miércoles, 20 de julio de 2011

Saltando a través del tiempo

A decir verdad tenía muchas ganas de reseñar este libro porque me lo leí en un verbo y me encantó de principio a fin. Como habéis supuesto por la foto de la portada, estoy hablando de Rubí de Kerstin Gier, la primera parte de una trilogía que se conoce por dos nombres (o, por lo menos, yo la he visto con los dos): El amor recorre todos los tiempos o La trilogía de las piedras preciosas.

Vale. Sé que parece algo cursi, como muy de chica, algo en plan Danielle Steal o algo así, pero no. Nada más lejos de la realidad, pues Rubí no es cursi, ni empalagoso y, de hecho, la parte romántica es lo que menos importancia tiene, aunque esté ahí.

Pero empecemos por el principio: ¿de qué va Rubí?

Gwen es una chica normal y corriente que, sin embargo, no pertenece a una familia normal. Desde que su padre murió, ella, su madre y sus hermanos se mudaron a la casa de su familia materna donde convive con su abuela, su alocada tía abuela Maddie y las petardas de turno, su tía y su prima Charlotte, típica chica altanera que se cree mejor que nadie. Pero, claro, en este caso Charlotte tiene sus motivos, pues desde que nació la separaron del resto porque, supuestamente, será una viajera en el tiempo y, por tanto, la han criado para ello, diciéndole siempre lo especial que es.

Y digo supuestamente porque, sí, al final la que viaja en el tiempo es Gwen. Por eso, cuando ya ha viajado descontroladamente un par de veces, se lo acaba contando a su madre que la lleva a un edificio donde se encuentran los vigilantes, un grupo que se encarga de ayudar y vigilar a los viajeros en el tiempo. Todos se asombran de lo sucedido porque, claro, se suponía que la que había nacido en la fecha señalada para convertirse en Rubí (cada viajero en el tiempo tiene el nombre de una piedra preciosa); la madre de Gwen explica entonces que no quería que Gwen se viera involucrada en todo aquello y convenció a la comadrona para que cambiara la fecha de nacimiento de Gwen, diciendo que lo hizo un día después.

Desde ese momento, Gwen entra a formar parte de toda esa organización, ya que junto al otro viajero en el tiempo, Gideon (cuya piedra es el Diamante), debe visitar a todos los viajeros anteriores para conseguir su sangre y revelar el Secreto de los Secretos. Pero, claro, no lo tendrá nada fácil: por un lado, como no ha tenido la educación adecuada está en desventaja y, para más INRI, Gideon la trata con desdén como si fuera una inútil, lo que la enerva.

Por otro, no es precisamente querida entre los vigilantes (aunque hay quien la apoya), ya que temen que se repita la historia. Y es que la generación anterior de vigilantes, su prima Lucy y un familiar lejano de Gideon, Paul, robaron el cronógrafo original, que es donde se supone que deben colocar la sangre de los doce viajeros en el tiempo, según las investigaciones del misterioso Conde Saint Germain, también conocido como Esmeralda, que desde que aparece parece elevarse como el malo de la historia.

El único problema que tiene Rubí es que, quizás, es muy introductorio, aunque no por ello deja de ser interesante, ya que te presentan no sólo los viajes en el tiempo y cómo funcionan, sino también la extraña organización que se encarga de ayudar a los viajeros y todo lo que la rodea. También nos presenta a las dos familias de viajeros en el tiempo: los Montrose (la de Gwen) y los De Villiers (la de Gideon), además de contarnos que, por algún motivo, Lucy y Paul huyeron con el cronógrafo y viajaron hacia atrás en el tiempo con él, el único lugar donde podían ocultarse de los vigilantes.

Sin embargo, Rubí no resulta ni pausado, ni aburrido, todo lo contrario, engancha de mala manera y cuando llegas al final te entran ganas de ir a la librería más cercana a comprarte la continuación, Zafiro.

