual; mientras que Melinda empieza la serie casándose con Jim, Alba conoce a Pablo en mitad del episodio, aunque en ambos casos con un incendio de por medio, lo que me pareció muy guay; Alba todavía tiene a su abuela, algo que en Entre fantasmas no ocurría...

Estos ligeros cambios pueden dar mucho juego y hacer que El don de Alba adquiera personalidad propia, aunque sea un remake y, de hecho, sean muy respetuosos con la original. Porque lo son. El pueblo (que hasta tiene un nombre similar), la tienda de antigüedades, la cabecera de la serie... Todo es del mismo estilo, salvo, gracias a los de vestuario, la ropa de Alba, a la que han librado de llevar las horteradas que lucía Jennifer Love Hewitt en la original. Y yo lo agradezco.

Alba y su abuela. Por cierto, soy muy fan de la que la abuela se Inocencia.

La cuestión es que en El don de Alba también han incluido una trama para toda la temporada completamente nueva. Me imagino que al ser episodios más largos, decidieron añadir algo más a largo plazo y que, la verdad, seguramente hagan mejor porque Entre fantasmas jamás en la vida cerró las historias a largo plazo: Romano desapareció sin más, los túneles de Grandview dejaron de aparecer sin resolverse nada...

En este caso, tenemos a Alicia, una niña que ha perdido a su madre, y que acaba atrapada en un incendio. Alba, con la ayuda de la madre fantasmal, intenta salvarla, pero la niña muere pese a los intentos de Pablo, que es el médico que la atiende... hasta que cuarenta minutos después resucita. Eso, por un lado, provoca que Pablo empiece a investigar qué narices está pasando y que Alicia haya vuelto... en un estado no muy bueno, aunque no sepamos exactamente qué pasa. Eso sí, la madre fantasmal ya ha avisado a Alba de que la niña no está bien y ésta tendrá que cuidarla.

Además, también han dejado muy claro que el hombre del sombrero es el malo, maloso, y su papel parece más activo que el original. Y, de paso, han añadido un concepto nuevo a la mitología de la serie original: la arboleda, un lugar donde van las almas que ya no tienen forma de ir a la luz y donde les pasan cosas malas. La verdad sea dicha, el flashback en el que Alba visita La arboleda para intentar salvar al fantasma del niño dio mal rollo y estuvo muy conseguida.

¡Es El cachas, es El cachas!
(Y el que se ve de espaldas es Philippe de El barco, todo queda en familia, xD)

De hecho, tanto la factura como los efectos especiales me sorprendieron. No me esperaba demasiado de ellos, pero no llegaron a chirriar y hubo escenas muy bien hechas. Y, vamos, que hasta eso respetan de la serie original porque los fantasmas se iban igual. Eso sí, mientras que en Entre fantasmas, a medida que Melinda les ayudaba, los fantasmas iban adquiriendo una apariencia más normal, aquí la tienen desde el principio. Pero, vamos, tampoco es que me importe mucho.

Porque El don de Alba es entretenida. Me gustó el episodio a pesar de que me sabía el caso. Eso sí, espero que los casos sean originales, porque como versionen todos pues... No sé, le quita la emoción al asunto y Entre fantasmas ha sido puesta en bucle tanto en cuatroº como en Divinity. De momento, el siguiente caso sí que parece original o, al menos, yo no lo recuerdo de la serie americana.

Otra que me sorprendió fue Patricia Montero, por cierto. A mí siempre me ha gustado más en comedia, pero defendió bien a Alba y la vi mucho mejor que en Yo soy Bea o Los hombres de Paco, por ejemplo. Quizás no tiene toda la química que debería con Martín Rivas, pero habrá que darles tiempo y ver cómo desarrollan ese triángulo amoroso. Martín Rivas, por cierto, sin ser nada del otro mundo, sí que está mejor que en El internado y cumplió como Pablo, quizás el personaje más alejado del original.

Y mirad con quién se ha reencontrado Marcos: ¡con su antiguo abogado! xD.

A Antonio Hortelano todavía no lo hemos visto porque salió dos segundos haciendo una fotografía a Alba, pero en el próximo sí que sale. Me tiene intrigada cuál va a ser su personaje, porque a priori parece el escritor del blog de Grandview, pero no es un personaje muy importante, así que a lo mejor hacen una mezcla entre él y Payne.

Del resto, pues Ismael Martínez vuelve a hacer de padre viudo, algo que controla. Además es un hombre que resulta muy tierno con los niños y por el que yo siento debilidad, ya sabéis. Carmen Sánchez es su hija y la niña es una artistaza, pero tampoco es nada nuevo, que ella era la robaescenas de Ángel o demonio. Y los invitados estuvieron muy correctos, en especial Vicky Luengo, que tenía más papel.

En general, diría que El don de Alba es un muy buen remake de Entre fantasmas, pero también es cierto que, aunque yo adoro Entre fantasmas, es una serie menor. Era un procedimental con fantasmas y de los que tocan la fibra sensible (si no lloras viendo Los niños perdidos, no tienes alma, eso es así, xD) que, encima, no respetaba mucho las tramas anteriores. Porque, vamos, el sumun de el pasarse la temporada anterior por el arco del triunfo fue cuando Jim era Jim en la quinta temporada, que la gente le llamaba así y todo. Lo que quiero decir con esto, es que no se pueden pedir peras al olmo y que El don de Alba es Entre fantasmas, ni más, ni menos, con sus defectos y virtudes.

Tenía que poner una captura de Quimi o no me quedo tranquila, xD.

Por mi parte, pienso seguir viendo El don de Alba porque, de verdad, me parece una serie más que correcta y que podría mejorar mucho. No olvidemos que sólo hemos visto el primer episodio.

Y tampoco entiendo muy bien por qué tiene tanta gente en su contra. Bueno, yo nunca he entendido que se desee la cancelación de una serie: si no te gusta, no la veas, pero hay gente que sí la disfruta así que sé algo respetuoso. Pero es que en este caso todavía menos, que no se había ni emitido y ya le deseaban la cancelación o la criticaban. Luego, eso sí, siempre pedimos que haya ficción en nuestro país, que se arriesguen y nos sorprendan con algo nuevo, pero cuando se intenta algo diferente, pues se le da la espalda. Que de cuatro series sobrenaturales que ha habido en España, dos están difuntas, otra muere hoy y esta a priori (y por desgracia) va por el mismo camino.

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