martes, 11 de febrero de 2014

Al encuentro de Mr. Banks, John Lee Hancock, 2014

Como ya os adelanté ayer, hoy traigo la crítica de una película y es que el sábado fuimos a ver Al encuentro de Mr. Banks (el horrible título que le han dado en España a Saving Mr. Banks, que me parece mucho más bonito, por no decir apropiado). Lo bueno de la película es que lo único que le critico es su traducción, porque la peli me gustó un montón.

¿Y de qué trata?

En 1961 Pamela Travers (Emma Thompson), la autora de la saga literaria protagonizada por Mary Poppins y los Banks, acaba viajando a Los Angeles para reunirse con Walt Disney (Tom Hanks), quien lleva veinte años intentando adaptar las novelas al cine, como les prometió a sus hijas. La señorita Travers no está nada convencida con la adaptación, pero necesita el dinero, así que, a su pesar, acaba trabajando con el guionista y los compositores en la adaptación.

Y mientras la señorita Travers va matando lentamente a disgustos al equipo de Disney al desechar absolutamente todas sus ideas, vamos viendo flashbacks ambientados en Australia que cuentan la infancia de la señorita Travers y de su especial relación con su padre (Colin Farrell).

La película, evidentemente, está basada en hechos reales. Sin embargo, dado que es una película Disney que cuenta con su mismísimo creador como personaje, me imagino que la historia ha sido dulcificada. De hecho, mientras buscaba información para escribir la reseña, me he topado con unos cuantos artículos que ponían a P. L. Travers fina, fina, filipina y he tenido que dejar de leer para no traumarme. Porque en la película todos, pero absolutamente todos, los personajes son muy adorables.

Porque en la cinta, la señorita Travers (como le gusta que le llamen, algo que Walt se pasa por el forro, ya que a él le gusta tratar a la gente con el nombre de pila) es una mujer traumatizada, gruñona, borde y brusca, pero al mismo tiempo es un amor y es muy sencillo cogerle cariño. De hecho, aunque tanto Emma Thompson como Tom Hanks encabezan el cartel, la promoción y demás, es la señorita Travers la absoluta protagonista de la historia.


Y es una muy buena protagonista. Más antiheroína que otra cosa, me ha gustado mucho cómo han sabido encontrar ternura y corazón en una mujer que, aparentemente, sólo es una inglesa estirada sin tacto alguno. Porque, aunque es comprensible que abogue por la máxima fidelidad a su novela, también da tanto coraje como risa como tira por la borda los intentos del equipo creativo de trabajar con ella. Un equipo que, por cierto, en general parece temerla como si los fuera a comer cual bruja sacada de un cuento. Así, se establece una dinámica muy interesante que consigue tanto divertir como emocionar; el máximo ejemplo de ello es la escena en la que guionista, compositores y secretaria escenifican el final de Mary Poppins (la película) con la canción que canta el señor Banks sobre volar cometas. Esa escena es perfección, en serio, tan divertida como bonita.

Eso sí, personalmente me pareció que no sacaron el suficiente provecho de la relación entre la señorita Travers y Walt Disney. Quizás no querían meterse en camisas de once varas con el personaje de Disney (al fin y al cabo, fue el creador de la empresa donde trabajan), pero éste último pasa un poco de puntillas por la película, siendo un sonriente hombre de negocios visiblemente más dispuesto a cooperar... aunque luego ignora todo lo que Travers ha dicho.

La cuestión es que siendo unos personajes bastante similares (creativos, con un pasado difícil y un fuerte carácter que hace que estén acostumbrados a que nadie les diga qué hacer), el enfrenamiento entre ellos es casi anecdótico, siendo el equipo creativo quien brega generalmente con Travers, cuando no debería ser así. Eso sí, Disney es un psicólogo estupendo que, no contento con no cobrar, le paga billetes de avión, hotel y un montón de peluches que yo querría para mí.


De hecho, si el personaje de Disney no pasa desapercibido en la película, arrollado por la chispeante complejidad de Travers, es por Tom Hanks que no sólo se parece a Disney, sino que está maravilloso. Emma Thompson, por su parte, está magnífica. Siempre me ha parecido una actriz fantástica (yo siempre recordaré esa escena de Love actually en la que se da cuenta de la infidelidad de su marido sin decir una sola palabra), pero como P. L. Travers se ha salido y, desde luego, el personaje no sería lo mismo sin ella.

El resto de actores, casi todos conocidos, también están muy a la altura, aunque yo me quedaré con Paul Giamatti, que interpreta a Ralph, el chofer de la señorita Travers en Los Angeles. Es que el chofer es tan rematadamente adorable y tiene unas escenas tan monas con Travers que es un gusto verlo.

Por otro lado, me gustaría destacar que Al encuentro de Mr. Banks es, principalmente, un homenaje.

El más claro, a Mary Poppins. Si has visto Mary Poppins, si la has disfrutado durante toda tu infancia, esta película te va a encantar por los detalles que tiene. Es muy divertido ver cómo la señorita Travers se queja de la elección de Dick Van Dyke (a mí eso me dolió en la patata porque jamás concebiré a Bert sin Dick. Encima, Dick mola, hombre ya) o de las canciones que los compositores están creando y que, al final, aparecerán en la película.


También es un homenaje al cine como herramienta de salvación. Podría parecer que el "salvando" del título es por Mary Poppins, basada en la tía de Travers, pero no es así, sino al cine. Pues, al final, es la propia película la que exorciza los demonios personales de Travers y logra encauzar su vida.

Por cierto, qué final tan bonito el de Al encuentro de Mr. Banks, a mí hasta se me saltaron las lágrimas. Y me gustó mucho, pero mucho, el detalle de que, en español, pusieron el doblaje original de la película de Mary Poppins y no re-doblaron las escenas. Me sé esa película tan de memoria que me habría explotado la cabeza de escuchar a Bert, a Mary y a los demás con otras voces.

9/10

PD: Y la señorita Travers dirá lo que quiera, pero para mí Bert y Mary son una señora pareja. Sin discusión. De hecho, me gusta pensar que tuvieron hijos y los enviaron a Hogwarts. El colmo de la perfección.

2 comentarios:

  1. La quiero ver. Lo que ocurre es que no sé hasta qué punto estará contada la historia de forma verídica, pero bueno.

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    1. Yo estoy convencida de que la han dulcificado muuuucho, pero eso no quita que no sea una monez de película y, si te mola Mary Poppins, es una pasada ver cómo la fueron creando.

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