martes, 12 de junio de 2012

El verano de los juguetes muertos

Pues nada, sigo intentando ponerme al día con las reseñas de libros que tengo pendientes. Y hoy, cambiando de tercio, me toca escribir sobre una novela negra que le regalamos a mi padre porque tenía mucha fama y que me gustó mucho. Estoy hablando de El verano de los juguetes muertos de Toni Hill.

El verano de los juguetes muertos nos presenta a Héctor Salgado, un inspector de policía que acaba de volver de sus vacaciones obligadas en su Buenos Aires natal y que ya, de vuelta en Barcelona, debe volver a la normalidad y afrontar las consecuencias de sus actos. Y es que Héctor le dio tal paliza a un sospechoso, que traficaba con jóvenes africanas, que casi lo mata, por lo que tuvo que tomarse un tiempo.

Ahora que ha vuelto, las cosas todavía no se han calmado demasiado, por lo que su jefe le pide que investigue el supuesto suicidio de un joven adinerado junto a la última incorporación al cuerpo, Leire Castro. Mientras tanto, el sospechoso al que Héctor atacó ha desaparecido y las pistas apuntan hacia el inspector Salgado.

Usando la narrativa de escribir en tercera persona, pero siguiendo puntos de vista (como, por ejemplo, George R. R. Martin en Canción de hielo y fuego o Cassandra Clare en Cazadores de sombras), Toni Hill nos va presentando poco a poco a toda una galería de personajes muy bien dibujados. Absolutamente todos los personajes, ya aparezcan más o menos, tienen una historia muy sólida detrás y una personalidad fue definida. Desde la familia del chico suicidado hasta los policías, pasando por los amigos del primero y la ex de Héctor.

El protagonismo está repartido con mucho acierto, destacando a Héctor Salgado por encima de los demás, aunque Leire le pisa los talones. Eso sí, personalmente he encontrado curioso (y divertido y friki a más no poder) las semejanzas entre el protagonista de esta novela, Héctor Salgado, con uno de mis personajes favoritos, Héctor Perea. No sólo comparten nombre o profesión, sino que ambos han sido abandonados por sus respectivas esposas (y ambas dos se fueron con una mujer) y no les interesa ni política ni religión. Aunque, para ser justa, ambos Héctor tienen personalidades diferentes.

Por su parte, Leire también es un personaje que me gustó mucho y me sorprendió su historia personal. En particular, me encantó la interactuación con Héctor, la buena pareja profesional que hacen y, ¿quién sabe? Quizás en un futuro sean algo más.

Y es que, aunque El verano de los juguetes muertos cierra todos los misterios que plantea al principio (¿se suicidó Marc Castells? ¿Qué ha ocurrido con el sospechoso desaparecido?), apunta maneras para ser una saga. A lo largo del libro tuve la sensación de que era un mero prólogo, que las vidas de los personajes daban más juego, de que únicamente nos los estaba situando para seguir desarrollándolos, mientras investigan otros casos. Pues bien, al final de la novela hay un bonito epílogo donde siembra el camino a seguir en la secuela... que se publicará el 21 de junio bajo el título Los buenos suicidas.

Pero, de momento, sigo con El verano de los juguetes muertos.

El estilo de Toni Hill es muy efectivo, agradable, de lectura fácil, correcto, incluso bonito si así lo requiere la escena. Sabe, además, dotar de personalidad a la narración dependiendo de en qué personaje se esté concentrado. Por ejemplo, Héctor es un amante del cine, así que en sus partes suele incluir referencias a películas.

Y si su narrativa es de lectura fácil, la historia también lo es. Resulta muy ágil, sobre todo porque el ritmo es perfecto: no dejan de suceder cosas, de mostrarnos facetas de los personajes, pero no queda atropellado; ni siquiera en las partes más reflexivas se estanca, quedando una narración de lo más fluida con la que es imposible aburrirse. Ahí radica otro de los puntos fuertes del libro, es terriblemente entretenido; es una de esas novelas que cuesta dejar y de la que piensas "bueno, un capítulo más y paro", pero luego no llegas a hacerlo.

En cuanto al misterio, particularmente me pareció muy bien llevado y, aunque hay algunas cuestiones que sí se intuyen con facilidad, los giros finales resultan imprevisibles... Al menos para servidora.

Para finalizar, destacar la ambientación. Al igual que Carlos Ruiz Zafón, aunque con su propio estilo, Toni Hill logra hacer de su Barcelona un personaje más, transportándote a dicha ciudad en pleno verano. En una entrevista leí que la intención de Toni Hill había sido distanciarse de los thrillers suecos que están de moda donde todo es muy frío y que, por eso, decidió situar su historia en el verano barcelonés. En mi opinión, una gran elección, ya que le da a la novela personalidad.

En conclusión, El verano de los juguetes rotos es un gran (y sorprendente) thriller, pero también un puzzle de personajes muy bien construido, que consigue atraparte desde la primera página y sumergirte en la historia.

3 comentarios:

  1. ¿habeis visto hispania? ¿cuando subiereis el resumen del capitulo? gracias

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  2. Pues me fue imposible ver el episodio el lunes, a ver si el fin de semana logro verlo. De todos modos, no voy a hacer resúmenes de esta temporada porque ya estoy haciendo las de Luna ;)

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  3. esta temporada sólo hay 3 episodios

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