Bueno, la cuestión es que Nikita es una de esas series donde parece que los astros se han alineado para que confluya la frikez porque prácticamente conocía a todo el reparto de verlo (y adorarlo en algunos casos) en otros lados.
Nikita, por si no lo sabéis, es una chica a la que una organización llamada División sacó de la cárcel y la limpió (vamos, que la desengancharon de las drogas) para convertirla en una espía... O, al menos, eso era lo que ella creía porque lo que hicieron fue convertirla en una asesina al servicio del malvado Percy que, en serio, es diabólico no, lo siguiente y hasta tiene al gobierno temiéndole. Ahí es nada. A todo esto, División tiene prohibido a sus agentes enamorarse, pero Nikita lo hizo. ¿El resultado? El churri asesinado, Nikita descubriendo la verdad y clamando venganza.
Nikita en la tumba de su difunto churri a punto de clamar venganza.
La cuestión es que, cuando estaba en División, Nikita tenía a Michael como supervisor y colega, pero con esto de querer destruir División pues ahora están enfrentados... Más o menos. Digamos que Michael está un poco en medio de todo: sabe que Nikita tiene razón, también la aprecia (más bien está loco por ella), pero tiene motivos para defender a División. Evidentemente, desde el primer momento en que se cruzan, una sabe que va a haber tensión sexual no resuelta a saco y, la verdad, es que se disfruta.
Hasta ahora tenemos tres personajes. Bien. Mientras que a Maggie Q (que es Nikita) y Xander Berkeley (Percy) son los únicos que no conozco de nada, a Michael sí. Oh si. Porque Michael es ni más ni menos que Shane West. Creo que llevo enamorada de Shane West desde que le vi peliteñido siendo Tom Sawyer en La liga de los hombres extraordinarios; luego, ya de más mayor, lo vi en Un paseo para recordar y siendo Ray en Urgencias y ya se ganó mi patata del todo. Y, sí, el mayor motivo que me ha llevado a ver Nikita ha sido él. Una, que es muy básica.
¡Dios, cómo me gusta este hombre!
Volviendo a la historia. A la hora de putear a División, Nikita tiene ayuda. Hace años salvó a una niña, que sufrió una auténtica odisea después y acabó enganchada a las drogas. Pues bien, esa chica es Alex, que una vez limpia y sabiendo que División mató a sus padres, decide infiltrarse en Divisón para ayudar a Nikita desde dentro. ¿Y quién interpreta a Alex? Pues Lyndsy Fonseca que también es... ¡La hija de Ted Mosby! Oh yeah. Awesome.
Un hijo mago y la otra espía doble al más puro estilo Sidney Bristow.
Seguro que Ted está muy orgulloso de sus hijos.
Seguro que Ted está muy orgulloso de sus hijos.
Pero ahí no acaba el asunto, qué va. Y es que, una vez dentro de División, Alex empieza a recibir entrenamiento para convertirse en agente. Vamos, que, salvando las distancias, División es el Slytherin de los espías. Entre todos los compis futuros asesinos de Alex destacan dos:
Por un lado, Jaden, que desde el primer momento es una chula asquerosa que quiere fastidiar a Alex, aunque lo más fuerte de todo es que la actriz es Tiffany Hines... También conocida por ser la segunda hija de Cam en Bones (digo segunda porque la primera vez que aparece el personaje era otra actriz).
Yo no sé si en el Jeffersonian están al tanto de esto, ¿eh?
Por otro, y lo que más increíble me parece, tenemos a Thom, que es el chico mono y comprensivo que apoya a Alex constantemente y está loquito por ella. Pues bien. Cual es mi sorpresa al empezar a ver la serie y descubrir que el potencial amoroso de Alex es ni más ni menos que Ashton Holmes, es decir, el tarado de Tyler de Revenge. OMG. Ni que decir tiene que lo veo rarísimo haciendo de bueno y en cualquier momento espero que se me vuelva un psicópata o algo así. Jo, ¡es que es Tyler! OMG.
Bueno, al menos ahora sabemos por qué está tan tarado en Revenge.
A todo esto, en División está Amanda. Amanda es la chica para todo de División porque ejerce de psicóloga, de interrogadora, de torturadora... Vamos, que sirve tanto para un roto como para un descosido. Amanda, por cierto, me aterra. En serio, qué miedito da la tía, una mirada de Melinda Clarke y yo quiero esconderme detrás del sofá, mientras lo paso fatal por Alex, que suele ser la que tiene las escenas por ella.
Y, sí, he dicho Melinda Clarke, aunque para mí siempre será Julie Cooper. Y es que Julie Cooper tiene un huequecito en mi corazón. Suelo ser muy cabezona con mis fidelidades y mis odios, sobre todo con los odios, pero a lo largo de The OC logré dejar de odiar a Julie, algo que me pasa muy poco; de hecho, me encantó su final y la acabé apreciando y todo.
Para hacerse caquita, seriously. Qué miedo da la tía.
Y, para acabar a los protagonistas, tenemos a Birkhoff que es el hacker y que se ha convertido en mi favorito. No se puede comparar a Percy con Sauron, hablar de las Spice girl y comprar cómics casi en un mismo episodio sin que yo le ame de por vida. Además, desde que le vi, pensé: yo a este tío lo conozco, lo tengo fichado. Y, tras un rápido vistazo a IMDB, descubrí que era Aaron Stanford o, lo que es lo mismo, Pyros en la saga X-men y a mí Pyros me gustaba. Además, descubrí que protagonizó una fallida serie con Matt Bomer, lo que incrementó todavía más mi amor por él.
Birkhoff con su material de trabajo: ordenador, gafas y micro-pinganillo.
Además, tenemos por ahí paseándose a otro agente, Owen Elliot, del que no os hablaré para no spoilear, pero que está interpretado por Devon Sawa, que creo que llegó a ser ídolo carpetil, pero al que yo conozco de El diablo metió la mano, la primera Destino final y por... Bueno, es que era la forma humana de Casper, ¿vale?
Vamos, que Nikita es frikismo en estado puro, sobre todo con los aparatos flipados que tienen para ayudarse en sus misiones: desde tacones USB (también pintalabios USB) hasta programas creados por Birkhoff que trazan los planos de una casa sólo con una llamada telefónica. Awesome.
Y ya poniéndome un poco seria, decir que Nikita es una serie muy, muy entretenida y muy bien armada. Es interesante, logra ponerte nervioso (se sufre por Alex lo indecible), tiene mucha acción (y bien hecha), mucho ritmo, los personajes están muy bien definidos y actuados y engancha que no veas. De hecho, comencé a verla yo sola y ya tengo a media casa enganchada ;)
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