Los viajes en el tiempo, además de ser algo bastante original (entre ángeles, vampiros y descubrir mundos nuevos tipo Narnia o Idhún se agradece algo nuevo), están muy bien planteados y orquestados. Kerstin Gier no sólo los ambienta que da gusto (la ropa, las descripciones, etc.) sino que creo que tiene pensado muy bien a dónde y cuándo Gwen debe saltar.

De hecho, resulta fascinante lo cuidada que es la mitología de la novela: el grupo de los Vigilantes, sus normas, anales... Entre capítulo y capítulo ofrece información sobre todo ello: árboles genealógicos, esquemas, profecías, fragmentos de los registros... Claro está que nada de eso está ahí por casualidad, pero no deja de ser un gran trabajo por parte de la autora el crear una organización tan compleja y con tantos detalles.

Luego se agradece que no sólo la trama sea original, sino también los personajes. Gwen es una de las mejores protagonistas que he leído jamás: es muy humana, un poco irónica, nada pavisosa y sabe usar el cerebro. Tampoco necesita que ningún galán la salve y, aunque es evidente que Gideon la atrae desde el primer momento, ni babea detrás de él ni asume el rol de damisela en apuros, ella se las sabe apañar bien sola.

De Gideon sabemos más bien poco, tan sólo que ha sido criado para llevar a cabo su misión y que apenas pone en duda nada (no como Gwen, que es bastante más espabilada ^^). Sin embargo, también es atento, tiene sentido del humor y sus piques iniciales con Gwen son dignos de leer, geniales.

Además, hay toda una galería de secundarios geniales: Leslie, la mejor amiga de Gwen básicamente es una crack, al igual que el amigo fantasma de ésta (seh, Gwen también ve fantasmas). Los hermanos de Gwen son adorables, al igual que su tía abuela Maddie, que está un poco zumbada. Luego tenemos a Charlotte, que, bueno, no es un personaje excesivamente agradable, pero también hay que entender su situación: ha pasado de ser la elegida, la especial, a darse con un canto en los dientes y eso que ha sacrificado su vida entera para ser una viajera en el tiempo. Su madre, la tía Glenda, es directamente ahostiable y una petarda de cuidado.

No obstante, a mí los personajes que más me han interesado han sido: el misterioso Conde Saint Germain porque tengo claro que es malo malísimo y quiero saber qué narices planea; Falk de Villiers, actual director de los vigilantes y tío de Gideon, que todavía no sé a qué carta juega (y eso me mola mucho); y el doctor Jake White, un hombre bastante borde que tiene a Gwen entre ceja y ceja porque cree que es tan poco de fiar como Lucy, pero que carga con su propio drama a sus espaldas.

Y, para acabar, decir que la narrativa de Kerstin Gier es muy ágil, divertida, llena de diálogos, lo que hace que todavía ser una narración más rápida y dinámica. Además, tiene el acierto de usar a Gwen de narradora, así que puedes disfrutar el humor de Gwen mientras te va contando lo que pasa.

En conclusión, una primera parte divertida y original con una galería de personajes que no tienen desperdicio y que tiene la pinta de ser la antesala a toda una historia muy potente llena de secretos. Muy divertida, ágil, nada pastelosa (aunque tiene su historia de amor) y llena de esa magia que sólo tienen las grandes sagas como Harry Potter, El amuleto de Samarkanda o Canción de hielo y fuego o, al menos, esa sensación me ha dado. Vamos, entra directamente en mi lista de mis sagas favoritas y muero por leer Zafiro y Esmeralda para saber cómo continúa la historia.

Muy, muy recomendable ;)

3 comentarios:

  1. cuando salio el libro?? y estan los demas a la venta??

    besotee!!

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  2. Pues no sé exactamente cuando se publicó Rubí, es más bien reciente. Y la segunda parte, Zafiro, ya está a la venta, mientras que la última, Esmeralda, la publicarán el 13 de octubre.

    Espero haberte ayudado ;)

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  3. grax! voy a ver si lo consigo! jajjaa

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